¿Feminista y de derechas?

El número de prostitutos se triplica

  • El oficio más viejo ya no es exclusivo de mujeres
  • El alto nivel de paro empuja a muchos jóvenes a ejercerlo, algunos para poder estudiar
    Un 'chapero', con un cliente en los alrededores de Las Ventas, en Madrid QUIQUE FIDALGO

LUCAS DE LA CAL Madrid
Actualizado: 23/01/2015 11:26 horas

Rodrigo lleva una doble vida. Por el día, es un aplicado estudiante de Publicidad en Madrid. Pero cuando cae la noche, vende besos, abrazos y caricias por dinero. Los músculos y la belleza de este joven de 22 años son apetecibles para muchas mujeres y hombres, pero sólo están al alcance de quienes pueden pagar 300 euros por un apasionado encuentro de una hora. Sí, Rodrigo es prostituto. Chapero. Gigoló. O como le gusta que le llamen: "Soy un puto".

Como él, muchos jóvenes universitarios se han convertido en profesionales del s*x* de pago por el alto nivel de desempleo (53,7% en los menores de 25 años) y para poder pagarse las tasas universitarias, que en la Comunidad de Madrid han subido un 65%. "Hace dos años pagaba 900 euros de matrícula. Ahora me cuesta más de 2.000 y mis padres no se lo pueden permitir. Hace un año decidí prostituirme porque vi que era la manera más fácil de conseguir dinero para seguir estudiando", cuenta Rodrigo. Su familia no sabe a qué se dedica. Su padre está jubilado y su madre es asistenta en paro. "Les dije que después de clase había encontrado un trabajo en unos almacenes y como coartada para las noches que paso fuera de casa creen que trabajo de gogó en varias discotecas", afirma el joven.

El oficio más antiguo del mundo ha aumentado un 30% desde que comenzó la crisis, en 2008. Así lo confirman los estudios elaborados por la Asociación de Profesionales del s*x* (Aprosex). En este porcentaje entran sobre todo chicas, pero no sólo ellas han recurrido al s*x* de pago por la situación económica. Iván Zaro ha realizado diversos estudios sobre trabajadores masculinos del s*x* para el Ayuntamiento de Madrid y la organización Imagina Más. "El número de hombres que se prostituyen se ha triplicado en España. Aquí tenemos aproximadamente 4.000 chaperos", dice.

"El 20% de los prostitutos son protadores del VIH, por un 0,3% de mujeres", dice Jorge del Romero
Rodrigo es bisexual. Sus clientes más habituales son hombres mayores con alto poder adquisitivo. "También me llaman mujeres que quieren que les acompañe a comprar, cenar y que me haga pasar por su novio. En alguna de estas citas acabamos teniendo s*x*. En otras, no. En este caso hago jornadas como acompañante de 10 horas por 1.200 euros", dice el joven, que acaba de terminar un servicio en el centro de Madrid y ahora tiene que ir a la universidad. Durante la hora y media que dura la clase de Psicología de la Comunicación, ha recibido nueve mensajes. Todos de clientes. Ya ha quedado con uno de ellos en la Castellana, donde tendrá un encuentro que acabará entre las sábanas de un hotel.

Concha Borrell recibe diariamente llamadas de chavales como Rodrigo, que acaban de entrar en la prostit*ción. Preside Aprosex, la única asociación formada por profesionales del s*x* en activo. "Es una pena. A la mayoría de ellos no les gustan los varones y lo hacen porque tienen que ayudar a sus familias y quieren seguir estudiando. Me llaman destrozados. Se desahogan conmigo porque no se lo cuentan a nadie".

