El “Porqueyolovalguismo”: la filosofía del narcisista aplicada a la vida diaria

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El “Porqueyolovalguismo”: la filosofía del narcisista aplicada a la vida diaria
Personas que exhiben su superioridad moral y se arrogan derechos ajenos. Así son.
por Alex Grandío

Hemos hablado en varias ocasiones sobre el narcisismo. Esta forma de ser cercana a lo patológico hace referencia a aquellas personas cuya admiración por sí mismas es exagerada.

Desde luego, esta forma de pensar también cristaliza en acciones y actitudes palpables en el día a día. Tal como rezaba el clásico eslogan de la marca de champú L’Oreal, son individuos que se mueven por la vida haciendo ostentación de la máxima “porque yo lo valgo”. De ahí nace el concepto de “porqueyolovalguismo”, que me detendré a explicar en el artículo de hoy.

Oportunidades y contexto

Contextualicemos. Tanto en España como en la mayoría de naciones latinoamericanas, hemos sufrido graves crisis económicas que nos han sumido en una coyuntura cultural donde un puesto de trabajo es casi una bendición. Con una tasa de desempleo superior al 25% y de casi el 50% en los jóvenes en el sur de Europa, no es de extrañar que su mentalidad respecto al trabajo haya mutado.

En el contexto anterior, de relativa abundancia de oportunidades laborales, los trabajadores tenían la posibilidad de rechazar ciertas ofertas que no cumplieran con ciertos requisitos (sueldo, horario, lejanía)... Los trabajadores podían no aceptar ciertos empleos que no les supusiera un estímulo; a fin de cuentas en cuestión de poco tiempo podrían encontrar algo más acorde a sus preferencias y exigencias. Tras los estragos de la crisis, la situación ya no es así.

Desgraciadamente, y hasta que no exista una Renta Básica Universal que garantice la subsistencia material de los ciudadanos, tenemos que seguir trabajando “de lo que sea” para poder mantenernos. En un escenario de escasez total de oportunidades laborales, esta mentalidad ha desaparecido casi por completo: nos vemos totalmente abocados a aceptar cualquier propuesta laboral, aunque la remuneración u otras características de la oferta sean de nuestro desagrado.

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El “porqueyolovalguismo” en la cultura del no-esfuerzo

Por supuesto, que exista una imperiosa necesidad de aceptar cualquier oferta laboral es una muy mala noticia para nuestra sociedad. Es un claro síntoma de que un país no cuenta con el suficiente desarrollo del tejido productivo como para proveer de variedad de propuestas y proyectos (laborales y de vida) a sus ciudadanos.

¿Cómo reaccionamos ante esta situación? La mayor parte de gente intenta adaptarse a esta nueva realidad y, resignados, asumen que no hay más remedio que tirar adelante y aceptar “lo que haya”. Es una mentalidad que corre el riesgo de caer en lo que el psicólogo Bertrand Regader califica como ‘síndrome del esclavo satisfecho’, esto es, en un neuroticismo adaptado para con una situación directamente inaceptable.

En el otro extremo nos encontramos el “porqueyolovalguismo”. Individuos que, básicamente, creen que merecen todo lo mejor y que no están dispuestos a aceptar que su empleador no les pague aquello que creen merecer. Son individuos que tienen un altísimo concepto de sí mismos, hasta el punto de mostrar tendencias agresivas ante aquel que no reconozca y alabe sus supuestas ‘cualidades’; personas que creen que este planeta ha sido puesto a su disposición para su completo goce y disfrute, para que puedan esquilmar de él cuantos mayores beneficios posibles y, a poder ser, a un coste de esfuerzo personal equivalente a cero.


Hablamos de un síntoma no solo presente en el ámbito laboral, sino generalizado a prácticamente todos los aspectos de la vida en la que el individuo “porqueyolovalguista” pueda ostentar su tan peculiar forma de ser.

