Triste pero real.
Pues fíjate que yo creo que una imagen es consecuencia de la otra. Yo recuerdo haber tenido una par de profesores malísimos durante la EGB. En el instituto cambié de colegio y tuve la suerte de tener profesores buenos (alguno un poco malillo, pero en general bien). Aprendí mucho y gracias al profesor de ciencias, que me animaba muchísimo, acabé haciendo ciencias puras, una carrera científica y un doctorado. Y sinceramente, no llego a tener ese profesor y nunca hubiera creído en mis capacidades, y no me hubiera atrevido a meterme en una carrera así. Los profesores no saben la influencia (positiva y negativa) que pueden llegar a tener en sus alumnos, muchísima. Qué suerte es dar con gente que son verdaderos profesores de auténtica vocación.
Volviendo a los profesores nefastos que tuve en la EGB, recuerdo alguno en concreto que me masacró el año. Por pura manía, porque no había otra explicación, disfrutaban poniéndome notas raspadas, comentarios en las notas a mis padres completamente injustas, casi rozaban la invención. Recuerdo a dos en concreto que eran auténticos amargados que se desquitaban de sus frustraciones masacrando a algunos alumnos. Yo era una niña muy tímida y conformista, así que callaba y asumía la bronca de mis padres. Pero recuerdo el odio que llegué a sentir por esas personas, que por sus insatisfacciones personales yo tenía que pasarlo mal, muy mal. Por aquel entonces yo pensaba "algo haré mal, pero no soy consciente de ello porque soy una niña", pero con el tiempo me di cuenta de que no hacía absolutamente nada, simplemente caerles mal. Provocar algún tipo de manía en ellos. Yo ahora lo describiría como bullying pero por parte de los profesores. Repito que fueron dos, pero como me acuerdo de ellos. Eran otros tiempos: colegio religioso, mucha disciplina, etc...
Me imagino que esos padres, que pudieron sufrir en la infancia a profesores como estos, ven reflejados esos sentimientos e intentan defender a sus hijos, lo que no hicieron sus padres por ellos. Lo que es completamente un error, porque el profesor tiene que ser un "aliado" y no un enemigo en la educación de tu hijo. Incluso si te cae como una patada en los huevos, consideras que es un profesor nefasto y que no tiene razón, aún así hay que llegar a un entendimiento y tomarle en serio, porque es una persona que pasa con tu hijo muchas horas, y hay que suponer que algo de razón tendrá.