Éste es el caso de Manuel, 24 años, estudiante de Ingeniería de Caminos en Vigo. "No me gustan los hombres, pero éstos son más promiscuos y me llaman más que las mujeres", dice este joven de ojos verdes. Lleva prostituyéndose tres años y a todas sus citas acude en traje y corbata. Gana casi 4.000 euros al mes, con los que se paga la universidad, un piso en la plaza de la Constitución y los caprichos que se le antojan. Actualiza su anuncio cada semana en una página web, donde cada 20 minutos se publica un nuevo reclamo de "estudiante de compañía". Además de ser una realidad, el fetiche universitario es una herramienta de marketing que utilizan los chaperos para captar clientes. La mayoría de anuncios de internet y de periódicos suelen ser falsos. "A los hombres les da mucho morbo pensar que están con un yogurín colegiado", afirma Manuel.

En Barcelona encontramos el caso de Héctor. Este mallorquín de 25 años, estudiante de 4º de Económicas, suele trabajar con Rosa, de 18, que cursa Enfermería. Ambos estudian en la Universidad de Barcelona. Ofrecen s*x* en pareja por 290 euros la hora y shows eróticos a la carta por el doble. "El cliente busca en los universitarios gente joven y no profesionales", dice Héctor. Tiene un blog donde se publicitan como "un grupo de chicas y chicos de la Universidad de Barcelona, bisexuales, liberales y de mente abierta".

En esta ciudad también está Marc, que se pagó el último curso de Ciencias Sociales vendiendo su cuerpo a hombres y mujeres. La mayoría de sus clientes son turistas. "La verdad es que disfruto mucho de los servicios. Últimamente me piden mucho sado".

Lolo está estudiando el desarrollo de la prostit*ción en la historia desde la perspectiva del filósofo alemán Max Scheler. Este joven de 26 años compagina sus estudios de Filosofía en Madrid con el trabajo de chapero. "Una noche un hombre me ofreció 100 euros si tenía relaciones sexuales con él. Me gustó y así empecé. Un año después ya tenía una lista de clientes fijos y ganaba bastante dinero. Decidí entonces estudiar una carrera universitaria para poder dejar este trabajo en un futuro", afirma Lolo. En sus citas siempre lleva un estuche lleno de condones de diferentes sabores. "Siempre tomo muchas precauciones. Conozco a compañeros a los que el cliente les ha pagado más por hacerlo a pelo y ahora tienen sida".

'Los clientes pagan, pero no por ello mandan'
Marc ha participado en talleres sobre prostit*ción que organiza Aprosex. Esta asociación lleva cinco años dando apoyo moral y luchando por los derechos de las prost*tutas y la normalización del trabajo sexual. "Las mujeres llevan mucho más tiempo en esto, pero ahora cada vez más hombres están aprendiendo a usar también su cuerpo como una herramienta", afirma Concha Borrel, escort desde hace siete años y presidenta de Aprosex. Su asociación estima que entre 300.000 y 500.000 personas se prostituyen para ganar dinero en España. "Con la crisis se ha disparado la prostit*ción. Hay muchos estudiantes pero, sobre todo, destacan las amas de casa y sus maridos en paro que se han metido en este mundo. Pero las mujeres seguimos siendo mucho más vulnerables", subraya. Aprosex es pionera en organizar cursos de profesionalización de la prostit*ción. Concha, junto con psicólogos y terapeutas sexuales, preparan a mujeres y hombres sobre cómo evitar el rechazo al estar a punto de comenzar a trabajar, y se discuten temas como el compañerismo con colegas y hasta el marketing de los servicios de prostit*ción. "Los clientes pagan, pero no por ello mandan".

 
Lo tuyo no es el análisis contextual, eh?


Mariconadas
Arturo Pérez-Reverte
Patente de corso

La semana pasada me autocensuré. No es frecuente y me costó, pero lo hice. Escribí un párrafo y al releer el artículo volví sobre él, dándole vueltas. Había escrito: respondí que una gabardina corta, amén de poco práctica, era una mariconada. Y la mirada de veterano, la de los mil metros, tropezaba en la última palabra. Son muchos años y mucha tecla.

