El retraso de Leonor en la presentación de las FFAA y la Virgen de Covadonga

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El retraso de Leonor en la presentación ante las Fuerzas Armadas y la Virgen de Covadonga
La heredera no ha cumplido aún esos dos compromisos que Felipe VI tuvo con nueve años. Sin embargo, adelantó a su padre en recibir el Toisón de Oro y su propio escudo heráldico

  • Desde que su padre asumió la Corona y ella se convirtió en princesa de Asturias sin inevitables las comparaciones entre Leonor y el rey Felipe VI. Se espera que la heredera vaya asumiendo cada vez un mayor papel público por su condición de princesa, e incluso hay quien critica que lleve cierto “retraso” respecto a la trayectoria pública de su padre.





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Don Felipe, junto al rey Juan Carlos en su alistamiento en el Regimiento Inmemorial del Rey.

MonarquiaConfidencial

Como ocurre desde 2014, en las semanas previas a esta edición de los Premios Princesa de Asturias se especuló y se comentó la posibilidad de que la princesa Leonor acompañara a los reyes Felipe y Letizia, y también a su abuela doña Sofía, en la gala de entrega de los galardones que llevan por nombre el título del heredero de la Corona, y de los que ella es presidenta de honor.

Al no acudir, comenzaron los comentarios de otros años: había quien echaba de menos a la princesa Leonor, y culpaban de su ausencia a la supuesta “sobreprotección” por parte del rey y, sobre todo, de la reina Letizia sobre su hija mayor.

Sin embargo, no hay que olvidar que en la última gala de los Premios Princesa de Asturias celebrada en Oviedo este mes de octubre, Leonor aún tenía diez años. Cumplió once el día 31 de octubre.

Su padre don Felipe pronunció su primer discurso público en la primera entrega de los Premios Príncipe de Asturias, ante sus padres los reyes Juan Carlos y Sofía. Fue en 1981 y tenía 13 años, por lo que si se compara con su hija, a Leonor aún le quedan un par de años antes de dar ese paso.

Don Felipe, soldado con nueve años
Por tanto, la princesa de Asturias no lleva retraso en estos premios; pero sí en otros actos que para su padre supusieron en cierta forma distintos “pasos” en su presentación ante la sociedad española como heredero de la Corona.

Y es que Leonor, ya con once años, no ha cumplido aún dos compromisos que sí cumplió su padre ya con nueve años.

En mayo de 1977, al entonces príncipe Felipe le cortaron el pelo al estilo militar, le visitieron con el uniforme reglamentario y coincidiendo con el Día de las Fuerzas Armadas asistió a un acto en el Cuartel Infante don Juan, en Madrid, en el que fue filiado como soldado de honor del Regimiento Inmemorial nº 1 de Madrid.

Se produjo así lo que puede considerarse como el “bautismo militar” del ahora rey, años antes de efectivamente ingresar en las academias de los tres ejércitos para formarse como militar y futuro capitán general de las Fuerzas Armadas.

Por el momento, la princesa Leonor no ha pasado por este acto simbólico de integración en el Ejército. Sí ha asistido a distintos eventos castrenses, como los desfiles de la Fiesta Nacional del 12 de octubre, además de a una celebración de la graduación de Felipe VI en la Academia General del Aire, en San Javier (Murcia).

La presentación ante la Virgen de Covadonga
También con nueve años don Felipe fue el protagonista de otra visita de gran contenido simbólico para la monarquía. En 1977, hacía dos años que Juan Carlos I ya era rey de España. Sin embargo, no se había promulgado la Constitución con toda la regulación de la Corona.

En enero se publicó un decreto que le nombraba príncipe de Asturias. Y en noviembre la familia real viajó hasta Covadonga para celebrar, en santuario de la Virgen, una misa y una ceremonia en la que el abad le entregó a don Felipe un pergamino que recogía su nombramiento como príncipe de Asturias, mientras que el presidente de la Diputación Provincial de Oviedo le impuso la Cruz de la Victoria asturiana y el llamado tributo de mantillas, cien monedas con la efigie del rey Juan Carlos.

En su momento, en la Casa del Rey se plantearon si realizar este acto en Covadonga para visualizar que Leonor asumía ese título de princesa de Asturias. Por el momento, sin embargo, no ha llegado a realizarse.

Leonor sí adelanta a su padre en dos aspectos
Los reyes tratan de que sus hijas Leonor y Sofía lleven una vida lo más normal posible para su edad, sin verse por el momento muy afectadas por los títulos de princesa e infanta que ostentan. De ahí que no haya habido como tal un acto de presentación de Leonor como heredera.