Las actitudes del individuo “porqueyolovalgo”

No vamos a ponernos a buscar culpables o causantes, porque no consideramos que sea la función de este escrito. Sin embargo, no sería descabellado apuntar que, en el mundo globalizado donde vivimos (en el que conceptos como “privacidad” o “intimidad” han quedado relegados al olvido), las redes sociales hayan influido a la hora de acentuar el comportamiento de muchas personas que ya de por sí tenían tendencia a un ego subido.

La posibilidad de publicar nuestras experiencias en plataformas como Facebook, Instagram o Twitter ha provocado un cambio en las necesidades de estas personas ansiosas por la aprobación ajena: la búsqueda de “likes” o comentarios positivos de los amigos en las RRSS en fotos, comentarios u opiniones personales contribuyen a engrandecer el ego y la autoestima de aquellos que lo reciben, con lo cual se refuerza la posibilidad de repetir la acción en el futuro, siempre con la mentalidad de conseguir cuanta más repercusión posible.

Cuanta más atención recibida, más motivos tendrán estas personas para asumir que deben contar más acerca de ellos mismos y mostrar el mayor número de aspectos ‘relevantes’ de su día a día que puedan, en una fantasía asumida de que sus “seguidores” están ansiosos por conocer qué nuevas hay en la vida del “porqueyolovalgo”.


Protagonistas de su propia vida… y de la de los demás

En su mentalidad, en la que son los protagonistas absolutos y todo gira alrededor de ellos, los “porqueyolovalgo” legitiman su soberbia basada en una falsa creencia (pero muy real para ellos) de que hay que darles las gracias por haber existido y por obsequiar a los demás con su mera presencia, como una nueva forma de vasallaje en pleno siglo XXI, en la que se espera que nos inclinemos y besemos el suelo que pisan y aplaudamos todas sus conductas por muy reprobables que sean.

Como decimos en España, estos sujetos están “encantados de conocerse”, que es la expresión por antonomasia que cataloga y define la actitud ante la vida de aquellos que consideran que su forma de pensar, criterio, competencia o talento es mejor que los del resto.

A modo de conclusión: rechazando la superioridad moral

Por supuesto, este texto no tiene como objetivo poner en el punto de mira a aquellas personas que se quieren a sí mismas o consideren que pueden contribuir en la sociedad en la que se integran. Hay que distinguir entre una autoestima sana y una autoestima hinchada y exagerada.

Lo reprobable de los individuos “porqueyolovalgo” es su tendencia a exhibir su superioridad moral respecto a las demás personas. El libre albedrío no puede justificarse ciegamente en un contexto de convivencia y compartición de espacios comunes y recursos. Como decíamos al comienzo de este escrito, aunque muchos consideren que pueden disponer a placer del mayor número de beneficios sin hacer ninguna contribución al respecto (no sabemos si por falta de sensibilidad, madurez, empatía o pura y simple inconsciencia), los demás no estamos obligados ni deberíamos permitir que haya sujetos que pisoteen nuestros derechos o intenten justificar sus privilegios en base a su soberbia.


Alex Grandío
Psicólogo forense en Barcelona

Graduado en Psicología por la Universitat de Barcelona. Master en PsIcología Forense y Criminal. Trabajó como psicólogo voluntario en el Centre Penitenciario de Hombres de Barcelona, realizando la conducción de grupos de tratamiento de deshabituación de drogas y promoción de hábitos de vida saludables; además de efectuar las entrevistas de seguimiento de los miembros de dichos grupos y de llevar a cabo entrevistas de valoración para futuras incorporaciones a dichos grupos. Actualmente opositando para entrar a trabajar en el ámbito penal de la Generalitat de Catalunya.

https://psicologiaymente.net/personalidad/porqueyolovalguismo-filosofia-narcisista
 
