FELIPE VI también tuvo trato de favor en su formación militar. Público

Lo que nos espera en nada y menos con la heredera..
De todas formas a la muchacha no la veo yo pasabdo por mucho ejercito..pero ya se lo arreglaran a su medida y sera lo mas de lo mas como.el padre..

Lo bueno sería que hicieran algo útil en el ejército (Leonor digo), no ir a la academia y punto. Que se vaya por ahí un año o unos meses con los soldados en misión en el extranjero.
 
Vaya periodismo de investigación..es de perogruyo ..podian ahorrar diciendo “Felipe tuvo trato de favor” así sin más, no hace falta especificar dónde ni en que
 
Lo que nos espera en nada y menos con la heredera..
De todas formas a la muchacha no la veo yo pasabdo por mucho ejercito..pero ya se lo arreglaran a su medida y sera lo mas de lo mas como.el padre..

Pues como lo haga como su padre, aún pasando un solo año en cada Academia, no le arriendo las ganancias. Tengo que verlo.
 
Haber, el Jefe de los TRES ejercitos.
Para serlo de un ejercito se necesitan AÑOS Y AÑOS de trabajo.
Que cabeza pensante a estas alturas creeria que Felipe hizo ALGO en el ejercito para poder obtener ni tan siquiera el ser cabo.
 
FELIPE VIEl rey también tuvo trato de favor en su formación militar
Su condición de heredero de la Corona española permitió a Felipe VI concluir la carrera castrense en apenas cuatro años, recibiendo los empleos de teniente de los tres ejércitos para los que se necesita un periodo de quince años.


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22/04/2018 11:52 Actualizado: 22/04/2018 11:52
NACHO VALVERDE

Los currículums y la formación académica de nuestros políticos están sacudiendo a primeras espadas de la política española, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, al vicesecretario general de Comunicación del Partido Popular, Pablo Casado, o a diversos diputados y políticos con estudios inflados o ficticios.

En el ámbito académico y militar, Felipe VI, gracias a su condición de Príncipe de Asturias y futuro rey de España, pudo optar a una formación al alcance de muy pocos. Uno de los aspectos más resaltados de su figura -y repetidos hasta la saciedad, dicho sea de paso- ha sido su alto nivel de formación, calificado en numerosas ocasiones como “el rey mejor preparado de la historia de España”.

Sus primeros pasos en la enseñanza fueron en el colegio elitista Santa María de los Rosales, en el distrito de Moncloa-Aravaca, donde cursó desde preescolar hasta el ya extinto bachillerato unificado polivalente (actual enseñanza secundaria). Precisamente, ese mismo centro ha sido el elegido por los reyes para la educación de la princesa Leonor y la infanta Sofía, con un coste anual de unos 7.000 euros por alumno. Tras finalizar su etapa de educación obligatoria, desde la Casa Real optaron para el curso de orientación universitaria (actual Bachillerato con duración de un año) por el centro privado religioso Lakefield College School en Ontario(Canadá), en el que estuvo interno durante todo el curso escolar y su matrícula ascendió a cerca de un millón y medio de pesetas.

También pasaron por sus aulas figuras de otras monarquías como el duque de York. Según cuentan las informaciones del diario El País en aquella época, el rey no tuvo ningún trato preferencial, aunque tuvo pegado durante todo el año al teniente coronel de Infantería de Marina José Antonio Alcina, como supervisor y coordinador del dispositivo español y canadiense que garantizaba la seguridad del príncipe.
Hasta ese momento, el actual monarca pudo obtener una formación académica acorde a la élite de España y del resto del mundo, cumpliendo con todos los procesos, requisitos y tiempos habituales de cualquier otro alumno.

Es en el apartado castrense donde el Príncipe de Asturias empieza a verse beneficiado por su condición de futuro heredero de la Corona española.
Conforme al plan de estudios académicos y militares elaborado desde la Zarzuela para Felipe VI, el 1 de agosto de 1985 aparece recogido en el Boletín Oficial del Estado el nombramiento como caballero cadete de la Academia General Militar “en atención a las circunstancias que concurren en su alteza real”. De esta forma, Felipe entraba a formar parte de la 44ª promoción de la Academia de Zaragoza -un año y medio después que el resto de sus compañeros-, sin participar en la convocatoria de ingreso de la misma, obviando los principios de igualdad, mérito y capacidad que rigen el acceso a la función pública.