Eso podría explicar ese retraso en la presentación ante la Virgen de Covadonga y ante las Fuerzas Armadas. Sin embargo, hay que añadir que hay aspectos en los que Leonor no sólo va “atrasada” respecto a su padre, sino que se ha adelantado bastante.

Días antes de que su hija mayor cumpliera diez años, en octubre de 2015 Felipe VI firmó sendos reales decretos: por un lado, concedió a Leonor el collar de la Orden del Toisón de Oro, la condecoración más importante que concede el rey de España; por el otro, se creaba el escudo heráldico propio de la princesa de Asturias, distinto del de su padre como rey pero prácticamente igual que el que tenía como príncipe, y que ya ha empezado a lucir.

Por tanto, Leonor recibió el Toisón de Oro y su escudo de armas con nueve, prácticamente diez años.

Don Felipe, por contra, no fue distinguido con esa condecoración hasta los trece años, en 1981. Y no contó con un estandarte y un guión heráldicos propio hasta el año 2001, es decir, cuando ya contaba con 33 años
 
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El retraso de Leonor en la presentación ante las Fuerzas Armadas y la Virgen de Covadonga
La heredera no ha cumplido aún esos dos compromisos que Felipe VI tuvo con nueve años. Sin embargo, adelantó a su padre en recibir el Toisón de Oro y su propio escudo heráldico

  • Desde que su padre asumió la Corona y ella se convirtió en princesa de Asturias sin inevitables las comparaciones entre Leonor y el rey Felipe VI. Se espera que la heredera vaya asumiendo cada vez un mayor papel público por su condición de princesa, e incluso hay quien critica que lleve cierto “retraso” respecto a la trayectoria pública de su padre.





Felipe-Juan-Carlos-Regimiento-Inmemorial_ECDIMA20161106_0003_21.jpg
Don Felipe, junto al rey Juan Carlos en su alistamiento en el Regimiento Inmemorial del Rey.

MonarquiaConfidencial

Como ocurre desde 2014, en las semanas previas a esta edición de los Premios Princesa de Asturias se especuló y se comentó la posibilidad de que la princesa Leonor acompañara a los reyes Felipe y Letizia, y también a su abuela doña Sofía, en la gala de entrega de los galardones que llevan por nombre el título del heredero de la Corona, y de los que ella es presidenta de honor.

Al no acudir, comenzaron los comentarios de otros años: había quien echaba de menos a la princesa Leonor, y culpaban de su ausencia a la supuesta “sobreprotección” por parte del rey y, sobre todo, de la reina Letizia sobre su hija mayor.

Sin embargo, no hay que olvidar que en la última gala de los Premios Princesa de Asturias celebrada en Oviedo este mes de octubre, Leonor aún tenía diez años. Cumplió once el día 31 de octubre.

Su padre don Felipe pronunció su primer discurso público en la primera entrega de los Premios Príncipe de Asturias, ante sus padres los reyes Juan Carlos y Sofía. Fue en 1981 y tenía 13 años, por lo que si se compara con su hija, a Leonor aún le quedan un par de años antes de dar ese paso.

Don Felipe, soldado con nueve años
Por tanto, la princesa de Asturias no lleva retraso en estos premios; pero sí en otros actos que para su padre supusieron en cierta forma distintos “pasos” en su presentación ante la sociedad española como heredero de la Corona.

Y es que Leonor, ya con once años, no ha cumplido aún dos compromisos que sí cumplió su padre ya con nueve años.

En mayo de 1977, al entonces príncipe Felipe le cortaron el pelo al estilo militar, le visitieron con el uniforme reglamentario y coincidiendo con el Día de las Fuerzas Armadas asistió a un acto en el Cuartel Infante don Juan, en Madrid, en el que fue filiado como soldado de honor del Regimiento Inmemorial nº 1 de Madrid.

Se produjo así lo que puede considerarse como el “bautismo militar” del ahora rey, años antes de efectivamente ingresar en las academias de los tres ejércitos para formarse como militar y futuro capitán general de las Fuerzas Armadas.

Por el momento, la princesa Leonor no ha pasado por este acto simbólico de integración en el Ejército. Sí ha asistido a distintos eventos castrenses, como los desfiles de la Fiesta Nacional del 12 de octubre, además de a una celebración de la graduación de Felipe VI en la Academia General del Aire, en San Javier (Murcia).

La presentación ante la Virgen de Covadonga
También con nueve años don Felipe fue el protagonista de otra visita de gran contenido simbólico para la monarquía. En 1977, hacía dos años que Juan Carlos I ya era rey de España. Sin embargo, no se había promulgado la Constitución con toda la regulación de la Corona.

