España es el país con el segundo mayor exceso de muertes durante la crisis del coronavirus

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El aumento de fallecidos medido por EL PAÍS con cifras de registros civiles de 20 países sitúa a Perú en cabeza y coloca a siete países europeos entre los 10 primeros.


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España es el país con el segundo mayor exceso de muertes registradas durante la pandemia. Desde principios de marzo a finales de mayo se han registrado 47.000 muertes más de lo normal, lo que supone un exceso del 45%, que solo supera Perú (54%). La cifra de España es la más alta de Europa, por delante de Reino Unido (40%), Bélgica (37%) e Italia (36%).

El exceso de muertes es una de las mejores medidas del impacto de la pandemia. Resulta de un cálculo sencillo: comparar el número real de personas fallecidas en un determinado período, contabilizado en registros civiles y similares, con las muertes que se esperan en un año normal. No todos los países recogen estos datos cada mes, pero hemos podido analizar una veintena en Europa y Latinoamérica. Las diferencias son importantes: los países que registran los peores excesos superan el 35%, mientras que en Alemania o Islandia solo se ha detectado un repunte del 4%.

Un patrón que se repite en muchos países es que el exceso de mortalidad observado es superior al número de muertes confirmadas por covid-19. Esto puede deberse a los retrasos en los registros civiles, pero también porque algunas personas fallecen por la enfermedad sin ser testadas y escapan de las cifras oficiales.

Estas estadísticas no detallan la causa de muerte. Solo suman el total de fallecidos registrados. Suelen repuntar durante olas de calor y en temporadas de gripe. No se puede atribuir todo el exceso a la covid-19, pero los repuntes durante esta crisis están superando cualquier antecedente. El verdadero exceso de muertes por covid-19 solo lo conoceremos con cierta precisión en el futuro, cuando se analicen las muertes registradas según sus causas. Entonces los expertos podrán estudiar cuáles han crecido —¿las respiratorias? ¿quizás patologías de gente mayor?— y tratar de afinar su relación con el nuevo virus.

Los países más golpeados
El siguiente gráfico muestra la evolución del exceso de muertes para los nueve países más golpeados por el virus.


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Los países que detectan peores excesos de mortalidad son casi todos europeos. Italia, que fue el primer país en el que se detectó transmisión comunitaria, acumula un exceso del 36% desde finales de febrero. En la provincia de Bérgamo las muertes en marzo se multiplicaron por cinco con respecto a un marzo normal. En Madrid y Castilla–La Mancha se multiplicaron casi por tres en las peores semanas de la epidemia.

En Reino Unido el exceso desde enero suma más de 60.000 fallecidos y un 40%. Su peor pico es inferior al de España o Italia, pero fue uno de los países que más tardó en endurecer el confinamiento y allí el exceso parece haberse alargado más tiempo. La región con peores cifras es el área de Londres, con un exceso del 80%.

Otros países con muchas más muertes de las habituales son Bélgica (37%) y Países Bajos (30%). También destaca el caso de Suecia. Sus cifras no son de las peores del continente, pero superan con mucho las del resto de países escandinavos. Su gobierno no ordenó un confinamiento severo y siguió una estrategia poco agresiva: el distanciamiento social era voluntario, solo se prohibieron las reuniones de más de 50 personas y se permitían viajes para ver a familiares o amigos. Esta misma semana las autoridades del país han admitido fallos.

Desde finales de mayo, un foco de la pandemia está en América Latina. Aunque disponemos de datos de mortalidad para pocos países de la región. No hay cifras para Colombia o México, por ejemplo, que están entre los países con más muertes oficiales por la covid-19. Sí disponemos de información de Perú, Chile, y algunas regiones de Brasil y Ecuador.


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Perú ha acumulado casi 13.000 muertes más de lo normal, de las que unas 3.000 están oficialmente relacionadas con la covid-19. Es un exceso que sobrepasa —en porcentaje— al del España, Italia o Reino Unido, tres países del viejo continente que han tenido los peores brotes. Además en Perú el virus sigue en expansión y las muertes continuarán.