Un año después, el BOE volvía a incluir un real decreto por el que Juan Carlos I nombraba caballero alférez cadete de infantería al Príncipe de Asturias.Habitualmente, el empleo de caballero cadete abarca los dos primeros años de formación, pasando a caballero alférez cadete en el tercer año de enseñanza. También recibe la Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar con distintivo blanco, reservada para el escalafón de oficiales generales, y concedida por acciones en misiones que “ordinaria o extraordinariamente sean encomendadas a las Fuerzas Armadas”.

"El Príncipe de Asturias entró en el ámbito militar por ser quien es"
El siguiente paso de la carrera militar -supervisada por Juan Carlos I, el secretario de la Casa Real y José Antonio Alcina- tuvo lugar en la Escuela Naval Militar de Marín (Pontevedra), donde fue nombrado a su entrada como caballero guardiamarina. Denominación que se conserva durante dos años, antes de pasar a ser alférez de fragata. Felipe VI solo estuvo un año en ese destino. También recibe una Gran Cruz del Mérito Naval.

El último paso antes de ser nombrado como teniente de los tres ejércitos fue en la Academia General del Aire de San Javier (Murcia), de septiembre de 1987 a julio de 1988, donde entró como alférez alumno cuando cualquier otro militar necesita tres años para obtener dicha denominación; y obtuvo otra Gran Cruz del Mérito Aeronáutico.

Un año después, en julio de 1989, concluía su carrera militar recibiendo los despachos de teniente de Infantería, alférez de navío –grado que corresponde al de teniente de los ejércitos de Tierra y Aire- y teniente de Aviación. El rey emérito gozó de un plan de formación militar similar al de su hijo, pasando cuatro años en las academias militares.

“Es algo conocido por todos y aceptado por la inmensa mayoría del mundo militar, al tratarse del futuro rey de España. Para tener esos tres títulos primero hubiera necesitado aprobar una oposición, el Príncipe de Asturias entró en el ámbito militar por ser quien es. Para obtener los tres títulos de teniente tenía que haber invertido cinco años en cada carrera, un total de quince años para obtener los tres despachos, y el rey solamente invirtió un total de tres años en su formación militar y cuatro para conseguir los títulos”, revela una fuente del ámbito militar que prefiere mantener el anonimato. La web del ministerio de Defensa avala estas afirmaciones.

Cabe recordar que Felipe VI no hubiera necesitado realizar la formación militar, dada su condición de heredero de la Corona. En la Ley de Carrera Militar de 2007 queda establecido que el monarca “tiene el empleo militar de capitán general del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire, máximo rango militar que le corresponde en exclusiva como mando supremo de las Fuerzas Armadas”. El mismo texto también faculta al Gobierno, por la vía del real decreto, “para establecer un régimen propio y diferenciado teniendo en cuenta las exigencias de su alta representación y su condición de heredero de la Corona de España”.

Tras su paso por las academias militares, Felipe de Borbón ingresó en la Universidad Autónoma de Madrid en el curso 1988-1989 para licenciarse cinco años después en Derecho y realizar la mitad de la carrera de Económicas y Empresariales, recibiendo una calificación de notable alto.
Como último paso de su formación, realizó un máster en Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown –la universidad jesuita más antigua de Estados Unidos-, centrado en las relaciones con América Latina y Oriente Medio, con un coste actual de 79.000 dólares.

Durante su estancia de dos años en Estados Unidos, Felipe de Borbón compartió residencia con su primo e hijo del rey Constantino de Grecia. Aprovechando la graduación del heredero de la Corona, la universidad otorgó a Juan Carlos I y doña Sofía un doctorado honoris causa en derecho y humanidades, respectivamente.