En enero se publicó un decreto que le nombraba príncipe de Asturias. Y en noviembre la familia real viajó hasta Covadonga para celebrar, en santuario de la Virgen, una misa y una ceremonia en la que el abad le entregó a don Felipe un pergamino que recogía su nombramiento como príncipe de Asturias, mientras que el presidente de la Diputación Provincial de Oviedo le impuso la Cruz de la Victoria asturiana y el llamado tributo de mantillas, cien monedas con la efigie del rey Juan Carlos.

En su momento, en la Casa del Rey se plantearon si realizar este acto en Covadonga para visualizar que Leonor asumía ese título de princesa de Asturias. Por el momento, sin embargo, no ha llegado a realizarse.

Leonor sí adelanta a su padre en dos aspectos
Los reyes tratan de que sus hijas Leonor y Sofía lleven una vida lo más normal posible para su edad, sin verse por el momento muy afectadas por los títulos de princesa e infanta que ostentan. De ahí que no haya habido como tal un acto de presentación de Leonor como heredera.

Eso podría explicar ese retraso en la presentación ante la Virgen de Covadonga y ante las Fuerzas Armadas. Sin embargo, hay que añadir que hay aspectos en los que Leonor no sólo va “atrasada” respecto a su padre, sino que se ha adelantado bastante.

Días antes de que su hija mayor cumpliera diez años, en octubre de 2015 Felipe VI firmó sendos reales decretos: por un lado, concedió a Leonor el collar de la Orden del Toisón de Oro, la condecoración más importante que concede el rey de España; por el otro, se creaba el escudo heráldico propio de la princesa de Asturias, distinto del de su padre como rey pero prácticamente igual que el que tenía como príncipe, y que ya ha empezado a lucir.

Por tanto, Leonor recibió el Toisón de Oro y su escudo de armas con nueve, prácticamente diez años.

Don Felipe, por contra, no fue distinguido con esa condecoración hasta los trece años, en 1981. Y no contó con un estandarte y un guión heráldicos propio hasta el año 2001, es decir, cuando ya contaba con 33 años
Gracias. Claro, en las prebendas siempre nos adelantamos, lo de las obligaciones, ya las asumiremos más adelante, si eso.....
 
yo creo que aqui gran parte de lo que pasa es que Letizia quiere todo el protegonismo y Leonor es su competencia directa..es su hija, si, pero ya todos sabemos las ansias arrolladoras que esta mujer tenia de tener hijos antes de casarse con Felipe que se los quitaba de encima como piojos molestos.. ahora sabe que cuando Leonor comience a tomar protagonismo las portadas iran para ella y no como arribistra con suerte, pero como heredera.
Asi que mejor la tiene oculta y atontada. Ya consiguio que el pueblo no le tenga el afecto (inmerecido) que le tenia a Felipe y las hermanas, que se obtuvo gracias a que los vieron crecer.. la cria es una desconocida a la que tiene que llevar de la mano por que es ...despistada? tonta del bote? timida? daltonica? todos estos interrogantes existen gracias a la actuacion de Letizia con Leonor, y la perseguiran mientras viva.
 
Para mí es evidente que a Leonor la esconden porque algo falla. Sus expresiones faciales y su lenguaje corporal indican que algo no anda bien, y con su hermana al lado el contraste es evidente. Como la madre sabe que a su cuñada Elena toda la vida la han llamado "la tonta", no quiere que a su hija le pase igual, mucho más ahora que hay internet.

Luego se monta esos numeritos de gorras caladas hasta la nariz y gilipolleces semejantes. Y se cree que la gente se traga el cuento de que lo que quiere es proteger su intimidad. Por eso a la niña mayor hay que llevarla de la mano y a la pequeña no. Para proteger su intimidad.
 
Este texto se publicó en El Mundo el 13 de agosto de 2006, unos meses después de nacer Leonor



LA OTRA CRÓNICA
LEONOR TIENE BUENA ESTRELLA...
...PERO SÓLO en lo personal. Como futura gobernanta, los astros no le son propicios. Quizás no llegue a reinar. Si lo hace, será un periodo «turbulento». Lo dice un historiador experto en astrología
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CONSUELO FONT / MARIA EUGENIA YAGÜE / M.M. / ADRIAN SACK. Londres
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La infanta Leonor con sus padres: Don Felipe y Doña Letizia
1. Leonor

Probablemente, a la Infanta Leonor le contarán cuando crezca que su padre contemplaba el firmamento con un telescopio que le regaló su abuela, la reina Federica. Es aún muy pequeña para saber que la posición de esos planetas, estrellas y constelaciones que tanto le gustaba observar al Príncipe de crío, influirá fuertemente en su destino. En el instante de su nacimiento (1.45 de la madrugada del 31 de octubre de 2005) el orden celeste marcó su existencia con una gran contradicción.