Última edición por un moderador:
Serendi, te felicito. Pones temas muy interesantes y sesudos. La verdad es que este foro está alcanzando un nivel muy alto.
Gracias @Zoe , buenas noches, nunca había coincidido contigo en estos Foros; pues por mi encantado, siempre hay una primera vez.
Tus palabras son un estímulo para continuar con la línea que desde el 3 de junio pasado, he seguido. Instruir Deleitando. Y transmitir lo poco o mucho que sepa a la gente; ten en cuenta que son muchos años viendo, escuchando, leyendo y empapándome de la cultura y el ocio relativo a cada época histórica. Bueno, te mando un afectuoso saludo, por aquí sigo. Serendi,
 
Ah sí...el tipo de personas que presumen en plan "yo soy muy directa y a quien no le guste..."
en facebook se caracterizan por poner cartelitos con indirectas,así que de directos nada,compartir el horoscopo del día en plan "Leo puede ser muchas cosas pero es un diamante en bruto" y siempre "muy ocupados" amigos de muchos y de ninguno...hablamos de esos?:ROFLMAO:
 
Ah sí...el tipo de personas que presumen en plan "yo soy muy directa y a quien no le guste..."
en facebook se caracterizan por poner cartelitos con indirectas,así que de directos nada,compartir el horoscopo del día en plan "Leo puede ser muchas cosas pero es un diamante en bruto" y siempre "muy ocupados" amigos de muchos y de ninguno...hablamos de esos?:ROFLMAO:
A la gente que va de sincera escupiendo verdades (las suyas) por la vida,les joroba muchísimo que los demás tambien le escupan sus verdades,ellas pueden los demás mejor abstenernos,anda y que les den.
 
Ah sí...el tipo de personas que presumen en plan "yo soy muy directa y a quien no le guste..."
en facebook se caracterizan por poner cartelitos con indirectas,así que de directos nada,compartir el horoscopo del día en plan "Leo puede ser muchas cosas pero es un diamante en bruto" y siempre "muy ocupados" amigos de muchos y de ninguno...hablamos de esos?:ROFLMAO:


Sueltan indirectas para que el resto se de por aludidos y al resto normalmente sus neuras no les importan un carajo. Ególatras de la vida.
 
10 tipos de narcisismo: Las diferentes caras de las personas narcisistas
Trastornos psicológicos



La palabra narcisismo se ha colado en la cultura popular para referirse a personas que se aman demasiado a sí mismas y buscan constantemente la atención y los halagos de los demás. Son personas excesivamente volcadas en sí, con una escasa empatía.
En realidad, una dosis de amor propio es imprescindible. Necesitamos valorarnos y querernos lo suficiente. Una autoestima sólida es la base para mantener el equilibrio emocional y ser exitosos. No obstante, hay ocasiones en las que esa autoestima se encuentra artificialmente elevada y la persona necesita admiración constante. Entonces se hace referencia al narcisismo, que puede llegar a convertirse en un trastorno de personalidad, acompañado con comportamientos desadaptativos que terminan provocando daños en las relaciones interpersonales.
Las personas que sufren un Trastorno Narcisista de la Personalidad muestran un patrón de grandiosidad desarrollan una actitud profundamente egocéntrica, creen que son de vital importancia en la vida de todo el mundo. Carecen de la flexibilidad mental suficiente como para darse cuenta de que todos somos importantes para algunos e intrascendentes para otros.
Características de las personas narcisistas
La personalidad narcisista se caracteriza por:

- Sentimientos de grandeza y prepotencia. La persona narcisista suele exagerar sus logros y talentos, generalmente con el objetivo de que los demás lo reconozcan y alaben, aunque en realidad no tenga éxito.
- Sufre fantasías de éxito, poder, brillantez o belleza que no tienen respaldo en la realidad, lo cual le conduce a vivir en una especie de “mundo alternativo” donde todo es perfecto.
- Cree que es “especial” y único, lo cual le lleva a despreciar a los demás y querer relacionarse solo con aquellas personas que tienen un elevado estatus y se encuentran “a su altura”.
- Experimenta una necesidad excesiva de admiración, sin la cual se siente hundido y/o incomprendido.
- Muestra expectativas no razonables, espera recibir un tratamiento especial sin haber hecho nada para merecerlo, lo cual se traduce en una actitud arrogante y de superioridad.
- Explota las relaciones interpersonales, se aprovecha de los demás para alcanzar sus propios fines o satisfacer sus necesidades.
- Carece de empatía, no está dispuesto a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
- Cree que los demás lo envidian por sus supuestos éxitos o talentos.
Tipos de narcisismo
A grandes rasgos, se puede hacer referencia a tres grandes tipos de narcisismo según la forma de buscar la admiración y atención:
- Narcisista exhibicionista, el cual necesita la admiración de los demás y, para ello, no duda en exagerar o inventar sus logros y/o talentos.
- Narcisista introvertido, el cual busca la atención de los demás asumiendo el rol de víctima, mediante estrategias de manipulación sutiles.

