ENSALADAS

ENSALADA DE ESCAROLA, BURRATA Y SARDINA MARINADA


Fresca y sabrosísima



Las sardinas marinadas están muy buenas en el aperitivo, pero también podemos integrarlas en platos como esta ensalada de escarola y burrata, el queso italiano más sexy.




MÒNICA ESCUDERO 27/05/2020


Esta ensalada fresca y a la vez contundente -gracias a esa maravilla quesera llamada burrata- sirve para decir adiós a un par de vegetales de los que estamos diciendo adiós hasta el año que viene: la escarola y los tomates raf, que al final de la temporada disminuyen un poco de tamaño pero tienen la misma cantidad de dulzura, lo que los convierte en auténticas bombas de sabor (que puedo comerme no solo en ensalada, sino también directamente a mordiscos como si fueran una manzana).

Si quieres preparar las sardinas en casa, sácales los filetes, ponlos con la piel hacia arriba en una bolsa de congelación o una tartera bien tapada y congélalas durante tres días (antes haz un examen visual exhaustivo para asegurarte de que no tienen anisakis). Descongela en la nevera y pon los filetes en una marinada con 300 ml de vinagre -al gusto, con uno de manzana quedarán más suaves y con uno de vino más potentes-, 100 ml de agua y dos cucharaditas de sal: puedes ajustar la cantidad a lo que necesites, siempre que mantengas las proporciones.

Cubre las sardinas con la marinada y muévelas suavemente para que les llegue a todos lados. Deja marinar entre 6 y 8 horas, seca con papel de cocina y consérvalas en aceite de oliva, si quieres con un poco de ajo laminado, pimienta o hierbas al gusto. El resultado será parecido al de un boquerón en vinagre, pero con un poco más de chicha; perfecto para comerlo como aperitivo, en bocadillo o tostada -con espinacas tiernas y huevo duro están buenísimas- o en ensaladas como esta.



Dificultad
Si haces tú los filetes de sardina, un poquito más. Si no, cero patatero.
Ingredientes
Para 4 personas
  • 1 escarola
  • 1 burrata de 200 g (o la que se encuentre)
  • 1 cebolla (normal -amarilla-, dulce o roja, al gusto)
  • 12 filetes de sardina marinada
  • 4 tomates raf pequeños (o 2 si son grandes)
  • Aceitunas al gusto
  • Sal
  • Pimienta
  • 60 ml de aceite de oliva virgen extra
  • Vinagre de manzana (o al gusto)

Preparación
  1. Pelar la cebolla, cortarla por la mitad y después en tiras y ponerla en agua fría con vinagre -yo uso 50% de cada porque me gusta que quede un poco encurtida, si no se busca este efecto rebajar la cantidad de vinagre- y sal durante una media hora.
  2. Retirar las hojas más duras de la escarola, trocearla, lavarla y dejar escurrir bien.
  3. Lavar los tomates, retirarles el pedúnculo y cortarlos en trozos que quepan bien en la boca.
  4. Preparar una vinagreta con el vinagre, la sal, la pimienta y el aceite. Montar la ensalada con la rúcula como base, la burrata enmedio y el resto de ingredientes por encima. Aliñar con la vinagreta y servir.
 
Ensalada de cogollos, fresas, cebolleta y mozzarella



Ensalada de fresas y mozzarella - 8 recetas caseras - Cookpad



Con un par de cogollos, seis fresas, cebolleta al gusto y media bola de mozzarella por persona tienes una ensalada de temporada y a tope de sabor. Alíñala con tu vinagreta favorita -yo optaría por ralladura y zumo de limón, un buena aceite, sal y pimienta, aunque algo de albahaca también le iría bien- y cómetela rápidamente para que el aliño no ablande las hojas ni la fruta. Aunque la cebolla tierna suele ser dulce y menos agresiva que su tía securria, si te sigue pareciendo fuerte déjala un rato macerando con vinagre o zumo de limón y un poco de sal.

El quinto elemento: puedes cambiar la mozzarella por burrata. Y unas aceitunas negras también tienen mucho que decir aquí.
 
ENSALADA ORIENTAL DE PEPINO Y ANACARDOS


Ensalada oriental de pepino y anacardos



Si no te gusta el pepino o te sienta mal, ésta es la ensalada que te reconciliará con esta hortaliza. Otra buena noticia: se tarda exactamente cinco minutos en hacerla.




