¿Feminista y de derechas?

Hombres que se prostituyen para otros hombres.
Bueno me ganaria muchas cruces con lo que realmente pienso, que las mujeres y los hombres somos diferentes(en algunas cosas) aunque tengamos los mismos derechos(y asi debe ser), que una de las cosas diferentes son nuestras hormonas y funcionan diferente y ademas es que pienso eso y tal... pero la verdad es por otro lado que en los clubs de Boys para fiestas, las clientas no son gays, Mrs. Muir.
 
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No es hilar fino es, por una parte, poner a la neurona a funcionar un poco y, por otra, tener un poco de respeto y revisarse de vez en cuando para aprender de los errores que cometemos —TODOS— y así poder corregirlos.
Claro, siempre siempre hay que mejorar, pero realmente ves ahi una ofensa? yo lo siento pero no la veo. Veo un lenguaje relajado, pero no veo la ofensa. Si hubiese dicho que vestia con mucho gusto o que era muy hortera seria mejor o peor? como tendria que describir a un personaje que aparece en una narracion de manera politicamente correcta? se dice el nombre y ya? no se, me pierdo con lo politicamente correcto!
 
Una persona no es un servicio. A mí también me parece insultante lo que dices tú. Es ir en contra de los derechos humanos, las relaciones deben ser igualitarias y libres. Es muy libre chupar p... de viejos para dar de comer a tus hijos, y eso creo que no es tener s*x*. Tener s*x* no es un derecho.
Yo también me pregunto, si quieres vender un riñón o una parte de tu hígado libremente, qué daño haces?
Creo que usar la palabra emocional es delatador... ahora, no me vengas con que prostituirse es feminista, por favor. Si el patriarcado está feliz de someternos y de tener mujeres disponibles a los deseos de los hombres, quieran o no.
Bueno, yo feminista no soy. El concepto patriarcado no entra en mi mundo.
Una persona no es un servicio, una relación sexual sí. Igual que un peluquero no es un servicio, pero el peinado que te hace sí lo es.
Que tú tengas s*x* por cuestiones sentimentales es otra cosa y es respetable, pero no todo el mundo vive ni entiende el s*x* como tú. Hay gente para la que el s*x* no es nada sentimental, sólo un acto. Hay gente que utiliza el s*x* para aprovecharse de otros o para manipularles. De todo hay en la viña del señor. Y ojalá todos fuesemos seres puros de luz, pero las cosas no siempre son como nos gustarían.
 
Claro, siempre siempre hay que mejorar, pero realmente ves ahi una ofensa? yo lo siento pero no la veo. Veo un lenguaje relajado, pero no veo la ofensa. Si hubiese dicho que vestia con mucho gusto o que era muy hortera seria mejor o peor? como tendria que describir a un personaje que aparece en una narracion de manera politicamente correcta? se dice el nombre y ya? no se, me pierdo con lo politicamente correcto!
En el momento en el que clasificas a alguien como que «parecía normal» te estás posicionando a ti mismo al bando de «como tiene que ser» y a la otra persona en un plano inferior que aparenta estar a la altura. Esa es la lectura que yo hago de que alguien hable de alguien diferente con lo «normal» como baremo.
 
En el momento en el que clasificas a alguien como que «parecía normal» te estás posicionando a ti mismo al bando de «como tiene que ser» y a la otra persona en un plano inferior que aparenta estar a la altura. Esa es la lectura que yo hago de que alguien hable de alguien diferente con lo «normal» como baremo.

Lo tuyo no es el análisis contextual, eh?


Mariconadas

Arturo Pérez-Reverte

Patente de corso

La semana pasada me autocensuré. No es frecuente y me costó, pero lo hice. Escribí un párrafo y al releer el artículo volví sobre él, dándole vueltas. Había escrito: respondí que una gabardina corta, amén de poco práctica, era una mariconada. Y la mirada de veterano, la de los mil metros, tropezaba en la última palabra. Son muchos años y mucha tecla.

