El Rey Felipe y su papel en la formacion del Gobierno

No veo unas terceras elecciones según mi bola mágica y el Tarot que acabo de tirar..pero si las hubiera el PP rozaria la mayoría absoluta..
Si el Podemos pierde otro millon de votos. Y el chuli Pedrito, pierde también escaños, seria muy bueno una tercera vez. Se lo han ganado.
Descuida que no iran a elecciones de nuevo.
 
La incertidumbre ante la investidura pone el foco sobre el papel del Rey
La Constitución deja escaso margen de maniobra del jefe del Estado en el proceso

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Felipe VI el pasado 13 de julio en la entrega de premios Rey de España en Madrid. PABLO CUADRA GETTY IMAGES


La inseguridad sobre el desenlace de la investidura vuelve a poner el foco sobre el papel del Rey en la inminente ronda de contactos con los líderes de formaciones con representación parlamentaria. La tarea del Rey en la renovación de las Cortes y en la investidura ha dejado de ser una mera diligencia ritual desde que las elecciones del 20-D afloraron la nueva realidad electoral de España, con una fragmentación en los resultados y en las posiciones de complicada combinatoria. Sin embargo, la solución al atasco político no está en sus manos, sino en la de los partidos.

El fracaso de la legislatura compromete hasta 2017 la agenda internacional del Rey



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      La incapacidad de los partidos para pactar obliga a regresar a las urnas
La figura del jefe del Estado se perfila ante muchas miradas como la clave para salir del callejón sin salida en el que está la política. La incapacidad de los políticos para llegar a acuerdos, a menudo, proyecta expectativas en el jefe del Estado que exceden su cometido. Incluso desde ámbitos interesados se le pide una mayor implicación para que propicie las adhesiones necesarias a fin de que gobierne con holgura el partido más votado. Pero, ¿qué puede hacer, en realidad, el Rey para desmadejar un enredo que, en una Monarquía parlamentaria como la española, radica exclusivamente en los partidos?

Al Rey corresponde “proponer el candidato del Gobierno y, en su caso, nombrarlo, así como poner fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución", como fija el artículo 62 de la Constitución. El artículo 99 desarrolla ese mecanismo, según el cual tras la renovación del Congreso, “previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos” y a través del presidente del Congreso “propondrá un candidato” para la investidura.

En cuanto a la potestad de proponer candidato a la presidencia del Gobierno, según la sinopsis del artículo 62 realizada por el letrado de las Cortes Generales, José Fernando Merino Merchán, su “facultad de propuesta es absoluta y libérrima, solo limitada por las previas consultas con los representantes de los grupos, que a su vez no le vinculan ni le atan su voluntad”, si bien, señala, esa función debe estar influida por la correlación de fuerzas existentes.

RAJOY Y PASTOR URGEN AL INICIO DE LA RONDA[/paste:font]
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, insistió este martes en mantener la fecha del 2 de agosto para el debate de investidura. Tanto él como la nueva presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, manifestaron la urgencia de iniciar el proceso “cuanto antes”. Consideran que esperar a la constitución de los grupos políticos comportaría unos 10 días de retraso, por lo que prefieren que el Rey reciba a representantes de partidos con representación parlamentaria para iniciar antes la ronda de contactos. Pastor entrega este miércoles al Rey la lista de representantes, el paso previo para el inicio del proceso.
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En el caso en el que ningún partido haya logrado la mayoría absoluta, como sucede ahora, el poder de propuesta del Rey presenta mayor margen de discrecionalidad (potestad no reglada). La propuesta, en todo caso, debe hacerse “en primer lugar al partido que haya obtenido mayoría absoluta, y en su defecto el que tenga más escaños”. Si los criterios fracasan, es el momento de los candidatos obtenidos por coalición.
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Rechazo no previsto

Pero el artículo 99 no estaba preparado para que el candidato al que el Rey proponía para la investidura rechazara el encargo, como hizo Mariano Rajoy tras las elecciones del pasado 20 de diciembre. Entonces el Rey tuvo que hacer uso de esa discrecionalidad ante una situación en la que el PP intentó un atajo constitucional, inspirado en una situación que se produjo en 2003 en la Asamblea de Madrid con el aval del Consejo de Estado, para ir a nuevas elecciones evitando el abrasador tramo del debate de investidura. Una situación cuya repetición en la actual legislatura no está descartada.