MIKEL LÓPEZ ITURRIAGA

Aunque cuenta con su secta de adeptos, de la que soy miembro, el pepino es una hortaliza que muchos se niegan a meterse en la boca. Yo les entiendo, porque durante años le hice ascos y consideré contaminada cualquier ensalada que lo incluyera. El pepino tiene un sabor tan invasivo como peculiar, mientras su textura tampoco ayuda a una comprensión inmediata. Sin embargo, una vez lo incorporas a tu mundo, se convierte en uno de los grandes placeres del verano, no sólo por su frescura sino por su facilidad de preparación.

La ensalada de hoy es el mejor plato que he cocinado nunca para ingresar en el club del pepino. Por un lado, el aliño de soja y sésamo acaba con ese sabor fuertote que ahuyenta a las masas, transformándolo en algo mucho más suave. Por otro, la eliminación de las semillas evita el famoso "recuerdo de pepino" que te puede dar la tarde si tienes el estómago delicado. Para redondear la jugada, el plato no puede ser más fácil de preparar, y sólo te hará perder unos cinco minutos de tu precioso tiempo en la cocina.

La receta de esta ensalada me la pasó Mònica Escudero, quien a su vez se inspiró en una que sirven en el restaurante He Cheng de Barcelona. Mònica incide en el corte al bies del pepino -"no sé si es cosa de mi imaginación, pero creo que así se empapa mejor del sabor de la vinagreta"-, y piensa que un poco de tofu cortado a dados y marinado en la misma vinagreta unas horas no le vendría nada mal. También sugiere no desperdiciar los tallos del cilantro: "Los chinos los usan, tienen un sabor herbal mucho más suave que el de la hoja y no hacen nada de bola".

Mi humilde aportación al plato son unos anacardos tostados picados, pero supongo que unos cacahuetes le irían igual de bien. En He Cheng utilizan para el aliño vinagre negro, hecho a partir de arroz glutinoso al que a veces se añade algo de sorgo. Como supongo que todos vivís en Alpedrete de la Cencerreta y en la tienda de comestibles de allí no hay moderneces de éstas, sugiero sustituirlo con cualquier vinagre suave.


Dificultad
La persona más estúpida que conozcas la podría hacer.


Ingredientes
Para 4 personas (como entrante o acompañamiento)
  • 2 pepinos
  • 50 gramos de anacardos salados
  • 2 cucharaditas de sésamo tostado
  • Un buen puñado de hojas de cilantro
  • 2 cucharadas de salsa de soja
  • 2 cucharadas de un vinagre suave (blanco o de manzana)
  • 2 cucharadas de aceite de sésamo

Preparación
Pelar el pepino. Cortarlo en dos mitades longitudinalmente y quitarle las semillas arrastrándolas con una cuchara y haciendo un poco de presión. Cortarlo al bies y ponerlo en un bol o plato hondo.
Hacer una vinagreta con la soja, el vinagre y una cucharada del aceite. Verter sobre el pepino y dar unas vueltas para que se mezcle bien.
Añadir cilantro picado al gusto y una cucharada de sésamo. Mezclar y servir inmediatamente con el resto del sésamo y un poco más de cilantro por encima.

 
'PANZANELLA' DE COLES


La bonitez otoñal hecha ensalada



Una ensalada tibia que combina diferentes coles cocinadas al punto con un aliño alegre, picatostes caseros, albahaca y una cebolla morada que pierde fuerza al combinarse con las verduras calientes.




Ingredientes

Para 4 personas

  • 8 coles de Bruselas
  • ¼ de coliflor blanca
  • ¼ de coliflor morada
  • ½ bulbo de hinojo
  • 100 g de calabaza cortada en cubos
  • ½ brócoli
  • ¼ de repollo
  • 8 ramilletes de Bimi
  • ½ cebolla morada
  • 2 rebanadas de pan de hogaza grueso
  • Albahaca
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimienta negra recién molida
  • Un pellizco de canela molida
  • Vinagre balsámico de Módena
  • 1 cucharada de mojo picón (o una cucharadita de pimentón dulce y ¼ de pimentón picante)
Preparación

