En este selfie se oculta la clave que ha permitido resolver un caso de asesinato

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Un pequeño detalle de una fotografía publicada en Facebook poco antes del crimen sirvió para demostrar quién mató a la víctima
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Antoine Cheyenne y Brittney Gargol. (Facebook)
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A. LÓPEZ
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@Adri_L_P
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TIEMPO DE LECTURA4 min
18.01.2018 – 19:29 H.

Todavía hay quien se resiste a utilizar la cámara de su 'smartphone' para hacerse selfies, pero lo cierto es que son muy pocos. Dedicamos más tiempo al teléfono que a a televisión porque el primero es una ventana abierta al mundo: la familia, el ligoteo, el ocio y el trabajo, todos reunidos en una pantalla que cabe en el bolsillo. Además, mostramos en todo momento lo que sentimos, hacemos y queremos conseguir y, como no nos hacemos selfies. "Ha conseguido ser un fenómeno social del narcisismo humano que presenta un instrumento tecnológico para satisfacer la necesidad de admirarse a uno mismo", explica el canadiense Clive Tompson.

Cerca de un millón de autorretratos son compartidos de forma diaria. Hace unos años si veías a alguien hacerse uno por la calle, pensabas que era un egocéntrico o un creído, ahora lo raro sería que alguien no se haya hecho uno nunca y esto tan cotidiano como hacerse una autofoto fue clave para resolver el asesinato de Brittney Gargol.


Mejores 'amigas'

La mañana del 25 de marzo de 2015 la joven apareció muerta en una carretera cerca del vertedero de Saskatton,Canadá. A poca distancia del cuerpo, se encontraba un cinturón que la policía consideró como arma del crimen, con el que se había estrangulado a Brittney, de 18 años. La investigación no fue fácil pero el selfie que habían colgado estas amigas horas atrás en Facebook fue la pieza que resolvió el puzzle años después.

La investigación ha tardado dos años en resolverse: Cheyenne ha sido acusada por homicicio en 2º grado y sentenciada a siete años de prisión

Cheyenne Rose Antoine, de 21 años, se declaró culpable de homicidio involuntario por la muerte de su amiga. Ambas habían sido inseparables hasta aquella noche que se fueron de fiesta y terminaron discutiendo. Según explicó Antoine a la policía en una primera versión, habían estado en diversos 'pubs' hasta que Brittney empezó a hablar con un hombre desconocido con el que se había marchado. Su coartada no terminaba de encajar, ya que las cámaras de seguridad de uno de los locales en los que la joven aseguraba haber estado mostraba que no habían entrado.

Pero eso no era una pista suficiente para culpar a Antoine de la muerte de su amiga. Sin embargo, un testigo, que había escuchado como confesaba haber cometido el crimen, la delató. La policía asegura que la chica estaba en estado de embriaguez cuando estranguló a Brittney. Ella confesó al tribunal que no recordaba lo sucedido. De hecho, en su muro de Facebook (y de forma premeditada como explicó el fiscal), tras llegar a casa de fiesta, escribió: "¿Dónde estás? No he tenido noticias tuyas. Espero que hayas llegado a casa bien ".

La verdad está en la foto


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Cheyenne Rose Antoine. (Facebook)


Tras investigar las redes sociales de ambas, la clave para resolver el asesinato se encontró en un selfie que se habían hecho ambas pocas horas antes. Entre cientos de fotos y publicaciones en las que trataba de despistar a la policía, junto con el mensaje que había escrito, los oficiales descubrieron al borde la foto lo que vinculaba de forma clara a la sospechosa con la escena del crimen: el mismo cinturón que había aparecido a pocos metros del cuerpo.

En el juicio, donde la joven terminó confesando, la asesina explicó que la familia de su amiga merecía una explicación, pero que no la tenía. "Nunca me lo perdonaré, nada de lo que diga o haga la traerá de vuelta. Lo siento muchísimo. No debería haber sucedido".

"Mi cliente tiene algunos problemas personales muy profundos con los que está lidiando y desafortunadamente han provocado una situación muy trágica para todos los involucrados", explicaba Lisa Watson, abogada de la defensa, declaración recogida en 'Torontosun'.