Da igual, concluí tras un rato, que en los veinticinco años que llevo escribiendo esta página haya hablado siempre con afecto y respeto de los homosexuales y sus derechos, antes incluso de la explosión elegetebé y otras reivindicaciones actuales. Que les haya dedicado artículos como un remoto Yo también soy mari**n o el Parejas venecianas que figura destacado en numerosas páginas especializadas. Pese a todo, me dije, y conociendo a mis clásicos, si dejo mariconadas en el texto la vamos a liar, y durante un par de días todos los cantamañanas e inquisidores de las redes sociales desplegarán la cola de pavo real a mi costa. Tampoco es que eso me preocupe, a estas alturas. Pero a veces me pilla cansado. Me da pereza hacer favores a los oportunistas y los idiotas. Así que, aunque no sean sinónimos, cambié mariconada por gilipollez, y punto.

Luego me quedé pensando. Y como pueden comprobar, aún lo hago. Censura exterior y autocensura propia. Ahora lamento haber cedido. Llevo en el oficio de escritor y periodista medio siglo exacto, tiempo suficiente para apreciar evoluciones, transformaciones e incluso retrocesos. Y en lo que se refiere a libertad de expresión, a ironía, a uso del lenguaje como herramienta eficaz, retrocedemos. No sólo en España, claro. Es fenómeno internacional. Lo que pasa es que aquí, con nuestra inclinación natural a meter la navaja en el barullo cuando no corremos riesgos –miserable costumbre que nos dejaron siglos de Inquisición, de confesonario, de delatar al vecino porque no comía tocino o votaba carcundia o rojerío–, la vileza hoy facilitada por el anonimato de las redes sociales lo pone todo a punto de nieve.

Nunca, en mi larga y agitada vida, vi tanta necesidad de acallar, amordazar a quien piensa diferente o no se pliega a las nuevas ortodoxias; a lo políticamente correcto que –aparte la gente de buena fe, que también la hay– una pandilla de neoinquisidores subvencionados, de oportunistas con marca registrada que necesitan hacerse notar para seguir trincando, ha convertido en argumento principal de su negocio.

Y que quede claro: no hablo de mí. A cierta edad y con la biografía hecha, cruzas una línea invisible que te pone a salvo de muchas cosas. Un novelista o un periodista a quien sus lectores conocen puede permitirse lujos a los que otros más jóvenes no se atreven, porque ellos sí son vulnerables. A Javier Marías, Vargas Llosa, Eslava Galán, Ignacio Camacho, Juan Cruz, Jorge Fernández Díaz, Élmer Mendoza y tantos otros, nuestros lectores nos ponen a salvo. Nos blindan ante las interpretaciones sesgadas o la mala fe. Nos hacen libres hasta para equivocarnos.

Sin embargo, escritores y articulistas jóvenes sí pueden verse destrozados antes de emprender el vuelo. Algunos de mis mejores amigos, de los más brillantes de su generación y con ideas políticas no siempre coincidentes entre ellos –eludo sus nombres para no comprometerlos, lo cual es significativo–, se tientan la ropa antes de dar un teclazo, y algunos me confiesan que escriben bajo presión, esquivando temas peliagudos, acojonados por la interpretación que pueda hacerse de cuanto digan. Por si tal palabra, adjetivo, verbo, despertará la ira de los farisaicos cazadores que, sin talento propio pero duchos en parasitar el ajeno, medran y engordan en las redes.

Hasta humoristas salvajes como Edu Galán y Darío Adanti, los de Mongolia, valientes animales que no respetan ni a la madre que los parió, meten un cauto dedo en ciertas aguas antes de zambullirse en ellas. Y así, poco a poco, fraguamos un triste devenir donde nadie se atreverá a decir lo que de verdad quiere decir, sea o no correcto, sea o no acertado, sea o no la verdad oficial, ni a hacerlo de forma espontánea, sincera, por miedo a las consecuencias.