  1. En un cazo con agua hirviendo con sal cocer las coles de Bruselas y la coliflor durante cuatro minutos. Sacar, pasar por agua muy fría rápidamente y reservar.
  2. Precalentar el horno a 190°C.
  3. Cortar el pan en dados gruesos, regar con aceite de oliva, sal y pimienta negra y distribuir sobre papel de horno.
  4. Disponer en una bandeja de hornear todas las verduras menos la cebolla, regar con aceite de oliva, sal, pimienta negra y la pizca de canela. Llevar al horno durante unos 15 minutos, removiendo a media cocción. Poner también en otra bandeja el pan (estará tostado en unos ocho o 10 minutos).
  5. Cuando las coles estén asadas retirar la bandeja del horno, dejar entibiar y aliñar con el mojo -o los pimentones-, el vinagre y un poquito más de aceite.
  6. Cortar en juliana fina la cebolla morada. Montar la ensalada con las coles, el pan, la cebolla y las hojas de albahaca.

 
ENSALADA DE REMOLACHA, ESPÁRRAGOS Y HUEVO DURO


Crudas y cocidas, todas reunidas



Las verduras cocidas y las crudas conviven alegremente en una ensalada a la que el queso feta aporta vidilla, la albahaca y los rabanitos frescura y el huevo casi duro lo remata todo con alegría.





MÒNICA ESCUDERO
04/06/2020

Durante el confinamiento, la cocina me ha hecho sentir cerca tanto a los que estaban lejos -esos ñoquis con Anna Mayer desde Santiago- como a los que tengo a 20 minutos caminando (pero para el caso como si estaban en las Quimbambas). Las amigas y amigos que me ha escrito para decirme que estaba haciendo una receta mía, o comiendo algo que una vez comimos juntos y les hizo pensar en mí, o los arroces, fideos y muchísimas otras delicias que he preparado a cuatro manos con Antonio Luna, que ha sido un tremendo cómplice culinario durante estos días.

En todos esos casos, mientras decidíamos menús, cocinábamos el mismo plato durante una videoconferencia -con una cerveza o sin ella- o salvábamos dignísimas cenas con lo que había en la nevera y la alacena, todo parecía más llevadero. Compartiendo trucos para mejorar técnicas, optimizar procesos e ingredientes y hacer bonitos emplatados era más fácil desconectar de la sensación de encierro necesario, pero no por ello menos angustioso, que muchos hemos sentido durante las pasadas semanas.

Las verduras que podemos comprar ya cocidas, como los espárragos en conserva y la remolacha, se convirtieron en uno de esos ingredientes salvavidas que muchas veces comemos en modo sota, caballo y rey -con mayonesa o vinagreta los primeros y en un hummus con hierbabuena la segunda, en mi caso- y han acabado en platos mucho más variados y ricos.

Por ejemplo, esta ensalada, en la que los frutos secos acompañan el sabor ligeramente terroso de la remolacha, los rabanitos, el vinagre y la albahaca la refrescan, el feta lo refuerza, los espárragos la acompañan estupendamente -mejor si son nacionales- y el huevo, como siempre, lo mejora todo.
Como ya estamos en desescalada y el concurso de emplatados se ha acabado, es posible que no te apetezca hacer una pastita triturando la albahaca y las avellanas para hacer una especie de pesto; y tampoco pasa nada. Con que rompas un poco tanto las avellanas como las hojas de albahaca, será suficiente. Termino este homenaje a la amistad cocinil confinada apuntando que con una base de arroz integral, bulgur, quinua o cualquier cereal cocido se puede convertir en un plato único completísimo (que, llegada la fase en la que se tercie, también podrías meter en una tartera y llevarte a un trabajo presencial).



Dificultad
Lo menos difícil de estos días, de lejos.