Porque eres lectorde Público

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Felipe VI y la tinta del calamar Articulo escrito en el año 2014

Manuel Ruiz Robles
Rebelión



El cínico discurso del rey, en esta triste noche del 24 de diciembre de 2014, pone en evidencia el estado ruinoso del Régimen del 78. También el agotamiento de una Constitución heredera del franquismo. Un discurso de palabras huecas, a la defensiva. Un discurso contradictorio que se atrinchera en una Constitución contestada por la mayoría de las fuerzas políticas y sociales.

El monarca se aferra a una tabla de salvación -la Constitución- carcomida por su falta de legitimidad (artículo 135). De este modo antepone los intereses de los banqueros a cualquier otra consideración. Nos convierte en súbditos de unos poderes ajenos a las necesidades apremiantes de las clases populares. Soberanía y dignidad que ya no pueden residir por más tiempo en un Parlamento controlado por unos poderes nada democráticos. Poderes ilegítimos que están saqueando sin contemplaciones al conjunto del pueblo español.

Felipe VI, haciendo gala del tradicional borboneo, hábil en la táctica del calamar para ocultar su trastienda, pretende hacernos creer que sus palabras son sinceras. Pero sus contradicciones respecto a los valores que dice defender son clamorosas. También la desmedida codicia mostrada por la pareja real encaramándose al trono de forma precipitada e ilegítima. Toda esta cascada de torpezas son ya imágenes indelebles en la retina de todos los españoles. Ningún chorro de tinta podrá ya ocultar estas y otras lacerantes realidades de nuestra patria. La Declaración Universal de Derechos Humanos adoptada por la Asamblea General de la ONU establece que: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. Por lo tanto ¿cómo es posible que un rey pida que no haya "tratos de favor" y a su vez NO renuncie a la corona? ¿Qué mayor "trato de favor" y consiguiente corrupción institucional, que el acumular por "derecho de sangre" la Jefatura del Estado y la jefatura efectiva de las Fuerzas Armadas? ¿Por qué el ciudadano Felipe de Borbón y Grecia detenta esos privilegios de casta? ¿Por qué su estirpe ha de ser superior en dignidad y derechos a los demás españoles y españolas? ¿Por qué ha de ser inviolable -es decir intocable por la Justicia- pese a que hubiese delitos que imputarle?

Por si todo esto no bastase, el rey Felipe VI se ha exhibido públicamente en Cataluña no hace muchos días llevando de copiloto al Sr. Mas. ¿Acaso se está negociando a espaldas de la soberanía popular un sucedáneo de secesión? ¿Pretenden dar gato por liebre al pueblo español y por añadidura al pueblo catalán? ¿Se está quizá hablando de un "Estado libre asociado" como si Cataluña fuese una colonia más del Reino de España? ¿No es hora ya de que el pueblo catalán, así como los demás pueblos de nuestra patria común, se pronuncien libre y democráticamente al margen de maniobras palaciegas?

El tiempo suele aclarar muchas cosas. Sin embargo el pueblo llano no puede esperar más. La cruda realidad es que cada vez menos ciudadanas y ciudadanos creen en la pretendida neutralidad política del monarca. Tampoco tiene ya ninguna credibilidad la estrecha alternancia y compadreo de la restauración borbónica. Restauración apuntalada por un bipartito que ha traicionado a su pueblo y corre servil a suministrar a Felipe VI la tinta del calamar.

Ni una sola palabra salió de su boca recordando a las víctimas, a todas las víctimas. En particular las ocasionadas por el golpe militar de 1936 contra el gobierno legítimo de la República. Republicanos arrojados a fosas comunes sobre los que se asienta su trono, el trono de los Borbones.

La lista global de víctimas sigue creciendo vertiginosamente por la complicidad del Gobierno en las operaciones de saqueo global que los EE.UU. emprenden. Este régimen borbónico, con criminal entusiasmo, adhiere a este desgraciado país y a sus fuerzas armadas a operaciones imperialistas que ponen en riesgo la paz mundial.

De nada servirá su discurso de palabras huecas. Tampoco la ley mordaza. El pueblo desea una España auténticamente democrática y justa. Millones de personas claman exigiendo pan, techo, trabajo, dignidad.

Sin República no hay esperanza. Apoyemos decididamente un proceso constituyente hacia la III República federal.
Manuel Ruiz Robles es Capitán de Navío de la Armada
 
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