El príncipe Andrew cumple 60 años. Febrero 19, 2020

El príncipe Andrés, a los 60: de 'sex symbol' a 'sex trouble'
El ojito derecho de la reina Isabel cumple este miércoles 60 años. Pero la jornada, que debería estar cargada de celebraciones, dista mucho de cómo estaba planeada hace unos meses



Foto: El príncipe Andrés, en una imagen reciente. (EFE)


El príncipe Andrés, en una imagen reciente. (EFE)


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A. RODRÍGUEZ
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PRÍNCIPE ANDRÉS
ISABEL II

19/02/2020


60 años. Una cifra redonda que debería celebrarse por todo lo alto, pero que, por lo que parece, va a pasar sin pena ni gloria. Y es que el príncipe Andrés, que cumple este miércoles seis décadas de vida, no está para muchas celebraciones, al menos públicas. Y tampoco su madre, la reina Isabel II, a pesar de que lo ha apoyado desde los comienzos del escándalo Epstein, hace ya años, y sigue haciéndolo tras su dimisión, el pasado noviembre. Pero, claro, hacerlo en la intimidad o en actos estrictamentes familares es una cosa. Y hacerlo públicamente, cuando el nombre del duque de York está en entredicho, otra muy distinta.

Por eso, va a ser un cumpleaños muy diferente del que se había planeado hace unos meses. La cifra no es para menos y se había previsto un gran evento con asistencia de representantes de las diferentes organizaciones que el príncipe Andrés patrocinaba. Pero desde la entrevista que ofreció en la BBC para intentar limpiar su nombre, su imagen ha caído en picado. Así que no hay fiesta de cumpleaños. Primero, porque Buckingham no considera apropiado organizar una fiesta dadas las circunstancias. Pero también porque el número de organizaciones que tenían vínculos con él se ha reducido tanto como su popularidad.



El príncipe Andrés junto a la reina Isabel, en una imagen de archivo. (Reuters)


El príncipe Andrés junto a la reina Isabel, en una imagen de archivo. (Reuters)



Pero no es la única celebración que va a cancelarse. Es costumbre que diferentes organismos, ayuntamientos e instituciones celebren el cumpleaños de los miembros de la familia real con el izado de la Union Jack, además del toque de campanas en honor del cumpleañero que suena en la abadía de Westminster. Pero ya ha habido algunos de ellos que han adelantado que no piensan seguir el protocolo, ya que no les parece adecuado teniendo en cuenta la situación del príncipe. Así que se ha dejado a elección de cada uno de estos organismos que hagan o no el izado de la bandera.

Sin duda, unos honores muy diferentes a los que hubieran tenido lugar hace unos años, cuando el príncipe Andrés gozaba del favor de los británicos. Era uno de los miembros más populares de la familia real y contaba con todos los privilegios propios de Buckingham, pero sin la responsabilidad que sí tiene su hermano, el príncipe Carlos, por ser el heredero de la Corona. Con su participación en 1982 en la guerra de las Malvinas a bordo del portaaviones HMS Invincible se apuntó unos cuantos tantos, no solo de cara a la opinión pública, sino también de cara a sus padres.

Era un cotizado y envidiado soltero cuando se prometió con Sarah Ferguson, que no tardó en conquistar al pueblo con su espontaneidad. Parecían la pareja perfecta, protagonistas de una boda de cuento de hadas, hasta que, años después, empezaron los problemas que terminaron con la ruptura del matrimonio, pero no con la amistad de la pareja, que ha seguido compartiendo momentos familiares e incluso vacaciones, dando pie a insistentes rumores sobre una posible reconciliación que sería muy bien acogida por la opinión pública.



Sarah Ferguson y el príncipe Andrés, en una imagen de archivo. (Getty)


Sarah Ferguson y el príncipe Andrés, en una imagen de archivo. (Getty)



Pero las malas decisiones y, sobre todo, las cuestionables compañías con las que se ha dejado ver a lo largo de su vida han hecho que la imagen que se tenía del príncipe Andrés sea radicalmente opuesta. Y es que, además de su relación con Jeffrey Epstein, también su amistad con Peter Nygard, un empresario acusado de abusos sexuales y ped*filia, ha hecho que el duque de York vuelva a estar en el punto de mira de los medios de comunicación, que ya lo señalaban también hace unas semanas, cuando el FBI afirmaba que no había colaborado con la investigación del caso Epstein, como prometió en esa comentada y polémica entrevista que supuso un antes y un después en su vida.

Ahora bien, lo que no ha cambiado es la relación que Andrés tiene con su madre. Desde su nacimiento, Andrés ha sido el ojito derecho de Isabel II. Nació cuando ella ya era reina y sus largos viajes para presentarse a los países de la Commonwealth habían acabado, con lo cual tuvo más tiempo para dedicarle a él y a su hermano pequeño, el príncipe Eduardo. Pero también su nacimiento se veía como el fortalecimiento de su matrimonio con Felipe de Edimburgo, que en ese momento no pasaba por sus mejores momentos. Eso sí, por mucho favoritismo que tenga hacia su hijo, la Corona va primero, y ni siquiera cumplir 60 años va a provocar que la reina Isabel dé un solo paso en falso.