Ingredientes
Para 4 personas
  • 16 espárragos blancos largos en conserva (o un par de tarros de puntas)
  • 2 remolachas cocidas medianas
  • ½ cebolla roja
  • 12 rabanitos
  • 150 g de queso feta
  • 4 huevos a temperatura ambiente
  • Un puñado de hojas de albahaca
  • 30 g de avellanas peladas
  • Aceite de oliva virgen extra al gusto
  • Vinagre de manzana al gusto
  • Sal
  • Pimienta

Preparación
  1. Cocer los huevos en agua hirviendo durante nueve minutos, cortar la cocción con abundante agua fría y pelarlos.
  2. Cortar la cebolla en juliana y ponerla en agua fría con un poco de vinagre durante media hora para que pierda fuerza.
  3. Escurrir bien los espárragos y la remolacha, y cortar los primeros en unos cuatro o cinco trozos y la segunda a daditos. Cortar los rabanitos en láminas finas o en cuartos, dependiendo del tiempo y la paciencia.
  4. Si se quiere, hacer una pasta triturando las hojas más grandes de la albahaca -reservar algunas pequeñas para decorar- y cuatro cucharadas de aceite. Si no, romper un poco ambas cosas (no es necesario picarlas mucho).
  5. Mezclar todo y aliñar con aceite, vinagre, sal y pimienta al gusto. Si has hecho la pastita de albahaca y pesto, reparte unos puntos por encima. Rematar con el queso desmigado y los huevos duros, en cuartos o con las yemas partidas por la mitad y la clara troceada.

 
PEPINO PICANTE CON LIMA Y FETA


Pepino picante con lima y feta




Que me atropelle ahora mismo un camión o me secuestre la mafia albanokosovar si escribo una sola línea más sobre las bondades del pepino. Imagino que ya habréis tenido suficiente estos días con el bombardeo pepinista al que os hemos sometido los medios tras la crisis alemana de la 'E.coli'.

Era un bombardeo bienintencionado, en cualquier caso: se trataba de paliar los efectos de las falsas acusaciones sobre los agricultores españoles, y más en concreto sobre los andaluces. En esa misma línea va el plato de hoy, que se suma a la iniciativa de unos cuantos blogs gastronómicos de publicar a la vez recetas con la maltratada verdura, exculpada definitivamente ayer al saberse que el brote puede provenir de una plantación de soja de Sajonia.

Mi fórmula es bastante simple, e incide en algunas cosas que dije en la entrada del miércoles sobre el pepino: el yogur, los cítricos y el picante le acompañan fantásticamente, mientras que el queso feta pone la nota salada en un invento que está a medio camino entre el aperitivo y la ensalada.

Una versión también muy satisfactoria, y más ligera, prescinde del yogur: se desmiga el feta sobre el pepino y se espolvorean las especias.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 2 pepinos medianos
  • 150 gr. de feta
  • 125 gr. de yogur natural
  • 1 lima (si tiene poco jugo, 2)
  • ½ cucharadita de guindilla en copos (picada vale igual)
  • ½ cucharadita de zatar (opcional)
  • 1 pizca de comino
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta negra recién molida

Preparación

1. Cortarle los extremos al pepino y pelarlo. Cortarlo en rodajas muy finas con una mandolina, un pelador o un cuchillo. Salarlo bien, removerlo y dejarlo sobre un colador entre media hora y una hora para que suelte agua.

2. Desmigar el queso feta con un tenedor. Mezclarlo con el yogur, el comino y el zatar si se tiene, hasta obtener una especie de crema (no tiene que ser fina, pueden quedar grumos de queso).

3. Lavar un poco el pepino para que pierda el exceso de sal y escurrirlo bien. Se puede secar un poco con papel de cocina. Aliñar con la guindilla y el zumo de lima, remover y dejar reposar otra media hora como mínimo.

4. Extender la crema de feta en un plato. Escurrir bien el pepino otra vez y repartirlo sobre ella. Terminar con un chorrito de aceite de oliva y servir.
 
ENSALADA DE ACHICORIA ROJA CON MANZANA ENCURTIDA


Ácida y fresca



Una ensalada ácida, dulce y con un punto amargo gracias a la achicoria. Acompañada de un encurtido sencillo que podemos usar como acompañamiento de platos de pescado, carne o cremas de verduras.




ALFONSO D. MARTÍN
10/06/2020

Los días en casa empiezan a hacerse ya un poco pesados, y esto afecta también a cómo enfrentarnos a las comidas. Plantear retos para entretenerse está muy bien y es loable, pero a veces es inevitable sentirse cansado y con pocas o nulas ganas de hacer nada. Y esto no está mal, porque aprovechar la situación de confinamiento está genial, pero también lo está ver que no es una competición por ver quién aprende y hace más durante estos días.

