Experiencias relacionadas con el Bullying

Antes de nada, a todas las que habéis contado vuestra experiencia os doy todo mi cariño y apoyo.

En mi caso fue algo que arrastré desde primaria, pasando por secundaria. Era muy tímida y no me gustaba que entre las niñas hubiese una "cabecilla", por lo que mi infancia se basó en tener a mi lado a una sola amiga. Supongo que por no bailarle el agua a esta cría, toda primaria se centró en meterse con nosotras a base de insultos, empujones, rompiendo los libros de texto, robo de materiales, etc. Lo más destacable era cuando celebraban cumpleaños y mis padres me obligaban a ir, por lo que era algo así como el mono de feria de los demás, llegado a tener que esconderme hasta que terminara todo y mis padres me recogiesen. Aún recuerdo la bronca que me llevé de mi madre cuando pilló las invitaciones de cumpleaños en la basura.
Un día esta amiga me contó que volvió del colegio a casa llorando hasta las narices de la situación, decidió contárselo a sus padres, y yo por presión hice lo mismo (ya que todo esto me producía vergüenza contarlo). Nuestros padres hablaron con los profesores en cuestión, teniendo como respuesta "que eran cosas de críos y no hiciésemos caso". Claro, al enterarse las mamás de las niñas todo empeoró, ya que a la hora de pasar al instituto, mi amiga decidió ir a otro instituto lejos de la situación, por lo que yo quedé a mi suerte completamente sola en el mismo instituto que esta gente.
Nada más pisar el instituto a los días me hice amiga de una chica que tenía problemas de espalda y debía llevar un corsé para corregirlo (nadie se le acercaba porque era como el bicho raro). Era un trozo de pan esa niña y tuvo que comerse las risas y burlas principalmente relacionadas con su problema de espalda, por el hecho de que en Educación Física estábamos OBLIGADAS a cambiarnos la camiseta en el vestuario en frente de todo el mundo sin opción a hacerlo de forma privada dentro de un váter a puerta cerrada.
Si es cierto que aquí ya no habían cumpleaños, pero sí excursiones. Lo pasaba fatal, desde que pisaba el autobús de ida, hasta la vuelta. Misma situación, risas, burlas, zancadillas, tirones de pelo, empujones, abrir la mochila y tirarte lo que llevases dentro, fotografías a escondidas para subirlas a Tuenti con el prósito de ponerte de vuelta y media, etc.
La situación realmente terminó cuando una de estas indeseables pilló mononucleosis (o la enfermedad del beso), y todo el mundo empezó a meterse con ella cuando la gente se enteró de por qué faltaba tanto. Supongo que fue un final de "karma", pero a día de hoy sigo creyendo que tuve la suerte del tonto. No se qué fue de esa gente y ojalá no saberlo nunca.
 
Uff me estoy poniendo mala de leeros esta gente los tiraba por un barranco algunos les ira bien pero tenned por seguro que alguno mal y la vida es muy larga tarde o temprano todo el mundo llora pero bien pues que lloren
 
Bueno lo de las listas pille a unos amigos me pusieron bien aunque la segunda mas plana nunca me importo tener poco pecho cogi la lista y la rompi les di cuatro voces ,respecto a ser feo ademas de realtivo y mal gusto meterse asi con alguien cercano,una compi de niña, unas amigas una vez a espalda de ella sin ensayamiento ni " maldad" fulanita es fea y yo dije que va esa niña es muy linda, pero era dejada efevtivamente me la encontre veinte años depues y preciosa, a veces las guapas oficiaes son solo las mas ñonas sin mas
 
Por aquí otra que tampoco lo pasó especialmente bien en el colegio.
Estaba un poco regordeta y le sacaba una cabeza a todos mis compañeros (de pequeña era muy grandota, aunque luego me estanqué, y a partir de la llegada del periodo adelgacé pero la altura me quedé ahí, en la media).

Algunos chicos me pusieron un mote que no me apetece escribir y otros me imitaban y se burlaban de mi porque era muy tímida y al caminar iba como un poco echada hacia adelante, como escondiéndome, ya que quería pasar desapercibida

Parece que la gente tímida y callada es un imán para los malotes, así que no tardé en convertirme en el blanco de burlas de la malota, la cual tenía sus 4 o 5 palmeras que la seguían a todas partes. Pues nada, que la niña me cogió manía por vete tú a saber qué y cada día liada conmigo. Cuando no me pegaba, se reía de mi con su grupo o si me tocaba decir algo en clase se burlaban. También se reían de mi ropa, recuerdo un día que me puse una camiseta que me había regalado mi padre que me encantaba y estuvieron toda la mañana burlándose. Cuando llegué a casa al mediodía me cambié corriendo y al volver por la tarde, riéndose ella y su grupo que por qué me cambiaba de ropa.