Da igual, concluí tras un rato, que en los veinticinco años que llevo escribiendo esta página haya hablado siempre con afecto y respeto de los homosexuales y sus derechos, antes incluso de la explosión elegetebé y otras reivindicaciones actuales. Que les haya dedicado artículos como un remoto Yo también soy mari**n o el Parejas venecianas que figura destacado en numerosas páginas especializadas. Pese a todo, me dije, y conociendo a mis clásicos, si dejo mariconadas en el texto la vamos a liar, y durante un par de días todos los cantamañanas e inquisidores de las redes sociales desplegarán la cola de pavo real a mi costa. Tampoco es que eso me preocupe, a estas alturas. Pero a veces me pilla cansado. Me da pereza hacer favores a los oportunistas y los idiotas. Así que, aunque no sean sinónimos, cambié mariconada por gilipollez, y punto.

Luego me quedé pensando. Y como pueden comprobar, aún lo hago. Censura exterior y autocensura propia. Ahora lamento haber cedido. Llevo en el oficio de escritor y periodista medio siglo exacto, tiempo suficiente para apreciar evoluciones, transformaciones e incluso retrocesos. Y en lo que se refiere a libertad de expresión, a ironía, a uso del lenguaje como herramienta eficaz, retrocedemos. No sólo en España, claro. Es fenómeno internacional. Lo que pasa es que aquí, con nuestra inclinación natural a meter la navaja en el barullo cuando no corremos riesgos –miserable costumbre que nos dejaron siglos de Inquisición, de confesonario, de delatar al vecino porque no comía tocino o votaba carcundia o rojerío–, la vileza hoy facilitada por el anonimato de las redes sociales lo pone todo a punto de nieve.

Nunca, en mi larga y agitada vida, vi tanta necesidad de acallar, amordazar a quien piensa diferente o no se pliega a las nuevas ortodoxias; a lo políticamente correcto que –aparte la gente de buena fe, que también la hay– una pandilla de neoinquisidores subvencionados, de oportunistas con marca registrada que necesitan hacerse notar para seguir trincando, ha convertido en argumento principal de su negocio.

Y que quede claro: no hablo de mí. A cierta edad y con la biografía hecha, cruzas una línea invisible que te pone a salvo de muchas cosas. Un novelista o un periodista a quien sus lectores conocen puede permitirse lujos a los que otros más jóvenes no se atreven, porque ellos sí son vulnerables. A Javier Marías, Vargas Llosa, Eslava Galán, Ignacio Camacho, Juan Cruz, Jorge Fernández Díaz, Élmer Mendoza y tantos otros, nuestros lectores nos ponen a salvo. Nos blindan ante las interpretaciones sesgadas o la mala fe. Nos hacen libres hasta para equivocarnos.

Sin embargo, escritores y articulistas jóvenes sí pueden verse destrozados antes de emprender el vuelo. Algunos de mis mejores amigos, de los más brillantes de su generación y con ideas políticas no siempre coincidentes entre ellos –eludo sus nombres para no comprometerlos, lo cual es significativo–, se tientan la ropa antes de dar un teclazo, y algunos me confiesan que escriben bajo presión, esquivando temas peliagudos, acojonados por la interpretación que pueda hacerse de cuanto digan. Por si tal palabra, adjetivo, verbo, despertará la ira de los farisaicos cazadores que, sin talento propio pero duchos en parasitar el ajeno, medran y engordan en las redes.

Hasta humoristas salvajes como Edu Galán y Darío Adanti, los de Mongolia, valientes animales que no respetan ni a la madre que los parió, meten un cauto dedo en ciertas aguas antes de zambullirse en ellas. Y así, poco a poco, fraguamos un triste devenir donde nadie se atreverá a decir lo que de verdad quiere decir, sea o no correcto, sea o no acertado, sea o no la verdad oficial, ni a hacerlo de forma espontánea, sincera, por miedo a las consecuencias.