La familia sigue devastada y no se cree lo ocurrido: "La mayoría de los días no podemos dejar de pensar en Brittney, lo que pasó esa noche, lo que ella debió sentir, el tener que luchar por vivir, será algo que no entenderemos nunca", aseguraba su tía Jennifer G. a 'CBC News'. La investigación ha tardado dos años en resolverse: Cheyenne ha sido acusada por homicicio en 2º grado y sentenciada a siete años de prisión.

https://www.elconfidencial.com/alma...-amigas-resuelto-gracias-a-un-selfie_1507980/
 
Yo he salido de fiesta muchas veces he bebido y no se me ha dado por estrangular a ninguna amiga, de hecho se lo confesó a un amigo no ha la policía y ha estado de rositas 2 años, 7 años de condena aunque los cumpla integros me parece demasiado poco.
:D me ha hecho gracia tu comienzo.

Desde luego, con amigas como esa..
Y dice que no se acuerda de nada.
De hecho, en su muro de Facebook (y de forma premeditada como explicó el fiscal), tras llegar a casa de fiesta, escribió: "¿Dónde estás? No he tenido noticias tuyas. Espero que hayas llegado a casa bien ".
Y no se acordaba de nada ya en la misma noche..
 
:D me ha hecho gracia tu comienzo.

Desde luego, con amigas como esa..
Y dice que no se acuerda de nada.

Y no se acordaba de nada ya en la misma noche..
A mi que le caigan solo 7 años me parece poco, esa muerte no era un accidente, y porque la tipa fue tan mema de soltárselo a un colega, que si no todavía estaría como si nada, bien que escribió preguntando por su amiga en facebook y bien que mintió luego, diciendo que esta se había ido con un tipo. A mi lo de sentimiento de culpabilidad y supuesto malestar por la familia de la victima cuando tienes a la policía encima no me sirve. Esta es como el chicle cuando llevó a la GC donde estaba el cuerpo de Diana, este tipo de gente tienen remordimientos por las circustancias del momento, porque toca hacer el paripé, si no, de qué?
 
Pero y por qué se la cargó? Aún sigue diciendo que no lo recuerda?
Por cierto, bastante torpe con lo del cinturón, también hay que decirlo
 
¿Qué lleva a algunas personas a tomar fotos de víctimas en las escenas de los accidentes?
John NewtonBBC News
  • 7 febrero 2019
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Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionA finales de 2017, seis personas murieron en un accidente en la localidad británica de Birmingham y tras el que varios ciudadanos presentes en la zona tomaron fotos de los fallecidos.
Accidentes fatales y desastres son, desafortunadamente, algo habitual. Y también lo es ver cómo mucha gente se acerca y fotografía a los accidentados, incluso si están muertos.

Teniendo en cuenta que estas personas pueden perder sus puestos de trabajo, su reputación e incluso su libertad... ¿qué les lleva a hacerlo?

Un policía de Staffordshire, Reino Unido, fue despedido el pasado mes de noviembre por mostrar a sus colegas imágenes tomadas tras un accidente entre una moto y un camión.

Andrew Parry transfirió las imágenes de su cámara del cuerpo a su teléfono celular y después las compartió con sus compañeros, quienes lo reportaron a sus jefes.

Los responsables de la policía local dijeron que sus acciones suponían una falta de respeto y que el agente había traicionado sus "responsabilidades" hacia la víctima fallecida.

Uno podría esperar más de un miembro de las fuerzas de seguridad, pero lo cierto es que este tipo de actuaciones no son aisladas.

Episodios similares ocurrieron durante todo el año pasado, aunque en esos casos fue la policía la que criticó al público en lugar de a uno de sus agentes.

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Derechos de autor de la imagenPA
Image captionLa familia de uno de los fallecidos en el accidente de Birmingham en 2017 aseguró que las fotos tomadas por el público fueron un atentado a la dignidad de la víctima.
El pasado mes de agosto, una mujer de 30 años murió en un accidente en la localidad inglesa de Derbyshire. En este caso, no solo se tomaron fotos sino que se publicaron en Facebook. La policía calificó las imágenes de "angustiosas".

El mismo término se usó para las fotos tomadas por los ciudadanos que presenciaron un accidente en el que murieron seis personas en Birmingham a finales de 2017, y que también circularon por redes sociales.

La familia de una de las víctimas atacó duramente a los responsables de estas imágenes al asegurar que habían perdido su humanidad y habían atentado contra la dignidad de los muertos.

¿Perdimos realmente la humanidad? ¿Falta algún filtro necesario? ¿La brújula de la moral no está funcionando?

¿Pueden los muertos, una vez fotografiados, ser víctimas más allá de la causa que les arrebató la vida?

