EUTANASIA-Veinte años después de Ramón Sampedro, la eutanasia aún es ilegal

Lo hacemos con animales todo el rato. Si están sufriendo y su enfermedad no tiene remedio aceptamos que es mejor que se muera dignamente y que no siga sufriendo. Y sin embargo, con personas queremos mantenerlos vivos sea como sea. Muchas veces sin calidad de vida, atados a máquinas, sufriendo... No lo entiendo.
Igual es por no aceptar que hemos de morir.
 
EUTANASIA
Sampedro, Arrabal, Carrasco... así pidieron "morir dignamente" ante el 'no' de la justicia
Este jueves Mª Jesús Carrasco, con esclerosis múltiple, moría con la ayuda de su marido, que fue detenido. Pero no es el primer caso en un país donde la eutanasia y el su***dio asistido no son legales


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Ángel Hernández y su mujer María José Carrasco antes de morir



SARA DE DIEGO
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EUTANASIA
CÓDIGO PENAL



05/04/2019

"No habrá más remedio que proporcionarle esa ayuda para que su deseo se cumpla". Así anunciaba Ángel Hernández su decisión de ayudar a morir a su mujer. Lo hacía a través de una carta que se hizo pública este jueves por la asociación Derecho a Morir Dignamente, el mismo día en el María José Carrasco fallecía después de tres décadas con esclerosis múltiple. Su marido cumplió su deseo de morir y poner fin al sufrimiento causado por una enfermedad degenerativa para la que no existe cura.


Su muerte ha reabierto el debate sobre la despenalización de la eutanasia, una cuestión que ha quedado paralizada en el Congreso por el adelanto electoral y que ha entrado de lleno en campaña. En la actualidad, solo ocho países -entre ellos Bélgica, Luxemburgo o Colombia- han despenalizado la ayuda médica a morir, algo que es completamente ilegal en nuestro país. Sin embargo, varios son los casos de personas que en España optaron por no vivir pegados a una cama o a una silla y eligieron la vía de su***dio asistido, castigado en el Código Penal con penas de dos a cinco años. Otros, en cambio, lograron que les desconectaran o murieron esperando que el Congreso diera luz verde a la eutanasia.

Ramón Sampedro
Sin duda, su caso es el más conocido de España e, incluso, Alejandro Amenábar lo llevó a la gran pantalla con 'Mar Adentro'. Con 25 años, Sampedro se tiró al mar desde una roca en la playa de As Furnas y desde entonces se quedó tetrapléjico y postrado en una cama para siempre. Fue el primero en pedir públicamente la despenalización de la eutanasia, algo que le fue denegado una y otra vez. Su argumento era que cada persona debe disponer de su propia vida y decidir en libertad acabar con ella.

En los 30 años que estuvo postrado en la cama no dejó de luchar por lo que consideraba un derecho individual. Sin embargo, y ante los continuos varapalos judiciales tramó un plan para quitarse la vida el 12 de enero de 1998. Pero no fue fácil, ya que además de decidir que quería morir necesitaba ayuda para lograrlo, ya que al romperse la séptima vértebra estaba incapacitado de cuello para abajo, por lo que necesitaba ayuda. Y lo tuvo, pero no de una única persona, sino de varias. En total fueron 11 los que ayudaron a cumplir la voluntad de Sampedro con una función específica: desde el que compró el cianuroo el que calculó la proporción adecuada hasta quien lo llevó a la casa o el que lo diluyó en un vaso. Otra persona metió una pajita y se lo acercó a la boca para que lo sorbiera. Minutos después, Sampedro falleció no sin antes dejar un vídeo póstumo.





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Ramón Sampedro.




"Hoy, cansado de la desidia institucional, me veo obligado a morir a escondidas, como un criminal. El proceso que conducirá a mi muerte fue escrupulosamente dividido en pequeñas acciones que no constituyen ningún delito en sí mismas y que han sido llevadas a cabo por diferentes manos amigas. Si aun así, el Estado insiste en castigar a mis cooperadores, yo les aconsejo que les sean cortadas las manos, porque eso es lo único que aportaran", decía en el vídeo. Solo hubo una detenida, su pareja, Ramona Maneiro, que fue puesta en libertad por falta de pruebas. El plan estaba tan bien urdido que ninguno de los 11 ayudantes tuvo problemas con la justicia. Siete años después, y una vez prescrito el delito, Maneiro confirmó que fue ella quien le dio de beber de ese vaso que contenía cianuro potásico.


Madeleine Z.
"Estoy en una nube... pero contenta, la verdad. Me voy a dejar ir despacito". Estas fueron las últimas palabras de Madeleine, una mujer de nacionalidad francesa residente en España que falleció en enero 2007 tras ingerir un cóctel de fármacos. Padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA) desde 2003 y tenía claro que quería morir ante el temor de quedarse inválida.

Pidió en varias ocasiones a médicos españoles un su***dio asistido, pero no tuvo éxito. A través de la asociación Derecho a Morir Dignamente se informó de qué era legal y qué no en España. Consciente de que ni el su***dio asistido ni la eutanasia lo eran, le proporcionaron un cóctel de fármacos que puso fin a su vida. Acompañada de dos voluntarios de esta organización, se quitó la vida en su casa de Alicante. "Esto no es vida. (...) Cuando conseguí la solución, me sentí aliviada", dijo en vídeo.


José Antonio Arrabal López

Diagnosticado desde 2015 de ELA, se suicidó delante de una cámara de vídeo "indignado" por "tener que morir en la clandestinidad", según sus propias palabras, para reclamar el su***dio asistido y la eutanasia. Este paciente llevaba meses planeando su su***dio, que llevó a cabo el 2 de abril de 2017 a través de la ingesta mediante una pajita de dos frascos de medicamentos adquiridos por internet, aprovechando que su familia no estaba en casa.

"Ya no puedo ni levantarme de la cama ni acostarme, no puedo darme ni la vuelta. No puedo vestirme, desnudarme. No puedo limpiarme. No puedo comer ya solo. Cuando te diagnostican la ELA, te dan la sentencia de muerte tal cual", decía en el vídeo.

