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Casimente
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Enrique de Castro sabe ni más ni menos que lo que sabemos todos los españoles de cultura cristiana que hemos nacido en Ceuta y Melilla desde hace mucho tiempo: que si la madre España tuvo los laxos ovarios y coj*nes de regalar una parte del territorio español, El Sahara Español, tan grande como toda Andalucía, Castilla la Mancha y Aragón juntos, a un país Moro que jamás en la historia había sido patrón ni dueño ni nada de ese gran territorio, a la vez que Gran Bretaña no ha cedido ni un metro de las Malvinas a Argentina ni de Gibraltar a España, sabemos y bien sabido que no pasarán muchos años en que en el Monte Hacho de Ceuta, de lo poco de dominio militar español que por ej. queda en Ceuta, los militares saldrán también de ese emblemático lugar, se lo cederán a los islamistas ya con DNI español y éstos elevarán ahí una inmensa mezquita que verán todos los barcos que pasen por el Estrecho de G. Y eso, para vergüenza nuestra lo veremos antes de morir, como hemos visto en menos de dos décadas toda la península de Ceuta, desde el Puente Cristo hasta la Punta del Desnarigado, donde no vivía ni un sólo moro ni presencia islámica de ningún tipo, como las autoridades del PSOE y del PP han consentido que dicha península se fuera habitando a marcha forzada casi al 80 % de musulmanes muchos de los cuales ni saben hablar en español y que hoy por hoy son los dueños y señores de toda esta zona peninsular ceutí, se han hecho con casi el total de las viviendas y casas de estos barrios, los cuales ya son más islámicos y etnocentristas mahometanos que el mismísimo barrio de El Príncipe.
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