Entrega de los Premios FPdGi 2018 y jornada anual de «Rescatadores de talento». 28 y 29 de junio

Letizia cultiva el feísmo
EL BLOG DE LA REINA LETIZIA
    • CARLOS GARCÍA-CALVO
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  • 29 JUN. 2018 14:48
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Felipe VI y Letizia en los Premios Princesa de Girona. FOTO: GETTY IMAGES
Letizia, ¡toma nota de Rania!

La Reina Letizia parece estar empeñada en cultivar el autofeísmo. Sus apariciones desde la vuelta de Estados Unidos han sido francamente poco afortunadas y han dejado atónitos a medio país.

Pero el asombro esta vez no ha sido por los conjuntos que eligen ella o su misteriosa estilista, ya que a estas alturas del partido los españoles, al menos que sean cortesanos y babosos, han tirado la toalla rindiéndose a la evidencia de que la elegancia y la consorte están reñidas.

El estupor se centra en el rostro eternamente cambiante de doña Letizia y muchos temen que acabe como Rania de Jordania, con la que se la compara frecuentemente. Las fotos de la reina hachemita en Washington que han aparecido esta semana en la prensa internacional han dejado espantados a medio mundo.

En la aparición de Doña Letizia con un 'mix and match' que rayaba en la cursilería en el acto de celebración del Día Internacional de las Personas Sordociegas el miércoles en Benidorm, la primera desde su vuelta de Washington, se le notaba la cara hinchada. Con esto daba pábulo a la teoría de sus seguidores que mantienen que cuando desaparece por una semana, reaparece con un cara transformada por infiltraciones de mesobótox.

Pero anoche, en la cena con motivo de los premios Princesa de Gerona, la cara de la Reina parecía haber cambiado nuevamente, no solo por el maquillaje casi 'kabuki' que lleva desde hace un tiempo con el rostro muy blanco, sino por los pómulos más rellenos y por las cejas cada vez más arqueadas.

Podemos decir con franqueza que nunca ha estado tan poco favorecida: el vestido, un repetido asunto lencero rojo de Carolina Herrera al que doña Letizia ha colocado un cinturón que no llevaba el original, ya era atroz de por sí, pero lo peor era el peinado.

Hemos visto de todo en estos últimos años, desde la melena, lisa o ondulada Marcel, hasta un 'bob', pasando por la coleta 'bubble' y un sinfín de 'nidos' lacados, cuajados de 'postiches'. Pero lo de anoche se llevaba el premio a la fealdad y la cursilería, ya que parecía una mezcla de todo, una coleta tirante coronada por una profusión de bucles y tirabuzones.

No se comprende cómo para una cena con el 'gratin' de la finanzas nacionales eligió ese vestido de cuello en pico tan feo y, sobre todo, ese peinado.

Muchos opinan como yo que la Reina debería de ponerse en manos de a) un buen estilista que crease por fin el verdadero 'estilo Letizia', y b) un buen peluquero que le crease elpeinado definitivo. Y sobre todo, dejar sus supuestos pinchazos, infiltraciones, hilos tensores y todas esas cosas a la que es adicta según lenguas anabolenas que temen que acabe como la reina Rania.

Letizia y su coleta de 'celebrity' acaparan todas las miradas en Girona[/paste:font]
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http://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/reina-letizia/2018/06/29/5b36271fe2704e95348b46c1.html
 
Letrinizia me sorprende cada día más. Yo creia que ya habia visto todo. Pero ella, perfeccionista como es, se esfuerza en estar cada día peor. Y lo logra.
Aparte de esto creo que esta mujercica está muy, muy enferma. Necesita una cuadrilla de siquiatras.
 
Una vez más, y van... García Calvo clava en la diana. Observo que va dejando de lado la sutileza de anteriores artículos y cada vez se corta menos en la crítica.
La Reina Letizia parece estar empeñada en cultivar el autofeísmo. Sus apariciones desde la vuelta de Estados Unidos han sido francamente poco afortunadas y han dejado atónitos a medio país.
Por si alguna duda cabía del mamarrachismo campante de la majestad.
Pero el asombro esta vez no ha sido por los conjuntos que eligen ella o su misteriosa estilista, ya que a estas alturas del partido los españoles, al menos que sean cortesanos y babosos, han tirado la toalla rindiéndose a la evidencia de que la elegancia y la consorte están reñidas.
Sus defensores son cortesanos y babosos...nada más que decir. Y que la elegancia le es esquiva...también.
El estupor se centra en el rostro eternamente cambiante de doña Letizia y muchos temen que acabe como Rania de Jordania, con la que se la compara frecuentemente. Las fotos de la reina hachemita en Washington que han aparecido esta semana en la prensa internacional han dejado espantados a medio mundo.
Bueno, por algo cuando se dice "la mutante" medio mundo sabe a quién se hace referencia.
En la aparición de Doña Letizia con un 'mix and match' que rayaba en la cursilería en el acto de celebración del Día Internacional de las Personas Sordociegas el miércoles en Benidorm, la primera desde su vuelta de Washington, se le notaba la cara hinchada. Con esto daba pábulo a la teoría de sus seguidores que mantienen que cuando desaparece por una semana, reaparece con un cara transformada por infiltraciones de mesobótox.
Rayaba la cursilería. De acuerdo. Y la adicción a las intervenciones estéticas, que ya nadie en su sano juicio puede negar.
Pero anoche, en la cena con motivo de los premios Princesa de Gerona, la cara de la Reina parecía haber cambiado nuevamente, no solo por el maquillaje casi 'kabuki' que lleva desde hace un tiempo con el rostro muy blanco, sino por los pómulos más rellenos y por las cejas cada vez más arqueadas.
Podemos decir con franqueza que nunca ha estado tan poco favorecida: el vestido, un repetido asunto lencero rojo de Carolina Herrera al que doña Letizia ha colocado un cinturón que no llevaba el original, ya era atroz de por sí, pero lo peor era el peinado.
Bueno, en cuanto a que nunca ha estado tan poco favorecida, creo que podríamos encontrar algún testimonio que demuestre que sí lo ha estado...
Hemos visto de todo en estos últimos años, desde la melena, lisa o ondulada Marcel, hasta un 'bob', pasando por la coleta 'bubble' y un sinfín de 'nidos' lacados, cuajados de 'postiches'. Pero lo de anoche se llevaba el premio a la fealdad y la cursilería, ya que parecía una mezcla de todo, una coleta tirante coronada por una profusión de bucles y tirabuzones.
No se comprende cómo para una cena con el 'gratin' de la finanzas nacionales eligió ese vestido de cuello en pico tan feo y, sobre todo, ese peinado.
Fealdad y cursilería. En dos palabras, todo dicho.
Muchos opinan como yo que la Reina debería de ponerse en manos de a) un buen estilista que crease por fin el verdadero 'estilo Letizia', y b) un buen peluquero que le crease elpeinado definitivo. Y sobre todo, dejar sus supuestos pinchazos, infiltraciones, hilos tensores y todas esas cosas a la que es adicta según lenguas anabolenas que temen que acabe como la reina Rania.
 
Debo estar loca. Yo lo que vengo observando es que a medida que pasa el tiempo ELLA cada vez es más masculina, mas machorra y EL cada vez más blando. Como siga esta progresión al final se van a encontrar en un estadio de s*x* indefinido y compartido. Como el YING y el YANG, versión gazpacho, o sea todo arrejuntao, sin saber donde empieza el pepino y acaba el tomate.
 
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