En cambio, el Rey se mantuvo pegado a la Constitución. No ofreció por segunda vez a Mariano Rajoy la posibilidad de ir a la investidura porque carecía de votos y había otro candidato dispuesto a intentarlo. En esa situación, un nuevo ofrecimiento a Rajoy habría mantenido el bloqueo institucional, que “no era lo que el país necesita”, según apuntaron entonces fuentes de La Zarzuela. Además, una nueva oportunidad a un candidato sin apoyos frente a otro con posibilidades, habría alejado al Rey de la neutralidad marcada por la Constitución.

El Rey es una instancia persuasiva y de influencia, según la sinopsis de Merino Merchán. Tiene unas funciones arbitrales y moderadoras que se fundamentan en la neutralidad a la que le obliga su permanencia frente a la eventualidad del Congreso, que está en función de los procesos electorales.

“De forma pasiva”

Es lo que los expertos Manuel Fernández Fontecha y Alfredo Pérez de Armiñán, citados por el letrado, han definido como “potestades bloqueantes” para impedir actuaciones contrarias al orden constitucional y “resolver de forma pasiva” tensiones planteadas en el funcionamiento regular de las instituciones. Para los expertos en Derecho Constitucional, esa función de influencia “trasciende el ámbito de sus estrictas atribuciones constitucionales”.

Al Rey concierne facilitar el proceso, pero más allá de las llamadas a la responsabilidad y al entendimiento que pueda hacer en sus audiencias, el desenlace está sustancialmente en manos de los partidos, que deben hacer el recorrido previo antes de ser recibidos por el jefe del Estado. Fuentes de La Zarzuela ya lamentaron en el anterior proceso, de desembocó en una nueva convocatoria de elecciones, que “alguien podía haber acudido con las sumas hechas”. “La solución está en la otra ventanilla”, insisten de nuevo.

http://elpais.com/politica/2016/07/19/actualidad/1468951106_604948.html






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Tendrá ganas de marchar de vacaciones pero exigir no puede exigir que se forma gobierno ¡solo faltaba!

A ver que ocurre en las próximas semanas....La legislatura si es que se lleva a cabo no creo que sea muy larga....
 
http://www.republica.com/el-mananti...nvestidura-si-no-tiene-los-apoyos-necesarios/

El Rey no debe proponer un candidato a la investidura si no tiene los apoyos necesarios
PABLO SEBASTIÁN 20/07/2016

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Concluida la constitución de las Cortes, comienza el turno de consultas del rey Felipe VI para que el monarca explore con los líderes políticos la formación del nuevo gobierno con la propuesta de un candidato a la investidura de presidente del Ejecutivo. Sin embargo esta vez y dado lo ocurrido con el proceso de investidura en la anterior legislatura, el Rey no debe proponer a la investidura a ningún candidato que previamente no cuente con apoyos necesarios para salir elegido y formar gobierno.

Por lo tanto es el Rey quien debe asumir la responsabilidad de elegir un candidato con posibilidades ciertas de ser elegido y no debe, como hizo en el anterior proceso, proponer de manera automática al que fue ganador de las elecciones, como lo hizo con Mariano Rajoy quien, con acierto, declinó la propuesta al no tener los apoyos suficientes para salir elegido en el Congreso de los Diputados.

Por el contrario, sí hizo bien el Rey al proponer a Pedro Sánchez para la investidura porque el candidato socialista, de manera temeraria y sin decir la verdad, le comunicó al monarca que estaba en condiciones de reunir una mayoría suficiente de apoyos en el Congreso para ser investido presidente lo que resultó falso como demostró la votación del pasado 4 de marzo.

A lo más, si ningún candidato se declara en condiciones de salir airoso en la investidura -cosa que ya conocerá el Rey una vez que concluya su primera ronda de consultas-, el monarca debería aplazar hasta una nueva ronda de consultas la propuesta de candidato a la investidura en pos de que algún candidato logre el consenso pertinente que permita la elección del nuevo presidente del Gobierno.

