Football Leaks.Cristiano Ronaldo S.A.

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Football Leaks
Cristiano Ronaldo S.A.
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En la declaración fiscal del astro del Real Madrid no hay rastro de sociedades en las Islas Vírgenes, pero afloran 218 bienes en el exterior

Además, también participa en Adidas, Coca Cola, Carlsberg, AT&T o McDonald's y en emisiones de deuda en Iberdrola y Telefónica

11/12/2016 01:29
Aquel niño que nació hace 31 años en un barrio obrero de Funchal (Madeira) obsesionado con el balón, declara ahora tener 22 cuentas y depósitos en bancos suizos, participaciones en 19 Sicav en Luxemburgo, acciones, bonos y obligaciones de las principales multinacionales del mundo e inmuebles en el Reino Unido y Portugal. Cristiano Ronaldo Dos Santos Aveiro ha amasado un inmenso patrimonio que, sin contar sus bienes en España (23,5 millones), asciende a 203 millones. De ellos, el 85%, más de 170 millones, los tiene invertidos en acciones, fondos y obligaciones, pero también posee más de 20 millones en cuentas bancarias y 12 en inmuebles.

El astro del Real Madrid admite hasta 218 bienes en el exterior en la declaración a la Hacienda española a la que ha tenido acceso EL MUNDO tras desvelar su existencia el pasado jueves la agencia Gestifute, que lidera Jorge Mendes, agente del jugador. Es difícil encontrar a lo largo de sus 220 páginas una gran empresa mundial, una sicav luxemburguesa de postín o un fondo de inversión para ricos que no cuente entre sus inversores con el delantero luso.

según publicó este diario el pasado 3 de diciembre, desvió sus derechos de imagen desde 2009, pero en el documento fiscal sólo tiene obligación de declarar bienes que tenga en propiedad a 31 de diciembre de 2015. Para entonces, los socios de Mendes ya le había reorganizado la estructura de los derechos de imagen.

La declaración 720 fue presentada el 30 de marzo de 2016 a las 19.19 horas, un día antes del fin del plazo legal, y en ella sí aparece la cuenta del banco suizo Mirabaud terminada en 16 en la que Ronaldo recibió los fondos de la venta de sus derechos de imagen meses atrás. Contaba en ella en el último trimestre del año un saldo medio superior a los 10 millones de euros. La presentación de esta declaración no excluye investigaciones de la Agencia Tributaria. De hecho, la lanzada sobre Rodrigo Rato comenzó al detectarse contradicciones entre la información de que disponía Hacienda y la declarada voluntariamente por el ex ministro.

En el caso de Ronaldo, su presentación del modelo 720 es todo un retrato de cómo mueve actualmente el dinero en el mundo una gran fortuna internacional que busca rentabilidad intentando correr los mínimos riesgos económicos, fiscales y mediáticos. El mareante patrimonio declarado por Cristiano Ronaldo supera los 400.000 euros por cada gol marcado hasta ahora en su carrera.

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CRÓNICA
La cara B de #FootballLeaks
El juez 'teniente coronel' que quiso parar Football Leaks
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Imagen de Zamarriego en Ejército. Revista de las Armas y Servicios. Firmaba un artículo sobre las zonas de interés para la Defensa nacional
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Mandó callar al 'Pequeño Nicolás' y, aunque de trato "cordial y respetuoso", "destroza" a sus interrogados

Es Arturo Zamarriego, un magistrado con la Cruz de la orden al Mérito Militar

Tiene un hijo periodista y es campeón de natación. Aquí su historia y sus casos más sonados

  • Con Información De JAVIER NEGRE
11/12/2016 04:03
Fue el 17 de junio de 1988 cuando Arturo Zamarriego Fernández leyó por primera vez su nombre y sus apellidos en el periódico. Entonces tenía 30 años, aún vestía el uniforme militar y el diario Abc le nombraba como uno de los aspirantes a juzgar un asunto peliagudo: las solicitudes de libertad provisional de los militares que siete años atrás habían protagonizado el golpe de Estado del 23-F. Zamarriego era uno de los jueces togados de la región militar Centro, en Madrid. Y sí, entonces tenía 30 años, aún vestía uniforme y su nombre se escondía en el cuarto párrafo de una noticia sin firmar. Hoy, a punto de cumplir los 59, viste de paisano, preside un juzgado de la Plaza de Castilla de Madrid y copa los titulares de la prensa mundial. Es el juez que ha querido parar en toda Europa la publicación en prensa de la mayor filtración de la historia del fútbol: el juez de Football Leaks.