Pero lo peor sin duda fue cuando se mudó a nuestra ciudad la prima de la malota, que era un par de años mayor y vino a nuestro colegio.
La malota se encargó de informarla de quien era la pardilla a por la que tenía que ir, así que a partir de ese momento desbloqueé un nuevo enemigo y subí de nivel: la prima y las amigas mayores.
Ya no solo era en clase y el patio; ahora también cuando salía al parque, que estaban las mayores y la que fue la peor experiencia: el comedor del colegio.

Tengo varias historias del comedor, pero el día que tengo grabado a fuego en la mente y dudo que se me vaya a olvidar nunca, es el que cuento a continuación:
no había mesas en el comedor que me tuvieron que sentar, en efecto, con la prima y las amigas. Eran mesas de 6, ellas eran 5 y, aunque había sitios libres en otras mesas, me tuvieron que sentar ahí. Le pedí a la monitora que por favor me cambiara de mesa, pero se negó y me obligó a sentarme con ellas porque “era una caprichosa”.

Desde el minuto uno en el que puse el culo en esa silla, pude ver sus sonrisillas y miradas complices; no me iban a dejar comer tranquila. Primero empezaron a tirarme cosas al plato. Después, la que tenía al lado empezó a darme pataditas en la silla de manera que me iba desplazando hacia fuera (yo estaba en la esquina). Moví la silla y la volví a colocar en el sitio, todo el rato con la cabeza agachada y sin mirarlas. Después empezaron a hacerme preguntas humillantes y a decirme que las mirara a la cara cuando me hablaban ( la de al lado me iba dando patadas o pinchándome con el tenedor). Después de esto, hicieron una especie de cadena con los brazos dejándome a mi fuera de ella y empezaron a decirse algo al oído. Cuando terminaron, la que estaba a mi lado tiró de mi silla para acercarme más y dijeron: a la de 3...1...2...y 3!! Y en ese momento noté una avalancha de patadas en mis piernas. Ahí ya no aguanté más, me levanté y llorando le supliqué a la monitora que me dejara cambiarme de sitio. Ahí, la muy...fue a preguntar a la mesa de las zo... estas que estaba pasando y ellas dijeron que nada, que ellas solo querían ser mis amigas. Al final me dejó cambiarme.

Recuerdo que mi padre fue en varias ocasiones a hablar con los profesores, pero no hacían nada (mi padre sabía lo de la matona pero no lo de la prima, de hecho nunca se enteraron de lo que pasaba en el comedor, yo me inventé que la comida estaba en mal estado e insistí hasta que me borraron). La única que recuerdo que alguna vez les llamó la atención fue una tutora que tuve que parece ser que se dio cuenta de lo que pasaba y les dijo que me dejaran tranquila de una vez.

Cuando pasé al instituto elegí uno distinto al que iba a ir toda esa gente. Allí ya no sufrí bullying, pero arrastraba todas las inseguridades que había creado en el colegio y aunque me llevaba bien con todo el mundo, no conseguí hacer buenos amigos, pero almenos no tenía que fingir que estaba enferma a ver si colaba y no iba a clase por miedo.

Por cierto, que a todos aquellos que te llamaban gorda y se reían de tu físico tendríais que verlos en la actualidad, sobre todo los tíos que están casi todos echos un cuadro...gordos (sí, lo que insultaban) y calvos.
Y por cierto, fui a la famosa cena de reencuentro (que yo ni quería ir, pero me convencieron algunas chicas de la otra clase con las que no me llevaba mal y tenía curiosidad por saber de ellas) con 19/20 años, que es la época de mi vida en la que por X circunstancias más delgada he estado y pues no estaba nada mal, no era una top model pero tenía mi tipín y arregladita pues era resultona y adivinad; sí, un par de aquellos que se habían pasado años humillándome y llamándome gorda me tiraron la caña descaradamente. Lo que es la vida...
 
Por aquí otra que tampoco lo pasó especialmente bien en el colegio.
Estaba un poco regordeta y le sacaba una cabeza a todos mis compañeros (de pequeña era muy grandota, aunque luego me estanqué, y a partir de la llegada del periodo adelgacé pero la altura me quedé ahí, en la media).

