Fran Rivera y Lourdes Montes. Boda religiosa, hijos y otros temas.

en el facebook de analelas ese han puesto un video muy deprimente de sibi (esta cihca es maa fea, ojos azules np aignifica automaticamente ojos bonitos, ella es un ejemplo)i con esos vestidos tan espantosos , en blanco y negro, al inicio sale una silla antigua de dentista o peluquero q eran las mismas, muy mal rollo, con una musica de fondo al estilo lista de schindler pero mas triste, creeran q el video tiene mucha clase y tal pero a mi me ha dejado un mal cuerpo q menos mal q es viernes y manana no trabajo q si no....a estas chicas alguien deberia decirles q dejen eese rollo vintage clasicp yo q se del q quieren hacer su marca, hay q tener mucho gusto mucha cabeza y muchos estudios para hacer algo bien logrado, no es solo cuestion de poner dinero y ser fampsillo y tener contactos como ellas piensa , en fin, falta de respeto al sector de disenadores q estas dos hagan lo q hacen

Las analerdas creen que vintage es vestirse como la novia de la curva. Todo muy tétrico.
 
Yo a este fran rivera es q cada dia lo veo mas feo, envejece muy mal, bueno, todos vamos a peor eso es un hecho, pero el su unico valor q a explotaado de siempre ha sido ser guapillo, por q no tiene ni inteligencia, ni simpatia natural, todo lo contrario, resulta repelente y antipatico y le encanta jugar a serlo maltratabdo a la prensa y alabandose en su blog, es bastante patetico, a mi me daria verguenza ajena si fuese au mujer...su hermano kiko sin embargo en lo personal me parece un buen chaval, no le conozco ni creo q llegue a verle jamas pero siebto empatia por el, y me molesta q siempre se burlen comparandolo con sus hermanos, pyrs creo q es bastante pro able q tenga mucha mejor calidad humana q este garrulo engreido y pretencioso...kiko rivera sabe lo q hay y no va de guay por la vida, mala suerte tuene de estar empare tado con este q le ve de menoa no se por q razon...fran rivera es el tipico ejemplo de tio malcriado al q desde niño le metieron mucho cuento de q guapp eres cuanta clase tiene y q se creen q con eso te bastay sobra para vivir ( y desgraciadamebte en su caso si ha vividp de ello) pero no acepta q cada dia va a peor, q tiwbde a ser un gordibflon con descuidarae un poco, q los diebtea cada vez se le estan saliebdo maa hacia adelabte y q iran a mas por q la dentadura migra hacia adelabte conforme nos hacemos mas viejos...en fin, q lo tiene crudp y el tiempo lo pobdra en au aitio
 
De Puntaumbríaaa a Lusenaaa, de Ronda a Benamejíiiii
De Puntaumbríaaa a Sevilla y de Sevillaaa a Madríiiiiiiiii
las mositaa en la rede socialeeee le salen los callooo tecleando por tíiiii
Fransisco Lapaca Herediaaasss, rey de la rasa caleeee
las mositaa y no tan mositaaaa chorrean las braga soñando con eeee

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¡¡¡¡¡¡Ay que me da algo de la risa, pordió y mi morena!!!!!!

Bingomegustamepartooooooooo:ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO:
 
21diciembre
Faenas de campo
Como dicen los árabes, “el paraíso se ve a lomos de un caballo”.

Nada de este mundo me gusta más que montar a caballo. Ese animal de una nobleza infinita, porque con lo grande que es y la fuerza que tiene sería un enemigo terrible, en cambio se entrega al hombre para ayudarlo en su trabajo y darnos el privilegio de ir montados en su lomo, aunque solo sea por disfrute. Cuando consigues que el caballo sea tu amigo y que confíe en ti encontrarás en él un amigo para siempre que te protegerá y se creará un vínculo irrompible.



Dentro de montar a caballo, que es mi pasión, las faenas que hay que realizar en el campo, en la ganadería, ya sea con ganado bravo o manso, ¡me encantan!

Este fin de semana me llamó un íntimo amigo que vive en el Rocío, ¡qué suerte más grande! Su casa es una choza de las de toda la vida, como en las que vivían los guardas del coto de Doñana, una auténtica preciosidad con su techo de castañuela y sus paredes de blanca cal.



