Pequeño disgusto en Zarzuela. Este miércoles trascendía una imagen de Victoria Federica, la hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, acudiendo a clase en el exclusivo centro St. George de Madrid a bordo de un patinete eléctrico y fumando un cigarro. La fotografía no ha debido sentar muy bien en palacio, ya que pone en evidencia la adicción a la nicotina de la sobrina del rey Felipe, quien acaba de cumplir 18 años y a la que han intentado proteger del interés que su mayoría de edad ha suscitado en la prensa. Aunque teniendo en cuenta la delicada situación familia de los Borbón, este es, sin duda, un pequeño problema sin mayor relevancia. De este modo, la nieta del emérito entra a formar parte del 25% de los adolescentes de su misma edad que fuma todos los días, con la diferencia de que ahí está la prensa para acreditarlo.
Una querencia por el humo que su hermano, Felipe Juan Froilán, también mostró este verano durante su asistencia al festival de Starlite, en Marbella. La diferencia con su hermana es que no existe testimonio gráfico del preciso momento, pero sí de otro en el que Pipe, como es conocido familiarmente, humeaba un puro. Era el verano de 2017 y el joven celebraba que se acababa de graduar en el Blue Ridge School, el elitista internado en el que concluyó sus estudios preuniversitarios.
Esta afición tan poco saludable de los hijos de la infanta Elena es algo que su tía, la reina Letizia, detesta. Es vox pópuli la cruzada antitabaco de la esposa del monarca, quien siempre ha reñido a miembros de su familia, como a su abuela Menchu Álvarez del Valle, por fumar. A veces con mayor o menor éxito. La consorte de Felipe VI considera que el tabaquismo es una "enfermedad" y una "amenaza social y médica más importante" que las ganancias que pueda aportar al sector. Así lo aseguraba en 2017 cuando viajó hasta Oporto (Portugal) para asistir a la 7ª Conferencia Europea Tabaco o Salud, organizada por la Liga Portuguesa Contra el Cáncer.
En cambio, a pesar de que su compromiso en este sentido es firme, el discurso de doña Letizia no ha sido siempre el mismo. Aunque nunca ha sido vista fumando, trabajó, durante un tiempo, promocionando una marca de tabaco llamada Boot's mientras terminaba sus estudios de máster en México. En la Zarzuela esperan que, como ocurrió con su tía, en el caso de Victoria Federica y Froilán solo sea un vicio de juventud.
Una querencia por el humo que su hermano, Felipe Juan Froilán, también mostró este verano durante su asistencia al festival de Starlite, en Marbella. La diferencia con su hermana es que no existe testimonio gráfico del preciso momento, pero sí de otro en el que Pipe, como es conocido familiarmente, humeaba un puro. Era el verano de 2017 y el joven celebraba que se acababa de graduar en el Blue Ridge School, el elitista internado en el que concluyó sus estudios preuniversitarios.
Esta afición tan poco saludable de los hijos de la infanta Elena es algo que su tía, la reina Letizia, detesta. Es vox pópuli la cruzada antitabaco de la esposa del monarca, quien siempre ha reñido a miembros de su familia, como a su abuela Menchu Álvarez del Valle, por fumar. A veces con mayor o menor éxito. La consorte de Felipe VI considera que el tabaquismo es una "enfermedad" y una "amenaza social y médica más importante" que las ganancias que pueda aportar al sector. Así lo aseguraba en 2017 cuando viajó hasta Oporto (Portugal) para asistir a la 7ª Conferencia Europea Tabaco o Salud, organizada por la Liga Portuguesa Contra el Cáncer.
En cambio, a pesar de que su compromiso en este sentido es firme, el discurso de doña Letizia no ha sido siempre el mismo. Aunque nunca ha sido vista fumando, trabajó, durante un tiempo, promocionando una marca de tabaco llamada Boot's mientras terminaba sus estudios de máster en México. En la Zarzuela esperan que, como ocurrió con su tía, en el caso de Victoria Federica y Froilán solo sea un vicio de juventud.
