Esther Doña. Viuda del marqués de Griñón.

Las apariencias engañan pero a él no lo veo un hombre violento
Ella la veo muy maliciosa
Discutir y subir el tono de voz , quien más quien menos , lo ha hecho
En un hotel lógico que los huéspedes se quejasen según la hora
 
Las apariencias engañan pero a él no lo veo un hombre violento
Ella la veo muy maliciosa
Discutir y subir el tono de voz , quien más quien menos , lo ha hecho
En un hotel lógico que los huéspedes se quejasen según la hora
La ley tendría que ser la misma ley para todos. Además aunque Falcó no se hubiera podido escaquear de comerse el protocolo entero "por ser vos quien sois", como ha hecho; el no se hubiera quedado arruinado, desempleado, y sometido al ostracismo social como el españolito de a pie.
 
No cro que por gritos te lleven a la comisaría, y te acusen de violencia domestica,te enviaran a seguridad del hotel y te dirán que te calmes.
Tiene que haber habido golpes, amenazas
Que papelazo, Dios mío.. por querer dárselo de conquistador..
Yo también pienso que por una bronca de gritos, por gorda que sea, no te llevan detenido. Y además el artículo dice que a ella le aconsejaron denunciar. Lo normal sería que la policía los calmase y conminase a callarse, y nada más.
Desde luego un episodio bochornoso.
 
No se que pasaría pero de lo que estoy segura es que ella se lío con el por pasta y posición...te vas a enamorar de un abuelo de 80 años? Nooooo ....pero que el lo sabia seguro..y acepto el paripe
 
11/05/2019

LA DISCUSIÓN CON SU MUJER POR LA QUE ACABÓ EN EL CALABOZO
“ES ALGO NUESTRO. ESTAMOS DECIDIDOS A QUE NO NOS VUELVA A OCURRIR”
LA SIMBIOSIS DE UN MATRIMONIO PERFECTO


“Es la única vez que discutimos tan fuerte... Por protocolo, terminé en comisaría y al día siguiente quedé libre sin cargos”, explica el marqués de Griñón a LOC. E insiste: “No soy violento, nunca lo he sido. Desprecio profundamente la violencia”.
La noche del 24 de febrero, la Policía se personó en el hotel donde dormían para saber qué pasaba. Falcó dijo que se trataba de una discusión. Los agentes se llevaron al marqués de Griñón a comisaría. A la mañana siguiente hubo un juicio rápido del que salió absuelto y sin cargos. “Es una historia desmesurada”, explica a LOC. POR MARINA PINA / LUIS F. DURÁN

CARLOS FALCÓ (82) Y ESTHER DOÑA (41) cumplirán dos años de casados el próximo 22 de julio. La pareja contrajo matrimonio en el verano de 2017 en los jardines del palacio El Rincón ante cinco personas. Una boda íntima a la que siguió una fiesta exclusiva que fue portada de ¡Hola! Durante este tiempo, Esther Doña ha concedido dos exclusivas más a la revista. La primera, en enero de 2018, cuando quiso aclarar que se había casado con un acuerdo prematrimonial. “Queda claro que nuestra relación está basada en el amor y no en temas materiales”, dijo. La segunda tuvo lugar el pasado julio, con motivo de su primer aniversario de boda. La pareja describía su relación como una “eterna luna de miel” que había comenzado en abril de 2016, cuando se inscribieron en el Registro Civil como pareja de hecho. Una vida soñada que parece no ser siempre tan idílica. Los marqueses de Griñón tienen discusiones, como todas las parejas. La última terminó en comisaría.

Madrugada del pasado 24 de febrero. Hotel Eurobuilding. Calle Padre Damián, 23 de Madrid. En torno a la 1.30 de la noche, quienes duermen en el exclusivo alojamiento de cinco estrellas comienzan a oír una fuerte discusión en una habitación. Los gritos van en aumento hasta que los vecinos deciden llamar a la Policía. Dos agentes se personan a las dos de la mañana en la habitación de la que provienen los gritos. Es una pareja que discute. Son Carlos Falcó y Esther Doña.

