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pilou12
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Fibromialgia. ¿Es necesario ingresar en una clínica de salud mental?
María José Campanario ha puesto rostro a la fibromialgia, pero su ingreso hospitalario ha desencadenado tal despilfarro de sospechas, hipótesis y pensamientos, que urge poner cautela. Le hemos pedido a la doctora Blanca Martínez Serrano, del Instituto Madrileño del Dolor, que nos despeje las dudas más comunes que está suscitando esta enfermedad. La primera impresión es que la moderación resulta complicada al hablar de esta patología, intensa en molestias, síntomas y secuelas.
La mujer del torero ha descrito en alguna ocasión sus males y el calvario sufrido desde hace más de una década. Falta de sueño, jaquecas, cansancio, dolores terribles en los músculos y en las articulaciones, atracón de fármacos... Y precisamente aquí nos detenemos para arrancar la entrevista con Martínez Serrano:
¿Son necesarios tantos fármacos para tratar una fibromialgia?
El gran problema es que no hay suficientes herramientas para su diagnóstico. Habitualmente se determina después de una larga lista de pruebas para descartar otras patologías. Al no conocer la causa, hay que tratar los síntomas que manifiesta el paciente. Ahí interviene un arsenal farmacológico a base de analgésicos, antidepresivos y ansiolíticos que generan graves efectos secundarios y no son eficaces. En una enfermedad como la fibromialgia no es buena idea tratar de eliminar el dolor del modo más rápido porque este empeño lleva a fármacos que son ineficaces, peligrosos y adictivos, como ocurre con la morfina y su familia.
¿Es una enfermedad femenina?
Aunque algunos estudios dicen que tiende a equipararse el porcentaje, la realidad es que el 90% de las personas que lo padecen son mujeres, según la Sociedad Española de Reumatología. ¿El motivo? De momento, ninguna investigación arroja un resultado concluyente, pero podría haber factores hormonales decisivos. Curiosamente, se sabe también que hay una mayor incidencia en las enfermeras. El componente genético es también definitivo y, de hecho, la genética es una de las vías de estudio en este momento.
¿Es habitual que una paciente de fibromialgia ingrese en una clínica de salud
mental?
El estado de un paciente de fibromialgia es muy debilitante porque suele acompañarse de un montón de emociones negativas, como el enfado, la frustración, la sensación de fracaso o el sentimiento de culpa. Además, esta patología se asocia con deterioro cognitivo: torpeza mental, dificultad para concentrarse, lapsos de memoria, sensación de bloqueo o confusión visual al leer y al seguir un objeto con la mirada. El exceso de medicación lo acentúa, sumiendo al enfermo en un círculo vicioso muy delicado. El ingreso es muy común en personas polimedicadas. Si no se trata adecuadamente, puede perder completamente el control de su vida y ver deteriorada su calidad de vida. Los fármacos que se prescriben, o con los que en ocasiones se automedican, tienen muchos efectos secundarios. Los opioides, tan de moda en el tratamiento del dolor, deberían estar desaconsejados en la fibromialgia. Insisto en que sus efectos son graves y no resultan efectivos en dolores crónicos.
Hemos visto a María José Campanario caminando lenta y con movimientos torpes. ¿La fibromialgia afecta al aparato locomotor?
Las molestias en el aparato locomotor y la rigidez, sobre todo matutina, son casi siempre los primeros síntomas. El paciente siente anquilosamiento en ciertas partes del cuerpo.
¿La presión mediática de esta paciente puede haber sido un desencadenante de este último brote?
En esta patología falta mucho por saber. El estrés físico o emocional podrían precipitar o agravar los síntomas, pero siempre hay una predisposición que hace que finalmente se desarrolle la fibromialgia. Los brotes de la enfermedad sí suelen coincidir con algún episodio vital negativo.
Una vez que se diagnostica y se entiende el cuadro que afecta a cada paciente, ¿qué recuperación cabe esperar?
