Felipe y Letizia en la cena con motivo del 40º aniversario de “El País”. Mayo 5, 2016

En este país no se salva nadie y sólo hemos comenzado.....

El gobierno de Maduro pagó 272.000 dólares a Iglesias en el paraíso fiscal de Granadinas en 2014.

http://okdiario.com/investigacion/l...iglesias-por-el-gobierno-de-venezuela-124602#
Creo que te has equivocado de hilo,este es el de la monarquía.Es ya la segunda vez que lo haces.En el de política tienes miles de hilos para lanzar tus opinuones a los cuatro vientos,No intentes complicar este hilo,con lo que se está haciendo en el de tribuna política es suficiente.
 
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El vestido me gusta, los zapatos no y el pelo me parece un desproposito. Alguien deberia decirle q esas ondas le quedan como el culo y q se lave la cabeza y se de un tinte en condiciones.
 
http://olgacasal.blogspot.com.es/2010/07/que-es-la-elegancia-que-es-ser-elegante.html

¿Qué es la elegancia? ¿Qué es ser elegante?, por José Luis Delgado

La elegancia es mas una filosofía de vida, de comportamientos, de modos y aptitudes, que de puro y simple protocolo social. La elegancia se sustenta en un triángulo del que forman parte la Educación, la Delicadeza y la Cultura. En cierto modo esos valores son equiparables a un buen libro y a una buena colonia; el libro aromatiza el alma, la colonia el cuerpo, y ambos a la persona.

La elegancia según el escritor francés, Honoré de Balzac es “la ciencia de no hacer nada igual que los demás, pareciendo que se hace todo de la misma manera que ellos”. Se ha frivolizado mucho la palabra “elegante”, olvidando que viene del latín “elegere”, elegir, que es una cualidad humana, y se supone que siempre “elegimos lo mejor”

Todo ello nos lleva a manifestar que la elegancia es el modo de ser y de estar, íntegro, positivo y armonioso, de determinadas personas, que se manifiesta externa e interiormente en su modo de vivir, estar, vestir, moverse, y relacionarse en la sociedad, con gracia, nobleza y sencillez, respeto a los demás, naturalidad y buen gusto. Lo elegante va unido a lo bello; lo cutre, a lo feo.

Existen cuatro características de la elegancia. La primera nota de la elegancia: lo estético. Es lo bueno que existe en cada persona, entendido como el buen gusto y el estilo propio en el modo de presentarse. Lo estético tiene mucho que ver con el pudor, como actitud humana que defiende la intimidad personal. En este sentido se puede hacer una distinción entre lo que es atraer, seducir y provocar.

La segunda nota de la elegancia: la naturalidad. No hay elegancia verdadera si no es con la naturalidad que proviene a partes iguales de la espontaneidad y de la autenticidad; es decir, mostrarse uno tal cual es, de modo que lo que ven de nosotros responda a nuestro ser verdadero. La moderación y la mesura también forman parte de la naturalidad. Como todo en esta vida, los excesos no son elegantes, porque hacen que las cosas y los gestos no sean sinceros. La verdadera elegancia es siempre, por tanto, portadora de naturalidad. Actuar espontáneamente, con gusto y estilo personales muestra una elegancia que viene desde el fondo de la persona.

La tercera nota de la elegancia: la distinción. Distinguido es lo que sobresale de la persona, lo que eleva a la persona y lo que la hace señorial. Como vemos es todo lo opuesto a lo vulgar, a lo zafio, al desaliño y a la suciedad. Algunas personas tienen porte, andares, formas bien proporcionadas, hermosas. Estas personas, si tienen buen gusto y un toque de distinción, pueden llegar hasta un esplendor natural que a las demás les suele resultar inalcanzable. “El bruto se cubre, el rico se adorna, el fatuo se disfraza, el elegante se viste”, decía Honoré de Balzac.

Y la cuarta nota de la elegancia: La belleza. Es esencial recordar que la belleza significa en primer lugar armonía y proporción de las partes dentro del todo, sean las partes del cuerpo, de los vestidos, del lenguaje o de la conducta. Pero además, como dice Aristóteles, "a las obras bien hechas no se les puede quitar ni añadir, porque tanto el exceso como el defecto destruyen la perfección"; Esto quiere decir que un sólo defecto estropea el conjunto, pues para que la belleza se haga presente en el aspecto exterior de la persona todo en él debe ser íntegro, acabado y bien proporcionado.