Algunos chicos me pusieron un mote que no me apetece escribir y otros me imitaban y se burlaban de mi porque era muy tímida y al caminar iba como un poco echada hacia adelante, como escondiéndome, ya que quería pasar desapercibida

Parece que la gente tímida y callada es un imán para los malotes, así que no tardé en convertirme en el blanco de burlas de la malota, la cual tenía sus 4 o 5 palmeras que la seguían a todas partes. Pues nada, que la niña me cogió manía por vete tú a saber qué y cada día liada conmigo. Cuando no me pegaba, se reía de mi con su grupo o si me tocaba decir algo en clase se burlaban. También se reían de mi ropa, recuerdo un día que me puse una camiseta que me había regalado mi padre que me encantaba y estuvieron toda la mañana burlándose. Cuando llegué a casa al mediodía me cambié corriendo y al volver por la tarde, riéndose ella y su grupo que por qué me cambiaba de ropa.

Pero lo peor sin duda fue cuando se mudó a nuestra ciudad la prima de la malota, que era un par de años mayor y vino a nuestro colegio.
La malota se encargó de informarla de quien era la pardilla a por la que tenía que ir, así que a partir de ese momento desbloqueé un nuevo enemigo y subí de nivel: la prima y las amigas mayores.
Ya no solo era en clase y el patio; ahora también cuando salía al parque, que estaban las mayores y la que fue la peor experiencia: el comedor del colegio.

Tengo varias historias del comedor, pero el día que tengo grabado a fuego en la mente y dudo que se me vaya a olvidar nunca, es el que cuento a continuación:
no había mesas en el comedor que me tuvieron que sentar, en efecto, con la prima y las amigas. Eran mesas de 6, ellas eran 5 y, aunque había sitios libres en otras mesas, me tuvieron que sentar ahí. Le pedí a la monitora que por favor me cambiara de mesa, pero se negó y me obligó a sentarme con ellas porque “era una caprichosa”.

Desde el minuto uno en el que puse el culo en esa silla, pude ver sus sonrisillas y miradas complices; no me iban a dejar comer tranquila. Primero empezaron a tirarme cosas al plato. Después, la que tenía al lado empezó a darme pataditas en la silla de manera que me iba desplazando hacia fuera (yo estaba en la esquina). Moví la silla y la volví a colocar en el sitio, todo el rato con la cabeza agachada y sin mirarlas. Después empezaron a hacerme preguntas humillantes y a decirme que las mirara a la cara cuando me hablaban ( la de al lado me iba dando patadas o pinchándome con el tenedor). Después de esto, hicieron una especie de cadena con los brazos dejándome a mi fuera de ella y empezaron a decirse algo al oído. Cuando terminaron, la que estaba a mi lado tiró de mi silla para acercarme más y dijeron: a la de 3...1...2...y 3!! Y en ese momento noté una avalancha de patadas en mis piernas. Ahí ya no aguanté más, me levanté y llorando le supliqué a la monitora que me dejara cambiarme de sitio. Ahí, la muy...fue a preguntar a la mesa de las zo... estas que estaba pasando y ellas dijeron que nada, que ellas solo querían ser mis amigas. Al final me dejó cambiarme.

Recuerdo que mi padre fue en varias ocasiones a hablar con los profesores, pero no hacían nada (mi padre sabía lo de la matona pero no lo de la prima, de hecho nunca se enteraron de lo que pasaba en el comedor, yo me inventé que la comida estaba en mal estado e insistí hasta que me borraron). La única que recuerdo que alguna vez les llamó la atención fue una tutora que tuve que parece ser que se dio cuenta de lo que pasaba y les dijo que me dejaran tranquila de una vez.

Cuando pasé al instituto elegí uno distinto al que iba a ir toda esa gente. Allí ya no sufrí bullying, pero arrastraba todas las inseguridades que había creado en el colegio y aunque me llevaba bien con todo el mundo, no conseguí hacer buenos amigos, pero almenos no tenía que fingir que estaba enferma a ver si colaba y no iba a clase por miedo.