Casado y con dos hijos, murió solo en su casa. Él consiguió todo lo necesario para morir. Solo tenía movilidad en una de sus manos y se valió de ella para marcharse. "Me indigna tener que morir en la clandestinidad. Le he dicho a mi familia que tarde en volver, para que ya haya pasado todo. Así nadie podrá acusarles de colaboración con el su***dio", explicaba.




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José Antonio Arrabal López en un vídeo de 'El País'.



Primer (y único) médico condenado

"La paciente me pidió morir. Dos veces. Sola. Primero no le hice caso, no respeté su deseo y seguí luchando para sacarla adelante". Estas son las palabras de Marcos Hourmann, el primer médico condenado por practicar la eutanasia en España para el que la Fiscalía llegó a pedir 10 años de prisión.

Todo ocurrió en marzo de 2005 cuando atendió en las Urgencias del hospital comarcal de Mora d'Ebre (Tarragona) a Carmen Cortiella de 82 años. Enferma de cáncer de colon y con diabetes descompensada, sufría un infarto agudo de miocardio. "Intenté salvarla durante cinco horas, pero empeoró. Entró en una fase de shock cardiogénico... no se podía hacer nada, era irreversible", declaró ante el juez.

El cuadro evolucionó hacia un infarto masivo y una hemorragia internapara la que "ya ni había tratamiento curativo". En ese momento la opción era sedarla, pero la paciente pidió morir. Administrados los mórficos, una hora después "se ahogaba". "Os voy a ayudar a las dos", le dijo a la hija de Cortiella. Cuando la paciente estaba ya inconsciente, Hourmann le inyectó un émbolo de 60 miligramos de cloruro potásico, excluido de los sedativos incluidos en los protocolos. La paciente murió ese mismo día.

La historia de este médico, que siempre ha defendido que contó con el permiso de la paciente, se llevó al teatro en una obra que produjeron Jordi Èvole y el actor Alberto San Juan. Tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía, se declaró culpable y evitó ingresar en prisión. También fue inhabilitado.

Logran que la desconecten: "No es justo vivir"


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Inmaculada Echevarría.


En marzo de 2007, Inmaculada Echevarría, que padecía distrofia muscular progresiva y vivía conectada a un respirador, vio cumplido su deseo de que le retirasen el respirador que la mantenía con vida. Echevarría tenía la autorización del Comité Ético de la Junta de Andalucía y del Consejo Consultivo Andaluz para que se cumpliese su petición, que se encuadraba en un caso de limitación de esfuerzo terapéutico y no de eutanasia.

Meses antes de su muerte, pidió públicamente que se aprobara la eutanasia porque "no es justo vivir así". En una carta pedía ayuda "para morir libremente y sin dolor". "Asumo mi enfermedad pero no los métodos artificiales de alargarla de manera inútil, aumentando el dolor y desesperación que ya sufría y que esperaba acabara con la muerte natural", añadía.

Morir mientras luchaban por la eutanasia

En su lucha para que se desbloquee la ley de regulación de la eutanasia,Luis de Marcos y Maribel Tellaetxe perdieron la vida sin lograr su deseo de morir dignamente. Sus familias presentaron en pasado mes de febrero 282.000 firmas para despenalizar la eutanasia, un debate paralizado en el Congreso por el adelanto electoral.

Luis de Marcos

Su sufrimiento acabó en agosto de 2017 a los 50 años después de una década padeciendo esclerosis. Solo podía mover el cuello y la cabeza y consciente de los dolores "insoportables" que padecía" inició una campaña reclamando el derecho a poner fin a su vida, ya que las leyes le obligaban "a pasar por un calvario" al no permitirle la sedación extrema.



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Luis de Marcos. (Facebook)


Falleció en su casa, pero antes escribió una carta en la que dejaba muy claro que "cuando lean esta carta, yo me habré ido". "Simplemente quiero decir que creo que venimos al mundo con alguna misión, para desempeñar algún papel, y a mí me ha tocado sufrir una enfermedad que me ha llevado a luchar por uno de los derechos más básicos". Ojalá podáis tener esa salida si llegáis a necesitarla", anhelaba este enfermo de esclerosis.

Maribel Tellaetxe

Es el caso más reciente. Falleció el pasado 6 de marzo, a los 75 años, y tras padecer alzhéimer desde hace 12 años. Su familia, junto con la de Luis de Marcos, encabezó la lucha por la eutanasia.

Uno de sus hijos relató cómo su madre pidió a su familia morir dignamente: "Por favor, no esperéis a que me olvide de vosotros, a que no os reconozca como hijos o que no reconozca a 'aita'. Ese día me tienes que ayudar a marchar", les dijo. Pero no pudieron.


VIDEO :
https://www.elconfidencial.com/espa...-su***dio-asistido-sampedro-carrasco_1925822/
 
Y algún político cantamañanas diciendo que "Eso no es un problema en España".
A ver si se queda traspuesto y le tienen que alimentar con una jeringa y limpiarle el culo.
 
EUTANASIA
Las eutanasias bajan en Holanda por primera vez en una década
El año pasado, 6.126 personas eligieron morir así, un 7% menos que en 2017



ISABEL FERRER
La Haya 17 ABR 2019


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Una doctora, junto a una paciente en un centro sanitario. AFP



En 2018 se practicaron en Holanda 6.126 eutanasias, un 7% menos que en 2017 (con 6.585 casos), y es la primera vez en una década que la cifra baja con respecto al año anterior. En 2010, 3.316 personas eligieron poner fin a sus días de esta manera. Los datos aparecen en el informe anual elaborado en conjunto por las cinco Comisiones Regionales que revisan la práctica en el país, y el Ministerio de Sanidad quiere averiguar las razones del cambio. Si es porque los enfermos lo piden menos, por reticencias de los médicos a ser juzgados en caso de mala praxis, o tal vez por la mejora de los cuidados paliativos. El informe encargado al respecto estará listo a finales de 2019. La Ley de Eutanasia entró en vigor en 2002, pero sigue penalizada hasta con 12 años de cárcel si se vulneran sus requisitos.