Pues bien, me llamó para que fuera a ayudarle a recoger los becerros que tiene dentro del parque ya que, como es residente en el Rocío y ganadero, tiene derecho a tener un número de vacas dentro y, pidiendo los permisos pertinentes, entramos varias veces al año para realizar tales faenas necesarias como, por ejemplo, esta. En total éramos cuatro, nos montamos en el caballo a eso de las seis de la mañana, de noche, con los chaquetones puestos porque hacía un frío horroroso, las alforjas bien amarradas y surtidas de un buen chorizo, queso, pan y, por supuesto, la bota no podía faltar.



La idea era adentrarnos lo más posible en el parque para que cuando amaneciera encontrarnos ya en la zona de trabajo y poder empezar a buscar los becerros. Es como encontrar una aguja en un pajar porque, aunque más o menos siempre se quedan por la misma zona, en este caso la zona es muy grande. Una vez los localizas empieza la labor de apartarlos del resto del ganado que no nos vamos a llevar hasta su finca. Es una labor lenta y meticulosa ya que las prisas en esto son muy malas consejeras, imaginad a todos los becerros reunidos y que, de pronto, se den en desbandada… Para llorar…



Sobre el medio día, con la faena más o menos encarrilada y si no ha habido ningún percance, paramos a dar buena cuenta de las alforjas. No existe manjar en el mundo que sepa mejor que un buen chorizo picantito con un trozo de pan, sentado en una piedra en medio del campo sin ver un rastro de civilización en muchos kilómetros a la redonda, rodeado de naturaleza pura, cansado pero feliz, con amigos y tu caballo como compañía. Un auténtico privilegio.

Una vez que hemos repuesto fuerzas, tanto nosotros como los caballos, volvemos a rematar la faena. Este es un momento crítico ya que siempre algún becerro quiere darse a la fuga y si uno se va el resto le sigue, así que tiene su técnica y emoción. El ir bien organizados y que cada uno sepa cual es su sitio es importantísimo. En todo este proceso las risas no faltan, dentro de que un error podría provocar que esto durara quién sabe cuánto. Un año casi nos tuvimos que quedar a pasar la noche, así que hay que andar muy atento y sin bromitas, sobre todo porque hay que cuidar de los caballos.



Regresamos a la finca a eso de las once y media de la noche guiando al ganado por los caminos de arena entre los pinos de la marisma, pasamos bastante cerca de la ermita de la Virgen del Rocío, ¡ viva!, y derechos a las cercas donde van a pasar el invierno los becerros. Una vez llegamos (molidos de cansancio), lo primero es organizar a los caballos, ducharles, ponerles de comer y recoger todo, y cuando todo está en su sitio entramos en la casa donde nos espera una buena comida.











Por supuesto nuestro brindis por la labor bien hecha y finalizada, y de ahí a la cama con ese regusto que solo te da este tipo de experiencias de vivir, la naturaleza, alejado del móvil, de las prisas, de los coches y demás cosas que, si lo piensas bien, no tienen el valor que nosotros nos empeñamos en darles.
 
21diciembre
Faenas de campo
Como dicen los árabes, “el paraíso se ve a lomos de un caballo”.

Nada de este mundo me gusta más que montar a caballo. Ese animal de una nobleza infinita, porque con lo grande que es y la fuerza que tiene sería un enemigo terrible, en cambio se entrega al hombre para ayudarlo en su trabajo y darnos el privilegio de ir montados en su lomo, aunque solo sea por disfrute. Cuando consigues que el caballo sea tu amigo y que confíe en ti encontrarás en él un amigo para siempre que te protegerá y se creará un vínculo irrompible.



Dentro de montar a caballo, que es mi pasión, las faenas que hay que realizar en el campo, en la ganadería, ya sea con ganado bravo o manso, ¡me encantan!

Este fin de semana me llamó un íntimo amigo que vive en el Rocío, ¡qué suerte más grande! Su casa es una choza de las de toda la vida, como en las que vivían los guardas del coto de Doñana, una auténtica preciosidad con su techo de castañuela y sus paredes de blanca cal.



Pues bien, me llamó para que fuera a ayudarle a recoger los becerros que tiene dentro del parque ya que, como es residente en el Rocío y ganadero, tiene derecho a tener un número de vacas dentro y, pidiendo los permisos pertinentes, entramos varias veces al año para realizar tales faenas necesarias como, por ejemplo, esta. En total éramos cuatro, nos montamos en el caballo a eso de las seis de la mañana, de noche, con los chaquetones puestos porque hacía un frío horroroso, las alforjas bien amarradas y surtidas de un buen chorizo, queso, pan y, por supuesto, la bota no podía faltar.