Por cierto, que a todos aquellos que te llamaban gorda y se reían de tu físico tendríais que verlos en la actualidad, sobre todo los tíos que están casi todos echos un cuadro...gordos (sí, lo que insultaban) y calvos.
Y por cierto, fui a la famosa cena de reencuentro (que yo ni quería ir, pero me convencieron algunas chicas de la otra clase con las que no me llevaba mal y tenía curiosidad por saber de ellas) con 19/20 años, que es la época de mi vida en la que por X circunstancias más delgada he estado y pues no estaba nada mal, no era una top model pero tenía mi tipín y arregladita pues era resultona y adivinad; sí, un par de aquellos que se habían pasado años humillándome y llamándome gorda me tiraron la caña descaradamente. Lo que es la vida...
Pero que vida mas triste que personalidad mas patética tienen los acosadores en el fondo son digno de lastima, da igual tener 10 o 60, en otro trabajo a mi no pero una tipeja de 60 tenia machacada a otra,la de 60 la trate un ser egocéntrico disparatado ridículo que hasta el arquitecto que hacia obras en la empresa ( no era competencia de ella) estaba hasta las pelotas, en fin que son mierda y debe ser muy duro ser mierda
 
Por aquí otra que tampoco lo pasó especialmente bien en el colegio.
Estaba un poco regordeta y le sacaba una cabeza a todos mis compañeros (de pequeña era muy grandota, aunque luego me estanqué, y a partir de la llegada del periodo adelgacé pero la altura me quedé ahí, en la media).

Algunos chicos me pusieron un mote que no me apetece escribir y otros me imitaban y se burlaban de mi porque era muy tímida y al caminar iba como un poco echada hacia adelante, como escondiéndome, ya que quería pasar desapercibida

Parece que la gente tímida y callada es un imán para los malotes, así que no tardé en convertirme en el blanco de burlas de la malota, la cual tenía sus 4 o 5 palmeras que la seguían a todas partes. Pues nada, que la niña me cogió manía por vete tú a saber qué y cada día liada conmigo. Cuando no me pegaba, se reía de mi con su grupo o si me tocaba decir algo en clase se burlaban. También se reían de mi ropa, recuerdo un día que me puse una camiseta que me había regalado mi padre que me encantaba y estuvieron toda la mañana burlándose. Cuando llegué a casa al mediodía me cambié corriendo y al volver por la tarde, riéndose ella y su grupo que por qué me cambiaba de ropa.

Pero lo peor sin duda fue cuando se mudó a nuestra ciudad la prima de la malota, que era un par de años mayor y vino a nuestro colegio.
La malota se encargó de informarla de quien era la pardilla a por la que tenía que ir, así que a partir de ese momento desbloqueé un nuevo enemigo y subí de nivel: la prima y las amigas mayores.
Ya no solo era en clase y el patio; ahora también cuando salía al parque, que estaban las mayores y la que fue la peor experiencia: el comedor del colegio.

Tengo varias historias del comedor, pero el día que tengo grabado a fuego en la mente y dudo que se me vaya a olvidar nunca, es el que cuento a continuación:
no había mesas en el comedor que me tuvieron que sentar, en efecto, con la prima y las amigas. Eran mesas de 6, ellas eran 5 y, aunque había sitios libres en otras mesas, me tuvieron que sentar ahí. Le pedí a la monitora que por favor me cambiara de mesa, pero se negó y me obligó a sentarme con ellas porque “era una caprichosa”.

Desde el minuto uno en el que puse el culo en esa silla, pude ver sus sonrisillas y miradas complices; no me iban a dejar comer tranquila. Primero empezaron a tirarme cosas al plato. Después, la que tenía al lado empezó a darme pataditas en la silla de manera que me iba desplazando hacia fuera (yo estaba en la esquina). Moví la silla y la volví a colocar en el sitio, todo el rato con la cabeza agachada y sin mirarlas. Después empezaron a hacerme preguntas humillantes y a decirme que las mirara a la cara cuando me hablaban ( la de al lado me iba dando patadas o pinchándome con el tenedor). Después de esto, hicieron una especie de cadena con los brazos dejándome a mi fuera de ella y empezaron a decirse algo al oído. Cuando terminaron, la que estaba a mi lado tiró de mi silla para acercarme más y dijeron: a la de 3...1...2...y 3!! Y en ese momento noté una avalancha de patadas en mis piernas. Ahí ya no aguanté más, me levanté y llorando le supliqué a la monitora que me dejara cambiarme de sitio. Ahí, la muy...fue a preguntar a la mesa de las zo... estas que estaba pasando y ellas dijeron que nada, que ellas solo querían ser mis amigas. Al final me dejó cambiarme.

Recuerdo que mi padre fue en varias ocasiones a hablar con los profesores, pero no hacían nada (mi padre sabía lo de la matona pero no lo de la prima, de hecho nunca se enteraron de lo que pasaba en el comedor, yo me inventé que la comida estaba en mal estado e insistí hasta que me borraron). La única que recuerdo que alguna vez les llamó la atención fue una tutora que tuve que parece ser que se dio cuenta de lo que pasaba y les dijo que me dejaran tranquila de una vez.