- Narcisista tóxico, el cual satisface sus necesidades de admiración a través del control, el poder y el acoso, haciendo sentir a los demás inferiores.
Estos tipos de narcisismo se despliegan en perfiles personológicos más específicos:
1. Narcisista dependiente emocional
Este tipo de narcisismo se caracteriza por una extrema “vulnerabilidad”. Esta persona narcisista experimenta una enorme necesidad de amor, que no se satisface con nada. Es como un pozo sin fondo que nunca se llena. Simplemente cree que no recibe suficiente amor, se siente satisfecho fugazmente con la atención de los demás pero luego vuelve a experimentar ese vacío de aprobación y cariño. En la base de este comportamiento se esconde un profundo miedo al rechazo y el abandono, por lo que el narcisista se aferra a la dependencia. Para satisfacer esas necesidades, no tiene reparos en manipular a los demás. Sus demandas emocionales son cada vez mayores, por lo que su pareja y personas cercanas se drenan emocionalmente para intentar nutrir, confortar y sostener ese “yo” tan necesitado de afecto.
2. Narcisista tirano
Este tipo de narcisismo se aferra al poder porque tiene una necesidad insaciable de dominio y autoridad. Esta persona se comporta de manera arrogante, cree que es superior, suele despreciar a los demás y los trata como si fueran “inferiores”. Piensa que siempre tiene la razón y necesita tener el control de la situación, por lo que su mera presencia suele ser opresiva. Cuando un narcisista así toma el poder, le hace la vida imposible a sus subordinados. Cuando tiene una relación de pareja, la usa como un trofeo. Generalmente cosifica a las personas, quienes son un mero medio para demostrar su poder y satisfacer sus necesidades de autoridad. Esta persona narcisista es muy posesiva, hasta el punto de caer en el abuso. Y no duda en usar el desprecio para que los demás se sientan como perdedores, demostrando así que es un ganador.
3. Narcisista elitista
Este tipo de narcisismo se caracteriza por una percepción exagerada del “yo”. En su mente, es la persona más poderosa, influyente e importante que existe en el mundo. Para asegurarse de que los demás lo saben y le rindan pleitesía, no se cansa de pregonar sus supuestos éxitos y logros. Generalmente exagera su importancia porque quiere despertar envidia o admiración. Esta persona narcisista siempre da su opinión, incluso cuando no la pidan, y cree que sabe más que nadie, sin importar el tema que se trate. Suele pensar que está destinada a lograr grandes cosas y que merece grandes cosas, aunque no haga nada para conseguirlas. A menudo puede tratarse de una persona carismática, por lo que puede atraer a su “órbita” a muchos admiradores, quienes finalmente terminan dándose cuenta que se “trata de mucho ruido y pocas nueces”.
4. Narcisista fantasioso
Esta persona narcisista desarrolla fantasías muy elaboradas, hasta el punto que prácticamente toda su vida transcurre en su mundo interior. Cree que el mundo real se inmiscuye en su mundo perfecto, lo cual le genera frustración y resentimiento. Percibe que la realidad es fría y dura, por lo que tiende a evitarla y solo encuentra gratificación en su mundo ideal, donde es una persona perfecta, tiene un trabajo perfecto y relaciones perfectas. Cuando esta persona se relaciona con los demás, cuenta su mundo interior como si fuera real, por lo que miente reiteradamente. Suele inventarse una vida ficticia para despertar la envidia y la admiración de los demás. Y no reconoce sus mentiras ni siquiera cuando se le pone frente a frente con la realidad, siempre busca una excusa para apuntalar sus fantasías.
5. Narcisista somático
Verse bien y estar en forma es importante para la salud, pero este tipo de narcisismo va un paso más allá porque implica una obsesión con el cuerpo y la belleza. La escala de valores de esta persona se reduce a la imagen, la moda, la belleza, la juventud y el glamour. Necesita que lo admiren por sus características físicas ya que su autoestima está indisolublemente ligada a su imagen corporal. Esta persona narcisista suele ser muy perfeccionista y dedica muchísimo tiempo a sus rituales de cuidado corporal y belleza. El problema es que también aplica ese patrón a los demás y los valora según su aspecto físico. También piensa que se merece todo debido a su belleza y forma física.
6. Narcisista antagonista
Se trata de un tipo de narcisismo común, cuya rabia hierve a fuego lento bajo la superficie. Su infelicidad se manifiesta con una creciente hostilidad hacia todos. Para esta persona narcisista, siempre existe un enemigo dispuesto a hacerle daño. A menudo experimenta episodios de furia explosiva con causas “irracionales”, desconcertantes o inexplicables. Generalmente se trata de una violencia verbal, “azota” con sus palabras a las personas cercanas causándoles mucho daño. Detrás de este comportamiento se esconde una hipersensibilidad, por lo que cuando esta persona no recibe los elogios y admiración que esperaba, puede interpretar cualquier palabra como un insulto o un menosprecio a su valía. Toma todo como un ataque personal, lo que provoca su ira. Esa afectación del “yo” se denomina lesión narcisista.
7. Narcisista embaucador
Este tipo de narcisismo muestra la mejor cara. La persona es encantadora, atractiva y amable. Al menos al inicio. Desafortunadamente, este atractivo es tan solo un barniz que esconde una personalidad mucho más turbia. Detrás de los mensajes de “confía en mí” se esconden intenciones maliciosas. En realidad, el narcisista quiere ganar la confianza de los demás para usarlos a su favor. Practica una especie de “vandalismo emocional” cuyos daños son tan terribles que a menudo a sus víctimas les cuesta años recuperarse y volver a confiar en otra persona. Este narcisista usa su encanto para encandilar a los demás y drenarlos.
8. Narcisista mártir
En este tipo de narcisismo, el sufrimiento lo es todo. La identidad personal de este narcisista se construye alrededor del dolor, ser una víctima o incluso un sobreviviente. El sufrimiento justifica su necesidad de atención y sus demandas parásitas que dan pie a relaciones desequilibradas y explotadoras. Obviamente, esta persona acarrea un enorme equipaje emocional. El dolor del pasado nunca pasa. Contamina el presente con ese sufrimiento que, en su mente, lo convierte en una persona excepcional. Relacionarse con este tipo de narcisista puede llegar a ser muy complicado ya que nunca satisface las necesidades de apoyo que todos tenemos sino que reclama constantemente apoyo y atención porque nadie ha sufrido más, ni lo pasa peor. Cuando se le niega esa atención, no vacilará en lanzar acusaciones para generar un sentimiento de culpa que le permita seguir siendo un mártir.
9. Narcisista mesiánico
Este tipo de narcisismo se basa en el “elevado nivel moral”. Se trata de personas narcisistas que se consideran más útiles, buenas y amables que los demás, por lo que suelen mirar a todos por encima del hombro y criticarles. Creen que son una especie de Mesías. No dudan en contar todas sus “hazañas” morales para recibir elogios de los demás. Se presentará como un salvador, pero en realidad su ayuda aparentemente desinteresada trae implícitas muchas condiciones. Esta persona no dudará en reclamar los favores y en exigir una pleitesía constante por su supuesto “sacrificio”, por lo que la relación se convierte en una deuda permanente.
10. Narcisismo vengativo
Se trata de uno de los tipos de narcisismo más peligrosos. Generalmente esta persona actúa desde las sombras, usando la manipulación para destruir a los demás. Para sentirse superior, esta persona necesita aplastar a los demás. Por eso no tienen reparos en crear conflictos a su paso o inventar mentiras que afecten a sus competidores. Puede llegar a hacer cualquier cosa con tal de que sus “enemigos” caigan. En vez de intentar crecer y mejorar, este narcisista sufre el Síndrome de Procusto y desprecia a todo aquel que sobresale, por lo que intentará ponerles la zancadilla y difamarlos para dañar su reputación. Así podrán ser ellos el centro de atención y admiración.

