Se les quiere igual por supuesto, aunque al principio yo con el segundo tuve dudas, me daba pena el mayor, por lo que perdería. Chorradas de esas durante el embarazo. Se pasó todo en cuanto tuve a mi nena en brazos, no las dudas de cómo lo iba a hacer yo, claro, pero, cuando les veo juntos, sé que hice bien; no creo que haya mayor regalo que un hermano. Yo lo sabía, tengo 6, pero me sentía algo insegura por mí, no sabía si iba a poder llegar a los dos y hacer que se sintieran igual de importantes, queridos... Y aún no lo sé, ahí sigo, en esa lucha, la más difícil y la más dulce. Queda mucho camino, y espero hacerlo al menos la mitad de bien que mi madre.