Dicho esto, es esta la situación con la que empiezo a lidiar yo en casa. Los primeros días los visualicé como una oportunidad para hacer todas las cosas que me quejaba de no poder hacer en mi día a día por falta de tiempo, pero conforme hemos ido avanzando, cada vez me siento con menos ganas de innovar. Y aunque al principio experimentas cierto sentimiento de culpa por ello, acabas comprendiendo que es perfectamente normal sentirse así. Así que, eso: ánimo.

Dicho esto, la receta de hoy es bastante sencilla, pero para hacerla un poco más interesante tiraremos de algo que, como habréis ido viendo, me encanta hacer: encurtir cosas. La achicoria roja (a la que siempre he llamado morada por mi daltonismo) es crujiente y ligeramente amarga, por lo que va genial con aliños ácidos y dulces. Para darle ese punto utilizaremos manzana verde -siendo la variedad más común por aquí la Granny Smith-, que es fresca, muy crujiente y ácida.

Originalmente quería utilizar papaya verde, tal y como se hace en Tailandia para su famosa ensalada Som Tum, pero dado que no es nada sencillo encontrar ese ingrediente, el mejor sustituto que encontré fue la manzana. Para encurtirla haremos una salmuera con unas cuantas especias y la dejaremos reposar un mínimo de cuatro horas, aunque lo ideal es doce. A diferencia de otros encurtidos, la manzana no aguanta demasiado bien el paso del tiempo, por lo que al segundo o tercer día ya no nos sabrá igual. Para el aliño simplemente emulsionaremos parte de la salmuera con un poco de limón y miel, y esto ya sí que nos durará bastante más tiempo en el frigorífico.

Vale, puede que lo vendiera como algo realmente sencillo dado que se trata de una ensalada, pero el lado positivo es que podéis hacer una cantidad aceptable de manzana encurtida para darle otros propósitos: una vez encurtida, probad a hacer una mermelada con ella y parte de la salmuera. O una crema de verduras a la que queráis añadir un toque frutal y ácido. O, si os sentís golosos y tenéis la energía y las ganas de hacer algo de repostería, una tarta de manzana.


Dificultad
Menos que la de buscar “emulsionar” en el diccionario.


Ingredientes

Para 4 personas
  • 2 bulbos de achicoria roja
  • 1 manzana verde
  • 1 cucharada de comino en grano
  • 1 cucharada de fenogreco (opcional)
  • 35 g de uvas pasas
  • 1 cucharadita de jengibre rallado
  • 250 ml de vinagre de manzana/uva
  • 3 cucharadas de sal no yodada
  • 3 cucharadas de azúcar blanco
  • El zumo de un limón
  • 1 cucharada de miel
  • Un puñado de almendras fileteadas
Preparación
  1. Llenar un cazo con 750 ml de agua. Añadir el comino, el fenogreco, las uvas pasas, el jengibre, la sal y el azúcar. Cocinar 15 minutos y retirar del fuego para que enfríe.
  2. Cortar la manzana (ya sea en dados o como se ve en la foto) y meter en un tupper o tarro de cristal con la salmuera fría (o a temperatura ambiente). Añadir el vinagre y conservar mínimo cuatro horas (lo ideal serían 12) en el frigorífico.
  3. Emulsionar el zumo de un limón con cuatro cucharadas de la salmuera, una cucharada de miel y dos de aceite (podéis utilizar una batidora, unas varillas, un tenedor o mi método favorito: agitarlo todo en un tarro con tapa).
  4. Preparar la ensalada: cortar la achicoria, añadir unos cuantos trozos de la manzana encurtida, unas pocas pasas, las almendras fileteadas y el aliño. Servir.

 
ENSALADA MARROQUÍ DE CALABACÍN



Ensalada marroquí de calabacín



¿Crees que el calabacín es el mayor sosainas de la huerta? Descubre esta forma de prepararlo sencilla, sabrosa y muy moruna e ingresa en la secta de los adoradores de la cucurbitácea verde.