“Para los facultativos, la revisión de sus actos que efectúan las Comisiones es un momento tenso. Todavía más si acaban en manos de los fiscales. Pero no tienen por qué dudar de su labor. Observamos una aplicación cuidadosa de la eutanasia y nuestras comprobaciones contribuyen a ello”, ha dicho Jacob Kohnstamm, presidente del organismo que las reúne. De los 6.126 casos de eutanasia constatados en 2018, seis fueron considerados “problemáticos” por los expertos, pero no creyeron necesario remitirlos a los tribunales. Otros cinco llegaron a la fiscalía, que investiga tres. El año pasado, el equipo de Kohnstamm publicó un Código de la Eutanasia, para ayudar a los facultativos e informar al enfermo. Por su parte, la Asociación holandesa de Psiquiatría elaboró una directiva para manejarse cuando el paciente tiene un problema psíquico. El Colegio de Médicos rechaza esta última modalidad. Por eso prepara una guía para sus socios, en especial los de cabecera, que suelen aplicarla y dudan cuando el enfermo ya no es consciente de sus actos (por ejemplo en casos de Alzheimer), pero dejó escrito su deseo de recibir ayuda para morir.


Aunque las Comisiones recuerdan que “la demencia o los problemas psiquiátricos suponen el 1% de las peticiones de eutanasia, y un 90,6% son enfermos es fase terminal”, ha habido casos que han dejado huella. Entre ellos, destaca el de la geriatra llevada a juicio en 2018 por haberla aplicado supuestamente mal en 2016 a una anciana con demencia: la afectada lo pidió estando lúcida, pero había perdido la noción de la realidad cuando ocurrió. O la de Aurelia Brouwers, una chica de 29 años, con un trastorno límite de la personalidad y estrés postraumático. Los médicos concluyeron en 2018 que no tenía cura ni mejora y su sufrimiento era insoportable. O bien la condena simbólica de seis meses de cárcel provisional impuesta ese mismo año a Albert Heringa, de 75 años, que ayudó a morir a su madre, de 99 años, aquejada de terribles dolores de espalda.

En 2002, con la ley ya en marcha, hubo 1.882 casos. El médico debe agotar todas las posibilidades de mejora de la enfermedad de su paciente. Este, a su vez, tiene que pedirla de forma reiterada, con lucidez y seguridad, y porque padece un sufrimiento insoportable. El facultativo está obligado a consultar antes con otro colega. La ley contempla tanto la practicada por ellos, como la ayuda al su***dio (el paciente toma una sustancia preparada por el médico) y la combinación de ambas.

https://elpais.com/sociedad/2019/04/16/actualidad/1555415882_165993.html
 
EUTANASIA
Por qué los españoles apoyan la eutanasia, pero no hacen testamento vital
Solo 286.000 personas han registrado sus voluntades médicas. Los expertos lo achacan a falta de información, trabas o tabúes con la muerte


ANA ALFAGEME
3 MAY 2019


El enfermero francés Vincent Lambert lleva 11 años tetrapléjico y en estado vegetativo, situación que él no desearía cuando estaba consciente, según argumenta su esposa, enfermera como él. Pero no firmó un testamento vital que aclare si en esas condiciones ha de ser mantenido con vida. Por lo tanto, Vincent permanece en el centro de un litigio judicial que enfrenta a sus padres, que quieren que siga viviendo, y a su esposa y otros familiares, que desean que le sea retirada la alimentación y la hidratación para que muera. El Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo acaba de dictaminar que se suspenda el aporte nutritivo. Los padres han apelado. Ocurra lo que ocurra, él no habrá decidido.



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Vincent Lambert, en el hospital




El testamento vital es esa hoja de ruta para que los médicos sepan cuando deben parar sus tratamientos. El sello que garantiza morir como se desea morir y un derecho regulado en España en 2002 por la Ley de Autonomía del Paciente. Casi dos décadas después no llegan ni a 300.000 las personas que han formalizado este documento, un nimio 0,6% de la población. ¿Cuáles son las razones para no planificar un tramo vital al que todos estamos abocados? Y más en una sociedad que se conmueve con casos recientes como el de María José Carrasco, la enferma de esclerosis múltiple a la que tuvo que ayudar a morir su esposo en la clandestinidad. Un país donde el derecho a la eutanasia está respaldado por una mayoría de la población. Hasta un 87% lo apoya, según una encuesta de este mes de abril realizada por Metroscopia.

Los expertos consultados lo achacan a varios factores. Desde el desconocimiento tanto ciudadano como de los profesionales de la sanidad sobre esa herramienta, fruto de un déficit de voluntad política en difundirla, hasta la negación cultural de la muerte. También citan la costumbre de confiar en la estructura familiar esas decisiones sobre nuestro final de la vida o que los requisitos para cursar el testamento vital (generalmente se necesitan testigos) disuaden de hacerlo. Incluso señalan que ese poder que esgrimen los ciudadanos sobre su vida en forma del testamento vital choca con la visión paternalista y omnipotente de algunos médicos.



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“Yo creo que el fracaso del testamento vital estriba en que no hay demanda”, añade el presidente del Comité de Bioética de España, Federico de Montalvo, cuya tesis doctoral versó sobre este tema. “Está claro que la ley fue por delante de la aspiración de los ciudadanos, que no reclaman este derecho y menos en una sociedad de consumo, vivencial, que se coloca de espaldas a la muerte. Se ha dejado de celebrar el Día de los Difuntos y lo hemos sustituido por Halloween. También tiene que ver con la secularización de la sociedad, en la que la muerte es solo el final”. El experto asegura que ni en países como Estados Unidos, donde aproximadamente un tercio de sus ciudadanos ha firmado este documento, ha calado. “Llevan trabajando muchísimo tiempo en ello y no se consigue extender”


La clave de ese fracaso, para otros implicados, estaría en la falta de información. “No se ha promocionado ni entre los ciudadanos ni entre los sanitarios”, dice el presidente de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) en Madrid, el médico Fernando Marín. Abundan en esa idea el médico y diputado socialista José Manuel Freire, impulsor de la ley de muerte digna de Madrid (nueve comunidades han aprobado normas similares) y la socia de DMD Soco Lizarraga, facultativa de atención primaria. “La verdad es que ninguna comunidad ha cumplido”, dice esta última

“Yo no tengo testamento vital, ni nadie de mi equipo y eso que trabajo en estos temas”, dice, por su parte, el médico de cuidados paliativos en el servicio de salud madrileño Antonio Sacristán, con 29 años de experiencia, “y es que confío en que mi mujer y mis hijos van a tomar las mejores decisiones para mí". "Creo que a mucha gente le pasa eso. Que el peso de la familia en sociedades como la nuestra está supliendo al testamento vital”.