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Derechos de autor de la imagenREUTERS
Image caption¿Fue tomar fotografías de los muertos en la torre Grenfell de Londres algo realizado de manera mecánica y sin pensar?
"Algo mecánico"
Lasana Harris, profesor de psicología experimental en el University College de Londres, ha investigado el comportamiento de las personas en situaciones de emergencia.

El experto tiene una teoría sobre por qué las personas recurren a sus teléfonos en esos momentos: no es tanto por lo que pasa por sus mentes, sino por lo que no.

"Vivimos en una cultura donde [fotografiar con los teléfonos] es lo que hace la gente; es un comportamiento normativo", asegura.

Harris cree que fotografiar a los muertos o heridos es, por lo tanto, "algo mecánico": la gente saca sus teléfonos de manera automática para grabar escenas "buenas, malas o indiferentes".

Pero ¿se puede explicar qué es lo que lleva a las personas a actuar así?

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Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image caption"Vivimos en una cultura donde [fotografiar con los teléfonos] es lo que hace la gente; es un comportamiento normativo".
Omega Mwaikambo sacó fotos de uno de los cuerpos recuperados de uno de los mayores desastres que se recuerdan en Reino Unido: el incendio en la torre Grenfell en 2017.

Su explicación al programa BBC Newsnight parece confirmar esa manera de actuar casi sin pensar a la que señala el profesor Harris.

Usando un iPad, comenzó a fotografiar a distancia un cadáver envuelto en plástico. Luego levantó la sábana para tomar primeros planos.

Dice que se le escapan las razones de por qué actuó así. Después publicó las fotos del cadáver en Facebook.

"Dios sabe lo que estaba pensando por mi cabeza. Simplemente pasó. Ninguna explicación. ¿Por qué alguien haría algo así?", dijo.

La privacidad de las víctimas
Es poco frecuente que en las imágenes de escenas de accidentes tomadas por fotógrafos profesionales para usar en las noticias aparezcan los cuerpos, aunque a veces los medios deciden mostrar a los muertos en el contexto de algunas historias.

Estas noticias suelen ser incluidas con advertencias y las imágenes mostradas son breves y rara vez de contenido explícito.

Si los medios comparten sus informes en redes sociales, los tuits y las publicaciones no suelen mostrar las imágenes. Esto contrasta con las personas anónimas que comparten estas fotos online de manera clara, que deja a aquellos que tropiezan con ella sin otra opción que verla.

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Derechos de autor de la imagenUK NIP
Image captionOmega Mwaikambo, quien fue detenido tras tomar fotografías de un cadáver, le dijo a la BBC que no tenía explicación para sus actos.
Harris cree que esta manera de compartir, en una cultura de tecnología ubicua, es otro acto de inconsciencia. "A menudo, solo estamos ejecutando el piloto automático y no estamos pensando, y es por eso que no parece algo intrusivo para quienes lo hacen".

Las nociones de privacidad pueden parecer sencillas, pero resulta que no están tan claras cuando se aplica a las fotos tomadas después de la muerte. ¿Se puede decir que la privacidad de un cuerpo ha sido invadida?

La respuesta de las leyes de muchos países es simple: suelen referirse a proteger al público de lo que considera indecente, más que de proteger a los que han muerto. Y significa que, si bien la fotografía no está prohibida en sí misma, el intercambio de imágenes angustiosas puede serlo.

En el caso de Reino Unido, Mwaikambo fue sentenciado a tres meses de prisión después de declararse culpable de violar la Ley de Comunicaciones de 2003 al publicar imágenes ofensivas en redes sociales.

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Image captionEl profesor de psicología Lasana Harris cree que la gente saca sus teléfonos de manera automática, ya sea para grabar escenas "buenas, malas o indiferentes".
Pero ¿deberían estas personas tener una explicación para compartir tales imágenes?

"Si presionaras a la gente en busca de una respuesta, creo que dirían que estaban ayudando", afirma Harris. "Sabemos que si algo se hace público, tiene el poder de hacer cambiar opiniones, por lo que algunas personas pueden pensar que están cumpliendo ese propósito".

Grabar y no intervenir
Pero algunos pueden argumentar que lo que hacen es justo lo contrario, ya que grabar imágenes en una crisis no puede calificarse como ayuda práctica en ese momento.

De hecho, Harris asegura que actuar así es una forma de "no intervención": "Es poco probable que ayudes si estás jugando con tu teléfono".