La reina Isabel y el príncipe Andrés, en una imagen de archivo. (Reuters)


La reina Isabel y el príncipe Andrés, en una imagen de archivo. (Reuters)


 
FELIZ CUMPLEAÑOS? EL PRÍNCIPE ANDRÉS CUMPLE LOS 60 AÑOS MÁS TRISTES DE UN ROYAL

El tercer hijo de la reina Isabel II no tendrá en su aniversario banderas, ni un ascenso militar y apenas invitados




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POR JAVI SÁNCHEZ
19 DE FEBRERO DE 2020



Campana y se acabó. El tañido del metal en la Abadía de Westminster será la única celebración más o menos sonada del 60º cumpleaños del príncipe Andrés, despojado de todas las pompas esperables en un hijo de la reina. Ni las banderas británicas enhiestas; ni el ascenso militar previsto –al que Andrés renunció "hasta la reincorporación al servicio público"–; ni siquiera los invitados previstos a una fiesta de cumpleaños con etiqueta de cóctel, pero a la que se le ha quedado un dress code de tristeza.

Son las consecuencias de la ignominia. De la sospecha de que Andrés se benefició del círculo de explotación sexual adolescente elaborado por su amigo, el pederasta convicto Jeffrey Epstein. Y, sobre todo, de la desastrosa entrevista pública en la que, más que defenderse, se mostró como un aristócrata torpe y aún más divorciado de la realidad que de Sarah Ferguson. La retirada como miembro en activo de la Familia Real –los royals que actúan en nombre de la reina y que cobran por ello– y el perfil bajísimo, rozando el ostracismo, que se le ha impuesto al duque de York, han convertido su cumpleaños en un acto deslucido.

Hace ya unos días que el propio Andrés anunció que había pedido voluntariamente que se retrasase el ascenso militar que se le confiere automáticamente a los miembros de la realeza. Al príncipe, orgulloso servidor de la Marina Real Británica hasta principios de siglo, le habría tocado a los 60 años convertirse en almirante. Pero, hasta que se calmen las turbias aguas, si lo hacen, le tocará conformarse con el vicealmirantazgo que obtuvo a los 55 años.

En cuanto a las banderas, cada institución elegirá si ondear a todo trapo la Union Jack en honor del príncipe. Una libertad que supone un cambio a una tradición casi inamovible –hay un calendario de días en los que ondear la bandera obligatoriamente, y el 19 de febrero estaba en ese calendario–, y que indica la precaria situación pública en la que se mueve ahora Andrés de Inglaterra. Por último, la prensa británica filtraba que la fiesta privada de cumpleaños, para las que se habían emitido invitaciones detallando la etiqueta y la celebración, no ha conseguido reunir a los invitados esperados.

Al RSVP sólo ha contestado sin dudas su familia cercana, sus hijas y las parejas de éstas, incluyendo a su yerno actual -Jack Brooksbank, marido de Eugenia de York- y su inminente yerno, Edoardo Mapelli Mozzi, el prometido de Beatriz. Fuera de la sangre, nadie quiere celebrar hoy la figura de Andrés. Y los días para rehabilitar su imagen corren en su contra: de ello depende la ya mancillada boda de su hija Beatriz de York.

 


Sarah le es leal hasta la muerte. Se merece que Andrew se vuelva casar con ella. Son tal para cual.

Hace años que estaba esperando su 60 cumpleaños para felicitarlo por escrito pero visto el escándalo no se lo merece y además ha cerrado su oficina....veremos a ver dónde hay que escribir para felicitar a Bea cuando se case...a Buckingham directamente y listo....Bea responderá de puño y letra como cuando su compromiso y con foto incluida.
 
Sarah le es leal hasta la muerte. Se merece que Andrew se vuelva casar con ella. Son tal para cual.

Hace años que estaba esperando su 60 cumpleaños para felicitarlo por escrito pero visto el escándalo no se lo merece y además ha cerrado su oficina....veremos a ver dónde hay que escribir para felicitar a Bea cuando se case...a Buckingham directamente y listo....Bea responderá de puño y letra como cuando su compromiso y con foto incluida.
Andrés tampoco la ha dejado nunca en la estacada. La recogió, le limpio las cuentas y le busco casa en Suiza cuando el escándalo del periodista y el medio millón por vender favores de su esposo. Esos dos envejecen juntos.

Bea más allá de sus tonterías y pavadas, parece realmente un encanto de chica. Dulce, educada y siempre agradecida con todo el mundo no se de dónde saco un carácter tan buenos.
 
Sei que Andrew meteu os pés pelas mãos em muitos sentidos...MUITOS
Mas ele na minha opinião de todos os Windsor foi o bebe mais bonito, e também foi um homem muito atraente.
A foto que Sarah publicou está muito bonita, e a que Eugenie publicou se colocasse uma peruca não saberíamos identificar se era Andrew ou Bea
 

Eso es ser noble, no sólo de sangre, sino también de espíritu, la princesa Eugenia ha felicitado a su padre por Instagram, apuesto a que Bea también lo ha hecho, sólo que su cuenta es privada.

La advenediza de Meghan debería de tomarse un ejemplo de estas chicas, en lugar de despreciar a su propio padre que no está metido en ningún escándalo de la envergadura del que se ha metido el pocas luces de “Randy Andy”!
 
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