Qué graciosa es. Normal que le haya hecho ilusión releer el texto, habrá dicho ¡hala! ¿esto tan molongui lo he escrito yo? Y luego se ha acordado de que no, que eso lo ha escrito otra persona y se le ha pasado la euforia. Eso si todos los libros estaran bendidos con los de jabí. Yo me parto con las flanes que no saben ni escribir los nombres de sus ídolos, cualquier dia le dicen Bero cuando ases el baul de GalaS, que muero por berlo.