El magistrado, nacido en Madrid en diciembre de 1957, se licenció en Derecho en la Universidad Complutense antes de dar el salto que definiría su carrera. Con veintipocos años, el joven Arturo, aficionado a la natación -su nombre y fecha de nacimiento coinciden con el ganador de varios certámenes juveniles como parte del Real Canoe Natación Club, en el barrio de Estrella; a los 16 años Marca lo describe como un "muchacho de fácil nadar"-, se inscribe como aspirante en la Escuela Militar de Estudios Jurídicos. Quiere integrar el Cuerpo Jurídico Militar, el encargado de juzgar a los militares. Y lo consigue.




Supera los exámenes y en agosto de 1980 el Boletín Oficial de Defensa lo incluye entre sus futuros alumnos. Es el segundo de 12 con mejor puntuación. Su futuro a corto plazo: estudiar Derecho militar y también pasar un tiempo en la Academia Militar de Zaragoza para hacerse a la disciplina del Ejército.

En el verano siguiente, el "caballero cadete" se convierte en "caballero alférez" y está listo para un empleo de teniente auditor, el escalafón más bajo del cuerpo. Se estrena en la región militar de Madrid, trabajo al que enseguida añade el de agregado a la asesoría jurídica del Cuartel General del Ejército.

A partir de ahí irá ascendiendo: a capitán auditor primero, a comandante después. En los últimos años se le presenta como teniente coronel auditor. Y condecorado. Según Defensa, el juez ostenta la Cruz de la Orden del Mérito Militar con distintivo blanco en la escala superior. Aunque también progresa en el propio Ministerio. En 1989 llega al núcleo duro de la subdirección de Patrimonio en la dirección general de Infraestructuras.

De esa época data una fotografía suya que aparece publicada en una revista del Ejército [reproducida en estas páginas], encabezando un largo análisis sobre la legislación que regula "las zonas e instalaciones de interés para la Defensa nacional". Rostro serio, gafas y uniforme de comandante auditor.

Para entonces ya se ha casado con una mujer emparentada también con el Ejército -hija de un general contrario al golpe de Estado que en democracia fue gobernador militar en Valencia- y ha tenido dos hijos. Cuando crezcan, el pequeño seguirá sus pasos estudiando Derecho y el mayor optará por la profesión que hoy se siente atacada por su padre: periodismo.

Al menos los primeros años de la familia discurrieron en Alcorcón, al suroeste de Madrid, según cuenta el primogénito en un blog. A su casa, un séptimo piso del Parque de Lisboa, entraron el 10 de marzo de 1988 cuatro geos buscando al empresario secuestrado por ETA Emilio Revilla. El padre trabajaba, los niños estaban en la guardería y sólo la madre pudo abrir la puerta, después de que le enseñaran no una orden judicial sino una carta de la delegada del Gobierno pidiendo colaboración a los vecinos. Un par de años después Zamarriego escribiría un artículo citado por varios compañeros juristas: Régimen legal de la inviolabilidad del domicilio.

Subastas, robos y Bárcenas
La forma de llevar los interrogatorios, según coinciden varios letrados que han tenido trato profesional con él, es lo que queda, al menos visiblemente, de aquel juez castrense que en 1998 dejó el Ejército para entrar en la carrera judicial por el llamado cuarto turno, una puerta a la judicatura prevista para abogados, jueces sustitutos o jueces militares que no tienen que superar las oposiciones ordinarias.

