Fran Rivera y Lourdes Montes. Boda religiosa, hijos y otros temas.

dentro de la casa la niña llevaba otra ropa puesta

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dentro de la casa la niña llevaba otra ropa puesta

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Bonita decoración de mesa navideña. En el detalle de los marcadores de vasos se nota que a Palur le gustan las cosas muy especiales. El tapete sería nuevo, de ahí la arruga, para darle un toque más vintage. Deseando estoy que la Palur nos de las claves de como poner una mese en Navidad.
Viendo el adorno de la librería me da que esta vez la decoración todavía ha sido más desasierto seguro que el año pasado.
 
MI F.R.P. PAQUIRRI ‏@MPAQUIRRI 10 hHace 10 horas
PUES YO AL AÑO NUEVO LE PIDO SALUD, TRABAJO, TARDES DE TOROS Y ABRAZAR A MIS RIVERA @Paquirri74 @riverakiko @Cayetano_Rivera ! PA'QUE MAS!
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MI F.R.P. PAQUIRRI ‏@MPAQUIRRI 10 hhace 10 horas
@Paquirri74 @riverakiko @Cayetano_Rivera POR CIERTO, QUE A ESTAS HORAS YA DEBEN ESTAR BORRACHOS COMO CUBAS
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MUAC, OS QUIERO MIS NIÑOS

Esto es como raro, porque parece que quien escribe en esta cuenta es Paquirri que estás en los cielos, y claro leer eso de que quiere abrazar a sus Rivera es como que a ver cuando van entregando la cuchara para ir subiendo uno a uno a darle un abrazo al padre. No se, raruno queda.
 
Lo que faltaba, otro intelectual!
En Telahínco no cabe uno más.

Traigo el famoso tuit, por si no lo recordáis del ínclito y el zasca correspondiente :D

Ver el archivo adjunto 366781

¿No os pasa, que cuando veis al pesao este levantandose la camiseta para enseñar sus supuestos encantos, el querer ponerle una mano helada en los abdominales solo para ver la cara que se le queda y cómo se le congela la sonrisa de pringado aguantando el tipo?
 
ENTRAR AL POST QUE HAY VIDEO COLGAO
http://blog.hola.com/francisco-rivera/2016/01/esquiando-en-familia.html


04enero
Esquiando en familia
Quizás el deporte que más me gusta practicar sea el esquí en nieve, me encanta, me vuelve loco, hasta el punto de contar los días que faltan para que empiece la temporada.

Y digo deporte porque para mi montar a caballo no es un deporte, lo veo como algo distinto, no sé como explicarlo, pero esa conexión con el caballo cuando lo conoces y él a ti es algo único, el galopar a campo abierto lo veo como algo más espiritual que un mero deporte. Y el Aikido, arte marcial japonés que practico desde hace ya dieciséis años, es algo que forma parte de mí, ya os hablaré del Aikido Kisei.

Volviendo al esquí, para mi sin duda es mi deporte rey para practicar. Es verdad que a mí me gusta más practicar cualquier tipo de deporte que verlo por televisión o incluso en directo (desde luego prefiero mil veces en directo).

En la televisión no aguanto ningún deporte, me faltan las vibraciones, los olores y los sonidos, comentarios de los que están alrededor, las risas, las emociones que solo vives en esos sitios. Así que, aclarado esto, me encanta esquiar.



Mi primera clase la di en Sierra Nevada cuando tenía nueve años, nos llevó mi madre a Cayetano y a mí. Lo que ha cambiado esta estación, qué barbaridad. Me acuerdo perfectamente de nuestro profesor, se llamaba Miguel Ángel y lo recuerdo con muchísimo cariño, y eso que entonces no había las instalaciones que hay hoy en día y cada subidita que teníamos que hacer, las primeras andando, eran un horror. Ahora veo esa cinta, como las del aeropuerto, ¡y flipo! jajaja. Como comentario, mi madre se puso un día los esquís, decía que sabía esquiar perfectamente y, como todos esperábamos, en la primera bajada se fue directa a un grupo que estaba en su primera clase. Si hubiera sido jugando a los bolos habría sido un pleno en toda regla, no dejó a uno en pie. Esa fue su primera y última bajada, allí mismo se quitó los esquís y se fue andando, eso sí, con todo el arte que tenía.