Él considera que aquí es donde el problema comienza a fusionarse con el llamado 'efecto espectador', el nombre dado a los casos en los que un grupo ignora a una persona necesitada porque, según los psicólogos, temen que otros espectadores juzguen su intervención.

Según esta teoría, la gente asume que si nadie más está actuando es porque no hay necesidad de hacerlo. Y siguiendo esta lógica, cuanto mayor sea la multitud, mayor será la posibilidad de no actuar.

Estos elementos pudieron identificarse en un incidente ocurrido durante un vuelo de Ryanair el pasado octubre.

Un pasajero comenzó a atacar a otro con insultos racistas, momento que fue filmado y publicado en Facebook por el pasajero David Lawrence, quien confirmó que los espectadores estaban "congelados" ante la situación.

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Derechos de autor de la imagenFACEBOOK/DAVID LAWRENCE
Image captionLos gritos de un hombre en un avión de Ryanair a otra pasajera negra de su misma fila fueron captados por otros pasajeros en un video.
Las imágenes mostraron que un hombre intervino de manera puntual. Pero, según Lawrence, su actuación pasiva tenía su propio objetivo: su publicación se volvió viral y, por lo tanto, ayudó a "dar a conocer al mundo" la historia de la víctima.

"Si hubiera intervenido, no creo que habrías visto las imágenes que grabé", le dijo a la BBC.

Este tipo de grabaciones puede tener incluso beneficios en tiempo real, según Jackie Zammuto, gerente de proyectos de Witness.

Esta organización enseña a las personas a filmar videos con sus teléfonos para documentar injusticias. En una entrevista con BBC Radio 4, Zammuto dijo que en el momento en que las personas ven que alguien está grabando, la tensión a veces puede disminuir y hacer que los ataques desaparezcan, aunque nadie intervenga de manera física.

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Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionCuando "juguetear con el teléfono" se convierte en una "difusión de responsabilidad".
Pero ¿se puede ayudar así en un accidente donde alguien está gravemente herido? Es difícil de imaginar.

Harris cree que decir que una foto puede ayudar en las escenas más graves es un acto de autoengaño por parte de quienes se arrepienten de sus acciones.

"Puedes dar explicaciones, similares a 'estaba documentando' para seguir creyendo que eres una buena persona", dice.

"Encuentras formas de salvar tu moralidad. Pero es una excusa de último momento para justificar el comportamiento. Insisto, en ese momento, no creo que estén pensando", concluye.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-47164174
 
La vanidad en los tiempos del selfie: muertes accidentales y cirugías plásticas


El primer selfie oficial documentado se atribuye al empresario Robert Cornelius que realizó un daguerrotipo de sí mismo en 1839

El palo selfie se encontraba en el libro 101 inventos japoneses inútiles en 1995

En 2017, como mínimo 259 personas en todo el mundo habían muerto mientras tomaban selfies en situaciones de peligro

Esther Samper
24/04/2019 - 21:31h
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Foto: Maëlick

Los autorretratos, más conocidos en los últimos años como selfies, no son un invento reciente, ni mucho menos. En cuanto las tecnologías de la fotografía lo hicieron posible, los selfies aparecieron como un fenómeno minoritario. De hecho, el primer selfie oficial documentado se atribuye al empresario Robert Cornelius que realizó un daguerrotipo de sí mismo en 1839.

Ni tan siquiera el palo para selfies es un invento novedoso. Se han documentado palos de selfies caseros desde el año 1925 y se han producido comercialmente desde los años 80. En ese sentido, la empresa nipona Minolta fue pionera al comercializar este peculiar producto por esas fechas, aunque fue un rotundo fracaso comercial. Se trataba de un invento adelantado a su tiempo: el palo selfie se encontraba en el libro 101 inventos japoneses inútiles en 1995. Ironías del destino, casi 20 años después (2014), la revista Time incluyó al palo selfie entre los 25 mejores inventos.

Los selfies han experimentado una explosión de popularidad sin precedentes desde el año 2011. Un fenómeno que se ha asentado en el mundo gracias a la mítica foto de Ellen DeGeneres en la gala de los Óscar en 2014. Desde entonces, prácticamente cualquier red social se ha visto inundada por millones de fotografías de este tipo, especialmente en lugares como Instagram, Facebook o Snapchat. Al margen de las repercusiones sociales, este fenómeno global de los selfies ha tenido unas inesperadas consecuencias para la salud.