Como todo en la vida, salvo la tortilla de patatas y los 'snatch games' de 'Ru Paul's Drag Race', el calabacín tiene sus pros y sus contras. Por un lado, es una de las hortalizas que menos curro da: basta con lavarlo, picarlo, echarlo a la sartén y en pocos minutos lo tendrás listo. Por otro, no destaca por llevar el festival del sabor a tu plato, y sus detractores se quejan de que es más intrascendente que Eva González en Masterchef.

A mí, personalmente, me gusta. Pero reconozco que hay que darle alegría Macarena cuando te metes a cocinarlo para no sentir la bajona de la verdura sosonga. Por eso la receta de hoy, que no es mía sino del maravilloso libro 'Las verduras de muchas maneras', de Karin Leiz, ha constituido una auténtica revelación. Aunque no responde mucho a nuestro concepto de "ensalada" -es verdura cocida, pero se toma fría-, espabila el calabacín a base de pimentón y lo transforma en un producto agradecido. Y además con una técnica tan fácil como carente de engorro fritanguero.

La cocción en agua de la cucurbitácea puede sonar a Everest del aburrimiento, pero la gracia es que debes usar poco líquido y reducirlo al máximo, con lo que los sabores se concentran y no hay efecto caldichi. El vinagre, el ajo y el comino actúan como potenciadores, y como no hace falta usar mucho aceite, el resultado es sorprendentemente ligero. Por si fuera poco, la técnica vale para otras verduras: yo lo he probado con cebolla picada en juliana gruesa y está espectacular, y supongo que valdrá también para zanahorias, chirivías, alcachofas o hinojos.

He hecho pocos ajustes a la receta original: añadir parte del aceite al final para que no pierda tanto aroma y darle un golpecillo final de vinagre para que suba la acidez. También sugiero tomar los calabaciones con bulgur y servirlos templados, aunque fríos con cualquier otro acompañamiento -o solos- también están buenísimos.


Dificultad
Para personas que no saben distinguir un calabacín de un pepino.

Ingredientes
Para 4 personas
  • 800 g de calabacín
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cucharada de pimentón de la Vera
  • 1/2 cucharadita de comino molido
  • 2 cucharadas de vinagre de Jerez
  • 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Sal
Preparación
  1. Cortar longitudinalmente los calabacines sin pelar, y eliminar parte de la semilla interior si tienen mucha. Picar en dados de unos 2 centímetros y ponerlos en una cazuela baja.
  2. Añadir los dientes de ajo aplastados, el pimentón, dos cucharadas de aceite y sal. Mojar con agua hasta que sobresalgan un poco los dados de arriba. Es decir, no echar agua a cascoporro, sino una base para que los calabacines se hagan. Poner a fuego medio.
  3. Cuando el líquido haya hervido y esté casi evaporado del todo, añadir el vinagre y el comino. Dejar reducir del todo, retirar del fuego, añadir las otras dos cucharadas de aceite, remover y dejar enfriar.
  4. Corregir de vinagre y sal al gusto, y servir templados o fríos con bulgur o cuscús. También están buenos solos, con arroz, pasta o lo que apetezca.
 
ENSALADA DE VERANO DE PATATA Y PEPINO


Ensalada de verano de patata y pepino



El verano sabe a ensalada de patata, eso lo sabe hasta Chanquete. Hoy proponemos una versión fresca con pepino, encurtidos y huevo duro, con truco extra para conseguir una cebolla que se digiere sin problema.




MÒNICA ESCUDERO




Ingredientes

Para 4 personas

  • 1 cebolla grande o 2 cebolletas pequeñas
  • 80 g de pepinillos, alcaparras o cualquier encurtido (yo usé lombarda encurtida en casa)
  • 2 o 3 patatas nuevas medianas enteras (unos 500 g en total)
  • 2 pepinos pequeños (unos 500 g)
  • 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra (y un poco más para emplatar)
  • 4 cucharadas de vinagre al gusto
  • 4 huevos
  • 20 aceitunas negras
  • 2 cucharadas de perejil picado
  • Sal
  • Pimienta
Preparación

  1. Hervir las patatas enteras con piel unos 25/35 minutos, dependiendo del tamaño que tengan. Cuando estén listas -y sea posible hacerlo sin quemarse- pelarlas y cortar en trozos medianos.
  2. En caliente, mezclar con la cebolla cortada en tiras y aliñar con aceite, vinagre, sal y pimienta al gusto. Dejar enfriar a temperatura ambiente, y después pasar a la nevera hasta que esté fresco.
  3. Mientras, hervir los huevos nueve minutos, enfriar y pelar. Trocear dos y añadirlos a la patata, junto a los encurtidos y el pepino cortados pequeños y la mitad del perejil.
  4. Servir con el resto de los huevos en gajos, un poco de perejil, las aceitunas, sal y pimienta y un chorrito de aceite.
 