La mitad (el 52%) de los españoles con testamento vital, según el Registro Nacional de Instrucciones Previas, son personas mayores de 65 años, lo que puede suponer una preocupación mayor cuanto más cerca está la muerte. Más mujeres (60%) que hombres lo suscriben. “En mi experiencia, cuando viene un matrimonio a la consulta”, cuenta Lizarraga, con más de 30 años de ejercicio profesional, “son ellas las que preguntan, los maridos se quedan callados, como si no quisieran saber nada del asunto”. Las mujeres suelen asumir el papel de cuidadoras y por tanto, han vivido situaciones penosas por las que no desean pasar, asegura. "Otras registran el documento porque no quieren dar trabajo".

En el exiguo panorama de las instrucciones previas hay comunidades aventajadas, como Navarra, que con 12,1 testamentos por cada 1.000 habitantes dobla la media nacional, País Vasco (11,9) y Cataluña (11,2). En la cola, Extremadura (1,8) y Murcia (3). “¿Significa eso que los extremeños quieren saber menos de la muerte que los navarros?”, se pregunta Marín. “No es así, lo que pasa es que no hay información suficiente”.



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La doctora Lizarraga ha tenido mucho que ver en el discreto triunfo navarro, que casi ha doblado entre 2016 y 2018 el número de testamentos vitales. “Creo que el éxito tiene que ver con la difusión a los pacientes y a los sanitarios y también con que se haya cambiado la ley de tal manera que para formalizar el documento ya no son necesarios dos testigos. Otra cosa que ha ayudado mucho es que se puede entregar en 55 de los 57 centros de salud navarros. Finalmente, que las trabajadoras sociales se han implicado muchísimo”.

El movimiento comenzó en el centro de salud donde ella trabaja, en el pueblo de Berriozar, cercano a Pamplona, que tiene adscritas 15.000 personas. “Pusimos carteles y folletos en las salas de espera. Cuando veíamos que alguien cogía uno, al entrar en consulta le invitábamos a obtener más información”, cuenta. Tanto el formulario de la comunidad como el de DMD estaban disponibles. Las trabajadoras sociales recogían las solicitudes sin necesidad de testigos y las trasladaban al registro. “Cuando reuníamos unas cuantas personas, organizábamos un taller de muerte digna y testamento vital, igual que hacemos un taller de espalda o de nutrición”.

Como ese centro de salud registraba tres veces más testamentos vitales, después formaron a los sanitarios del resto de los centros de salud navarros. “Además, otras dos personas y yo llevamos tres años haciendo bolos, como decimos, yendo a todos los sitios”. Charlas, cinefórum, jornadas en la universidad pública y en su caso impartir clases en Enfermería y Trabajo Social.

La médica cree que cuando se tiene acceso a la información, el tabú de la muerte retrocede. “En cuanto hay más conocimiento y se enteran, quieren hacerlo. Aquí la gente mayor lo llama ‘el papel’, y hablan con naturalidad de ello. Dicen, por ejemplo ‘pues mi vecina ya tiene el papel”, comenta.

Madrid, con 4,2 testamentos vitales registrados por cada 1.000 habitantes, se sitúa en los peores puestos del país. “He ido a preguntar en mi centro de salud como cualquier ciudadano y nadie sabía nada”, se escandaliza el diputado Freire. La norma contempla que se pueda tramitar e inscribir el documento en uno de cada tres centros de salud y también en hospitales públicos y privados. “Desgraciadamente no se ha hecho nada, no se ha informado a los médicos ni a la ciudadanía”, prosigue Freire, “se han limitado a editar un tríptico y lo han hecho este año”.

Fernando Marín cree que la enfermería de atención primaria sería crucial para informar a los ciudadanos, igual que las trabajadoras sociales lo han sido en Navarra. “Lo mismo que siguen el colesterol, la tensión, controlan la obesidad o las vacunaciones, tendrían que plantear el testamento vital a los pacientes”.

“El testamento vital debería figurar en la historia clínica, que fuera lo primero que te preguntara el médico, igual que si fumas o qué medicación tomas”, dice Freire. Al menos en tres comunidades, Andalucía, País Vasco y Navarra, se incorporan las voluntades anticipadas al historial. “Además, es fundamental que el médico pueda consultarlo con rapidez desde cualquier sitio, porque de nada sirve tenerlo si llegas a las Urgencias de un hospital a muchos kilómetros de casa e inconsciente y allí no pueden saber que no quieres que te mantengan con vida si no vas a recuperarte”.

Tanto Marín como la doctora navarra creen, finalmente, que algunos médicos se resisten a dar pábulo a la voluntad de un paciente más empoderado. “Hay un sector de la profesión muy conservador que prefiere creer que es el facultativo quien debe decidir”, concluye el presidente de DMD Madrid.

https://elpais.com/sociedad/2019/05/02/actualidad/1556821437_356078.html
 
Vincent Lambert, el francés en estado vegetativo desde hace once años, será desconectado
Los abogados de los padres de Lambert, han informado que el doctor Sanchez del hospital de Reims les ha comunicado su intención de ejecutar la decisión que tomó hace un mes de desconectarle



Juan Pedro Quiñonero

PARÍS Actualizado:11/05/2019


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Vincent Lambert en una imagen de archivo en 2013 - HO / Courtesy of the Lambert Family / AFP



El médico de cabecera de Vincent Lambert (1976) ha comunicado a sus padres y esposa que «pondrá fin» a los tratamientos que mantienen a este hombre en «estado de coma vegetativo», desde 2008, convertido en trágico símbolo de un debate nacional sobre la eutanasia y el su***dio asistido.

Según los abogados de los padres de Lambert, el doctor Sánchez, del hospital de Reims (en el norte de Francia), habría anunciado que cesaría la sedación y tratamiento de Lambert la semana que comienza el día 20 de este mes de mayo.

Los abogados de los padres de Lambert, que defienden la prolongación indefinida del tratamiento estimando que sigue en vida, se oponen de manera frontal a la aplicación de la «eutanasia inconfesable», por estas razones: «No hay ninguna urgencia médica para detener la alimentación e hidratación de Vincent Lambert. Nada justifica una violación vergonzosa del derecho internacional y las medidas provisionales reclamadas por la ONU».