Cuando pasé al instituto elegí uno distinto al que iba a ir toda esa gente. Allí ya no sufrí bullying, pero arrastraba todas las inseguridades que había creado en el colegio y aunque me llevaba bien con todo el mundo, no conseguí hacer buenos amigos, pero almenos no tenía que fingir que estaba enferma a ver si colaba y no iba a clase por miedo.

Por cierto, que a todos aquellos que te llamaban gorda y se reían de tu físico tendríais que verlos en la actualidad, sobre todo los tíos que están casi todos echos un cuadro...gordos (sí, lo que insultaban) y calvos.
Y por cierto, fui a la famosa cena de reencuentro (que yo ni quería ir, pero me convencieron algunas chicas de la otra clase con las que no me llevaba mal y tenía curiosidad por saber de ellas) con 19/20 años, que es la época de mi vida en la que por X circunstancias más delgada he estado y pues no estaba nada mal, no era una top model pero tenía mi tipín y arregladita pues era resultona y adivinad; sí, un par de aquellos que se habían pasado años humillándome y llamándome gorda me tiraron la caña descaradamente. Lo que es la vida...

Que duro lo que cuentas prima, que gente mas asquerosa.
 
Que duro lo que cuentas prima, que gente mas asquerosa.
Pues fíjate que aún me considero “afortunada” porque gracias a dios en el instituto se acabó. Pero sé que hay otras personas que pasaron todos los años de instituto recibiendo Bullying y bueno, en aquella época no existían móviles, ni redes sociales. Actualmente creo que es peor porque graban vídeos, fotos, se extiende el tema a redes sociales... es muy jodido.
 
Yo tengo hijas pequeñas y me estoy dando cuenta que todos estos comportamientos se fomentan desde el cole de infantil y de primaria, me explico. En una classe cuando se hacen los cumples las madres son las que hacen la lista de invitados. Los criterios de seleccion para ser invitado al macrocumpleaños en el chikipark es 1- tener pasta para hacer tu tambien el cumple en el chikipark , no ser un marginado . Se es marginado por tener algun tipo de enfermedad o problema de comportamiento, una familia conflictiva o diferente. Pues que valores estas transmitiendo a tus hij@s? Que todo esto es licito.
 
Gracias por compartir vuestras historias, sois todas unas valientes! En mi caso siempre he sido una niña segura de mi misma y siempre he tenido muchos amigos sin meterme nunca en líos ni problemas. A día de hoy, a mis 26 años, no hay nada de lo que me arrepienta más que haber presenciado acoso escolar y no haber hecho nada. Sinceramente puedo decir “orgullosa” que siempre he sido una persona empática y que siempre me ha sabido mal meterme con alguien. De hecho, nunca he sido capaz de hacer comentarios intencionadamente hirientes, sobretodo relacionados con el físico, eso siempre me ha causado mucho malestar. Pero es cierto que no basta con sentir lástima de la persona a la que están acosando. No basta con pensar “qué cruel es la gente”. Tenemos que levantarnos, ponernos en pie y avergonzar al acosador. Tenemos que hacer ver que nadie va a respaldar nunca más esas acciones, y lo más importante: tenemos que EDUCAR. Educar a nuestros hijos en la importancia de ser buenos con las personas de su alrededor, en proteger a las personas que no pueden defenderse y poner el grito en el cielo ante las injusticias. Hagamos niños con espíritu crítico y solidarios, ellos repiten lo que ven en casa.
 
Por propia experiencia, y por experiencia de mi hijo , no hay nada que hacer contra estos cabrones más que ponerles en su sitio de la forma más contundente posible. Ojalá yo lo hubiera hecho , en el colegio y luego en el trabajo , donde creo yo que fue una continuación de l bullying sufrido .
Ojalá hubiera pagado a un sicario que les hubiera partido las piernas .
En el caso de mi hijo , adolescente con autismo ,había un gilipollas que desde la escuela se reía de él . Luego pasó al instituto , y hubo un par de incidentes . Fui a recoger a m ihijo , y me encontré con este pequeño hijo de satanás en el patio . Pues bien, me acerqué y le dije al oído que como volviera a acercarse a mi hijo le iba a saltar todos los dientes y a partirle la cara en dos. Y si no me hacía puto caso , ( menuda cara ponía el chulo) , entonces desaparecería del mapa.asi como os lo cuento . La cuidadora del colegio de mi hijo me advirtió hacía tiempo sobre el padre de este niño , que es un chulo y un quiero uno puedo .
Le dije también que fuera corriendo a hablar con el profesor , a ver a quién creerían .
Es un cabrón que hacía bajarse los pantalones a m hijo , con solo ocho años, para reírse de él .
Que le enseñaba palabrotas , porque mi hijo las repetía.
Que le gustaba aprovecharse d el .
Ls profesores ?que mi hijo fabulaba .
Si llegáis a ver cómo echó a correr ....desde entonces, ni le huele , a m ihijo .Esta técnica de don Corleone la fui desarrollando después de mucho reflexi9nar acerca de la violencia en esta sociedad , del perfil de los acosadores, de hacerme mil preguntas , de haber sufrido bullying..
Siempre fui la típica chica educada ,de quien Confundían mi educación con debilidad.