Y bueno. Qué quieren que les diga. No envidio a esos escritores y periodistas obligados a trabajar en el futuro –algunos ya en el presente– con un inquisidor íntimo sentado en el hombro, sopesando las consecuencias sociales de cada teclazo. Porque así no hay quien escriba nada. Lo primero que desactiva a un buen periodista, a un buen novelista, a cualquiera, es vivir con miedo de sus propias palabras.

Un texto de Reverte para justificarte. No hay más preguntas, señoría XD
 
Muy muy muy resumido
Feminismo es luchar por la libre elección de cada mujer (aunque a ti no te guste).
Derecha justo me referia a partidos como VOX, C'S y PP ( es otro tema si son más extremistas y demás)

Sólo me referia, de cara a estas elecciones, si lo véis posible.
de ciudadanos y pp si se puede ser feminista, VOX obviamente no, una de sus medidas estrellas es acabar con la ley de violencia de género según ellos porque muchas mujeres se inventan que los hombres las atacan
 
No estoy de acuerdo en nada pero respeto tu opinión. Pero me alucina lo de "la derecha retrógrada se basa en los roles tradicionales y ahí las mujeres estamos perjudicadas y tenemos limitada nuestra libertad de elección".
No he visto nada en ningún partido de derechas, que nos diga que nos vayamos a fregar y no podamos elegir.
El tema del aborto no me vale, es un tema mucho más delicado y complicado. Porque ya entramos como con la eutanasia en el tema complicado de es un derecho o un privilegio. O ser padres es derecho o elección...
Y estoy de acuerdo con eutanasia, y aborto e igualdad de la mujer. Y me considero más de derechas. Por favor argumentadme algo por lo que sea incongruente todo esto. Porque recordemos que hay más problemas en el mundo que la decisión u opinión de un pequeño colectivo.
yo distinguiría entre derecha PP ciudadadanos y extrema derecha VOX, estos últimos no quieren aborto ni utanasia, por motivos religiosos, tampoco que una pareja homosexual adopte, me parece retrogrado, la derecha moderada si que puede tener discurso en el cual se puede llegar acuerdos y dar la razón
 
Un texto de Reverte para justificarte. No hay más preguntas, señoría XD

Que no seas capaz de hacer un análisis contextual de un término es muy grave, y no requiere de ningún apoyo adicional a la evidencia.

El texto de Reverte, desde luego, es un plus demoledor.
 
Última edición:
Que no seas capaz de hacer un análisis contextual de un término es muy grave, y no requiere de ningún apoyo adicional a la evidencia.

El texto de Reverte, desde luego, es un plus demoledor.
Lo que es grave es excusar haber calificado de «parecía normal» a una persona ya sea por su profesión, identidad de género o color de pelo en 2019 y justificarlo con el contexto. El contexto da igual, lo diga Reverte, Def con Dos o Bertin Osborne —que son los que suelen tirar de estos textos de soberbia misógina—. No se debe calificar a una persona como normal y no-normal, y punto.
 
Lo que es grave es excusar haber calificado de «parecía normal» a una persona ya sea por su profesión, identidad de género o color de pelo en 2019 y justificarlo con el contexto. El contexto da igual, lo diga Reverte, Def con Dos o Bertin Osborne —que son los que suelen tirar de estos textos de soberbia misógina—. No se debe calificar a una persona como normal y no-normal, y punto.
Tu falta de capacidad para el análisis contextual de un término no lo dice Reverte, lo digo yo.

Reverte dice esto, que te viene al pelo:


Mariconadas
Arturo Pérez-Reverte
Patente de corso

La semana pasada me autocensuré. No es frecuente y me costó, pero lo hice. Escribí un párrafo y al releer el artículo volví sobre él, dándole vueltas. Había escrito: respondí que una gabardina corta, amén de poco práctica, era una mariconada. Y la mirada de veterano, la de los mil metros, tropezaba en la última palabra. Son muchos años y mucha tecla.