El equipo médico que sigue el caso parece contar con el «visto bueno» del gobierno de Emmanuel Macron. Angès Buzyn, ministra de Sanidad, declaró días pasados que «Francia no está obligada a cumplir las peticiones del Comité Internacional de protección de los derechos de las personas con discapacidad (CIPPCD) de la ONU». Esa declaración parecía anunciar el fin de una dramática «batalla» de posiciones médicas y jurídicas, que también dividen a la familia de Lambert.

Intentando evitar la eutanasia o su***dio asistido de su hijo, en coma vegetativo desde su trágico accidente, los padres presentaron sucesivos recursos ante los tribunales ordinarios, franceses, el Consejo de Estado francés, el Tribunal Europeo de Derechos del Hombre (TEDH), el CIPPCD de la ONU, entre un largo rosario de instituciones nacionales e internacionales.

Sin acuerdo
Una larga década de enfrentamientos, crisis y drama humanoprofundo no han permitido encontrar ninguna forma de acuerdo entre los médicos y expertos jurídicos. Para unos, Lambert se encuentra en «estado vegetativo, crónico e irreversible». Para otros, Lambert «corre el riesgo de ser víctima de la aplicación del su***dio asistido, la eutanasia».

Hace días, el Comité Internacional de protección de los derechos de las personas con discapacidad (CIPPCD) hizo pública una petición formal, estimando que Francia debía aplazar cualquier decisión, a la espera de nuevas investigaciones, médicas y jurídicas.

El equipo médico que ha decidido poner fin a los tratamientos aplicados a Vincent Lambert afirma que ha tomado tan grave decisión de manera colectiva, «siguiendo un procedimiento colegial», que ha podido contar con la aprobación directa o indirecta del ministerio de Sanidad.

Los padres de Lambert denuncian el «desprecio culpable» del gobierno de Emmanuel Macron hacia las demandas del CIPPCD. Desde su óptica, el gobierno francés está «obligado» a respetar las peticiones de tal instancia internacional. Angès Buzyn, ministra de Sanidad, ha declarado que el gobierno dará «explicaciones» al CIPPCD. Pero tal respuesta corre el riesgo de llegar tarde para poder impedir el fin de los cuidados médicos de Vincent Lambert, la semana que comienza el próximo día 20.

Los padres, un primo y una hermana de Lambert son partidarios de la prolongación indefinida de los cuidados médicos. La esposa, un primo y cinco hermanas y hermanos denuncian el «ensañamiento terapéutico».

https://www.abc.es/sociedad/abci-vi...etendra-tratamiento-201905111644_noticia.html


 
Última edición por un moderador:
Vuelven a alimentar a Vicent Lambert, el paciente francés en estado vegetativo



21.05.2019


Es la quinta vez que los jueces ordenan volver a alimentar a este paciente, convertido en un símbolo. "Vincent está bien. Pedimos que salga de este hospital. No es un enfermo terminal", dicen sus padres.



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Vincent Lambert, tetrapléjico en estado vegetativo cuya esposa pide que se le deje morir, mientras sus padres apuestan por mantenerle con vida. YOUTUBE


Los médicos del hospital de Reims, en el este de Francia, reintegraron este martes la alimentación artificial de Vincent Lambert, el paciente en estado vegetativo al que se la habían retirado un día antes, en cumplimiento de una decisión judicial. El Tribunal de Apelación de París ordenó anoche que se volviera a alimentar al paciente para dar tiempo a que se pronuncie el Comité para los derechos de las personas con discapacidad de la ONU, al que habían recurrido los padres, contrarios a que se le deje morir.

Era el último recurso que les quedaba a los progenitores, que vieron cómo doce horas después de que se retirara la alimentación del paciente, la Justicia volvía a darles un plazo suplementario. Un centenar de personas, que se manifestaban a las puertas del hospital en contra de la decisión de los médicos, celebraron la noticia, comunicada por los padres, con escenas de júbilo. Es la quinta vez que los jueces ordenan volver a alimentar a este paciente, convertido en un símbolo del final de vida en Francia. Cada vez que los médicos que lo tratan, en concierto con su esposa, decidían retirarle la sonda que lo alimenta, los padres, militantes de una asociación ultracatólica, encontraban un resquicio legal para que volviera a ser nutrido.


"Vincent está bien. Pedimos que salga de este hospital"

Los padres de Lambert quieren aprovechar este plazo suplementario para que su hijo sea trasladado a otro centro, al considerar que los doctores que lo tratan en Reims no entienden sus tesis. "Vincent está bien. Pedimos que salga de este hospital. No es un enfermo terminal. No hay más que verlo en los vídeos. Todo queda reflejado en su mirada. Solo necesita beber, comer y amor", aseguró la madre, que en los últimos días ha difundido imágenes de su hijo en la cama del hospital. En el vídeo, difundido a través de la revista "Valeurs Actuelles", el rostro de Lambert aparece en un primer plano, con la mirada pérdida y una expresión de tristeza, siendo acariciado por su madre que repite continuamente: "No llores, pequeño. Estamos aquí. No te vamos a dejar".

El abogado de Rachel Lambert, su esposa, anunció este martes que van a denunciar la publicación del vídeo: "¿Quién aceptaría que unas imágenes así de uno mismo fueran difundidas en redes sociales?", preguntó. Los padres piden que Lambert sea trasladado a un centro especializado en enfermos como él, donde consideran que entenderán mejor su estado. La decisión fue acogida con pesar por la otra parte de la familia, encabezada por la esposa y cinco de sus hermanos, que consideran que lo mejor que se puede hacer para el paciente es dejarlo morir. Opinión que comparten los médicos, que descartan toda posibilidad de remisión de este paciente, que ahora tiene 42 años, víctima de un accidente de tráfico en 2008 y postrado en una cama de hospital desde entonces

https://www.20minutos.es/noticia/3647092/0/vuelven-alimentar-vincent-lambert/

 
Es un tema muy chungo, una cosa es optar por la limitación del esfuerzo terapéutico (dar al paciente los cuidados básicos hasta que el cuerpo aguante, sin tratamientos ni procedimientos que alarguen la vida) y otra cosa es provocar la muerte de una persona. Como enfermera, creo que si algún día se aprueba, yo haría objeción de conciencia. No puedo matar a nadie, no podría ser la que inyectara algo sabiendo que va a matar a la persona, igual que también me he negado a realizar procedimientos invasivos innecesarios a mi juicio a pacientes que estaban ya agonizantes.
Lo del artículo de arriba, creo que ya ha pasado a ser encarnizamiento terapéutico. Hay que aprender a dejar ir a nuestros seres queridos cuando es el momento y de forma digna, sin llegar a matarlos. Hay un término medio.
 
