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Expuse mi teoría en otra web de que la monarquía española funcionaba como una pornocracia y un internauta al leer mi artículo y lo que David Rocasolano opinaba de los amigos de Felipe de borbón, decidió hacer comentarios:
Letizia es la culpable de haber convertido a Felipe en un calzonazos, el contacto entre ellos se redujo drasticamente.
Desde el 98, durante los veranos, tengo contacto con los que eran los “amigos pijos” del preparao. Pese a que en teoría siguen siendo amigos, su relación se ha visto drásticamente reducida desde que el principito empezó con Leticia. Desde luego que “chacha” es el mote más suave que le dedican, culpándola de haber convertido a su marido en un calzonazos...
¿Cómo los amigos pijos de Felipe llaman a Letizia?
la chacha, pvta, loca (la Loqui), marimacho, enferma, anoréxica, chusma, gitana... nunca por su nombre. Y estas lindezas salen de bocas de niños de 50 años de sangre azul (te juro que sus conversaciones son propias de niños pequeños.
David Rocasolano decía lo mismo que este internauta: un grupo de pijos , forrados sin inquietudes intelectuales, inmaduros y que siempre están de juerga
Sus conversaciones han sido siempre las mismas desde que los conozco: de donde vienes de vacaciones y a donde irás la semana que viene, que si allí donde vas coincide que va también Pitu, que mira que coche que si mañana salimos con el barco que yo traigo el vino, y un montón de anécdotas autoreferenciales de cuando eran niños (porque todos se conocen desde el parvulario). De libros o inquietudes intelectuales ya ni hablar... de hecho ni una sola conversación de tono intimista o social, absolutamente todo trivial y pueril. Son, al igual que Felipe, niños grandes que en su burbuja no han llegado a madurar y no me extrañaría que Letizia se hubiese asustado del panorama, porque no hace falta ser muy listo para darse cuenta de las limitaciones intelectuales del grupo.
La mala educación de Felipe de hablar al oido delante de otros
Una curiosidad: cuando estaba Felipe y quería decirle algo a alguien, le interrumpía hiciese lo que hiciese hablándole siempre susurrando al oído y poniendo la mano delante, como un niño diciendo un secreto, aunque al hacerlo dejase de lado a la persona que estuviese delante. La educación se la pasan por el forro.
Letizia es la culpable de haber convertido a Felipe en un calzonazos, el contacto entre ellos se redujo drasticamente.
Desde el 98, durante los veranos, tengo contacto con los que eran los “amigos pijos” del preparao. Pese a que en teoría siguen siendo amigos, su relación se ha visto drásticamente reducida desde que el principito empezó con Leticia. Desde luego que “chacha” es el mote más suave que le dedican, culpándola de haber convertido a su marido en un calzonazos...
¿Cómo los amigos pijos de Felipe llaman a Letizia?
la chacha, pvta, loca (la Loqui), marimacho, enferma, anoréxica, chusma, gitana... nunca por su nombre. Y estas lindezas salen de bocas de niños de 50 años de sangre azul (te juro que sus conversaciones son propias de niños pequeños.
David Rocasolano decía lo mismo que este internauta: un grupo de pijos , forrados sin inquietudes intelectuales, inmaduros y que siempre están de juerga
Sus conversaciones han sido siempre las mismas desde que los conozco: de donde vienes de vacaciones y a donde irás la semana que viene, que si allí donde vas coincide que va también Pitu, que mira que coche que si mañana salimos con el barco que yo traigo el vino, y un montón de anécdotas autoreferenciales de cuando eran niños (porque todos se conocen desde el parvulario). De libros o inquietudes intelectuales ya ni hablar... de hecho ni una sola conversación de tono intimista o social, absolutamente todo trivial y pueril. Son, al igual que Felipe, niños grandes que en su burbuja no han llegado a madurar y no me extrañaría que Letizia se hubiese asustado del panorama, porque no hace falta ser muy listo para darse cuenta de las limitaciones intelectuales del grupo.
La mala educación de Felipe de hablar al oido delante de otros
Una curiosidad: cuando estaba Felipe y quería decirle algo a alguien, le interrumpía hiciese lo que hiciese hablándole siempre susurrando al oído y poniendo la mano delante, como un niño diciendo un secreto, aunque al hacerlo dejase de lado a la persona que estuviese delante. La educación se la pasan por el forro.