El Boletín Oficial del Estado constata en junio de 1998 que Zamarriego acreditó sus méritos en una entrevista reservada para "juristas de reconocida competencia" con la aprobación del tribunal calificador. Quedó el quinto mejor, con 30 puntos de un máximo de 32,72.

Así es como Zamarriego empezó una carrera que hoy suma 18 años al margen del Ejército. Aunque salpicada de casos igualmente delicados y un perfil que ha hecho de él un juez temido. Los periodistas que trabajan en sus casos aseguran que no los recibe y que es "muy refractario" a la prensa. Los abogados defensores prefieren evitar que sus clientes declaren ante él porque "los destroza", relata uno de ellos.

Su primera plaza como juez a secas es Santander, en un juzgado de primera instancia e instrucción. Sus casos: desahucios, cobro de deudas por créditos impagados, homicidios... Tres años después pasa al juzgado de instrucción número 4 de Alcalá de Henares (Madrid), donde permanecerá cinco años hasta solicitar en 2006 su cambio a un juzgado de violencia sobre la mujer en la capital. También duraría poco. En 2009 se pone al mando del juzgado de instrucción número 2 de Plaza de Castilla. Hasta hoy.

Aquí es donde le llegan los primeros casos de relevancia pública. El juez, de vestir sobrio, "cordial, educado y respetuoso" en el trato personal pero "muy duro" con los investigados y remiso a la relación con la prensa, a decir de un letrado, empieza a salir en los periódicos.

Por sus manos han pasado desde robos de ropa en Zara hasta un supuesto plagio contra la serie La Señora o la denuncia de una víctima del pederasta de Ciudad Lineal. Pero las causas que afectan a los altos estamentos son otras.

Arturo Zamarriego ha sido el encargado de archivar una derivada del caso Bárcenas: la demanda del ex tesorero del PP al partido por supuesta falsificación documental en su "despido en diferido", como resumió María Dolores de Cospedal en su célebre frase.

También investiga un asunto relacionado con el último asesinato de los GAL: una querella interpuesta contra este periódico por el fotógrafo de Hendaya al que se vinculó con la imagen que acabó en poder del comando que mató a Carlos García Goena. Y otro delicado, la investigación del llamado cura de los nobles: la Audiencia Provincial acaba de obligarle a reabrir el caso contra el párroco de la madrileña Real Parroquia de San Ginés por un presunto delito de blanqueo de capitales, tras haberlo sobreseído.

"No haga ningún gesto"
Aunque su caso con mayor exposición pública, antes de los Football Leaks, es el del Pequeño Nicolás. Un personaje tan mediático que provocó que la voz del juez se escuchara en televisión, en Antena 3. Y se comprobara que pone las reglas muy claras en su sala.

-Mire... No haga ningún gesto, no... Hágame caso. Ningún gesto. Ningún gesto -le ordenó a Francisco Nicolás Gómez Iglesias cuando lo llamó a declarar por el viaje en el que supuestamente se hizo pasar por enviado de la Casa Real.

Tras leerle el relato de hechos por los que se le acusaba, afirmó:

-Todo esto que le he dicho a usted se monta, desde mi punto de vista, con esa finalidad y desde luego todo constituye una puesta en escena, una falsedad.

El letrado defensor protestó: no debería opinar.

-Yo soy el juez -le replicó-. No le autorizo a que me interrumpa, no tiene usted la venia...

La más conflictiva es una pieza separada y declarada secreta en la que el juez investiga la grabación ilícita de una reunión entre policías y agentes del CNI hablando sobre el Pequeño Nicolás, y que ha sacado a la luz la guerra abierta en la cúpula policial. Su actuación en este asunto está siendo muy cuestionada.