La idea era adentrarnos lo más posible en el parque para que cuando amaneciera encontrarnos ya en la zona de trabajo y poder empezar a buscar los becerros. Es como encontrar una aguja en un pajar porque, aunque más o menos siempre se quedan por la misma zona, en este caso la zona es muy grande. Una vez los localizas empieza la labor de apartarlos del resto del ganado que no nos vamos a llevar hasta su finca. Es una labor lenta y meticulosa ya que las prisas en esto son muy malas consejeras, imaginad a todos los becerros reunidos y que, de pronto, se den en desbandada… Para llorar…



Sobre el medio día, con la faena más o menos encarrilada y si no ha habido ningún percance, paramos a dar buena cuenta de las alforjas. No existe manjar en el mundo que sepa mejor que un buen chorizo picantito con un trozo de pan, sentado en una piedra en medio del campo sin ver un rastro de civilización en muchos kilómetros a la redonda, rodeado de naturaleza pura, cansado pero feliz, con amigos y tu caballo como compañía. Un auténtico privilegio.

Una vez que hemos repuesto fuerzas, tanto nosotros como los caballos, volvemos a rematar la faena. Este es un momento crítico ya que siempre algún becerro quiere darse a la fuga y si uno se va el resto le sigue, así que tiene su técnica y emoción. El ir bien organizados y que cada uno sepa cual es su sitio es importantísimo. En todo este proceso las risas no faltan, dentro de que un error podría provocar que esto durara quién sabe cuánto. Un año casi nos tuvimos que quedar a pasar la noche, así que hay que andar muy atento y sin bromitas, sobre todo porque hay que cuidar de los caballos.



Regresamos a la finca a eso de las once y media de la noche guiando al ganado por los caminos de arena entre los pinos de la marisma, pasamos bastante cerca de la ermita de la Virgen del Rocío, ¡ viva!, y derechos a las cercas donde van a pasar el invierno los becerros. Una vez llegamos (molidos de cansancio), lo primero es organizar a los caballos, ducharles, ponerles de comer y recoger todo, y cuando todo está en su sitio entramos en la casa donde nos espera una buena comida.











Por supuesto nuestro brindis por la labor bien hecha y finalizada, y de ahí a la cama con ese regusto que solo te da este tipo de experiencias de vivir, la naturaleza, alejado del móvil, de las prisas, de los coches y demás cosas que, si lo piensas bien, no tienen el valor que nosotros nos empeñamos en darles.
Por Dios, que pare
 
El estilo de la redacción es como la de un niño de once años, va a ser verdad que los posts los escribe él y solo le corrigen la ortografía.

Me encanta lo de los becerros "dándose a la fuga" como si fueran El Lute y sus hermanos.

Menos mal que de momento nos está ahorrando la lectura de un capítulo de la vida rural que contenga la técnica de "cagar en el campo sin ponerse hasta las trancas y sin que te pique un bicho en el trance" con especial interés en postura y locación: lejos de matorrales, vigilar que no haya ortigas, barbilla alta y culo en pompa, bref, eso que todo aguerrido caballero rural sabe desde la infancia.

Todo da mucha vergüenza ajena. Porfa, LouLou, tráele a tu maridete por Reyes un bozal
 
El estilo de la redacción es como la de un niño de once años, va a ser verdad que los posts los escribe él y solo le corrigen la ortografía.

Me encanta lo de los becerros "dándose a la fuga" como si fueran El Lute y sus hermanos.

Menos mal que de momento nos está ahorrando la lectura de un capítulo de la vida rural que contenga la técnica de "cagar en el campo sin ponerse hasta las trancas y sin que te pique un bicho en el trance" con especial interés en postura y locación: lejos de matorrales, vigilar que no haya ortigas, barbilla alta y culo en pompa, bref, eso que todo aguerrido caballero rural sabe desde la infancia.

Todo da mucha vergüenza ajena. Porfa, LouLou, tráele a tu maridete por Reyes un bozal
Y por supuesto que no farte el apartao de cómo y con qué limpiarse el culo si no se lleva paper giénico ni toallita ni cline.
 
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