Depende de la pareja, porque tiendes a mimemizarte un poco. En mi caso me apasiona la comida, cocinar, etc... y a mi marido también. Resultado: nos hemos engordado los dos al estar juntos. Tengo una prima sin embargo, que se caso con un pedazo de gay hipermegareligioso, de los que antes que aceptar su homosexualidad se tira por un puente, que es anorexico perdido (me imagino que así se castiga o algún rollo retorcido mental). El resultado: mi prima acabó anoréxia y ahora la ves y te mueres de la pena.