Leonor fue dotada de todas las papeletas para convertirse en una gran mujer, seguramente el mejor ser humano de la familia real. Pero en cambio su reinado, si llega a subir al trono -algo que no dejan claro los astros- será bastante turbulento, marcado por crisis, tensiones y una gran inestabilidad.

Eso es lo que desvela la radiografía astral que le ha realizado el astrólogo e historiador Julio Antonio López, que también ha elaborado las de los Príncipes de Asturias y el Rey Juan Carlos.López acaba de publicar Astrología, un libro donde analiza aspectos astrales de personajes como Cervantes, Felipe II, John F. Kennedy o Lady Di entre otros. Por decisión propia no quiso incluir las cartas astrales de la Familia Real, que ahora comenta con CRONICA.

«Pretendía demostrar a través de esos mitos que la astrología no se equivoca, despertando así afán de investigación. Por eso evité incluir personajes vivos que levantaran polémica, alejándome de mi objetivo». En su opinión, los campos de energía planetaria que provocan en la tierra mareas y fenómenos meteorológicos, condicionan a los seres humanos. «Los astros no obligan, pero predisponen: llámese karma o destino, es la suma de condicionamientos que cada uno ha de afrontar».

Sobre el medio cielo o destino de la Infanta Leonor aparece el temible Marte, el planeta belicoso y violento. Marte marcó también el destino del presidente de EEUU Roosevelt, en cuyo mandato estalló la II Guerra Mundial. Y transitaba sobre el medio cielo de George Bush padre cuando, en enero de 1991, se inició la Guerra del Golfo. «La presencia de Marte en el destino de la Infanta es preocupante, existe incluso la posibilidad de que no suba al trono. Si se convierte en soberana, su reinado va a ser bastante conflictivo. Aunque, como los astros le dotan de una personalidad muy positiva, pienso que ella no será culpable, sus problemas vendrán más bien del momento histórico en que tenga que reinar.Deduzco que puede ser una gran soberana a la que le toque jugar un papel difícil. Podría ser un caso parecido al del Papa Clemente VII, cultísimo y de grandes valores humanos, en cuyo pontificado se produjo el saqueo de Roma en 1527», asegura Julio Antonio López.

Además, en la carta astral de la Infanta, Marte aparece también mal aspectado con Neptuno (simboliza las traiciones y conspiraciones), y está ubicado en la Casa VI, que representa lo profesional.Esto la hace proclive a la traición de sus colaboradores. La misma posición astral tenía el cortacabezas de la Revolución Francesa, Robespierre, quien acabó en la horca tras ser traicionado por los suyos. Tampoco la ubicación de Marte en el signo de Tauro es favorable, porque debilita el ardor guerrero de este planeta.En consecuencia, la Infanta tendrá tendencia a que se frustren sus proyectos, y a volcar su energía en cosas que no le aportarán beneficio.

Los astros no han sido generosos con Leonor en su vida pública, pero le han dotado de buena estrella en lo personal, producto de la conjunción entre el Sol y Júpiter, el planeta de la suerte.Lo que, aparte de garantizarle una salud de hierro, le empujará a tener gran corazón y elevados ideales. Además, la luna en Libra le convierte en un ser bondadoso y comunicativo.

La Infanta tendrá al menos dos hermanos, como determinan la posición del Sol y Júpiter en la Casa III, (de los hermanos). Al ser ambos signos masculinos, es probable que alguno sea varón. El que su suerte proceda de la presencia de Júpiter en dicha Casa indica que sus mejores aliados serán sus hermanos. O bien que quien suba al trono será uno de ellos. Su vida sentimental será intensa y pródiga en romances, por la posición de Urano en la Casa VII, que es la del matrimonio y de Venus en la Casa V, la del amor.Y por amor también se casará con una persona inesperada, en una elección aún más sorprendente que la de Don Felipe.

A diferencia de los Príncipes, más cerebrales, en la Infanta predomina de forma aplastante el corazón sobre su cabeza. Su condición de nativa de Escorpio con ascendente Leo le otorga también un carácter fuerte. No será una persona fácil de moldear, ni aceptará imposiciones, lo que a veces dificultará su papel de soberana constitucional, pues tendrá la tentación de intervenir en asuntos de Estado. En su caso, sin embargo, la influencia de Escorpio es de naturaleza positiva, con excelente energía.Al contrario de su pariente Carlos de Inglaterra, marcado por un Escorpio en negativo, que le hace proclive a conflictos y escándalos, patentes en su matrimonio con Lady Di.

Diana Spencer es precisamente uno de los personajes analizados en el libro de Julio Antonio López, por tener el Sol en su Casa VIII (de la muerte). Algo común a quienes fallecen en el zénit de su existencia, o tienen un final impactante que les convierte en mitos. Kennedy compartía este aspecto astral.