La elegancia es la presencia de lo bello en la figura, en los actos y movimientos y en la compostura. Aristóteles decía que la compostura (por supuesto, él la llamó de otra manera: afabilidad) versa sobre lo que resulta agradable o desagradable en los dichos y hechos respecto de los hombres con quienes se convive. Esto no es otra cosa que las buenas maneras de las que hoy tanto se habla y tan poco se practican.

Santo Tomás de Aquino, por su parte, afirmaba que la compostura o decoro es una virtud que regula los movimientos externos del cuerpo.

Mantener la compostura exige cuidado, tiempo, arreglo en definitiva. Esto obliga a dedicarse atención, a ocuparse de uno mismo y de la propia apariencia. Si uno no quiere mostrarse desaliñado debe cuidar su exterioridad, cortarse las uñas, cambiarse de ropa, prestar atención, evitar las manchas y los malos olores. Perder la compostura es una forma de perder la dignidad y la belleza.

LAS ELEGANCIAS INTERIOR Y EXTERIOR

Hemos llegado a través de la belleza a la dimensión moral de la elegancia, algo que constituye el fondo y sustrato de la otra dimensión, corporal y externa: quien no vive en armonía con sus sentimientos y sus tendencias, quien no sabe lo que quiere y no obra como debe, quien vive en discordia consigo mismo y con los demás, quien no conoce la serenidad y la mesura en sus deseos y acciones, quien es desconsiderado con la realidad que le rodea, quien no reproduce dentro de sí, en su voluntad, afectos e inteligencia, ése no puede ser elegante porque no es bueno, ni dueño de sí mismo.

El universo interior es lo más importante de la persona; por encima de su coche o de su armario, y ese universo abarca desde nuestras opiniones, nuestros criterios, hasta nuestros gustos, preferencias. Mientras unos tienen pensamientos vulgares, chabacanos, prosaicos, groseros, a otros sus pensamientos les llevan por ámbitos culturales y artísticos, presididos por la delicadeza y la finura de espíritu. Pensamos en función de lo que somos (elegantes o vulgares), porque la elegancia siempre va unida a la sencillez, que no a la simpleza.

El gusto estético es otra cualidad de la elegancia interior. No todo el mundo posee la misma capacidad para captar la belleza, y por lo tanto para elegir lo mejor, lo más bello. La cultura en todas sus manifestaciones es el alimento que va depurando nuestros gustos estéticos, que no son algo estático, sino que se van transformando; por tanto, la elegancia es siempre dinámica, por eso cada época tiene sus cánones de belleza y elegancia que responden a la sensibilidad estética de un tiempo determinado. La elegancia tiene siempre un toque de vanguardismo. No es justo identificar lo elegante con lo clásico.

La elegancia sale siempre de dentro a afuera, otra cualidad interior. Un hombre sin una fuerte personalidad es muy difícil que sea elegante, ya que esta es la vertebradora de la elegancia. El mundo de la moda ha olvidado algo tan esencial cómo el factor humano, fijándose nada más que en el cuerpo como su único soporte. Por eso su tendencia actual es a desnudarlo, para obtener la expresión más pura de la belleza. Se ignora la condición intima de los sujetos para convertirlos en objetos. Todo quiere ser ahora “personalizado”, pero eso no es más que una mascara para vender un producto que en lugar de ser exclusivo más bien es a granel. Sólo un espíritu culto y libre sabe crearse un estilo de vida de acuerdo a su propia filosofía y fisonomía.

El glamour palabra francesa que tiene su más fiel traducción en la palabra “encanto”, que nos sugiere siempre algo irresistiblemente atractivo. El encanto es el resultado de combinar: cultura, buena educación, respeto por los demás, talante democrático, capacidad para escuchar, fina sensibilidad, delicadeza en el trato, amabilidad, solidaridad. Las personas con glamour se caracterizan por su capacidad de respeto ante las opiniones ajenas y por la serenidad que siempre les acompaña. Se dice que hay gente con clase y clase de gente.

Y por último, la virtud esencia de los más altos instintos del ser humano, aunque me temo que fuera de contexto en la sociedad en la que vivimos; sin embargo la virtud es bella y participa del bien y la verdad. Ya en la filosofía griega aparecen las virtudes como ejes vertebradores de la antropología; sin embargo, la praxis del siglo XXI no es ser virtuoso sino “tener una buena imagen”. Hoy día se habla mucho de la “imagen”. Se olvida la virtud y su lugar lo ocupan las tácticas, las estrategias, las técnicas (hay técnicas para todo).