LARGAS ESPERAS POR PSIQUIÁTRICOS EN HOLANDA


Abusos, depresión y sin psiquiatra: Noa decide morir en Holanda a los 17 años
La joven era conocida en Holanda por haber escrito su autobiografía, titulada 'Ganar o aprender', en la que reconocía haber sido víctima de abusos sexuales y agresiones


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Foto: EFE.




IMANE RACHIDI. ÁMSTERDAM
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05/06/2019



Noa Pothoven sufría estrés postraumático, depresión y anorexia. “Respiraba, pero sin estar viva”, dijo en su mensaje de despedida, unos días antes de acabar con su vida a los 17 años. Se pasaba el día encerrada. Había dejado de comer y de beber. No iba al colegio, ya que estaba exenta de la educación secundaria obligatoria por los problemas psicológicos graves que arrastraba desde los 11 años. A esa edad, la joven holandesa fue violada por primera vez en una fiesta escolar. La historia se volvió a repetir cuando tenía 12 y 14 años. Después de años luchando contra el trauma, finalmente Noa decidió organizar su propia muerte rodeada de sus padres y amigos. Pero por ahora, nadie sabe cómo.

Su su***dio asistido, anunciado en su cuenta de Instagram, está impresionando al mundo entero. Aunque hay voces que acusan a Holanda de practicar la eutanasia a una menor con enfermedades psicológicas, por el momento nada confirma que este haya sido un caso de eutanasia supervisada y autorizada por un médico profesional. No tanto en Holanda, que ya conocía su historia por su autobiografía 'Ganar o aprender', que publicó el año pasado y donde desgranaba con crudeza su duro camino, con tres violaciones y cuadros psicológicos graves. “Se sentó sobre mí, contra mi voluntad, en mis partes íntimas”, contó la joven sobre sus abusos, dos veces en fiestas para adolescentes y la última en un paseo por su barrio, en Arnhem.

Las redes sociales de la joven, donde anunció que moriría "en un plazo máximo de 10 días", se han llenado de mensajes de condolencias y cariño, en todos los idiomas. "No me voy a andar con rodeos: voy a estar muerta como mucho en 10 días. Tras años de lucha, mi lucha ha terminado. Por fin voy a ser liberada de mi sufrimiento, porque es insoportable. No me intentéis convencer de que esto no es bueno. Es una decisión bien considerada y definitiva", escribió en su mensaje de despedida. La hermana de Noa confirmó al diario holandés 'AD' que la menor murió el pasado domingo.


Como una criminal
Noa había 'sobrevivido' todos estos años entre su deseo de morir y sus intentos de quitarse la vida. Recibió la ayuda profesional que se le ofrecía, pero las clínicas de eutanasia se negaban a terminar con su vida. En los últimos años había sido ingresada en tres centros para cuidado de jóvenes —por su seguridad—, pero la gravedad de su dolor requería que fuera ingresada en una “institución cerrada de psiquiatría”, como exigió su madre en varias ocasiones. Sin embargo, las largas listas de espera que tienen estos centros en Holanda impidieron que fuera así. “Queremos un hueco para que nuestra hija pueda quedarse allí, donde se aborden todos sus problemas físicos y mentales”.

El sistema de salud trataba de evitar que Noa se hiciera daño, pero no llegó a tratar su cuadro psiquiátrico. La propia joven criticó la falta de atención específica, lo que según ella agravó los síntomas. “Es una locura. Si una persona tiene una enfermedad cardíaca grave, puede someterse a una cirugía en unas semanas, pero si tienes una enfermedad mental, entonces como mucho te dicen: estamos llenos, apúntate a la lista de espera”, lamentó Noa, en un grito de ayuda para no darse por vencida.

Noa nunca perdonó a los jueces de un tribunal de menores de Arnhem, donde fue llevada en contra de su voluntad, que la forzaran a ingresar en un centro de tratamiento, donde los uniformes estaban diseñados de tal manera que impidiera que se lesionara. “Nunca, nunca más volverán a aislarme", aseguró. La depresión, el trauma y la anorexia habían pasado a un segundo plano. Lo importante era que no se matara. “Me sentía como un criminal, cuando nunca he robado ni un caramelo de una tienda”.

La joven tuvo que esperar más de seis meses para lograr una cita en la clínica de trastornos alimentarios en Zutphen, lo que supuso que desarrollara una condición de salud crítica, bajo peso grave y amenaza de que le fallaran los órganos vitales. La imposibilidad de que fuera tratada por un especialista la obligó a someterse a la alimentación por sonda en el hospital durante sus últimos años de vida. Sus padres tuvieron que reducir su jornada laboral para visitar a su hija, hasta que regresó a casa para seguir recibiendo tratamiento dos veces al día en otra clínica especializada. “Es todo muy difícil”, dijo. Uno de cada 10 pacientes de anorexia en Holanda muere por las consecuencias del trastorno alimentario.

Muy joven para la muerte dulce
El padecimiento de Noa tiene nombre, “sufrimiento psicológico desesperado e insoportable”. Como no tiene vuelta atrás, cumpliría las condiciones necesarias para autorizar el su***dio asistido. Hace un año y medio, con 16 años, la adolescente se acercó a la clínica Levenseind (Fin de Vida) en La Haya sin el conocimiento de sus padres. Quería conocer sus opciones: “¿Soy elegible para la eutanasia o asistencia con el su***dio?”, preguntó. La negativa de los especialistas la frustró. “Dicen que soy demasiado joven para morir, que debo completar el tratamiento del trauma y esperar primero a que mi cerebro esté completamente desarrollado, hasta que tenga 21 años. Estoy devastada. No puedo esperar tanto”, reaccionó Noa.