Brasil es otro de los países más golpeados. Ha confirmado 32.548 muertes por Covid-19, que no podemos comparar con un exceso de mortalidad para todo el país. El exceso para los 14 (de 27) estados con datos es del 28%. En Ecuador solo tenemos datos de una de las regiones más golpeadas: Guayas. Allí vive una cuarta parte de la población y el exceso de mortalidad alcanza el 170%.

En Chile el exceso es del 12%, que no parece demasiado. Pero hay que tener en cuenta que el país todavía no ha alcanzado el pico de la epidemia. Como pasa en otros países del continente, los excesos de muertes aumentarán seguramente.

También ha habido países donde, por haber tenido un brote menos violento o por la rapidez en tomar medidas y rastrear casos, el exceso de muertes ha sido mucho menor. Es el caso de Alemania (4%), Islandia (4%), Dinamarca (1%), o Noruega (0%).

El exceso de muertes, mejor medida

La gran ventaja de utilizar el exceso de muertes para comparar el impacto de la pandemia es que no está limitado por la capacidad de testar, ni sujeto a diferencias en los criterios clínicos de cada lugar, como sí ocurre con las cifras oficiales de fallecidos por covid-19.

Un análisis de la Comisión Europea ha identificado dos categorías de países según su forma de elaborar la estadística oficial de fallecidos por coronavirus. Por un lado están los que basan sus cifras en la diagnosis médica e incluyen así casos sospechosos junto a confirmados con pruebas de laboratorio. Es lo que ocurre en Bélgica o Alemania, cuyos datos oficiales se acercan mucho más al exceso observado. En el otro grupo están los países que como España, Italia o Reino Unido, solo suman a la estadística oficial de fallecidos por coronavirus a personas que han dado positivo en un test PCR o similar. En esos países las muertes oficiales por covid-19 no explican más que el 60% del exceso registrado.

Estos datos son muy valiosos, aunque llegan con cierto retraso. Primero, porque la pandemia sigue activa y las cifras pueden seguir creciendo en muchos países. Pero también porque los registros de fallecimientos dan siempre una imagen ligeramente atrasada de lo que ha ocurrido. Las muertes se notifican tras unos días. En España, por ejemplo, lo habitual es que tarden dos o tres días en quedar registradas, pero el colapso de los registros civiles hizo aumentar esos tiempos. Otro caso ilustrativo es Francia: allí el número de fallecidos oficiales por covid-19 es superior en 7.000 personas al exceso de muertes registradas, lo que parece indicar un retraso en el segundo conteo. Si otros países tienen problemas parecidos, es difícil decirlo.

Algo a tener en cuenta es que el confinamiento puede haber reducido fallecimientos por otras causas. En España, por ejemplo, los accidentes de tráfico han bajado a su mínimo histórico.

Pero también hay que recordar que no podemos atribuir al virus todo el exceso observado. Es posible que la saturación del sistema de salud —ambulatorios, hospitales— aumentara las muertes por otras patologías. Y que el confinamiento o el miedo a ir a un hospital puedan haber retrasado las visitas al médico: en el mes de marzo, la Sociedad Española de Cardiología registró un 40% menos de hospitalizaciones. En Reino Unido o en Italia se ha observado algo parecido: “si los síntomas no son demasiado graves, prefieren no llamar la ambulancia por miedo a ir al hospital”, detallaba el responsable del área de un hospital de Lombardía.

Esta semana el The New York Times explicaba que en Nueva York se han observado más muertes de las normales también por diabetes, enfermedades del corazón o alzhéimer, pero es difícil saber con seguridad si esos fallecimientos son coronavirus sin diagnosticar, comorbilidades, peores tratamientos o complicaciones por retrasar una visita al médico. La cifra real de fallecidos por Covid se afinará con el tiempo, cuando haya datos desglosados por causas y los científicos puedan estudiarlos, pero no la conoceremos nunca con precisión absoluta porque determinar la causa de muchas muertes tiene siempre un margen de subjetividad.

Metodología y fuentes. El Financial Times ha recopilado los datos de las muertes de los países que analizamos en este artículo y los ha publicado en un repositorio abierto. Para España usamos el estudio de mortalidad que publicó el INE esta misma semana, y que se alimenta del sistema de información de los registros civiles, igual que el Sistema de Monitorización de la Mortalidad (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III. A partir de los datos del INE y Financial Times hemos calculado el exceso de muertes entre marzo y mayo.


 
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