Una cosa que me saca de quicio últimamente, es inflar el valor de ciertos productos atribuyendo el precio a que "pagas la experiencia", siendo que ésta muchas veces no vale lo suficiente como para justificar ese sobrecoste. Este finde fui a cenar con mi Cabrito a un sitio que me recomendaron mucho, y me pareció carísimo, la comida escasa y mediocre y muy sobrevalorado, por muy chulo que fuera el sitio (decoración rollo Gran Gatsby y tal, que parece que está de moda ahora, los camareros iban vestidos de época y todo) . Se lo dije a la amiga que me lo había recomendado y me dijo que es que "pagabas por la experiencia". No querida, yo pago por una buena comida en un sitio más o menos bonito, no por comer cartón servido por camareros disfrazados de matones a sueldo de Al Capone. A la gente le pones una decoración un poco fuera de lo normal y pierden la cabeza.
"Pagar por la experiencia", la mayor trampa de ricos en la que ha aceptado caer la clase media.
Abrieron hace años, lo menos diez años o así, un tipo de restaurantes con temática de terror, camareros disfrazados y actuaciones y esas cosas. Fue la novedad y recuerdo que en varias ciudades habían unos cuantos, fue una sensación y no se podía ni ir. Yo estuve a punto de ir a uno pero me decían que las colas eran kilométricas y las reservas iban por lista de espera. Imposible ir. Curiosamente, esos restaurantes cerraron de golpe y me impresionó porque siempre había gente. Pues los chaparon por sobrevalorado, no se comía nada y al final era todo más la parafernalia que otra cosa; pagabas un pastón pero comías una porquería. Se fueron a pique, no recuerdo ni el nombre, hace mogollón de tiempo de esto.