ENSALADA DE TOMATES CHERRY Y PIMIENTOS BRASEADOS


Ensalada de tomates cherry y pimientos braseados




¿Hay algo más sano, rico y sencillo que las verduras a la brasa? Tal vez la ensalada. ¿O son las verduras asadas? Si has tenido este dilema alguna vez, hoy te ayudamos a solucionar tu conflicto verdulero.




Ingredientes


Para 4 personas (como acompañamiento o ensalada)

  • 2 pimientos rojos carnosos medianos
  • 300 g de tomates cherry
  • Aceite de oliva virgen extra (yo usé 6 cucharadas)
  • Vinagre (yo usé de Jerez, 4 cucharadas)
  • Ajo (yo puse 2 dientes)
  • Sal
  • Pimienta
  • Hierbas aromáticas al gusto (yo usé albahaca y menta)
Preparación

  1. Lavar los pimientos, quitarles el pedúnculo y las semillas y cortarlos en trozos cuadrados y más bien grandes (por ejemplo, primero en cuartos y luego cada cuarto en cuatro). Lavar los tomates cherry.
  2. Preparar una vinagreta con aceite, vinagre, pimienta y ajo en láminas (las cantidades, al gusto). Remover y tener a mano.
  3. En una plancha, parrilla o wok sin aceite ir poniendo las verduras a fuego bastante potente en tandas hasta que la piel esté un poco tostada. En ese momento, darles la vuelta y dejarlas menos tiempo del que hemos dejado en la primera parte de la cocción. Si son piezas pequeñas y de piel fina -como los tomates cherry- remover a menudo.
  4. Cuando las saquemos del fuego, pasar a un bol e ir añadiendo el porcentaje de aliño proporcional a la parte de las verduras que haya en cada tanda (si lo ponemos todo de golpe, unas tendrán más sabor que otras).
  5. Remover bien y dejar reposar al menos un par de horas a temperatura ambiente (idealmente, de un día al otro en la nevera, tapado y removiendo un par de veces). Servir a temperatura ambiente con sal, aromáticas frescas y más pimienta.
 
ENSALADA DE LENTEJAS, PEPINO Y ALMENDRAS


Ensalada de lentejas, pepino y almendras



La enésima ensalada de legumbres de El Comidista sabrá prácticamente igual utilices miso o anchoas para su vinagreta: lo realmente importante es que reine el equilibrio entre las lentejas y las hortalizas.





Ingredientes

Para 4 personas

  • 600 g de lentejas cocidas (de bote, refrigeradas o de cocedero, yo usé pardina)
  • 1 pepino
  • 1 cebolleta
  • 16 aceitunas verdes (bajas en sal o yeyé)
  • 20 almendras tostadas
  • 12 piparras (opcional)
  • 2 huevos duros
  • 1 cucharada de miso o 4 filetes de anchoa
  • 1 pizca de comino
  • 3 cucharadas de aceite de oliva
  • 3 cucharadas de vinagre suave
  • 1 cucharada de menta fresca picada
  • Sal
  • Pimienta

Preparación

  1. Quitar la capa superior de la cebolleta, cortarla por la mitad y después en tiras finas. Ponerla en un bol con 2 cucharadas de vinagre y un poco de sal. Marinar durante una media hora.
  2. Si las lentejas son de bote, lavarlas un poco bajo el grifo en un colador para eliminar el líquido de gobierno (tiene una textura gelatinosa que no a todo el mundo le resulta agradable). Escurrir bien y poner en el mismo bol donde serviremos.
  3. Hacer una vinagreta con la cucharada restante de vinagre, sal, pimienta, una pizca de comino tostado en la sartén, el miso o las anchoas picadas muy finas o pasadas por el mortero, el aceite y la yema de huevo (si queda muy espeso se puede añadir una cucharada de agua).
  4. Al bol de las lentejas añadirle la cebolla escurrida, las almendras, el pepino cortado por la mitad a lo largo y luego en rodajas finas. Aliñar y mezclar bien (si se quiere, se puede llevar media hora a la nevera para que se enfríe y se mezclen los sabores).
  5. Terminar con las almendras, las aceitunas, las piparras –opcionales–, la menta fresca y la clara picadas y un extra de pimienta.
 
