Esther Doña. Viuda del marqués de Griñón.

CORTE Y CONFECCIÓN

El marqués de Griñón se casa por última vez
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Mariángel Alcàzar





Hace muchos años, a mediados de los años 80 del siglo pasado, Carlos Falcó y Fernández de Córdoba, marqués de Griñón, acudió a los juzgados de Barcelona para declarar en una demanda interpuesta contra una revista que aseguraba que su aún esposa, Isabel Preysler, se la estaba pegando con otro, concretamente con Miguel Boyer, a la sazón vicepresidente del Gobierno y azote de la clase pudiente, (aunque él pertenecía a ella) con sus reformas económicas.

Griñón tenía motivos para odiar al que sería su sucesor. No solo mantenía un romance con su mujer, sino que le había frito, como a todo quisque, a impuestos, una nueva obligación que impedía que muchas fincas fueran rentables. Ya habían pasado los tiempos de los 'santos inocentes', cuando los señoritos marqueses no consideraban oportuno pagar sueldos a sus servidores. Pero pagar impuestos –de los que siempre se libraban por ser vos quien sois–, ya era demasiado. Como Carlos Falcó era, y creo que sigue siendo, un señor, defendió en el juzgado de Barcelona el honor de Isabel Preysler en una declaración, que nadie en la sala creyó porque ya era evidente que la actual novia de Vargas Llosa estaba enredada con Boyer, pero que sí convenció. El marqués lo hizo tan bien que el juicio acabó en tablas: la revista no palmó porque decía la verdad y el honor de Isabel Preysler quedó intacto legalmente gracias a la caballerosidad de su marido.

Semanas después, los marqueses de Griñón anunciaron su separación e inmediatemente Miguel Boyer se fue a vivir al chaletito de El Viso que Carlos Falcó había compartido con Isabel Preysler. Años después, Isabel y Miguel se trasladaron a la residencia de Puerta de Hierro, conocida en su momento como 'Villa Meona', por la cantidad de cuartos de baño, donde ahora habita Mario Vargas Llosa. El marqués de Griñón, que ya había tenido una primera esposa, Janine Girod, y dos hijos, Sandra y Manolo, cuando se casó con Isabel Preysler, madre de su hija Tamara, volvió a casarse con Fátima de la Cierva con quien tuvo dos hijos más, Duarte y Aldara.

Carlos Falcó se acaba de casar por cuarta vez, esta vez con Esther Doña, de pasado incierto, presente confortable y futuro de Alfonso Díez, el viudo de la duquesa de Alba. Falcó y su Doña se llevan más de cuatro décadas, ella dice no llegar a los 40 años y él ha superado los 80. Son pareja desde hace al menos dos o tres años, tiempo en el que la novia, que al parecer fue modelo, ha ido avanzando lenta pero segura hacía el marquesado. Carlos Falcó y Esther Doña se inscribieron como pareja de hecho al poco de salir juntos, el pasado verano se casaron por lo civil en una ceremonia casi secreta y acaban de celebrar una fiesta de boda en la que han sido bendecidos en una ceremonia religiosa por el inefable padre Ángel.


El festejo ha tenido lugar en El Rincón, una de las fincas del marqués, pero se da la circunstancia de que tres de los cinco hijos del novio no han acudido a la celebración. Ni Sandrá, ni Manolo, ni Tamara, solo Aldara y Duarte. Este, de 20 años, aún vive con su padre y es el único que ha sido visto en público con la actual mujer de su madre. Esa ausencia dice mucho, aunque todos son muy educados y jamás saldrán en 'Sálvame' contando las miserias familiares, pero es obvio que no les ha hecho mucha gracia que su padre se case con una mujer con la edad de ser una de sus hijas.

Carlos Falcó y Fernández de Córdoba puede presumir, a los 80 años, de mujer joven que, como Nicole Kimpel, la novia Antonio Banderas (hay que ver lo mucho que se parecen en todos los sentidos) es además de guapa, modosita. Qué importa que nadie sepa de dónde ha salido, Griñón parece contento: a sus años ha celebrado su última boda con quien está llamada a ser su viuda.
 
Por lo visto,han invitado a los que siempre salen en el Hola,más que a los ricos de verdad que son discretos y no quieren salir en el colorín.Puro negocio.
Leí ayer que el Marqués tiene hipotecas de millones sobre sus fincas.O sea,deudas....
Y esas bodas civiles,pero bendecidas por el famoso padre Ángel,son una cosa rara.
 
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