LA IMAGEN DE LAS PERSONAS

Uno no es responsable de la cara que tiene, dice Bárbara de Senillosa, pero sí de la cara que se pone; ello quiere decir que aunque se sea feo o menos agraciado se puede ser elegante en los movimientos y sobre todo, en la amabilidad y simpatía, pero esa imagen no nace de la noche a la mañana, sino que hay que moldearla, educarla y adecuarla a cada ocasión.

En conclusión, la elegancia también está basada en la imagen que “ven” y “oyen” los demás sobre nosotros. A este propósito viene a cuento la anécdota de Beau (George) Brummel, sí, el de la colonia. Pues bien, el personaje en cuestión se caracterizo por ser uno de los hombres más elegantes de la Inglaterra de principios del siglo XIX: En una ocasión, estando en una fiesta, el Príncipe de Gales le interpeló y le dijo “Beau, que elegante vienes hoy”, a lo que Brummel contesto “¡Ah!, ¿se me nota?”. Y salió corriendo a cambiarse. La elegancia no se debe notar, debe estar. Hay que aparentar lo que somos, respetuosos y agradables con el resto de las personas y trabajar para resaltar siempre lo positivo de nuestra personalidad y acotar las cosas negativas.

Publicado por Olga Casal
 
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Se ve que la zumba ha hecho efecto, sostiene el cuadro con una sola mano mientras le babosean la otra!
De rodillas te he dicho!!!!!
Después de que El País “ignorara” la noticia de los yoguileaks la choni deja al Cebrián que le embabe la mano o lo que se tercie, que la lealtad por encima de estúpidas consideraciones como la Verdad, la Información o el Prurito profesional hay que premiarla:vomit:

Por cierto, si la choni llevara un anillo papal la devoción del lamec*los no sería mayor…:yuck:
 
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Los pendientes verticales, sin volúmen, le endurecen aún mas las facciones, unido en este caso a la severidad del escote del vestido y el color azul marino.

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Para mi éstos eran los pendientes ideales para anoche.
Pendintes chandelier de Yanes, oro blanco de 18 quilates, brillantes y topacios azules, que le den armonía al rostro, le disimulan la quijada y contrastan con la severidad del vestido.

Con el mismo efecto, también éstos de Yanes, que tan acertadamente lució en esa oportunidad:

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Última edición:
Una mirada, un vestido de estreno y una sonrisa, en una de las noches más especiales para la reina Letizia
Los Reyes presidieron la ceremonia de entrega de los Premios Ortega y Gasset de Periodismo, que se han otorgado en la cena conmemorativa al 40º aniversario del periódico 'El País'
06 DE MAYO DE 2016 BY HOLA.COM

Volver a los orígenes y reencontrarse con antiguos compañeros de profesión siempre es algo que le hace especial ilusión a doña Letizia. Anoche los Reyes fueron los encargados de presidir la ceremonia de entrega de los Premios Ortega y Gasset de Periodismo, que se han otorgado en la cena conmemorativa al 40º aniversario del periódico El País y a la que acudió una selecta lista de invitados en la que figuraban numerosos rostros conocidos de diversos ámbitos de la política, la cultura y el periodismo español. Así, coincidieron altos representantes de las instituciones del Estado junto a políticos veteranos y nuevas caras, que acapararon toda la atención de los medios.

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Como era de esperar, a su llegada don Felipe y doña Letizia se convirtieron en el centro de todas las miradas. La Reina sorprendió estrenando un favorecedor vestido azul de seda cortado al bies por debajo de la rodilla de talle holgado y cintura ajustada con manga mariposa y espalda abierta en pico, de la firma Cortana (se puede comprar en su web por 940 euros), que combinó con unos originales pendientes largos y unas sandalias doradas. Además, se decantó por un romántico recogido bajo con la melena ondulada y un beauty look que dejaba todo el protagonismo a su mirada, perfilada en tonos azules a juego con el tono de su vestido, sombras rosas nacaradas, pestañas XXL y un toque de brillo en los labios.
 
[QUOTE="Sydney, post: 3519124, member: 2destinen, esta foto? ¿Lleva roña en los dedos y en las uñas de los pies?[/QUOTE]
No seas malvada, hay algunas suelas que destiñen, y como no usa medias , pues pies de colorines
 
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