Así deben hacerse las cosas en una Democracia Parlamentaria como la española en la que el partido ganador de la elecciones y su líder no han de ser necesariamente -en ello se equivoca el PP- quienes lideren el Ejecutivo si los otros partidos que no ganaron las elecciones consiguen aunar una mayoría que les permita presidir y formar el nuevo gobierno.

Como esto es así esa misma situación exime al partido ganador de las elecciones y a su líder de tener que presentarse obligatoriamente a la investidura para fracasar en el intento. Y en consecuencia poner en marcha el reloj de unas nuevas y terceras elecciones como ocurrió con el fallido intento anterior de Pedro Sánchez.

El mismo líder del PSOE que pretendió inútil y ‘fraudulentamente’ obligar a Rajoy a presentarse a la investidura en la pasada legislatura para dejarlo en evidencia y justificar el que luego fue su demencial y posterior intento de investidura en el que Sánchez con los solos votos del PSOE (90) y Ciudadanos (40) se quedó a 46 escaños de lograr la presidencia y condujo el país a las elecciones del 26-J.

Un Pedro Sánchez que, en pésimas relaciones con el PP y Podemos, se ha instalado en el bloqueo e inmovilismo del PSOE que le hizo perder la presidencia del Congreso de los Diputados. Y un Sánchez que regresa al discurso imperativo de que Rajoy debe presentarse a la investidura aunque no tenga apoyos suficientes lo que constituye una falacia en un sistema parlamentario como el nuestro, carente de toda base jurídica, política y constitucional.

Y no solo eso. Semejante actuación de concurrir a una investidura sin apoyos necesarios sería un fraude democrático que a buen seguro los ciudadanos castigarán en unas nuevas elecciones. Así les ocurrió al PSOE y C’S después de ir juntos a la investidura para perderla y provocar los segundos comicios en seis meses. En el caso que nos ocupa estaríamos en una situación similar con mayor motivo dada la grave crisis institucional, económica y social que atraviesa el país, máxime si por ausencia de pactos España avanza hacia unas terceras elecciones generales en menos de un año.
 
La incertidumbre ante la investidura pone el foco sobre el papel del Rey
La Constitución deja escaso margen de maniobra del jefe del Estado en el proceso

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Felipe VI el pasado 13 de julio en la entrega de premios Rey de España en Madrid. PABLO CUADRA GETTY IMAGES


La inseguridad sobre el desenlace de la investidura vuelve a poner el foco sobre el papel del Rey en la inminente ronda de contactos con los líderes de formaciones con representación parlamentaria. La tarea del Rey en la renovación de las Cortes y en la investidura ha dejado de ser una mera diligencia ritual desde que las elecciones del 20-D afloraron la nueva realidad electoral de España, con una fragmentación en los resultados y en las posiciones de complicada combinatoria. Sin embargo, la solución al atasco político no está en sus manos, sino en la de los partidos.

El fracaso de la legislatura compromete hasta 2017 la agenda internacional del Rey

La figura del jefe del Estado se perfila ante muchas miradas como la clave para salir del callejón sin salida en el que está la política. La incapacidad de los políticos para llegar a acuerdos, a menudo, proyecta expectativas en el jefe del Estado que exceden su cometido. Incluso desde ámbitos interesados se le pide una mayor implicación para que propicie las adhesiones necesarias a fin de que gobierne con holgura el partido más votado. Pero, ¿qué puede hacer, en realidad, el Rey para desmadejar un enredo que, en una Monarquía parlamentaria como la española, radica exclusivamente en los partidos?

Al Rey corresponde “proponer el candidato del Gobierno y, en su caso, nombrarlo, así como poner fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución", como fija el artículo 62 de la Constitución. El artículo 99 desarrolla ese mecanismo, según el cual tras la renovación del Congreso, “previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos” y a través del presidente del Congreso “propondrá un candidato” para la investidura.

En cuanto a la potestad de proponer candidato a la presidencia del Gobierno, según la sinopsis del artículo 62 realizada por el letrado de las Cortes Generales, José Fernando Merino Merchán, su “facultad de propuesta es absoluta y libérrima, solo limitada por las previas consultas con los representantes de los grupos, que a su vez no le vinculan ni le atan su voluntad”, si bien, señala, esa función debe estar influida por la correlación de fuerzas existentes.