Da igual, concluí tras un rato, que en los veinticinco años que llevo escribiendo esta página haya hablado siempre con afecto y respeto de los homosexuales y sus derechos, antes incluso de la explosión elegetebé y otras reivindicaciones actuales. Que les haya dedicado artículos como un remoto Yo también soy mari**n o el Parejas venecianas que figura destacado en numerosas páginas especializadas. Pese a todo, me dije, y conociendo a mis clásicos, si dejo mariconadas en el texto la vamos a liar, y durante un par de días todos los cantamañanas e inquisidores de las redes sociales desplegarán la cola de pavo real a mi costa. Tampoco es que eso me preocupe, a estas alturas. Pero a veces me pilla cansado. Me da pereza hacer favores a los oportunistas y los idiotas. Así que, aunque no sean sinónimos, cambié mariconada por gilipollez, y punto.

Luego me quedé pensando. Y como pueden comprobar, aún lo hago. Censura exterior y autocensura propia. Ahora lamento haber cedido. Llevo en el oficio de escritor y periodista medio siglo exacto, tiempo suficiente para apreciar evoluciones, transformaciones e incluso retrocesos. Y en lo que se refiere a libertad de expresión, a ironía, a uso del lenguaje como herramienta eficaz, retrocedemos. No sólo en España, claro. Es fenómeno internacional. Lo que pasa es que aquí, con nuestra inclinación natural a meter la navaja en el barullo cuando no corremos riesgos –miserable costumbre que nos dejaron siglos de Inquisición, de confesonario, de delatar al vecino porque no comía tocino o votaba carcundia o rojerío–, la vileza hoy facilitada por el anonimato de las redes sociales lo pone todo a punto de nieve.

Nunca, en mi larga y agitada vida, vi tanta necesidad de acallar, amordazar a quien piensa diferente o no se pliega a las nuevas ortodoxias; a lo políticamente correcto que –aparte la gente de buena fe, que también la hay– una pandilla de neoinquisidores subvencionados, de oportunistas con marca registrada que necesitan hacerse notar para seguir trincando, ha convertido en argumento principal de su negocio.

Y que quede claro: no hablo de mí. A cierta edad y con la biografía hecha, cruzas una línea invisible que te pone a salvo de muchas cosas. Un novelista o un periodista a quien sus lectores conocen puede permitirse lujos a los que otros más jóvenes no se atreven, porque ellos sí son vulnerables. A Javier Marías, Vargas Llosa, Eslava Galán, Ignacio Camacho, Juan Cruz, Jorge Fernández Díaz, Élmer Mendoza y tantos otros, nuestros lectores nos ponen a salvo. Nos blindan ante las interpretaciones sesgadas o la mala fe. Nos hacen libres hasta para equivocarnos.

Sin embargo, escritores y articulistas jóvenes sí pueden verse destrozados antes de emprender el vuelo. Algunos de mis mejores amigos, de los más brillantes de su generación y con ideas políticas no siempre coincidentes entre ellos –eludo sus nombres para no comprometerlos, lo cual es significativo–, se tientan la ropa antes de dar un teclazo, y algunos me confiesan que escriben bajo presión, esquivando temas peliagudos, acojonados por la interpretación que pueda hacerse de cuanto digan. Por si tal palabra, adjetivo, verbo, despertará la ira de los farisaicos cazadores que, sin talento propio pero duchos en parasitar el ajeno, medran y engordan en las redes.

Hasta humoristas salvajes como Edu Galán y Darío Adanti, los de Mongolia, valientes animales que no respetan ni a la madre que los parió, meten un cauto dedo en ciertas aguas antes de zambullirse en ellas. Y así, poco a poco, fraguamos un triste devenir donde nadie se atreverá a decir lo que de verdad quiere decir, sea o no correcto, sea o no acertado, sea o no la verdad oficial, ni a hacerlo de forma espontánea, sincera, por miedo a las consecuencias.

