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Las Bardenas Reales


Asun Luján



GEOLOGÍA


PARQUES NATURALES

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La erosión ha esculpido los montículos de arcilla y formas fantásticas que se admiran en las Bardenas Reales, Navarra, declaradas Parque Natural en 1999 y Reserva de la Biosfera un año después. En este territorio despoblado de 45 kilómetros de largo y 24 de ancho, las formaciones más singulares son las columnas puntiagudas –en la fotografía, la de Castildeterra–, que adquieren tonalidades distintas según sea la luz del día.


El pueblo de Arguedas es la puerta a este laberinto de caminos, torrentes secos y vaguadas que se recorren a pie, en bicicleta y en todoterreno. Las rutas conectan los ecosistemas del parque y llevan a lugares como la ermita del Yugo, sobre una loma con vistas, y al castillo de Peñaflor -siglo XII-, vestigio del pasado como enclave fronterizo de este lugar.

https://www.nationalgeographic.com.es/fotografia/foto-del-dia/las-bardenas-reales_8521



 
Pingüinos reales en la isla de la Posesión
Año tras año, cuando llega la época de cría, una multitud de pingüinos reales se apoderan de la isla de la Posesión. Mira las fotografías de Stefano Unterhiner

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Pingüinos en la Luna

Puntuales como la salida de la luna en la isla de la Posesión, los pingüinos reales se congregan para ejecutar sus rituales de apareamiento. Machos y hembras hinchan el pecho, levantan la cabeza y lanzan reclamos para anunciarse. Formadas las parejas, comienza la época de cría.


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Bajo el agua
Tras pasar varios días en el mar buscando comida, un grupo regresa a la costa con el estómago lleno de peces, que en parte regurgitarán para alimentar a sus pollos. Las marcas anaranjadas, el pico fino y alargado, y el cuerpo de un metro de largo los distinguen como pingüinos reales.

Stefano Unterthiner
 
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Un pingüino real adulto amenaza a un págalo dispuesto a llevarse al pollo que acaba de matar.


Stefano Unterthiner




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los pingüinos reales se reúnen en la bahía Americana de la isla de la Posesión
Soberanos de un lejano reino libre de hielo situado al norte de la Antártida, los pingüinos reales se reúnen en la bahía Americana de la isla de la Posesión para, durante un mes, mudar el plumaje antes de aparearse y criar.

Stefano Unterthiner

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Como corresponde a su nombre, el pingüino real se caracteriza por su aspecto majestuoso. De un metro de alto y 13 kilos de peso, es, después del emperador, la segunda especie de pingüino de mayor tamaño. También se distingue fácilmente por sus marcas anaranjadas en la cabeza, el pico, el cuello y el pecho.

Stefano Unterthiner

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Cuando cumplen unos meses de edad, los pollos pierden los atentos cuidados diarios de los padres y tienen que acurrucarse unos con otros en busca de calor y seguridad. La mortandad entre los pollos alcanza hasta el 75 %. Muchos mueren de hambre en invierno.

Stefano Unterthiner

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La alarma cunde entre los pingüinos al percibir la peligrosa proximidad de una orca macho, cuya aleta dorsal alcanza los dos metros. Las orcas prefieren los elefantes marinos, pero no hacen ascos a los pingüinos.

Stefano Unterthiner

https://www.nationalgeographic.com.es/naturaleza/grandes-reportajes/pinguinos-reales-2_307/7
 
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Como figuras oníricas, unos pingüinos reales surcan unos bajíos iluminados por el sol entre el kelp. «A veces los pingüinos pueden parecer peces –dice Unterthiner–, pero aquí son auténticas aves que vuelan en el agua.»

Stefano Unterthiner
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En verano los pingüinos reales transforman un tranquilo valle bautizado como Jardín Japonés en una estridente colonia de cría de 100.000 aves, donde cada pareja defiende su pequeña parcela de territorio.

Stefano Unterthiner
https://www.nationalgeographic.com.es/naturaleza/grandes-reportajes/pinguinos-reales-2_307/9
 
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