RAJOY Y PASTOR URGEN AL INICIO DE LA RONDA[/paste:font]
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, insistió este martes en mantener la fecha del 2 de agosto para el debate de investidura. Tanto él como la nueva presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, manifestaron la urgencia de iniciar el proceso “cuanto antes”. Consideran que esperar a la constitución de los grupos políticos comportaría unos 10 días de retraso, por lo que prefieren que el Rey reciba a representantes de partidos con representación parlamentaria para iniciar antes la ronda de contactos. Pastor entrega este miércoles al Rey la lista de representantes, el paso previo para el inicio del proceso.
En el caso en el que ningún partido haya logrado la mayoría absoluta, como sucede ahora, el poder de propuesta del Rey presenta mayor margen de discrecionalidad (potestad no reglada). La propuesta, en todo caso, debe hacerse “en primer lugar al partido que haya obtenido mayoría absoluta, y en su defecto el que tenga más escaños”. Si los criterios fracasan, es el momento de los candidatos obtenidos por coalición.
Rechazo no previsto

Pero el artículo 99 no estaba preparado para que el candidato al que el Rey proponía para la investidura rechazara el encargo, como hizo Mariano Rajoy tras las elecciones del pasado 20 de diciembre. Entonces el Rey tuvo que hacer uso de esa discrecionalidad ante una situación en la que el PP intentó un atajo constitucional, inspirado en una situación que se produjo en 2003 en la Asamblea de Madrid con el aval del Consejo de Estado, para ir a nuevas elecciones evitando el abrasador tramo del debate de investidura. Una situación cuya repetición en la actual legislatura no está descartada.

En cambio, el Rey se mantuvo pegado a la Constitución. No ofreció por segunda vez a Mariano Rajoy la posibilidad de ir a la investidura porque carecía de votos y había otro candidato dispuesto a intentarlo. En esa situación, un nuevo ofrecimiento a Rajoy habría mantenido el bloqueo institucional, que “no era lo que el país necesita”, según apuntaron entonces fuentes de La Zarzuela. Además, una nueva oportunidad a un candidato sin apoyos frente a otro con posibilidades, habría alejado al Rey de la neutralidad marcada por la Constitución.

El Rey es una instancia persuasiva y de influencia, según la sinopsis de Merino Merchán. Tiene unas funciones arbitrales y moderadoras que se fundamentan en la neutralidad a la que le obliga su permanencia frente a la eventualidad del Congreso, que está en función de los procesos electorales.

“De forma pasiva”

Es lo que los expertos Manuel Fernández Fontecha y Alfredo Pérez de Armiñán, citados por el letrado, han definido como “potestades bloqueantes” para impedir actuaciones contrarias al orden constitucional y “resolver de forma pasiva” tensiones planteadas en el funcionamiento regular de las instituciones. Para los expertos en Derecho Constitucional, esa función de influencia “trasciende el ámbito de sus estrictas atribuciones constitucionales”.

Al Rey concierne facilitar el proceso, pero más allá de las llamadas a la responsabilidad y al entendimiento que pueda hacer en sus audiencias, el desenlace está sustancialmente en manos de los partidos, que deben hacer el recorrido previo antes de ser recibidos por el jefe del Estado. Fuentes de La Zarzuela ya lamentaron en el anterior proceso, de desembocó en una nueva convocatoria de elecciones, que “alguien podía haber acudido con las sumas hechas”. “La solución está en la otra ventanilla”, insisten de nuevo.

http://elpais.com/politica/2016/07/19/actualidad/1468951106_604948.html






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Ay.
No le queda na...
 
http://www.monarquiaconfidencial.co...ion-rey-presidenta-Congreso_0_2750124964.html

21/07/2016

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Los cambios en la recepción del rey a la presidenta del Congreso
1) A diferencia de Patxi López, Ana Pastor acudió con una carpeta. 2) Felipe VI y la ex ministra fueron menos habladores. 3) Nueva decoración en la sala de audiencias.

Felipe VI pondrá en marcha la ronda de consultas con los grupos políticos con representación en las Cortes Generales tras recibir en audiencia a los presidentes del Congreso de los Diputados y del Senado. Pío García-Escudero repitió esta visita, mientras que Ana Pastor se estrenó como presidenta de la cámara baja.