Cuando las circunstancias de la muerte son oscuras, los astros pueden arrojar luz. Es el caso de Marilyn Monroe, también citada en el libro. Cuando falleció, tenía dos planetas de carácter violento, Marte y Urano, en la Casa VIII. Esto podría indicar que la sobredosis que la mató no fue ingerida voluntariamente, sino que la asesinaron o indujeron a quitarse la vida. Otra muerte sospechosa que se cita es la del Papa Juan Pablo I. Por su Casa VIII circulaba Neptuno, planeta que representa el veneno o los virus extraños. Esto sugiere que pudo no morir por infarto, sino envenenado.

Una carta astral puede también desvelar tendencias ocultas. Por ejemplo, la conjunción de Venus y Urano en Virgo que tenía Cervantes, se suele dar en personas homosexuales, o con una forma de amar peculiar. Por su parte, Einstein tenía una enorme intuición, similar a un vidente, por la presencia en su destino del sol en Piscis.

Un rey analizado a fondo es Felipe II. Tímido e introvertido, tenía una voluntad de hierro, gracias a la posición de Marte en Escorpio. Leo en su destino le dio ambición, que asomó al suceder a su padre. Julio Antonio López establece un paralelismo entre Carlos V y Felipe II, por un lado, y el Rey Juan Carlos y el Príncipe por otro. Carlos V tenía más carisma que su hijo y, como Don Juan Carlos, era buen político, muy pragmático. Pero Felipe II dio la sorpresa, fue un excelente rey: en su imperio no se ponía el sol.

Algo similar, según este astrólogo, a lo que puede suceder con el Príncipe. Cita las profecías de Nostradamus, que auguran una guerra entre los árabes y Occidente, y hablan de un rey español, el caudillo del Tajo, que liderará el mundo occidental. López piensa que puede ser Don Felipe. «El reinado de su padre, gracias a Júpiter, ha aportado al país prosperidad. El sol en el destino del Príncipe vaticina que pasará a la Historia, y su reinado será una etapa brillante».

LA PRINCESA

Como el Rey, Letizia tiene en su destino al benéfico Júpiter y a la luna, combinación que le hará brillar en su faceta pública, y ejercer bien su papel de Reina. Llamativa en su carta es la conjunción del sol, Marte, Mercurio y Plutón disonantes con Saturno.Esto le proporciona un carácter muy fuerte y enorme personalidad, pero favorece las tendencias autodestructivas, y los periodos depresivos.

EL REY

Su destino lo rige Júpiter, planeta de la suerte, que se hace extensiva a su reinado y le otorga carisma y buen corazón. Su mejor faceta es la pública, pues su ascendente Tauro le convierte en gran relaciones públicas. Nativo de Capricornio, el verdadero Juan Carlos ama el poder y es mucho más autoritario de lo que parece. Saturno en su Casa XII (de los monjes y ascetas) indica que puede abdicar.

EL PRINCIPE

Rigen su destino el sol y la luna en Acuario, lo que probablemente le convertirá en un gran Rey, incluso un líder mundial. En 2020 por la conjunción entre Júpiter, Saturno y Plutón, vivirá un momento estelar. Puede comenzar su reinado, o protagonizar un acontecimiento que le dará proyección mundial. Lo peor de su carta es la presencia de Saturno en su Casa XII, que le hace propenso a ser traicionado.

http://www.elmundo.es/suplementos/cronica/2006/563/1155420003.html
 
El retraso de Leonor en la presentación ante las Fuerzas Armadas y la Virgen de Covadonga
La heredera no ha cumplido aún esos dos compromisos que Felipe VI tuvo con nueve años. Sin embargo, adelantó a su padre en recibir el Toisón de Oro y su propio escudo heráldico

  • Desde que su padre asumió la Corona y ella se convirtió en princesa de Asturias sin inevitables las comparaciones entre Leonor y el rey Felipe VI. Se espera que la heredera vaya asumiendo cada vez un mayor papel público por su condición de princesa, e incluso hay quien critica que lleve cierto “retraso” respecto a la trayectoria pública de su padre.





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Don Felipe, junto al rey Juan Carlos en su alistamiento en el Regimiento Inmemorial del Rey.

MonarquiaConfidencial

Como ocurre desde 2014, en las semanas previas a esta edición de los Premios Princesa de Asturias se especuló y se comentó la posibilidad de que la princesa Leonor acompañara a los reyes Felipe y Letizia, y también a su abuela doña Sofía, en la gala de entrega de los galardones que llevan por nombre el título del heredero de la Corona, y de los que ella es presidenta de honor.