Cuando trabajé en una cadena de supermercados muy conocida , donde entré por una promoción interna que nunca se dio porque no me quise someter a esa política de empresa ,padecí mobbing por no querer callarme y ni Plegarme a ellos.:vacío de los compañeros, vacío del jefe , valoración cero de mi trabajo y esfuerzo ...y por desgracia , quedarme en paro suponía no poder pagar los 900 euros mensuales para terapias de mi hijo , así que aguanté.
Ya no sigo allí , y prefiero limpiar Wateres antes que volver a eso . Un puto infierno , donde me sentí tan anulada y bloqueada , que he necesitado dos años para procesar todo aquello . Que aún teniendo formación legal como tenía, el bloqueo era tal que me veía incapaz de hacer valer mis derechos . Porque psicológicamente te machacan .
Algunas deMis compañeras, si se les puede llamar así m a esas ratas, promovieron todo, auspiciadas por la encargada de turno .
Gritos, humillaciones . Yo les respondía , y por supuesto , la amenaza de despido , para mi . Y. No hablemos de sindicatos , vendidos a la empresa, con delegados que llaman directamente al encargado para reportar absolutamente todo .
El mobbing es consecuencia directa de lo que arrastramos desde el bullying.y lo que menos podría soportar es que se lo hagan a m hijo .
Siempre fui una niña alegre, estudiosa, demasiado confiada y con un punto de idealismo e ingenuidad que siempre he llevado conmigo . Tampoco me callo . Y los buitres lo notan .
Iba a mi bola , y me educaron para que hiciera mi vida sin importarme el qué dirán . Eso me hacía ser una friki entre las palurdas.
Y me gustaba salir con chicos . Y me gustaba salir y ligar, qué leches , como a mucha gente . Pero en mi era como ...qué guarra, qué putón. En cambio , lo hacía la pija de turno, y era algo normal .
Llevo mucho tiempo, desde que salí de esa empresa , reflexionando y haciendo autoterapia, buscando respuestas ..y lógicamente he enlazado mis vivencias adolescentes con el mobbing , porque pensaba que no , que era algo superado , pero no . Arrastramos esquemas y una autoestima dañada en lo más profundo. En mi caso, nadie lo diría . La gente me ve decidida, con mala ostia , tengo carácter fuerte. Pero no nos engañemos :arrastro una mierda como una catedral de grande, de maltrato por parte de unas petardas que se creían que, por verme educada y sin mala fe, podían hacer y decir lo que quisieran .
 
En la clase de mi hija, había un grupito de niñas que mandaban sobre las demás, era flipante xq las madres de dos estaban metidas en el Ampa y eran vacas sagradas de la escuela.
Ya podías hablar con diferentes tutores sobre el mal rollo que había en clase en el grupito de las niñas que simplemente decían que eran "chiquilladas" y que los padres no "teníamos que ser tan intervencionistas".
La cosa se puso fea cuando empezaron a acosar/agredir/rapar el pelo a dos niñas ejemplares, de esas que sacan todo excelentes ,hablan idiomas , tocan instrumentos musicales y encima eran guapas.... las madres del grupito tildaron de loca a la madre de una de las niñas por querer hablar del tema en una asamblea extraordinaria del Ampa...era evidente que el grupito líder (madres e hijas)tenían una tirria tremenda a las dos niñas por ser "raras" ... .... la medida que tomó el organismo público que se dedica a la educación en mi ciudad fue cambiar a las dos niñas de escuela y encima las separaron.


Siempre se duda de la información que dice el acosado/a .
Por eso , los/las intimidadores/as están siempre crecidos/as y llegan a la vida adulta comportandose igual.
 

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