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MonarquiaConfidencial

Como es habitual después de la constitución de las dos cámaras tras las elecciones generales, sus recién elegidos presidentes acudieron al Palacio de la Zarzuela para informar al Jefe del Estado precisamente de que el Congreso y el Senado se han constituido y empiezan a trabajar.

Es la segunda vez en seis meses que Felipe VI celebra estas audiencias: ya lo hizo en enero con Patxi López y Pío García-Escudero.

En esa ocasión, el rey dejó traslucir la buena sintonía que mantiene con López desde que el socialista fue lehendakari del País Vasco entre 2009 y 2012. Si bien las imágenes de su encuentro con Pío García-Escudero fueron más formales, con Patxi López el rey dejó ver una gran sonrisa y durante el posado para los fotógrafos .

Además, durante el posado para los fotógrafos en la sala de audiencias, ambos estuvieron intercambiando comentarios entre risas. Una actitud muy distentida que contrastó con la más comedida y menos habladora que mostró Ana Pastor en su audiencia de este miércoles.

Tras saludar al rey con una inclinación de la cabeza y tendiéndole la mano, Pastor ha mirado a los fotógrafos con una ligera sonrisa pero en silencio, mientras don Felipe daba los buenos días y después, para romper el silencio e invitarla a pasar a su despacho, le dio la enhorabuena y la felicitó por su nombramiento.

Pío García-Escudero se adelantó a su cita
Uno de los elementos que más destacó como diferencia respecto a la primera visita que hizo Patxi López como presidente del Congreso fue la carpeta que llevó Ana Pastor. Cuando fue López, no se le vio llevar ningún documento.

Sin embargo, para simplificar los plazos, la nueva presidenta de la cámara baja ya acudió en esta primera cita con la lista de los portavoces que acudirán a la ronda de consultas. Serán 14 los representantes de los grupos políticos con presencia parlamentaria; como otras veces, ERC y EH Bildu se han negado a enviar representantes.

Esa lista iba dentro de una carpeta, un portafolios de piel color granate con letras doradas del Congreso de los Diputados.

En la doble cita del rey, en esta ocasión hubo un adelanto en los tiempos marcados. Ana Pastor estaba citada a las 11:00 y Pío García-Escudero a las 12:00. Sin embargo, la reunión con la presidenta del Congreso acabó en 40 minutos y ya antes del mediodía el presidente del Senado ya estaba reunido con el Jefe del Estado.

En los seis meses que han pasado desde la anterior cita, la decoración de la sala de audiencias en las que el rey recibe a los presidentes de las Cortes Generales ha cambiado.

Sobre la mesa y la cómoda que se ven en las imágenes hay ahora menos adornos. Se mantiene una figura en un caballo alado, un Premio Goya que le entregaron desde la Academia de Cine, y una reproducción de la Copa Davis de Tenis.

Han desaparecido varias bandejas plateadas y un gran reloj, y ahora se puede ver una figura humana, y un elemento destacado: una pequeña reproducción de la Copa del Mundo que la Selección Española de Fútbol ganó en Sudáfrica en 2010: una figura que antes estaba en la mesa del despacho de Felipe VI.

Un último detalle: el vestido de Ana Pastor -como la corbata de Felipe VI- era verde, el color que en el franquismo se relacionó con los monárquicos al ser sus letras el acrónimo de “Viva el Rey de España”.
 
El PP subido a la parra y no se baja con sus 8 millones de votantes,y los otros 15 millones que han votado a otras opciones,ni le interesa ni cuentan nada.Pues que gobierne para esos votantes, que le han dado su confianza y esos recortes tan guardados, para empezar a cortar y recortar que los saque y empiece a aplicarlos en ellos.Dando ejemplo, como tiene que ser.
Ya van cinco,la tijera...faltan más jejejejee.Lo entiendo,los recortes no gustan y menos si son solo para una parte jajajaja.Con lo bien que se le da a Mariano coger la tijera..se da una maña... que tenía que tener la profesión de peluquero.seguro que tendría muy buenos cortes de pelo,por que tomarnos el pelo se le da de maravilla jejejeje
 