Al no acudir, comenzaron los comentarios de otros años: había quien echaba de menos a la princesa Leonor, y culpaban de su ausencia a la supuesta “sobreprotección” por parte del rey y, sobre todo, de la reina Letizia sobre su hija mayor.

Sin embargo, no hay que olvidar que en la última gala de los Premios Princesa de Asturias celebrada en Oviedo este mes de octubre, Leonor aún tenía diez años. Cumplió once el día 31 de octubre.

Su padre don Felipe pronunció su primer discurso público en la primera entrega de los Premios Príncipe de Asturias, ante sus padres los reyes Juan Carlos y Sofía. Fue en 1981 y tenía 13 años, por lo que si se compara con su hija, a Leonor aún le quedan un par de años antes de dar ese paso.

Don Felipe, soldado con nueve años
Por tanto, la princesa de Asturias no lleva retraso en estos premios; pero sí en otros actos que para su padre supusieron en cierta forma distintos “pasos” en su presentación ante la sociedad española como heredero de la Corona.

Y es que Leonor, ya con once años, no ha cumplido aún dos compromisos que sí cumplió su padre ya con nueve años.

En mayo de 1977, al entonces príncipe Felipe le cortaron el pelo al estilo militar, le visitieron con el uniforme reglamentario y coincidiendo con el Día de las Fuerzas Armadas asistió a un acto en el Cuartel Infante don Juan, en Madrid, en el que fue filiado como soldado de honor del Regimiento Inmemorial nº 1 de Madrid.

Se produjo así lo que puede considerarse como el “bautismo militar” del ahora rey, años antes de efectivamente ingresar en las academias de los tres ejércitos para formarse como militar y futuro capitán general de las Fuerzas Armadas.

Por el momento, la princesa Leonor no ha pasado por este acto simbólico de integración en el Ejército. Sí ha asistido a distintos eventos castrenses, como los desfiles de la Fiesta Nacional del 12 de octubre, además de a una celebración de la graduación de Felipe VI en la Academia General del Aire, en San Javier (Murcia).

La presentación ante la Virgen de Covadonga
También con nueve años don Felipe fue el protagonista de otra visita de gran contenido simbólico para la monarquía. En 1977, hacía dos años que Juan Carlos I ya era rey de España. Sin embargo, no se había promulgado la Constitución con toda la regulación de la Corona.

En enero se publicó un decreto que le nombraba príncipe de Asturias. Y en noviembre la familia real viajó hasta Covadonga para celebrar, en santuario de la Virgen, una misa y una ceremonia en la que el abad le entregó a don Felipe un pergamino que recogía su nombramiento como príncipe de Asturias, mientras que el presidente de la Diputación Provincial de Oviedo le impuso la Cruz de la Victoria asturiana y el llamado tributo de mantillas, cien monedas con la efigie del rey Juan Carlos.

En su momento, en la Casa del Rey se plantearon si realizar este acto en Covadonga para visualizar que Leonor asumía ese título de princesa de Asturias. Por el momento, sin embargo, no ha llegado a realizarse.

Leonor sí adelanta a su padre en dos aspectos
Los reyes tratan de que sus hijas Leonor y Sofía lleven una vida lo más normal posible para su edad, sin verse por el momento muy afectadas por los títulos de princesa e infanta que ostentan. De ahí que no haya habido como tal un acto de presentación de Leonor como heredera.

Eso podría explicar ese retraso en la presentación ante la Virgen de Covadonga y ante las Fuerzas Armadas. Sin embargo, hay que añadir que hay aspectos en los que Leonor no sólo va “atrasada” respecto a su padre, sino que se ha adelantado bastante.

Días antes de que su hija mayor cumpliera diez años, en octubre de 2015 Felipe VI firmó sendos reales decretos: por un lado, concedió a Leonor el collar de la Orden del Toisón de Oro, la condecoración más importante que concede el rey de España; por el otro, se creaba el escudo heráldico propio de la princesa de Asturias, distinto del de su padre como rey pero prácticamente igual que el que tenía como príncipe, y que ya ha empezado a lucir.

Por tanto, Leonor recibió el Toisón de Oro y su escudo de armas con nueve, prácticamente diez años.