Y bueno. Qué quieren que les diga. No envidio a esos escritores y periodistas obligados a trabajar en el futuro –algunos ya en el presente– con un inquisidor íntimo sentado en el hombro, sopesando las consecuencias sociales de cada teclazo. Porque así no hay quien escriba nada. Lo primero que desactiva a un buen periodista, a un buen novelista, a cualquiera, es vivir con miedo de sus propias palabras.

 
Las penetraban 20 tíos todos los días?
Y eso con suerte!! porque muchas ya quisieran eso, para ganar más dinero...sí, es muy triste... y no solo penetraciones, sino cualquier acto que a los tios se les ocurra, como felaciones o anal. ufff
 
Estoy de acuerdo con que la prostit*ción no tiene relación con el feminismo...Pienso en los prostitutos masculinos...con qué tienen que ver?
La gran mayoria de prostitutos masculinos van con homosexuales, eso es asi.
También hay muchos que van de acompañantes de alto nivel con mujeres adineradas, pero creo que ni de lejos los tratan de mal como los hombres tratan a las prost*tutas.
Hablando de ésto, recomiendo un libro, que me encantó. De alicia gimenez-barlett. Hombres desnudos. Va de un chico, normal que se tiene que dedicar a ésto, de la mano de un amigo suyo un poco canalla...conoce a una rica empresaria... se enamora.. en fin. Está muy bien, muy entretenido. Esa escritora escribió Petra delicado, una detective.
 
Hombres que se prostituyen para otros hombres.
Y de eso no se habla mucho, pero hay también mafias de tratas de blancos, les llaman. De muchachos muy jóvenes de todas partes que los prostituyen para hombres ricos. Hay secuestros y todo. Eso viene de antiguo, que los cazaban como esclavos.
No han cambiado las cosas.
 
Y de eso no se habla mucho, pero hay también mafias de tratas de blancos, les llaman. De muchachos muy jóvenes de todas partes que los prostituyen para hombres ricos. Hay secuestros y todo. Eso viene de antiguo, que los cazaban como esclavos.
No han cambiado las cosas.
Uy, en países como Afganistán los ricos tienen a sus niños vestidos de niñas que bailan para ellos y luego los tienen como sus esclavos sexuales...
 
A ver, los prostitutos hombres también suelen ser contratados más por otros hombres que por mujeres,... Ahí está la cosa, no en quien ejerce la prostit*ción sino en quien la consume, por eso es una cuestión de feminismo. Los hombres violados también son violados por otros hombres. El tema es que hay que educar a las nuevas generaciones, inculcar valores y enseñar el respeto por el resto de seres humanos. Todavía hay hombres que ven a las mujeres como un conjunto de atributos físicos, y no como a una persona (y hombres muy jóvenes, con estudios, carrera, master, etc.). Se habla de las prost*tutas, "mujeres de moral cuestionable" y perlitas por el estilo, pero si existen es porque hay puteros, porque hay hombres que prefieren pagar para así sentirse con derechos sobre otra persona. Porque no todos los que pagan por sexxo es porque no liguen, la mayoría es porque así es más fácil, y no tienen que preocuparse absolutamente nada por la otra persona ni por su placer. Hay muchas mujeres que la ejercen porque quieren (son minoría, que las haya no implica que todos los casos sean así) pero no porque disfruten de su trabajo, sino porque es una forma rápida de conseguir dinero, en muchos casos no tienen acceso a un empleo mejor y si lo tienen está muy mal remunerado. Normalmente son mujeres que tienen pocas posibilidades. Por supuesto que hay prost*tutas de lujo que lo ganan bien y pueden ser selectivas con sus clientes, trabajar lo justo, etc. Pero la mayoría son pobres, inmigrantes, y son explotadas por terceras personas que se quedan con el dinero y hacen negocio con ellas (hombres en su mayoria, de nuevo). La prostit*ción es un negocio de los hombres para los hombres, usando el cuerpo de la mujer para obtener lo que necesitan. Salvo en contadas excepciones.
 

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