El Rey se equivocó por segunda vez
JUAN FRANCISCO MARTÍN SECO | 04/08/2016


El PP no tiene razón cuando manifiesta que debe gobernar la lista más votada, y están en lo cierto por tanto aquellos que desde las filas socialistas, o sus adláteres, le contestan que estamos en un sistema parlamentario y que alcanza la Presidencia de Gobierno aquel que logra en el Congreso una mayoría absoluta o simple (según sea en la primera o en la segunda vuelta). Pero precisamente por eso no se entiende que Pedro Sánchez se empeñe, tanto en esta como en la pasada legislatura, en hablar del tiempo de Mariano Rajoy, y que dedique la totalidad de la rueda de prensa convocada para dar cuenta de su entrevista con el Rey, a requerir una y mil veces al Presidente en funciones su obligación institucional y constitucional -le faltó decir teológica- de presentarse a la investidura, dando también por supuesto que era obligación del Monarca designarle como candidato. Y todo ello al mismo tiempo que se ratificaba con contundencia en su voto negativo, sin dejar el mínimo resquicio a la abstención, única posibilidad que tiene Mariano Rajoy de alcanzar la investidura. Lo de los independentistas es una broma de mal gusto que no se la creen ni quienes lo proponen.

Parece que el único objetivo de Pedro Sánchez consiste en conseguir que Mariano Rajoy pase por el trance de una sesión de investidura de antemano perdida, sin que le importe demasiado la formación de Gobierno; quizá por eso, mientras reiteradamente insistía en lo que tenía que hacer el Presidente del PP, no dijo una sola palabra de lo que pensaba hacer él para que se forme Gobierno, una vez que la negativa del PSOE a abstenerse bloquea toda posibilidad de que Mariano Rajoy sea investido. Es decir, contestar a lo que le preguntaban una y otra vez los periodistas y que es lo que interesa a los españoles, si va a intentar, tal como le han solicitado algunos de los suyos, un Gobierno con Unidos Podemos y con los independentistas.

La Monarquía, en su misma esencia, presenta un evidente y enorme defecto, consistente en que el puesto de Rey es hereditario y no se somete al voto popular. Por esa razón en las democracias modernas las constituciones pretenden paliar esta tara de origen, atribuyendo al Monarca funciones exclusivamente representativas y vaciando de contenido cualquier otro papel que protagonice. Nuestra carta magna declara al Rey irresponsable, y dispone que cualquier norma que apruebe ha de ser refrendada por un político. Pero como los cortesanos son peores que los reyes, en esta temporada tan incierta en la que nos encontramos con un Gobierno en funciones, no falta quien pretende sacar al Rey de su papel institucional y de la debida escrupulosa neutralidad para asignarle funciones o incluso decisiones que no le competen.

No es solo que Albert Rivera desbarrara afirmando que iba a pedir al Rey que intercediese ante el PSOE para convencer a esta formación de que debía abstenerse en segunda votación en la investidura de Mariano Rajoy, actitud propia de un político imberbe, sino que el papel del Monarca ha sido desnaturalizado en la interpretación que muchos han hecho del artículo 99 de la Constitución, y que ese mal entendimiento ha podido contagiar al mismo Felipe VI.

Hay que comenzar afirmando que debería ser obvio que de ningún modo la propuesta es un acto discrecional del Rey, el cual basándose en su solo juicio o en sus creencias, pudiera designar a quien considerase más conveniente. No obstante, tampoco es el reflejo de un mero automatismo que conduzca al Monarca a tener que designar por obligación al cabeza de la lista más votada. Si esto fuese así, sobraría la actuación del Rey y por supuesto la ronda de consultas.

Pero entre el automatismo y la discrecionalidad existe una vía intermedia que es donde adquieren sentido las entrevistas con el Rey de los representantes designados por los grupos políticos, porque mediante estas consultas el Monarca puede aquilatar quién tiene posibilidades de conseguir la investidura, y por lo tanto quién debe ser designado, sea de la primera fuerza o de la quinta. De todo esto se deduce que las negociaciones entre los partidos deben ser previas a la rueda de consultas y no viceversa. Ahora que han surgido tantos exégetas del artículo 99 de la Constitución, notarán el carácter de inmediatez que el texto concede entre la designación y la sesión de investidura, signo de que la negociación se ha efectuado con anterioridad, al menos en sus partes esenciales.