La fibromialgia es crónica, lo que significa que hay que aprender a vivir con el dolor. El tratamiento se compone de una dieta, terapia psicológica, ejercicio físico, reducción de fármacos y control de los niveles de estrés. Disciplinas como el yoga, la meditación, pilates, acquagym o los paseos diarios son muy útiles, tanto para la musculatura como para la mente. Cualquier actividad física es también beneficiosa para el sistema cardiovascular y para conciliar mejor el sueño. El tabaco, el alcohol, la cafeína y cualquier otro excitante del sistema nervioso deberán eliminarse por completo. Pero lo principal es conseguir rebajar la percepción de dolor o de enfermedad. Esto se consigue con una buena higiene postural y de hábitos de vida, alimentación y sueño, y también con un tratamiento farmacológico a la medida de cada uno.
¿Cuáles son los últimos tratamientos para la fibromialgia?
Hace 20 años, a pacientes como María José se les tachaba de histéricas o desequilibradas y no recibían atención ni comprensión por parte de nadie. Se ha avanzado en el conocimiento de la enfermedad y en su tratamiento con fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central, ajustando y afinando al máximo la dosis que cada uno necesita. No hay cura conocida, pero se está progresando en los tratamientos farmacológicos con analgésicos neurológicos y en la observación de las áreas cerebrales implicadas.
¿Qué impacto tiene la enfermedad en la vida familiar y profesional?
Altísimo. Es una enfermedad incomprendida, compleja y muchas veces invisible. El entorno debe aceptar el dolor como parte de la vida de esta persona y deberá comprender que se alternarán momentos de mejoría con brotes de dolor más intenso. Lo ideal es implicarse en esa buena higiene que evite un deterioro mayor en la calidad de vida. Su mejoría va a depender en gran medida de su actitud ante la enfermedad.
Mucho se está hablando estos días de Jesulín de Ubrique y de cómo podría afectar al matrimonio esta situación. Si nos atenemos a una investigación en la Universidad de Missouri, el pronóstico es bastante agorero: mayor inestabilidad matrimonial y estado de tensión o enfado de los cónyuges "Sus vidas cambian drásticamente y la posición es difícil para ambos. A la persona sana le resulta difícil presenciar el dolor de su cónyuge. Y quien lo sufre está casi tres veces más deprimido e irritable", concluyen sus autores. Frente a este panorama, la doctora Martínez Serrano remata con un consejo: "Paciencia y comprensión".
http://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/2017/09/11/599e884aca4741f2098b4572.html
- MARIAN BENITO
María José Campanario ha puesto rostro a la fibromialgia, pero su ingreso hospitalario ha desencadenado tal despilfarro de sospechas, hipótesis y pensamientos, que urge poner cautela. Le hemos pedido a la doctora Blanca Martínez Serrano, del Instituto Madrileño del Dolor, que nos despeje las dudas más comunes que está suscitando esta enfermedad. La primera impresión es que la moderación resulta complicada al hablar de esta patología, intensa en molestias, síntomas y secuelas.
La mujer del torero ha descrito en alguna ocasión sus males y el calvario sufrido desde hace más de una década. Falta de sueño, jaquecas, cansancio, dolores terribles en los músculos y en las articulaciones, atracón de fármacos... Y precisamente aquí nos detenemos para arrancar la entrevista con Martínez Serrano:
¿Son necesarios tantos fármacos para tratar una fibromialgia?
El gran problema es que no hay suficientes herramientas para su diagnóstico. Habitualmente se determina después de una larga lista de pruebas para descartar otras patologías. Al no conocer la causa, hay que tratar los síntomas que manifiesta el paciente. Ahí interviene un arsenal farmacológico a base de analgésicos, antidepresivos y ansiolíticos que generan graves efectos secundarios y no son eficaces. En una enfermedad como la fibromialgia no es buena idea tratar de eliminar el dolor del modo más rápido porque este empeño lleva a fármacos que son ineficaces, peligrosos y adictivos, como ocurre con la morfina y su familia.
¿Es una enfermedad femenina?
Aunque algunos estudios dicen que tiende a equipararse el porcentaje, la realidad es que el 90% de las personas que lo padecen son mujeres, según la Sociedad Española de Reumatología. ¿El motivo? De momento, ninguna investigación arroja un resultado concluyente, pero podría haber factores hormonales decisivos. Curiosamente, se sabe también que hay una mayor incidencia en las enfermeras. El componente genético es también definitivo y, de hecho, la genética es una de las vías de estudio en este momento.
¿Es habitual que una paciente de fibromialgia ingrese en una clínica de salud
mental?