El fiscal Alfonso San Román ha denunciado una serie de sombras en la instrucción que, a su juicio, podrán suponer que se acabe decretando la nulidad de las actuaciones. El juez, sin embargo, sigue adelante sin atender a sus peticiones. Tampoco se ha arredrado ante el comisario José Manuel Villarejo, curtido en operaciones policiales y judiciales, que le ha llegado a denunciar por "prepotente, maleducado e intimidatorio", un asunto archivado por el Consejo General del Poder Judicial. En la Policía hay incluso un sector que le acusa sin ambages de "estar controlado por el CNI". Hay quienes aseguran que su deseo es recalar en la Audiencia Nacional.

La prensa también ha estado bajo su lupa. El juez ha investigado a media docena de periodistas que tuvieron acceso a la grabación sobre el Pequeño Nicolás. Zamarriego quería saber quién es la fuente que se la entregó. La Policía reclamó registrar los domicilios de algunos de ellos. El juez se negó tras el rechazo de la Fiscalía, pero sí llevó adelante otra solicitud policial: al menos en el caso de EL MUNDO, Zamarriego ordenó el registro del correo electrónico del periodista Esteban Urreiztieta en la sede del periódico, adonde llegaron un secretario judicial, un policía instructor y otros dos agentes de la policía científica para revisar sus mails entre 2014 y 2015. Estaban eliminados.

"Es muy vehemente y nervioso. Con él los interrogatorios son bastante violentos, imperativos", dice una de las personas que se ha sometido a sus preguntas. Un letrado de su juzgado añade: "Tiene ideas propias: en vez de mantenerse neutral sin decantarse por una de las partes, desde el principio se crea su idea, se sitúa en un lado y condiciona la instrucción a esa idea".

Es difícil encontrar información pública sobre su faceta de profesor. También la tiene. Arturo Zamarriego ha dado clases de Derecho Romano en la Universidad de Alcalá de Henares y recientemente ha pedido permiso para enseñar en la Complutense. Según su presentación en un curso sobre "técnicas eficaces de oralidad" que dio este noviembre en la Universidad SEK de Quito (Ecuador), imparte las asignaturas de Derecho Penal y Derecho Procesal Penal. Además, le han fichado para charlas sobre violencia de género o sobre la responsabilidad de los funcionarios en unas jornadas del Ministerio de Educación.

Zamarriego ha intentado prohibir la publicación de los presuntos delitos fiscales de Cristiano Ronaldo y otras estrellas del fútbol. Se dirigió primero a EL MUNDO, amenazando con hasta cinco años de cárcel a su director, Pedro G. Cuartango, y después a los otros 11 medios miembros del consorcio de periodistas European Investigative Collaborations (EIC) que están revelando los Football Leaks. Zamarriego accedía así a la petición de un bufete de asesoramiento a deportistas llamado Senn Ferrero, que aduce que los datos que se iban a publicar -y que se publicaron- proceden de un supuesto hackeo a sus servidores informáticos.

El juez despacha en un par de párrafos la argumentación de una decisión difícil, teniendo en cuenta que chocan dos derechos fundamentales: a la intimidad y a la información. Esa parquedad también ha causado sorpresa. Igual que su llamada al "auxilio" de la autoridad judicial alemana, país donde está la sede del semanario que obtuvo los documentos, Der Spiegel, y donde el español carece de competencias. Su cruzada aparece hasta en el Times of India. Es "the Spanish judge Arturo Zamarriego" en la prensa anglosajona; "le juge espagnol Arturo Zamarriego" en la francesa. El ex juez militar, tan incómodo con la prensa, no ha podido evitarlo: se ha hecho famoso en todo el mundo.

http://www.elmundo.es/cronica/2016/12/11/584bc8e8e5fdea53558b461b.html
 
Me gustaría ver a uno de estos futbolistos sentados en el banquillo, como la Pantoja, o la Infanta.

A partir de determinados importes, el delito fiscal pasa a ser delito penal. Y si a Cristina de Borbón se le ha sometido a escarnio público cuando ella ha confesado "no me consta", lo menos que espero es que a un futbolista se le haga lo mismo, y se le condene de igual forma, cuando contesta "no me consta, yo sólo juego al fútbol".

¿Cuál es la diferencia? ¿No estamos pidiendo que la ley sea igual para todos?
 
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