Saquemos las conclusiones de todo ello:

Primera.- No hay tiempo de Rajoy ni de ningún otro, al contrario de como se han empeñado en convencernos Pedro Sánchez y el PSOE, tanto en la pasada legislatura como en la actual. En un parlamento tan fraccionado como este, nada más conocerse los resultados electorales comienza el tiempo de todos porque todos deben buscar los acuerdos oportunos para formar Gobierno, de manera que pueda llegarse a la ronda de consultas con al menos un germen de Gobierno, que haga posible que el Rey designe al candidato.

Segunda.- En la pasada legislatura, el Rey se equivocó al designar a Rajoy y acertó este al declinar la invitación, puesto que era evidente que ni tenía ni iba a tener los apoyos precisos, una vez que el PSOE había manifestado su firme propósito de no negociar.

Tercera.- Se equivocó también el Rey -o “lo equivocaron”- cuando designó a Pedro Sánchez, sin que hubiese la menor garantía de que contase con los votos necesarios.

Cuarta.- Asimismo, en las pasadas elecciones, Pedro Sánchez nos hizo perder a todos mucho tiempo, porque si su intención era formar Gobierno debería haber empezado desde el primer momento a negociar con Pablo Iglesias, ya que si Rajoy no tenía ninguna posibilidad sin el voto del PSOE, él tampoco la tenía sin la aquiescencia de Podemos. Pero Pedro Sánchez nunca tuvo la intención de negociar de verdad con la fuerza morada, simplemente exigía de ellos un cheque en blanco. En lugar de ello, se empecinó en montar todo un espectáculo, mediante una negociación teatral con Ciudadanos que a nada conducía.

Quinta.- Acertó el Rey cuando tras el fracaso de la investidura de Pedro Sánchez no designó a ningún otro candidato a la espera de que los partidos pudiesen llegar a algún acuerdo, lo que como es palmario no se consiguió.

Sexta.- El Rey se ha equivocado de nuevo al designar a Mariano Rajoy y este también al aceptar la designación, puesto que, dada la negativa del PSOE y de Ciudadanos a emprender cualquier clase de negociación, la investidura es de antemano fallida y la sesión, una farsa. La finalidad de la sesión de investidura no es, como intenta persuadirnos Pedro Sánchez, que comience a contar el plazo de los dos meses de cara a la disolución de las Cortes (esa cursilada de “poner en marcha el reloj de la democracia”), sino la elección de un Presidente. Es verdad que nuestra Constitución tiene una laguna, pero en democracia siempre hay soluciones sin montar pantomimas y sin tener que desfigurar las instituciones. Las Cortes son soberanas y, aun cuando no figure explícitamente en la Constitución, siempre podrán disolverse en caso de bloqueo para convocar nuevas elecciones.

Séptima.- Si la decisión del PSOE de no abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy es firme y no piensa modificarla, y si es verdad que tampoco quiere ir a unas terceras elecciones, Pedro Sánchez tenía que haber dejado de marear la perdiz y desde el primer momento acometer lo que parece ser su auténtico objetivo, el que no se atreve a confesar abiertamente, que es negociar con Podemos y con los independentistas. ¿Para qué todo ese teatro acerca de la investidura de Rajoy? Es un juego infantil el que se traen con ese asunto los líderes del PSOE y de Ciudadanos. Una venganza pueril, que ni siquiera lo es. Se puede pensar lo que se quiera de Pablo Iglesias, pero hay que reconocer que es el único que ha hablado claro desde el principio, exhortando a Pedro Sánchez a negociar nada más saberse los resultados electorales, sin andarse por las ramas, sin esperas y sin encomiendas reales.

www.martinseco.
 
Don Antonio García-Trevijano analiza las próximas terceras votaciones junto a miembros del MCRC de Valencia en una nueva emisión de Periscope. Por tercera vez, la monarquía de partidos volverá a convocar a los súbditos a votar para seguir sin elegir.

García-Trevijano realiza una llamada a la acción a todos los repúblicos que quieren la democracia en España. Además, contesta a las preguntas que le realizan en directo.

Al programa han asistido Josefina Martínez, Sergio Verdú, Luis Soldado, Federico Fernández -miembros del MCRC Valencia-, Helena Bazán y Quique Gallego.

http://www.diariorc.com/2016/08/01/habra-terceras-votaciones-2/
 
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