No está claro si esta joven murió con asistencia de sus padres o logró que los doctores autorizaran un proceso de eutanasia, en el que le fuera aplicada una inyección letal con supervisión médica justificada en "un dolor insuperable". Generalmente, el comité que vigila la aplicación de eutanasia nunca confirma casos individuales por respeto a la privacidad de los pacientes.

Su último intento fue llamar la atención de la sociedad con su libro, esperando que su historia convenciera a algún médico de concederle su deseo. Para su padre Lissete, el testimonio crudo y real de su hija debía ser "lectura obligatoria para los trabajadores sociales, jueces de menores y los funcionarios responsables del cuidado de jóvenes”.

Noa fue una niña aplicada en la escuela, lograba pasar de curso sin gran esfuerzo, pero un día, de repente, su comportamiento cambió. Sus padres no entendían lo que pasaba, el motivo que llevó a una niña sociable, alegre y querida por su entorno a cambiar de actitud ante la vida. Un día, cuando limpiaba, su madre encontró un sobre de plástico lleno de cartas de despedida dirigidas a sus padres, amigos y conocidos. Había mantenido en secreto las violaciones que sufrió por “miedo y vergüenza” y se encerró tanto en sí misma que la vida “dejó de tener significado”.

Sus padres lo intentaron todo, incluso un tratamiento de 'electroshock' para la depresión severa, esperando que los impulsos eléctricos en el cerebro ayudaran a su hija. Pero nada funcionó. Un año después de contar su historia, ha logrado poner fin a su vida. Murió sin haber denunciado las violaciones. Sus agresores nunca fueron identificados y siguen en libertad. “Revivo el miedo y el dolor todos los días. Estoy siempre asustada, en guardia. Aún siento que mi cuerpo está sucio”.

https://www.elconfidencial.com/mund...tanasia-holanda-17-anos-noa-fin-vida_2054858/
 
Vincent Lambert será desconectado por tercera vez
El enfermero, en estado vegetativo, se ha convertido en el símbolo de la muerte digna en Francia



SILVIA AYUSO
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París 2 JUL 2019 - 18:45




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El hospital de Reims que trata a Vincent Lambert ha anunciado este martes que va a volver a desconectar de las máquinas de alimentación e hidratación que mantienen con vida a este enfermero francés de 42 años, casi 11 de ellos en estado vegetativo y tetrapléjico y cuyo caso se ha convertido en un símbolo en el debate sobre el derecho a una muerte digna en Francia.

“El procedimiento de fin de los tratamientos será realizado a partir de este día (por hoy martes)”, ha informado el jefe del equipo médico que trata a Lambert, Vincent Sanchez, a los miembros de la familia del enfermero en un correo electrónico. Así lo confirmó a este diario su sobrino, François Lambert, quien sin embargo prefirió mostrarse cauto ante la noticia, en vista de que en ocasiones anteriores el proceso fue revertido en el último momento.


“Esta es la tercera vez, a ver qué va a pasar”, dijo en una primera reacción por teléfono. François Lambert es uno de los familiares que más ha luchado por lograr una muerte digna de su tío, algo que afirma era su voluntad aunque Vincent no hizo un testamento vital donde expresara sus deseos. La extensa familia Lambert está enfrentada desde hace años por esta cuestión. Mientras la mujer y tutora legal del paciente, Rachel Lambert, así como su sobrino François y seis de los nueve hermanos de Vincent apoyan que se lo desconecte, los padres de Lambert y otros dos hermanos, católicos tradicionalistas, llevan años luchando en los tribunales para frenar el procedimiento que lo llevará a la muerte en unos días. El lunes, la madre de Vincent, Viviane Lambert, pidió “ayuda” al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra, afirmando que a su hijo se lo quería someter a una “eutanasia por su discapacidad cerebral”.

Se esperaba el anuncio del hospital de Reims desde que, el pasado viernes, el Tribunal de Casación abriera la vía a su desconexión, al decretar que el tribunal de apelaciones de París no tenía competencia para ordenar la reanudación de los cuidados de Vincent Lambert, como hizo a finales del mes pasado a petición de los padres del enfermero.

Los médicos de Lambert iniciaron su desconexión (por segunda vez) el 20 de mayo, después de que un mes antes, y de manera colegial, llegaran a la conclusión de que continuar manteniéndolo con vida constituía un “encarnizamiento terapéutico”, como defiende también su esposa. Era la tercera vez en una década que se decidía este proceso después de que un equipo de médicos concluyera que su estado era irreversible, aunque solo fue llevado a cabo en una ocasión anterior, en 2013. Como en esa primera vez, los padres de Lambert lograron en mayo frenar por la vía judicial el proceso de fin de vida de su hijo, al conseguir que el tribunal de apelaciones de París ordenara que volviera a ser conectado hasta que el Comité Internacional de derechos de las personas discapacitadas de la ONU al que habían llevado su caso tomara una decisión sobre el fondo de la cuestión. El Gobierno francés había declarado que dicho organismo no tenía jurisdicción y que por tanto no se sentía obligado a detener el proceso. El Tribunal de Casación acabó dándole la razón al anular “la sentencia del tribunal de apelaciones sin remisión del caso a un nuevo juicio” con lo que, según los abogados de la esposa de Lambert y de su sobrino, la vía judicial quedaba cerrada para oponerse a su muerte digna.

Sin embargo, los abogados de los padres de Lambert ya adelantaron el viernes que no tirarían la toalla. “Es un combate político. Cuando vemos que todo un Estado desencadena sus considerables recursos humanos, financieros, políticos para ensañarse contra un hombre (…) yo digo que Francia no merece más llamarse el país de los derechos humanos”, afirmó Jérôme Triomphe, un letrado vinculado a movimientos de extrema derecha y ultracatólicos como los padres de Lambert, que amenazó con acusar a los médicos del hospital de Reims de asesinato premeditado si llevaban a cabo el proceso de desconexión de Lambert ahora de nuevo decidido. Este consiste en desconectar al paciente de las máquinas que lo mantienen con vida y, a la vez, someterlo a una sedación profunda para que no sufra hasta que se produzca su muerte, algo que podría suceder unos días después de iniciado el procedimiento de fin de vida.

https://elpais.com/sociedad/2019/07/02/actualidad/1562064320_727196.html
 
DEPORTISTAS PARALÍMPICOS
Muere la campeona paralímpica Marieke Vervoort tras recibir la eutanasia
La deportista belga obtuvo cuatro medallas en los Juegos de Londres 2012 y Río 2016