Don Felipe, por contra, no fue distinguido con esa condecoración hasta los trece años, en 1981. Y no contó con un estandarte y un guión heráldicos propio hasta el año 2001, es decir, cuando ya contaba con 33 años

es que tener escudo de armas y Toisón de Oro con 9 años es de "una vida lo más normal posible para su edad"
pero no lo es cumplir con los compromisos del título que ostenta
 
Este texto se publicó en El Mundo el 13 de agosto de 2006, unos meses después de nacer Leonor



LA OTRA CRÓNICA
LEONOR TIENE BUENA ESTRELLA...
...PERO SÓLO en lo personal. Como futura gobernanta, los astros no le son propicios. Quizás no llegue a reinar. Si lo hace, será un periodo «turbulento». Lo dice un historiador experto en astrología
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CONSUELO FONT / MARIA EUGENIA YAGÜE / M.M. / ADRIAN SACK. Londres
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La infanta Leonor con sus padres: Don Felipe y Doña Letizia
1. Leonor

Probablemente, a la Infanta Leonor le contarán cuando crezca que su padre contemplaba el firmamento con un telescopio que le regaló su abuela, la reina Federica. Es aún muy pequeña para saber que la posición de esos planetas, estrellas y constelaciones que tanto le gustaba observar al Príncipe de crío, influirá fuertemente en su destino. En el instante de su nacimiento (1.45 de la madrugada del 31 de octubre de 2005) el orden celeste marcó su existencia con una gran contradicción.

Leonor fue dotada de todas las papeletas para convertirse en una gran mujer, seguramente el mejor ser humano de la familia real. Pero en cambio su reinado, si llega a subir al trono -algo que no dejan claro los astros- será bastante turbulento, marcado por crisis, tensiones y una gran inestabilidad.

Eso es lo que desvela la radiografía astral que le ha realizado el astrólogo e historiador Julio Antonio López, que también ha elaborado las de los Príncipes de Asturias y el Rey Juan Carlos.López acaba de publicar Astrología, un libro donde analiza aspectos astrales de personajes como Cervantes, Felipe II, John F. Kennedy o Lady Di entre otros. Por decisión propia no quiso incluir las cartas astrales de la Familia Real, que ahora comenta con CRONICA.

«Pretendía demostrar a través de esos mitos que la astrología no se equivoca, despertando así afán de investigación. Por eso evité incluir personajes vivos que levantaran polémica, alejándome de mi objetivo». En su opinión, los campos de energía planetaria que provocan en la tierra mareas y fenómenos meteorológicos, condicionan a los seres humanos. «Los astros no obligan, pero predisponen: llámese karma o destino, es la suma de condicionamientos que cada uno ha de afrontar».

Sobre el medio cielo o destino de la Infanta Leonor aparece el temible Marte, el planeta belicoso y violento. Marte marcó también el destino del presidente de EEUU Roosevelt, en cuyo mandato estalló la II Guerra Mundial. Y transitaba sobre el medio cielo de George Bush padre cuando, en enero de 1991, se inició la Guerra del Golfo. «La presencia de Marte en el destino de la Infanta es preocupante, existe incluso la posibilidad de que no suba al trono. Si se convierte en soberana, su reinado va a ser bastante conflictivo. Aunque, como los astros le dotan de una personalidad muy positiva, pienso que ella no será culpable, sus problemas vendrán más bien del momento histórico en que tenga que reinar.Deduzco que puede ser una gran soberana a la que le toque jugar un papel difícil. Podría ser un caso parecido al del Papa Clemente VII, cultísimo y de grandes valores humanos, en cuyo pontificado se produjo el saqueo de Roma en 1527», asegura Julio Antonio López.

Además, en la carta astral de la Infanta, Marte aparece también mal aspectado con Neptuno (simboliza las traiciones y conspiraciones), y está ubicado en la Casa VI, que representa lo profesional.Esto la hace proclive a la traición de sus colaboradores. La misma posición astral tenía el cortacabezas de la Revolución Francesa, Robespierre, quien acabó en la horca tras ser traicionado por los suyos. Tampoco la ubicación de Marte en el signo de Tauro es favorable, porque debilita el ardor guerrero de este planeta.En consecuencia, la Infanta tendrá tendencia a que se frustren sus proyectos, y a volcar su energía en cosas que no le aportarán beneficio.

Los astros no han sido generosos con Leonor en su vida pública, pero le han dotado de buena estrella en lo personal, producto de la conjunción entre el Sol y Júpiter, el planeta de la suerte.Lo que, aparte de garantizarle una salud de hierro, le empujará a tener gran corazón y elevados ideales. Además, la luna en Libra le convierte en un ser bondadoso y comunicativo.

La Infanta tendrá al menos dos hermanos, como determinan la posición del Sol y Júpiter en la Casa III, (de los hermanos). Al ser ambos signos masculinos, es probable que alguno sea varón. El que su suerte proceda de la presencia de Júpiter en dicha Casa indica que sus mejores aliados serán sus hermanos. O bien que quien suba al trono será uno de ellos. Su vida sentimental será intensa y pródiga en romances, por la posición de Urano en la Casa VII, que es la del matrimonio y de Venus en la Casa V, la del amor.Y por amor también se casará con una persona inesperada, en una elección aún más sorprendente que la de Don Felipe.