Seguimos volviendo a Sierra Nevada, lógico, vivíamos en Sevilla. Se alternaban mi madre y mi abuelo, eran unos fines de semana maravillosos porque, además de todo lo que te da el esquí, creo que es algo para practicar en familia, une muchísimo, es un plan sano y perfecto para practicarlo con tus hijos. En mi caso, con mi hija Cayetana que ya tiene un nivelazo, pero incluso antes, con una diferencia grande de nivel, como disfrutas tanto con ellos te da igual, nos encanta. Por cierto, este año ha dado un salto de gigante y ya se podría decir que es una esquiadora consumada. Aunque yo le he enseñado mucho, lo ideal, si se puede, es apuntar a los niños a clases y si es con un grupo de niños mejor. Yo la recogía después de las clases, comíamos algo rápido en un bar de las pistas y echábamos la tarde esquiando juntos.










Evidentemente, para poner orden, estaba el profesor por la mañana y por la tarde era un poco desmadre, muy divertido. Hoy día sigue dando alguna clase suelta para que le sigan corrigiendo su estilo, pero ya pasamos el día entero juntos. Este plan es ideal para ir con amigos y, nosotros, desde hace ya muchísimos años, vamos con mi compadre y sus hijos. Hace ya bastantes años, un día nos vimos los dos separados, él con tres hijos y yo con la mía… ¿Qué hacemos esta Navidad? Pues nos fuimos a esquiar, y desde entonces estradición inamovible.



Desde el principio se disfruta: el hacer la maleta, el viaje y, de lo más divertido, es el alquiler del equipo. Hoy día, con la calidad de los equipos de esquiar en las tiendas de alquiler, casi no merece la pena comprar nada, quizás las botas porque son más personales, pero ya está. Ese momento es realmente variopinto, nos creemos que somos Tomba (uno que fue campeonísimo del esquí) y claro, cogemos esquís que tienen pinta de ser muy guays para, por lo menos, parecerlo. Este año he podido disfrutar de unas tablas Volkl de fabricación suiza que las hacen a mano y son una auténtica maravilla. Es cierto que esquiar te da dos placeres, uno el esquí en sí y el otro quitarte las botas, ¡oleee!



Pero qué gozada es el descender por una montaña deslizándote, sintiendo el viento frío en la cara, el aire puro, sentir como se desliza el esquí por la nieve en las piernas y ver como tu hija ya te adelanta… Bueno, eso casi fastidia jajaja. No, en serio, es una sensación de pura libertad.



Yo subo antes que el resto del equipo porque soy un poquito agonía así que cuando abren los remontes ahí estoy, pero es que esas primeras bajadas sin nadie en las pistas (ha habido días que he estado literalmente solo), es una sensación brutal que me encanta. Solamente el sonido de los esquís deslizándose… Una auténtica pasada -y sin colas, factor importante-. Después de hacer curvas todo el día llego al hotel, cansadísimo, y me siento un rato por el hall, me pido un zumo de tomate y comentamos las mejores jugadas del día, las locuras, los estilos, jugamos a las cartas… Planes sanos y todos juntos.







En las estaciones de esquí los hoteles suelen tener ese aire cálido de casa de montaña. Este año hemos estado en Soldeu que está en Andorra, en el Sport Hotel Village, una auténtica chulada todo de madera, con un gusto excepcional, con los remontes en la puerta del hotel, con una calidez en el trato de todos los empleados exquisito que te hacen sentir como en casa, nos han cuidado muchísimo.







Ya que estábamos en Andorra miré a ver si los Pujol se habían dejado olvidado algún maletín de esos suyos, pero nada, no ha habido suerte…

Esos ratos familiares valen todo el oro del mundo, unen a la familia y, viendo la edad de Cayetana, creo es importantísimo pasar el mayor tiempo posible con ella.

Lourdes ha empezado a esquiar conmigo, antes nunca le interesó pero le va cogiendo eltranquillo, tiene facilidad y poco a poco va sustituyendo el miedo por disfrute. Y Carmen en cuanto tenga tres años va de cabeza a las pistas.

Cuando son pequeños tienen un equilibrio natural que cogen el ritmo rapidísimo. Es genial ver a los enanos a toda pastilla por la montaña, Cayetana era la pera tan chiquitita, con su casco que era más grande que ella y se tiraba por todos lados, era una bala sin rumbo, para comértela. No veo el momento de esquiar los cuatro juntos. Después ducha, cena y pronto a la cama para darle a las piernas al día siguiente.

De verdad, que esto parece la redacción del colegio de las vacaciones de un niño de 12 años, está claro que es él el que escribe y no un becario contratado.
 
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