La persona narcisista necesita buscar ayuda psicológica ya que ese profundo egocentrismo daña a quienes le rodean y genera infelicidad. Estos son algunos consejos sobre cómo tratar a un narcisista sin perder el equilibrio psicológico.
https://www.rinconpsicologia.com/2018/07/tipos-narcisismo.html
 
«El perverso narcisista busca la normalidad dentro de su barbaridad»
Ángela Lara | 03/10/16

Entrevista a Jean-Charles Bouchoux, psicoanalista, psicoterapeuta y escritor del libro «Los perversos narcisistas», de la editorial Arpa

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-¿Quién es el perverso narcisista?

-Es alguien que tiene miedo a caer en la psicosis, por lo que emplea mecanismos de defensa psicológica, pero de tipo especial, muy proyectivo, y va a intentar, sin darse cuenta, hacer soportar a otra persona las cosas que él no soporta.

– ¿Sería un sinónimo de maltratador psicológico?

–Maltrata a alguien, sí, pero sin que la víctima se de cuenta, intentando que se viva como algo normal. Es un maltrato, pero «porque la víctima se lo merece». «Quien bien te quiere, te hará llorar», ese es su lema.

–¿Cómo se explica la conducta del perverso narcisista?

–Es una persona como los psicóticos, que no soporta los conflictos internos, así que cada conflicto que puede encontrar en sí mismo lo proyecta en el otro. No conoce la culpabilidad. Busca una forma de normalidad en su barbaridad.

– ¿Hay algo en su infancia que le haga ser así o es un rasgo de su personalidad?

–El perverso narcisista ha tenido un fantasma de omnipotencia cuando era niño. En general viene de la ausencia del padre o que hay un padre pero inconsistente. Por ejemplo, una madre que duerme con su hijo en la cama y envía al padre a dormir al sofá y ese niño se convierte en alguien omnipotente, más potente que su padre. Y realmente es omnipotente, al menos en el pensamiento y en el discurso de su madre

–Pero, ¿qué relación puede haber entre la ausencia, ya sea física o emocional, de un padre y el ser un perverso narcisista?

–Porque él tiene la impresión de ser omnipotente y más fuerte que la ley. Él es quien tiene la ley. Está al límite del psicópata.

–¿Cuáles son las herramientas del perverso narcisista para manipular a la otra persona?

-Hay una primera parte que es de seducción. Te va a decir exactamente lo que quieres oír y así se presenta como la persona perfecta; de hecho, muchas veces he oído decir a las víctimas: «Yo creía que había encontrado al hombre ideal». Pero mientras intenta seguir siendo esa persona ideal, si aparece una «mancha» en esa imagen que quiere proyectar, él no la puede soportar y es en ese momento que la víctima va a soportar esa «mancha» y poco a poco va a ir perdiendo su razón: en lugar de pensar que el otro lo está haciendo mal, la víctima se pregunta qué puede hacer para ser mejor.

