yo he leido hace mucho y luego me lo ha explicado una amiga que esta en el tema, que cuando uno vuelve a encarnar elige, de algun modo, los padres y la vida que va a tener, por eso uno se pregunta porque han elegido eso los niños maltratados o que nacen en familias disfuncionales, etc...y mi amiga me ha explicado que a veces el alma necesita expiar culpas de una vida anterior, y otras veces elige adrede esas vidas de sufrimiento porque pagarà mas ràpido y saltearà muchas otras vidas de dolor, tambien se dice que es aprendizaje, que algo debemos aprender de esas vidas de sufrimiento.... la verdad es que es muy largo, este ultimo tiempo, con la muerte de mi sobrino, me han venido a la mente muchas preguntas...muriò por mala suerte? era su destino? fue su karma? si ese dia se hubiese quedado en casa, hoy estaria vivo, si se hubiese ido a miami con su hermano tambien, si, si, me hago tantas preguntas!! luego me dicen que fue tan bueno e hizo tanto bien que 25 años le bastaron en este mundo...yo no sè que pensar, me hago un lio...en cuanto a lo que tu dices en el post anterior,creo que la suerte juega en casos como el que graficas, o como el que expuse de la primitiva, si voy por la calle y me encuentro una cartera llena de dinero serà mi buena suerte y mala para quien la perdiò...o sea, aplica para este tipo de casos, no para los mas profundos, ahi entra el karma o el destino...
Yo estoy de acuerdo contigo... pero, cambiaría dos palabras: culpa y pagar...
Creo que el alma está en evolución constante. Se hace por lo que se sabe hacer... los errores, o lo que creemos errores, forman parte del aprendizaje, por lo que desde este sentido no son errores... Yo lo equiparo a un niño que va al colegio. Tiene que hacer varias veces una suma para aprender a hacerla bien, y luego pasar a la multiplicación, y lo mismo en la raíz cuadrada, logaritmos... y de esta manera pasa de los estudios primarios a los superiores...
Entonces, desde este punto de vista, no hay culpa ni pagamos nada. Vivimos experiencias, actuamos según lo que hemos aprendido, una mala experiencia o una mala relación puede traer sentimientos y emociones de rabia, ira, odio... esto es humano... el aprendizaje está en llegar a trascender estos sentimientos y emociones negativas, llegar a comprender y entender que cada uno hace por lo que sabe, que éste también ha tenido sus experiencias, también se han generado en él ciertos sentimientos que lo han llevado a actuar de tal forma...
Creo que lo que experimentamos no se trata ni de buena suerte ni de mala suerte, aprendemos con lo negativo. Lo positivo ya lo hemos aprendido y nos sirve para equilibrar lo negativo. Y lo que atrae las cosas que calificamos como buenas y las cosas que calificamos como malas, son estos sentimientos que generamos en nuestro interior. Además del cuerpo físico, tenemos la parte mental y emocional. Hay una energía en nosotros que no vemos, pero que es muy poderosa. Funciona como un imán. Ésta energía no es buena, ni mala. Sólo es energía. Esto que se suele decir "energía positiva" o "energía negativa" no es verdad. Si estamos en una época en la que nos dejamos llevar por el pesimismo, por pensamientos destructivos... nos dejamos llevar por sentimientos de rabia... la energía que estamos generando y que, por consecuencia, proyectamos es una energía que lo único que puede aportar en la vida es algo negativo. Como te he dicho, la energía funciona como un imán. Y si sale proyectada de nosotros con sentimientos y pensamientos negativos, lo que atrae es negativo. Porque se identifica con lo que hay de negativo ahí afuera. y, así vuelve.
Luego, lo mismo que las creencias, cosas vividas por la familia que han quedado grabadas en las células y se transmiten de generación a generación. Las células también tienen memoria. Cosas familiares que no se han resuelto y que, al igual que el color de los ojos y el ADN, también hemos heredado, costumbres... cosas que se repiten de forma inconsciente... ésto también atrae ciertas situaciones, porque lo que reflejamos son estas situaciones y atraemos situaciones similares. Es como aquello que dos cosas o dos personas parecidas o iguales, se sienten identificadas la una con la otra y se atraen. Como si fuera un espejo...
Por ésto yo no creo en casualidades, ni en la suerte. Todo tiene un por qué, y la mayoría de las veces no somos conscientes de este por qué.