“Llegué a Madrid tarde procedente de Sevilla, donde había estado en una presentación de vinos. Esther estaba esperándome en el hotel y llegué a las diez de la noche”, explica por teléfono el marqués de Griñón. Según él, la pareja decidió cenar en el restaurante Sushi99, situado en el mismo hotel donde dormían. “Por parte de Esther en ese momento había una situación de ansiedad y dolor y la discusión empezó durante la cena”, confiesa. La pelea fue a más y decidieron regresar a la habitación para no continuar con la disputa en público. Fue entonces cuando se molestaron otros huéspedes y se personaron los agentes.

Al abrir la puerta, la Policía se encontró con una pareja que reconoció la discusión. Los agentes decidieron llevarse a Carlos Falcó a la comisaría de Chamartín y recomendaron a Esther Doña que denunciara. “Esa noche estuve en la comisaría”, recuerda Falcó. Según él, para aprovechar el tiempo –ya que de madrugada no podía contactar con sus abogados– pidió que le realizaran “una revisión médica”.

Aunque Esther Doña no presentó ninguna demanda, los profesionales decidieron actuar de oficio. Interpusieron una denuncia por presunto delito de violencia de género. “Por la mañana me trasladaron a otra dependencia distinta en coche”, continúa Carlos. Esperó a que le tocara el turno con la jueza de fin de semana. “Tras escuchar el testimonio, me dejó libre y sin cargos”, asegura.

“Se trata de una historia desmesurada. No me parece bien que la presunción de inocencia no pueda aplicarse igual siendo hombre o mujer”, opina. Sin embargo, su testimonio concuerda con el atestado policial al que ha accedido LOC. Además, Falcó reconoce: “Es la única vez que hemos tenido una discusión tan fuerte”.

La pareja atravesó un momento delicado que terminó de explotar ese tormentoso 24 de febrero. “Hemos superado una crisis y este episodio nos debe ayudar a que no nos vuelva a ocurrir algo así”. Tras la noche en comisaría, Falcó y Doña decidieron recluirse en el campo para mejorar su matrimonio. El último mes y medio el marqués ha ejercido de enfermero de su mujer, a quien han extirpado un tumor en la pierna en la clínica Quirón Pozuelo. “Hemos estado alejados de cualquier evento social y nos ha venido muy bien, es muy importante que la pareja tenga comunicación”, cuenta.

Carlos contaba esto a LOC por teléfono desde Madrid, donde estaba para asistir a un almuerzo familiar. Mientras tanto, su mujer, que ya está más recuperada, viajaba en un AVE a Málaga. “Ahora disfruto de un matrimonio que me merezco porque he luchado mucho y soy muy feliz”, confiesa.

DISTANCIADOS

Esa lucha apunta a que para estar con Doña, Falcó ha renunciado a un trato más continuado con el resto de sus hijos. Aunque los sigue viendo y les apoya en sus proyectos y pese a que todos intentaron tratar a Doña al principio del noviazgo, desde hace siete meses tan sólo tienen relación con el padre. La primera en poner un muro de contención fue Tamara, que ve al marqués de Griñón con frecuencia en Madrid y en solitario. Los siguientes en distanciarse de la marquesa consorte fueron Duarte y Aldara, los hijos pequeños de Carlos Falcó. Los jóvenes acudieron a la boda y Duarte llegó a vivir con ellos en el campo. Sin embargo, la relación se terminó hace aproximadamente un año, después de que la madre de Esther ocupara la habitación de Aldara en El Rincón sin avisar a la hija menor.

La última en desvincularse del matrimonio fue Xandra. Aunque tampoco tenía mucho trato con Esther, ha dejado de trabajar con su padre para emprender el camino en solitario. “Ha estado 15 años involucrada con la bodega, pero ahora ha decidido iniciar su propia aventura, relacionada con la excelencia”, dijo entonces el marqués de Griñón.