El estado de un paciente de fibromialgia es muy debilitante porque suele acompañarse de un montón de emociones negativas, como el enfado, la frustración, la sensación de fracaso o el sentimiento de culpa. Además, esta patología se asocia con deterioro cognitivo: torpeza mental, dificultad para concentrarse, lapsos de memoria, sensación de bloqueo o confusión visual al leer y al seguir un objeto con la mirada. El exceso de medicación lo acentúa, sumiendo al enfermo en un círculo vicioso muy delicado. El ingreso es muy común en personas polimedicadas. Si no se trata adecuadamente, puede perder completamente el control de su vida y ver deteriorada su calidad de vida. Los fármacos que se prescriben, o con los que en ocasiones se automedican, tienen muchos efectos secundarios. Los opioides, tan de moda en el tratamiento del dolor, deberían estar desaconsejados en la fibromialgia. Insisto en que sus efectos son graves y no resultan efectivos en dolores crónicos.
Hemos visto a María José Campanario caminando lenta y con movimientos torpes. ¿La fibromialgia afecta al aparato locomotor?
Las molestias en el aparato locomotor y la rigidez, sobre todo matutina, son casi siempre los primeros síntomas. El paciente siente anquilosamiento en ciertas partes del cuerpo.
¿La presión mediática de esta paciente puede haber sido un desencadenante de este último brote?
En esta patología falta mucho por saber. El estrés físico o emocional podrían precipitar o agravar los síntomas, pero siempre hay una predisposición que hace que finalmente se desarrolle la fibromialgia. Los brotes de la enfermedad sí suelen coincidir con algún episodio vital negativo.
Una vez que se diagnostica y se entiende el cuadro que afecta a cada paciente, ¿qué recuperación cabe esperar?
La fibromialgia es crónica, lo que significa que hay que aprender a vivir con el dolor. El tratamiento se compone de una dieta, terapia psicológica, ejercicio físico, reducción de fármacos y control de los niveles de estrés. Disciplinas como el yoga, la meditación, pilates, acquagym o los paseos diarios son muy útiles, tanto para la musculatura como para la mente. Cualquier actividad física es también beneficiosa para el sistema cardiovascular y para conciliar mejor el sueño. El tabaco, el alcohol, la cafeína y cualquier otro excitante del sistema nervioso deberán eliminarse por completo. Pero lo principal es conseguir rebajar la percepción de dolor o de enfermedad. Esto se consigue con una buena higiene postural y de hábitos de vida, alimentación y sueño, y también con un tratamiento farmacológico a la medida de cada uno.
¿Cuáles son los últimos tratamientos para la fibromialgia?
Hace 20 años, a pacientes como María José se les tachaba de histéricas o desequilibradas y no recibían atención ni comprensión por parte de nadie. Se ha avanzado en el conocimiento de la enfermedad y en su tratamiento con fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central, ajustando y afinando al máximo la dosis que cada uno necesita. No hay cura conocida, pero se está progresando en los tratamientos farmacológicos con analgésicos neurológicos y en la observación de las áreas cerebrales implicadas.
¿Qué impacto tiene la enfermedad en la vida familiar y profesional?
Altísimo. Es una enfermedad incomprendida, compleja y muchas veces invisible. El entorno debe aceptar el dolor como parte de la vida de esta persona y deberá comprender que se alternarán momentos de mejoría con brotes de dolor más intenso. Lo ideal es implicarse en esa buena higiene que evite un deterioro mayor en la calidad de vida. Su mejoría va a depender en gran medida de su actitud ante la enfermedad.
Mucho se está hablando estos días de Jesulín de Ubrique y de cómo podría afectar al matrimonio esta situación. Si nos atenemos a una investigación en la Universidad de Missouri, el pronóstico es bastante agorero: mayor inestabilidad matrimonial y estado de tensión o enfado de los cónyuges "Sus vidas cambian drásticamente y la posición es difícil para ambos. A la persona sana le resulta difícil presenciar el dolor de su cónyuge. Y quien lo sufre está casi tres veces más deprimido e irritable", concluyen sus autores. Frente a este panorama, la doctora Martínez Serrano remata con un consejo: "Paciencia y comprensión".
http://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/2017/09/11/599e884aca4741f2098b4572.html
