Recordando a la Casa Real de Irán

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Qué distinta en su puesta de largo se ve a La bella Farah ,posterior emperatriz de Irán.
 
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El presentador de televisión francés, Thierry Ardisson, declaró hace unos 20 años atrás, que la ex Shabanou Soraya, mantuvo relaciones sexuales con él cuando era aún un chico poco conocido y que fue una excelente amante que lo hizo descubrir el placer del masaje prostático. Según él la ex emperatriz introducía un dedo en su ano cada vez que mantenían contacto sexual y le dijo que ese era el secreto preferido del Shah de Irán. Aparentemente vivieron un corto idilio de un mes hasta que ella se cansó de él y lo cambió por otro chico joven. Dice que ella era aficionada a mantener jovencitos a su alrededor a los cuales le pagaba cierta cantidad para que la complacieran y luego se aburría de ellos y los iba cambiando. Una especie de harem de efebos. Estas declaraciones las dio a la revista Entrevue de Francia.
 
Lo que más me llama la atención es el joyero que debe tener esta señora...
Menuda fortuna tiene que tener entre joyas patrimonio y dinero

La mayor parte del tesoro de la corona (joyero imperial) permanece en las bóvedas del Banco Central de Irán en Teherán. La Emperatriz logró sacar una mínima parte de sus joyas personales que según ella eran regalos privados del Shah y no propiedad del Estado (siempre es frágil la frontera entre el dominio estatal y privado en casos como éste). Por otro lado, a través de amigos que trabajan en el sector bancario aquí en Suiza, puedo contar sin dar demasiados detalles que hay un generoso caballero que desde hace muchos años brinda apoyo financiero a la Familia Imperial Iraní en el exilio vía cuentas bancarias en Ginebra y también en Mónaco. Hasta ahí puedo comentar pero al menos eso permite que ellos tengan una vida holgada porque gran parte de su fortuna fue confiscada por el régimen de los ayatollahs iraníes y porque con el pasar de los años se ha ido diluyendo como es lógico. Personalmente siempre he sentido gran atracción y afecto por Farah y su familia a pesar de que en gran medida se hayan buscado la suerte que corrieron. Ella me parece una dama y en una oportunidad la vi en una actividad en París y fue sumamente amable y sonriente con todos los allí presentes.
 
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