Esther Doña. Viuda del marqués de Griñón.

Llevan así unos dos años, por lo menos donde yo compro.
Nunca los he comprado pero al parecer son de buena calidad y hay de precios muy asequibles y lo más importante es que es producto español.
Hay que promocionar nuestras marcas y esta creo que a la larga podría convertirse en una de las más demandadas en cuestión de marqueting.
Mi opinión, como gran catadora de riojas que me precio de ser, es un vino muy regular, el de crianza, muy regular. Ahora reconozco, que hace años en una cena, llegó un primo mío con unas botellas de reserva del 86 y tengo que reconocer que estaba conojundísimo. Con muchísima fuerza, y un calor tremendo. Te llenaba la boca. Un vinazo. Y era tempranillo, que ya ves. Pero esa cosecha les debió salir de órdago.
 
En el ambiente de Boyer creo recordar que no fue aceptada nunca. Sobre todo porque Boyer era de izquierdas y no cuadraba mucho estar con una mujer como Isabel que siempre ha representado la frivolidad.
En el ambiente de Boyer (madre Naranja dixit) no la podían ni ver, porque encima todas las Charos de la época eran muy muy amigas de la primera mujer del Menistro, que al parecer era un encanto de señora. Eso y que Guerra utilizó esa caidita de Roma de Boyer para ganar más ascendiente sobre Isidorete.
De aquella, tiempos remotos, a los políticos aún les importaban las formas, y llegaron a la conclusión, en CasaPutasPesoe, que era mejor deshacerse del Miguel por la imagen de encoñao con la china que estaba dando y por las chanzas del congreso que ya había.
 
Si no recuerdo mal, el escandalazo en la época no fue tanto por la supuesta cornamenta que le endosó al marqués (que igual ni siquiera fueron cuernos), sino porque el ínclito Boyer era un tecnócrata del PSOE, que pasaba por ser un tío serio, implacable, teóricamente un liberal de izquierdas (acordaos de la expropiación de Rumasa), con una mujer también de izquierdas, reputadísima profesional de la medicina. Y apareció la Preysler, que era a las pretensiones socialistas de entonces los que el agua al aceite. Y el Boyer que se encoñó hasta el punto de pasarse por el forro las críticas no solo por la relación, sino por la construcción de la famosa "Villa Meona".
Isabel Preysler salió de un ambiente que la había mirado siempre por encima del hombro como si fuera una arribista a otro que directamente la despreciaba.
Es que es difícil encuadrar a Isabel Preysler, la verdad: ni farandulera, ni aristócrata, ni intelectual, ni profesional (de lo que sea). No sé, igual ha estado siempre muy sola socialmente, esta mujer.
 
De verdad, no pretendo jorobar. Simplemente creo que Tamara de niña lo tuvo muy crudo con el Boyer. Que tiro siempre para su padre ( legal y biológico) además coincide con la época que estaba Teresa de la Cierva ( gran persona) de madrastra. Pasaba los findes y vacaciones en una casa de campo con niños chiquitos, perros y mucho espacio. Normal que adore eso y no la casa fashion con su madre y el Boyer ,al que despreciaban todos sus hermanos, los suyos de padre más los de Julio Iglesias.
Anita vivió las mieles, pero de qué le sirvieron?

La relación de Tamara con Miguel Boyer fue buena. Sin ser su padre, ejercía como figura paterna cuando empezó a convivir con su madre y aún no había nacido Ana Boyer y estuvo siempre presente en todos los momentos importantes de su vida.

En mi opinión, el sufrimiento de Tamara durante la infancia o adolescencia podría provenir del desapego materno (siempre me ha dado la impresión la Preysler de ser una madre distante), de vivir entre dos hogares y ser la menor de varios hermanos, unos bastante mayores que ella y otros que vivían en otro país hasta que llegó Ana y tal vez a su problema de déficit de atención (que también padece su hermano Duarte).
 

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