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Marieke Vervoort en su casa de la localidad flamenca de Diest, en agosto de 2016. En vídeo, entrevista con Vervoort para EL PAÍS en 2016. DELMI ÁLVAREZ



Marieke Vervoort no quería morir, pero hacía tiempo que se preparaba para ello. "He vivido cosas que la mayoría de la gente solo puede soñar", decía resuelta frente a la compasión cuando alguien lamentaba el infortunio de la tetraplejia progresiva que le paralizó la mitad inferior del cuerpo y la dejó en una silla de ruedas desde los 20 años. Recordaba así la deportista paralímpica belga un historial repleto de récords nacionales y europeos, victorias en Mundiales y cuatro grandes metales: oro y plata en los 100 y 200 metros de los Juegos de Londres 2012, y bronce y plata en el 100 y el 400 de Río 2016, su adiós definitivo a la competición. Este martes, el Ayuntamiento de su localidad natal, Diest, anunció su fallecimiento a los 40 años de edad tras abandonar el tratamiento que recibía en un hospital y someterse a una eutanasia.

El diagnóstico a los 14 años, acompañado de un largo peregrinaje por hospitales para identificar la enfermedad, fue un mazazo para una adolescente inquieta que hasta entonces nadaba, montaba en bicicleta y practicaba jiu-jitsu. Su padre, Joseph, la recuerda como una niña activa, jugando con chicos y subiéndose a los árboles. En su nuevo escenario vital, Vervoort se adaptó a las nuevas circunstancias con fiereza. Empezó con el baloncesto en silla de ruedas, probó el triatlón y finalmente eligió la explosividad de las distancias cortas en su silla de ruedas, las disciplinas que le reportaron mayores éxitos y le permitieron conocer la gloria olímpica.

Entrenaba fuerte, sin recurrir a excusas. Ni una incómoda tormenta ni un dolor más intenso de lo normal la convencían de no rodar a toda velocidad por el tartán de la pista de Lovaina, a 30 kilómetros de su casa, hasta donde la llevaba en su coche un matrimonio amigo. Su entrenador, Rudi Voels, técnico también de otros grandes velocistas belgas, tuvo que vencer su tozudez en alguno de esos días malos y persuadirla en más de una ocasión de que nada pasaba por dejar una sesión a medias. Incluso cuando las acababa, acompañaba las caricias a su inseparable perro Zenn de alguna queja amarga. "Estúpidos dolores. ¿Conoces a alguien que necesite morfina para entrenar?".

Esa dedicación la catapultó a sus primeras medallas en Londres. "Fue muy especial verlo y poder decir: ¡es mi hija!", rememora su padre volviendo a aquel día del verano de 2012 en el estadio olímpico. Una emoción que acabó algo más accidentada para su madre. "Recuerdo que me puse de pie cuando llegaste a la meta en los Juegos de Londres. Estaba eufórica. Después quise sentarme, pero con la euforia me olvidé de que era una silla plegable. ¡Me caí al suelo! ¿No lo viste verdad?", le decía a su hija el año pasado en neerlandés, las dos a punto de llorar de risa y Marieke ávida por traducir la anécdota a sus visitantes en una habitación de hospital en Diest.




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Vervoort durante los Juegos Olímpicos de Río 2016. YASUYOSHI CHIBA AFP




Su celebridad trascendió con creces su Flandes natal, donde publicó un libro en el que las peripecias deportivas convergen con la angustiosa lucha contra una enfermedad degenerativa. Su historia atravesó las fronteras de Bélgica cuando Vervoort hizo público en 2016 que había solicitado los papeles de la eutanasia. La atleta buscaba así espantar el fantasma del dolor terminal, un miedo que la perseguía en las noches interminables donde apenas podía pegar ojo y tenía que pulsar el botón para que una enfermera fuera a verla. También alejar, como ella misma afirmaba, cualquier tentación de su***dio. Desde que obtuvo el permiso —para lo cual en Bélgica es necesario la aprobación de dos médicos— la certitud de poder elegir el momento del adiós le había devuelto el sosiego. "Cuando quiera puedo coger mis papeles y decir ¡es suficiente! Quiero morir. Me da tranquilidad cuando tengo mucho dolor. No quiero vivir como un vegetal", reconocía en una entrevista con este diario antes de los Juegos de Río.

Había quien se sorprendía, y se molestaba, de que Vervoort diera a conocer sus intenciones. Como si hiciera apología de un acto inmoral o buscara aprovecharlo para ganar protagonismo. Pero la impresión que transmitía es que hablaba de la muerte como de la vida, con naturalidad, intercalando bromas y fechorías menores en una conversación que giraba a menudo en torno al dolor y la mejor forma de sobrellevarlo.

Apartada del deporte y obligada a ser ingresada con frecuencia, Vervoort siguió utilizando las redes sociales como solía para comunicarse con sus seguidores, volcar frustraciones momentáneas, dar las gracias a sus médicos y regresar a tiempos mejores publicando imágenes de cuando todavía podía deslizar las ruedas de su silla como un cohete sobre la pista.

En alguno de esos desahogos amagó con tirar la toalla al insistir en que buscaba una fecha para concretar la eutanasia, pero luego se sobreponía y aplazaba la decisión una y otra vez, aferrándose a la vida. Enamorada de Lanzarote, isla que visitaba habitualmente y donde dijo que le gustaría lanzaran sus cenizas, visitó su particular paraíso este verano, aunque muy a su pesar, su dolencia la obligó a adelantar la vuelta a Bélgica.

Unas semanas después, con la decisión de poner fin a su vida ya tomada, lejos de abandonarse a la introspección, subió como copiloto a bordo de un Lamborghini para dar unas vueltas a un circuito con sus padres y sus perros como testigos. "He cumplido muchos sueños en mi vida. Este es el último", anunció.

La última fotografía que compartió en Facebook, tres días antes de su muerte, la muestra subida a su silla de competición en pleno esfuerzo, cabeza gacha concentrada, los músculos tensos de los brazos formando una uve, las tres ruedas congeladas sobre el tartán. Y una frase: "No puedo olvidar los buenos recuerdos".

VIDEO:
https://elpais.com/deportes/2019/10/22/actualidad/1571777795_278951.html
 
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