Exhumación de Francisco Franco e inhumación en el panteón de Mingorrubio, El Pardo

no van a poder mal que les pese y ese tipejo y sus socios nunca volverán a gobernar
Con los problemas importantes que hay que solucionar, disminuir deuda, centralizar la sanidad y educación, recuperar todo el dinero robado, empezando por los Pujols y los fondos para la formación en Andalucía, que triplican a todos los demás y otras cosas por el estilo y va este falso doctor, falso escritor y todo en el es falso, se entretiene con el mausoleo donde esta enterrado Franco y los caídos en la Guerra Civil. Dejemos eso así como recuerdo de una guerra civil para que no se vuelva a repetir y cuando ya no haya estos odios y revanchas en el futuro que se decida entre todos la solución a este mausoleo.
 
La menestra Calva acaba de dar fecha; 10 de junio
Por sus coj*nes, claro ya que la tiene paralizada por un juez, recurrida al Supremo por la familia
Osea, campaña electoral

Veremos si el 10 de junio de 2045 sigue tranquilamente en el Valle de los Caídos
 
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es tremendo lo de esta mujer, hasta Podemos lo califica de tomadura de pelo
1)señora mia, no se pueden saltar por el forro la ley y la justicia y mas cuando el tribunal supremo aun no se ha pronunciado y no pueden entrar en lugar sagrado y profanarlo
2)el 10 de Junio ustedes ya no gobernaran España y el nuevo gobierno derogara este decreto ley y esta tropelía no se hará
3) es casi seguro que el tribunal supremo dictara medidas cautelares porque ahora si hay riesgo de que se salten la ley a la tolera y mas cuando un tribunal ha suspendido la exhumación porque no es seguro retirar la lapida, en fin..
que son unos impresentables
 
La realidad acaba con los caprichos del desenterrador Sánchez
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Pedro Sánchez está ultimando los fichajes para las elecciones generales. Sorprende, no obstante, que uno de ellos sea un candidato que curiosamente no habita en el reino de los vivos. El pasado Consejo de Ministros, ya en funciones, anunciaba que la exhumación de los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos se haría de manera taxativa el próximo 10 de junio para inhumarlos en el cementerio municipal de El Pardo. Último intento, a la desesperada, aún teniendo cabos sueltos, para cumplir con la promesa electoral que ha llevado a gala durante estos nueve meses de legislatura. Un anuncio gubernamental que, además de contravenir el deseo de los descendientes del dictador de trasladar sus restos a La Almudena, ningunea por completo al Tribunal Supremo.

Los Franco llevaron el caso hasta el Alto Tribunal con el fin último de que éste emitiera medidas cautelares que frenasen la exhumación y aún están a la espera de la decisión judicial. La misma actitud expectante que cabría esperar de un Ejecutivo que, supuestamente, respeta la separación de poderes y el Poder Judicial. No obstante, y a pesar del fuerte ruido mediático provocado por Sánchez, el Gobierno –aún llevando a cabo la exhumación– no tendría base legal para impedir que los restos mortales de Franco terminaran depositados en la catedral madrileña. No podría ampararse ni en la reforma de la Ley de Memoria Histórica que el PSOE llevó al Congreso debido a la disolución de las Cortes, ni tampoco en la Ley de Seguridad Ciudadana, tal y como se pretendía argumentar en el informe de la Delegación del Gobierno de Madrid encargado por el Ejecutivo.

Un obstáculo más que, al menos, retrasará la exhumación, aunque no es el único. Hasta que el Supremo se pronuncie, el derecho canónico brinda potestad total a la orden benedictina de Cuelgamuros para decidir sobre todo lo que haya dentro del templo, incluidas las criptas mortuorias. Resulta inverosímil, e incluso hilarante, que tras una transición democrática tan modélica como la española haya llegado a la Presidencia del Gobierno un dirigente que usa las herramientas gubernamentales para dividir a la sociedad y crear un ambiente guerracivilista. Sánchez debería estar a la altura de su cargo, aunque ya esté languideciendo por la proximidad del 28-A, y llegar a las elecciones generales de manera honesta y sin usar las instituciones públicas con fines propagandísticos y partidistas. Marca del sanchismo, por otro lado
 
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