Tanto Carlos como Esther tienen un importante historial amoroso a sus espaldas. El marqués de Griñón ha estado casado en cuatro ocasiones. La primera con Geannine Girod, la segunda con Isabel Preysler, quien se divorció tras conocer al entonces ministro de Economía, Miguel Boyer. Años después, Falcó contrajo matrimonio con Fátima de la Cierva. Parecía que la relación sería la definitiva. Se casaron en el Consulado español de Bayona en 1993. Ella tenía 22 años menos, pero su origen era igual de aristocrático que el de él. Sin embargo, en 2011 la pareja se separó de hecho. Fátima pidió el divorcio en varias ocasiones, pero Carlos se lo negaba pensando que volverían. Se lo aceptó la tercera vez, el 28 de abril de 2016, y un día después Falcó se inscribió en el Registro como pareja de hecho de Esther Doña. Fuentes cercanas a Preysler y a De la Cierva aseguran que nunca ha sido de grandes discusiones. “No soy violento, nunca lo he sido. Desprecio profundamente la violencia”, asegura él.

Para Esther, el matrimonio con Falcó fue su tercera unión legal. Se casó por primera vez a los 26 años el 28 de febrero de 2004. Tras el divorcio, en 2011 se casó en Londres con el empresario Ángel Javier Martínez Higueras. Él la colocó de administradora en una empresa con un capital social de 5,6 millones de euros. Sin embargo, el matrimonio se rompió al poco tiempo de pasar por el altar. Con los dos divorcios en regla, Doña –que también tuvo una relación con Máximo Valverde y visitó el yate el ex presidente del Sevilla, José María González de Caldas– comenzó a cruzarse mensajes con el marqués de Griñón.

La historia la presentaron como idílica. Él contaba que había aprendido a hablar por Whatsapp para ligar con ella, que mantenían largas conversaciones y que Esther las había impreso todas como recuerdo. Un año hablando por el teléfono y un corto noviazgo que terminó en unión de hecho en 2016. Un año después se casaron. Por su primer aniversario de boda, contaron que vivían en una “eterna luna de miel”. Noches en el campo y viajes por medio mundo. La pareja compartía incluso la ilusión de hacer productos cosméticos con el aceite del marqués de Griñón. Tuvieron que renunciar a la idea de tener un hijo porque debido a la edad les parecía “una irresponsabilidad”. Una imagen de un matrimonio idílico que continúa unido pese al altercado del fatídico 24 de febrero.


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Esther Doña se adaptó a la perfección a la vida soñada por Carlos Falcó. El marqués de Griñón había visto como dos de sus matrimonios naufragaban en parte por su afán de querer vivir en el campo. A su cuarta esposa la idea de la vida campestre no le importó. Desde 2016 reside en las fincas de su marido, recibe en casa a periodistas para hacer exclusivas y a amigos como una marquesa consorte perfecta. Cuando tiene ganas de estar en Madrid, Carlos y ella se alojan en el Eurobuilding, donde tienen todas la comodidades en el centro de la capital. Esther, además, ha aprendido a catar vino, a distinguir distintos aceites y a disfrutar con las aficiones de su marido.


Pero qué bochorno. Todo un señor don marqués octogenario, armando escándalo público en un hotel cinco estrellas. Escándalo que comienza con atajaperro marital a grito pelao entre él y su señora marquesa. Transcurre con los huéspedes del hotel llamando a la policía para que intervenga en la tángana, porque entre otras cosas no los dejan dormir en paz. Y finaliza con el marqués pernoctando en Rejas Palace, para amanecer frente a los cachetes del señor juez.

Uyuyuiiii. Jamás hubiera yo imaginado que la gente de arcurnia se descontrolara o perdiera los papeles así. Ni que se le volaran los tapones y pegara tres lecos destemplados (tan propio del populacho), mucho menos en público. Expectante ante las declaraciones de tamy al respecto. Y solidaria con ella. Que es muy jodido cuando un señor marqués arruina tan bochornosamente la reputación familiar.
 

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