Muerte por selfie: cuando la vida se pone en riesgo por un puñado de likes
El año pasado, investigadores del Instituto de Ciencias Médicas All India (AIIMS) publicaron en la revista Journal of Family Medicine and Primary Care un estudio que cuantificaba las muertes accidentales provocadas por la realización de selfies de forma imprudente. Para ello, rastrearon y analizaron las noticias sobre muertes por selfies que habían ocurrido en el mundo desde octubre de 2011 hasta noviembre de 2017. ¿El resultado? Como mínimo 259 personas en todo el mundo habían muerto mientras tomaban selfies en situaciones de peligro. El 72% de las víctimas eran hombres menores de 30 años y los países en los que se producían más muertes de este tipo eran la India, en primera posición con 159 muertes, seguidos por Rusia, Estados Unidos y Pakistán.

La causa principal tras las muertes por selfie era el ahogamiento (personas arrastradas por las olas o que se caían de un barco mientras hacían un selfie). La segunda causa está relacionada con medios de transporte: gente que muere, por ejemplo, atropellada por un tren mientras se hacían un autorretrato. Otras causas menos frecuentes eran caídas desde lugares elevados, incendios, electrocuciones, ataques de animales y accidentes por arma de fuego. Todas estas muertes con la cámara como testigo, hasta el punto de que algunas fotografías se realizaron instantes antes de morir. Un Gran Hermano voluntario y fatal, que va más allá de la imaginación de George Orwell.

Hasta hoy, este estudio es el más completo sobre la materia y, aun así, como los propios autores reconocen, se subestima la cantidad total de muertes accidentales por selfies, que son probablemente muchas más de las que se han podido demostrar. Paradójicamente, aunque son las mujeres las que publican selfies con mucha mayor frecuencia, son los hombres jóvenes las principales víctimas. La explicación más plausible que proponen los investigadores es que los hombres asumen más situaciones de riesgo en la búsqueda del selfie más codiciado con mayor frecuencia que las mujeres.

El Gobierno de la India se ha tomado en serio estas muertes accidentales y ha declarado decenas de zonas turísticas como libres de selfies para evitarlas. El Ministerio de Interior ruso, por otro lado, publicó hace cuatro años una guía de situaciones prohibidas para los selfies. Incluso en la revista médica Journal of Travel Medicine hacían la siguiente recomendación: "El especialista en medicina del viajero debería asesorar de forma rutinaria a los viajeros sobre los autorretratos responsables durante los viajes internacionales y debería incluir este consejo en material impreso para darles a los pacientes. Las industrias de viaje y de los teléfonos móviles deberían reforzar estos mensajes de promoción de salud".

La percepción distorsionada de los selfies y las cirugías plásticas
Mucha gente desconoce que los selfies, por las propiedades de las lentes de los móviles, distorsionan las caras de los que se autorretratan si están muy cerca de la cámara. Un fenómeno denominado distorsión de perspectiva. Debido a esta distorsión, se exageran la nariz y la barbilla que son las partes de la cara más cercanas a la cámara. Así, al visualizar los selfies resultantes, algunas personas se quedan con la impresión de que tienen narices o barbillas más prominentes de lo normal. De hecho, un selfie tomado a 30 centímetros de distancia de la cámara, puede incrementar el tamaño de la nariz por distorsión en un 30%. Para asegurar que esta distorsión desaparece, hay que alejarse como mínimo 1,5 metros.

La Academia Americana de Cirugía Facial Plástica y Reconstructiva ha detectado este fenómeno, hasta el punto de que ha influido en un incremento de la solicitud de cirugías plásticas de nariz. En un estudio publicado por esta institución en el año 2018 con el título "La distorsión nasal en las fotografías a corta distancia: el efecto selfie", el 42% de los cirujanos encuestados afirmaban haberse encontrado con pacientes que buscaban mejorar su imagen en las fotografías, especialmente en selfies tomados a corta distancia. Un cirujano explicaba lo siguiente a la sección de Salud de Routers: "Me enseñan literalmente un selfie de ellos mismos y se quejan de sus narices. Tengo que explicarles que comprendo que no estén contentos, pero lo que están viendo está distorsionado".

Ya lo decía el escritor Santiago Posteguillo, autor de la novela Yo, Julia: "La vanidad se divierte así: nos engaña; nos ciega". Y, además, visto lo visto, también puede perjudicar seriamente la salud.

https://www.eldiario.es/zonacritica/vanidad-tiempos-accidentales-cirugias-plasticas_6_891770839.html
 
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