ENSALADA DE JUDÍAS CON MOSTAZA DE MANZANA Y MENTA


Casi, casi, el verano en tu plato



Las judías verdes no solo pueden tomarse calientes. En ensalada y cocinadas al punto dan un toque crujiente y fresco a esta receta, que se viene arriba gracias al aliño de mostaza casera de manzana.



Empieza a hacer calor y con ello la (poca) voluntad que me queda se evapora. Va tocando repensar los platos que preparamos para no morir de inanición por pereza. Se supone que las judías son aburridas, pero si existen tiene que ser por algo. Por alguna razón no suelen ser un producto atractivo para la mayoría de gente que conozco, les guste más o menos la verdura. Pero solo hay que pensarlo un poco, y veremos que en realidad tienen muchas cualidades que las hacen perfectas para esta temporada del año.

Porque bien tratadas son crujientes y refrescantes -y no es nada difícil tratarlas bien, simplemente cortadas en tiras y salteadas son una delicia-; son fáciles de preparar, baratas y se dejan acompañar por muchos ingredientes de sabores y texturas diferentes. Total: que al final tenemos un producto genial (y tú un problemón si no lo sabes apreciar).

Seguramente os sorprenderá muchísimo este dato después de nuestra introducción, pero hoy os traigo una ensalada de judías, sencilla pero riquísima gracias a una combinación de acompañamientos que le aportan -aún más- frescura, sabor y colorido. Para aportarle más matices, prepararemos una mostaza casera de manzana, menta y especias que nos durará en el frigorífico un par de tres semanas en perfectas condiciones, a la que podremos dar uso en bocadillos, carnes, pescados y demás. Si tienes intolerancia al gluten no celíaca -como yo- y te preguntas si puedes tomarlo, la respuesta es sí, sí y requetesí.


Dificultad

Es una ensalada.

Ingredientes

Para 2 personas
  • 200 g de judías verdes Bobby
  • 2 chalotas pequeñas
  • 5 tomates cherry
  • 2 pepinos kirby (o un trocito de pepino)
  • 1 huevo
  • 4 anchoas
  • 1 cucharada y media de vinagre de Jerez
  • 2 cucharadas y media de mostaza de manzana y menta
  • ¼ cucharadita de pimienta negra molida
  • Aceite de oliva
Ingredientes para la mostaza
  • 1 manzana dulce (yo utilicé Gala)
  • 1 diente de ajo
  • 2 rodajas de jengibre
  • 2 cucharadas de mostaza de Dijon
  • 1,5 cucharadas de mostaza en grano
  • 4 cucharadas de vinagre de Jerez
  • 1,5 cucharaditas de semillas de cilantro trituradas (tostadas)
  • 1,5 cucharaditas de cúrcuma en polvo
  • Unas 8 hojas de menta
  • Aceite de oliva
  • Media cucharadita de sal
Además (opcional)
  • Salsa de yogur con limón, sal, pimienta y aceite de oliva
Preparación
  1. Pelar la manzana y quitarle el corazón. Preparar la mostaza de manzana y menta triturándolo todo con una batidora y añadiendo poco a poco aceite para que emulsione.
  2. Poner agua con mucha sal a hervir y añadir las judías enteras. Cocer durante dos minutos, escurrir y poner en agua fría.
  3. Pelar y cortar las chalotas en rodajitas, los tomates por la mitad y los pepinos ortar el resto de verduras, picar las anchoas y cocer el huevo nueve minutos y medio mientras se enfrían las judías.
  4. Escurrir las judías y cortarlas en diagonal. Mezclarlas con el resto de ingredientes de la ensalada. Picar el huevo y la yema y añadir. Aliñarla con vinagre, sal, aceite de oliva y la mostaza que hemos preparado al gusto (y, si se quiere, una cucharada y media de la salsa de yogur). Servir.
 
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