Y bueno. Qué quieren que les diga. No envidio a esos escritores y periodistas obligados a trabajar en el futuro –algunos ya en el presente– con un inquisidor íntimo sentado en el hombro, sopesando las consecuencias sociales de cada teclazo. Porque así no hay quien escriba nada. Lo primero que desactiva a un buen periodista, a un buen novelista, a cualquiera, es vivir con miedo de sus propias palabras.

 
Me hace gracia porque las que politizan el aborto son las feministas de derechas.
¿Por qué dices eso? No lo veo. La mera idea de que no se puede ser anti aborto y de izquierdas me parece una politización que viene de la izquierda, no de la derecha. Y por cierto en la llamada derecha, que entiendo sería el PP para ti, hay muchas personas a favor del aborto libre. Y en Ciudadanos, que muchos dicen es de derechas (trifachito y demás comentarios), creo que jamás se ha pedido retringir la ley del aborto vigente.
 
Un partido político no va a ser tan tonto de decir "las mujeres a fregar", pero para mí, analizando a mi familia, entorno, amigos, familias de amigos, etc. Las familias que votan a la derecha suelen ser machistas (por norma general). Solo las mujeres cocinan/limpian por ejemplo en navidades, no se sientan hasta que no está todo listo, los hombres se sientan a la mesa con su copita y van recibiendo todo por delante, alguno se levanta y trae un par de platos y ya ha hecho la buena acción del día. Por poner un ejemplo. Si en vuestras casas no es así, pues no es para que os sintáis ofendidos, es lo que yo he visto de toda la vida. El pensamiento de la derecha suele ser el de "proteger" el concepto de familia tradicional (esto si lo dice vox), y eso todos sabemos lo que significa y cual ha sido el papel de la mujer tradicionalmente en las familias.
Yo personalmente he sufrido maltrato de una persona ejemplar a ojos de la sociedad, una persona con buena imagen, admirada, querida. Cuando lo conté sabéis quién me creyó? Nadie. Me llamaron despechada, loca, sinvergüenza y de todo un poco. Por supuesto no denuncié, tenía 18 años y pensé que nadie me creería nunca. Mi denuncia podría haber sido considerada falsa. Al menos a ojos de la gente así sería. Lo que quiero decir con esto, es que estoy cansada de que siempre que se hable de la ley de violencia de genero, se hable de denuncias falsas. No podemos desproteger la vida de un gran número de mujeres para proteger el honor de unos pocos hombres. No es que lo que hay ahora sea para mí lo ideal, pero volver atrás tampoco. Y de verdad hablar de que hay igual maltrato de una mujer hacia un hombre que al revés... Por supuesto que hay hombres maltratados, pero joder, el maltrato hacia la mujer es sistemático, es "herencia" social, no son casos aislados. No todos los hombres maltratan, no quiero que se saque de contexto, pero un gran porcentaje de mujeres hemos sufrido maltrato de algún tipo por parte de un hombre. No se trata de "not all men".
yo he visto eso en muchas casas toda la vida, independientemente fueran de izquierdas o derechas. Es más, con mayoría de izquierdas. Eso no tiene que ver nada con la ideología. Tiene que ver con la educación que se daba antes, en que el hombre trabajaba fuera y la mujer en casa, y aún se arrastra en algunos sitios esos roles.
 
Para mi punto de vista, ni esto ni otras cuestiones del hilo tienen nada que ver con el feminismo o el machismo.
Es un tema fundamentalmente economico.

Se trata de tener un pensamiento completamente liberal economicamente con respecto al cuerpo humano o no tenerlo.

Hay personas que piensan que se puede comercializar con el cuerpo, tanto en s*x*, como en hijos, como en organos.

Y hay personas que piensan que existen unos limites eticos a este respecto, igual que la etica existe o deberia existir en otros ambitos.
Yo por cierto, soy de la segunda opinion.
si perdón me fui un poco del tema del hilo xD
 

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