A diferencia de los Príncipes, más cerebrales, en la Infanta predomina de forma aplastante el corazón sobre su cabeza. Su condición de nativa de Escorpio con ascendente Leo le otorga también un carácter fuerte. No será una persona fácil de moldear, ni aceptará imposiciones, lo que a veces dificultará su papel de soberana constitucional, pues tendrá la tentación de intervenir en asuntos de Estado. En su caso, sin embargo, la influencia de Escorpio es de naturaleza positiva, con excelente energía.Al contrario de su pariente Carlos de Inglaterra, marcado por un Escorpio en negativo, que le hace proclive a conflictos y escándalos, patentes en su matrimonio con Lady Di.

Diana Spencer es precisamente uno de los personajes analizados en el libro de Julio Antonio López, por tener el Sol en su Casa VIII (de la muerte). Algo común a quienes fallecen en el zénit de su existencia, o tienen un final impactante que les convierte en mitos. Kennedy compartía este aspecto astral.

Cuando las circunstancias de la muerte son oscuras, los astros pueden arrojar luz. Es el caso de Marilyn Monroe, también citada en el libro. Cuando falleció, tenía dos planetas de carácter violento, Marte y Urano, en la Casa VIII. Esto podría indicar que la sobredosis que la mató no fue ingerida voluntariamente, sino que la asesinaron o indujeron a quitarse la vida. Otra muerte sospechosa que se cita es la del Papa Juan Pablo I. Por su Casa VIII circulaba Neptuno, planeta que representa el veneno o los virus extraños. Esto sugiere que pudo no morir por infarto, sino envenenado.

Una carta astral puede también desvelar tendencias ocultas. Por ejemplo, la conjunción de Venus y Urano en Virgo que tenía Cervantes, se suele dar en personas homosexuales, o con una forma de amar peculiar. Por su parte, Einstein tenía una enorme intuición, similar a un vidente, por la presencia en su destino del sol en Piscis.

Un rey analizado a fondo es Felipe II. Tímido e introvertido, tenía una voluntad de hierro, gracias a la posición de Marte en Escorpio. Leo en su destino le dio ambición, que asomó al suceder a su padre. Julio Antonio López establece un paralelismo entre Carlos V y Felipe II, por un lado, y el Rey Juan Carlos y el Príncipe por otro. Carlos V tenía más carisma que su hijo y, como Don Juan Carlos, era buen político, muy pragmático. Pero Felipe II dio la sorpresa, fue un excelente rey: en su imperio no se ponía el sol.

Algo similar, según este astrólogo, a lo que puede suceder con el Príncipe. Cita las profecías de Nostradamus, que auguran una guerra entre los árabes y Occidente, y hablan de un rey español, el caudillo del Tajo, que liderará el mundo occidental. López piensa que puede ser Don Felipe. «El reinado de su padre, gracias a Júpiter, ha aportado al país prosperidad. El sol en el destino del Príncipe vaticina que pasará a la Historia, y su reinado será una etapa brillante».

LA PRINCESA

Como el Rey, Letizia tiene en su destino al benéfico Júpiter y a la luna, combinación que le hará brillar en su faceta pública, y ejercer bien su papel de Reina. Llamativa en su carta es la conjunción del sol, Marte, Mercurio y Plutón disonantes con Saturno.Esto le proporciona un carácter muy fuerte y enorme personalidad, pero favorece las tendencias autodestructivas, y los periodos depresivos.

EL REY

Su destino lo rige Júpiter, planeta de la suerte, que se hace extensiva a su reinado y le otorga carisma y buen corazón. Su mejor faceta es la pública, pues su ascendente Tauro le convierte en gran relaciones públicas. Nativo de Capricornio, el verdadero Juan Carlos ama el poder y es mucho más autoritario de lo que parece. Saturno en su Casa XII (de los monjes y ascetas) indica que puede abdicar.

EL PRINCIPE

Rigen su destino el sol y la luna en Acuario, lo que probablemente le convertirá en un gran Rey, incluso un líder mundial. En 2020 por la conjunción entre Júpiter, Saturno y Plutón, vivirá un momento estelar. Puede comenzar su reinado, o protagonizar un acontecimiento que le dará proyección mundial. Lo peor de su carta es la presencia de Saturno en su Casa XII, que le hace propenso a ser traicionado.

http://www.elmundo.es/suplementos/cronica/2006/563/1155420003.html
Felipe el pusilánime Un lider ¿mundial?


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La reina ejerce un buen papel?

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TOISONITA comunicativa y difícil de moldear?

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