–¿El perverso narcisista no es consciente de lo que hace?

–No, porque siempre te va a decir que tiene razón, que lo hace porque te lo mereces, porque es bueno para ti saber lo equivocado que estás.

–¿Cuál es el perfil de la víctima?

–Coincide en que en todos los casos hay una falla narcisista. Todos podemos ser víctimas, todos podemos encontrar un lugar de la falla. Suele haber una falla y esa falla puede ser estructural, por falta de autoestima, por ejemplo, o coyuntural, como un nuevo trabajo o relación de pareja...

–¿El perverso narcisista es siempre así o son conductas puntuales en momentos o con personas concretas?

–Hay personas que son perversos narcisistas pero también hay mecanismos del perverso narcisista. Así, hay gente que sin ser mentalmente perversa usa en ocasiones estos mecanismos.

- Y ¿cuál es la relación del perverso narcisista con su víctima?

-Es una relación de dependencia. De hecho, cuando la víctima te habla de él parece a veces que te habla de una droga: se puede decir que la adicción es buscar siempre algo que no encontramos nunca. Somos adictos a lo que no nos da nada, es increíble. [amor]

–¿Cómo afecta a la víctima esta relación?

–Pues si la persona narcisista perversa no soporta el conflicto interior y lo proyecta en el otro, se puede decir que la víctima soporta el conflicto en ella misma. ¿Qué es el conflicto? Son dos energías en sentido contrario que actúan dentro nuestro, así que la víctima o cae en depresión nerviosa, o acaba loca o somatiza y en ese momento ha ganado el perverso porque puede decir: «Mira quién está loco ahora».

–¿En qué momento la víctima se da cuenta de lo que pasa?

–Cuando, por ejemplo, lea esta entrevista. El problema de la omnipotencia que hay del niño con la madre que hemos hablado antes es que hay falta de presencia de una tercera persona. Entonces, en la relación funcional no nos podemos dar cuenta de lo que pasa y el interés de un libro como el mío o de una entrevista como ésta es que por un momento nos ponemos en el lugar del tercero y la víctima, después de ver el libro o la entrevista, va a mirar al perverso narcisista y va a saber lo que hay. El perverso narcisista no permite que la víctima se distancie.

–¿Cómo podemos ayudar a la víctima?

–Si la víctima pide ayuda, está casi salvada. Pero por ejemplo, si tu hija tiene un compañero que es un perverso narcisista, si tú le adviertes de ello es probable que no sólo no se aleje de él, sino que se acerque a él y tú te conviertas en el enemigo. Ha de ser la víctima la que se dé cuenta por ella misma; no podemos ayudar a alguien que no nos pide ayuda, no somos omnipotentes.

–Y si la víctima te pide ayuda, ¿qué debes hacer?

–Debes ayudarle a coger distancia: que se vaya a otra ciudad, que no conteste a los mensajes de su perverso narcisista...Además, es importante que la víctima encuentre una tercera persona con la que poder hablar.

–Y el perverso, ¿nunca cambia?

–No. Podría quedarse solo si su víctima se distancia de él y, en este caso, se va a encontrar con su propia depresión, ante lo que puede dejarse morir, encontrar otra víctima o, incluso, pedir ayuda. Pero creo que no hay que ofrecer ayuda hasta que te la piden porque si no, no das lugar a desear. El perverso, para poner fin a esta situación, debería llegar a la comprensión de la alteridad, de que el otro no es una extensión de uno mismo. El perverso sólo sabe contar hasta uno y debería aprender a contar hasta dos y la víctima debería aprender a contar hasta tres. El tercero es el juez, el que dice que eso no es normal, es este libro o esta entrevista.

https://www.larazon.es/local/catalu...normalidad-dentro-de-su-barbaridad-GA13649924
 
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