El juez cita a declarar como imputado al ex ministro del interior Fernandez Diaz por el espionaje a Bárcenas

Registrado
3 Mar 2006
Mensajes
59.046
Calificaciones
92.556
Ubicación
227
  • El exnúmero dos de Interior Francisco Martínez declarará el día antes, 29 de octubre. De su testimonio dependerá que García-Castellón cite a Cospedal y su marido, como le ha solicitado Anticorrupción

El exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y el que fuera su secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez EUROPA PRESS - Archivo
Pedro Águeda

18 de septiembre de 2020 13:54h
25
@pedroagueda

El juez del caso Villarejo, Manuel García-Castellón, ha citado a declarar como imputado el 30 de octubre al exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, por el espionaje a Bárcenas. García-Castellón evita citar por ahora a María Dolores de Cospedal, exsecretaria general del PP, y a su marido, el empresario Ignacio López del Hierro, como había solicitado también la Fiscalía Anticorrupción.


García-Castellón ha citado para un día antes, 29 de octubre, a Francisco Martínez, número dos del Ministerio en aquella época, que ya figuraba como investigado, y aguardará al contenido de la declaración de éste para sopesar la declaración de Cospedal y López del Hierro.

En el auto del juez se dice que la declaración de Fernández Díaz es pertinente porque la investigación de la operación parapolicial de espionaje al tesorero del PP sitúa en el centro de la misma al Ministerio del Interior, desde el que, dice, "se habría dirigido y coordinado la operativa, presuntamente con la participación directa del ministro y actuando por delegación de éste, al parecer, el secretario de Estado de Seguridad". A esta conclusión llega el juez, según dice él mismo, por los audios de Villarejo y la documentación incautada.

En la misma línea, el instructor de esta pieza 7 y de todo el caso Villarejo añade que el pago con fondos reservados al chófer de los Bárcenas y su posterior incorporación a la Policía "evidencia el conocimiento de los hechos por parte de mandos superiores" del Ministerio del Interior.

En la batería de diligencias acordadas por el juez se incluye la citación como testigos del alto cargo de la Conferencia Episcopal Silverio Nieto, a quien Martínez envió un mensaje advirtiendo que su testimonio podría complicar la situación a Fernández Díaz y probablemente a Mariano Rajoy; del exdirector de Comunicación del Ministerio Juan José Esteban; de una antigua compañera de Martínez en el Congreso de los Diputados, Icíar Castro; y al que fuera director de gabinete del secretario de Estado, Jorge Sanchís.

La resolución del instructor permite ir conociendo algunas conclusiones provisionales de la investigación. Por ejemplo, que Villarejo, a diferencia de lo que ocurre en el resto de piezas que investiga la Audiencia Nacional, no cobró por su presunta participación en el espionaje a Bárcenas sino que "la retribución se transforma en una suerte de influencia frente a quienes le encargaron la actuación".

El magistrado también adopta la conclusión provisional de que toda la operación se realizó "al margen de la investigación que, simultáneamente" se realizaba por el juez Pablo Ruz y la UDEF acerca de la caja B del PP. Los investigados defienden que los seguimientos a Bárcenas eran para recuperar el dinero escondido por el extesorero y localizar a sus testaferros. Sin embargo, la instrucción ha demostrado que todo se hizo a espaldas del juez y los policías que trabajaban a sus órdenes.
El comisario Enrique García Castaño, investigado en la causa, recibió un total de 50.000 euros en efectivo entre el 1 de julio de 2013 y el 18 de mayo de 2015 para la operación Kitchen, en efectivo y con cargo a los fondos reservados. Aunque las fechas coinciden, dice el auto, García Castaño declaró que los había recibido "para la ejecución de otras operaciones policiales de carácter reservado".

El juez destaca la declaración de un facultativo de la Policía, Miguel Ángel Bayo, encargado de los fondos reservados en la Policía, "cuyas manifestaciones pusieron de manifiesto disfunciones e irregularidades en la gestión y el control de los fondos que habrían permitido su utilización ilícita, propiciando tanto la financiación de una operación policial intrínsicamente ilegal, como el enriquecimiento de altos mandos policiales". Con esta afirmación, el juez abre la vía de investigación de que los comisarios se quedaban con una parte de los fondos reservados.


A ver como se lo afina la Fiscalía para archivar el caso.
 
  • El exnúmero dos de Interior Francisco Martínez declarará el día antes, 29 de octubre. De su testimonio dependerá que García-Castellón cite a Cospedal y su marido, como le ha solicitado Anticorrupción

El exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y el que fuera su secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez EUROPA PRESS - Archivo
Pedro Águeda

18 de septiembre de 2020 13:54h
25
@pedroagueda

El juez del caso Villarejo, Manuel García-Castellón, ha citado a declarar como imputado el 30 de octubre al exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, por el espionaje a Bárcenas. García-Castellón evita citar por ahora a María Dolores de Cospedal, exsecretaria general del PP, y a su marido, el empresario Ignacio López del Hierro, como había solicitado también la Fiscalía Anticorrupción.


García-Castellón ha citado para un día antes, 29 de octubre, a Francisco Martínez, número dos del Ministerio en aquella época, que ya figuraba como investigado, y aguardará al contenido de la declaración de éste para sopesar la declaración de Cospedal y López del Hierro.

En el auto del juez se dice que la declaración de Fernández Díaz es pertinente porque la investigación de la operación parapolicial de espionaje al tesorero del PP sitúa en el centro de la misma al Ministerio del Interior, desde el que, dice, "se habría dirigido y coordinado la operativa, presuntamente con la participación directa del ministro y actuando por delegación de éste, al parecer, el secretario de Estado de Seguridad". A esta conclusión llega el juez, según dice él mismo, por los audios de Villarejo y la documentación incautada.

En la misma línea, el instructor de esta pieza 7 y de todo el caso Villarejo añade que el pago con fondos reservados al chófer de los Bárcenas y su posterior incorporación a la Policía "evidencia el conocimiento de los hechos por parte de mandos superiores" del Ministerio del Interior.

En la batería de diligencias acordadas por el juez se incluye la citación como testigos del alto cargo de la Conferencia Episcopal Silverio Nieto, a quien Martínez envió un mensaje advirtiendo que su testimonio podría complicar la situación a Fernández Díaz y probablemente a Mariano Rajoy; del exdirector de Comunicación del Ministerio Juan José Esteban; de una antigua compañera de Martínez en el Congreso de los Diputados, Icíar Castro; y al que fuera director de gabinete del secretario de Estado, Jorge Sanchís.

La resolución del instructor permite ir conociendo algunas conclusiones provisionales de la investigación. Por ejemplo, que Villarejo, a diferencia de lo que ocurre en el resto de piezas que investiga la Audiencia Nacional, no cobró por su presunta participación en el espionaje a Bárcenas sino que "la retribución se transforma en una suerte de influencia frente a quienes le encargaron la actuación".

El magistrado también adopta la conclusión provisional de que toda la operación se realizó "al margen de la investigación que, simultáneamente" se realizaba por el juez Pablo Ruz y la UDEF acerca de la caja B del PP. Los investigados defienden que los seguimientos a Bárcenas eran para recuperar el dinero escondido por el extesorero y localizar a sus testaferros. Sin embargo, la instrucción ha demostrado que todo se hizo a espaldas del juez y los policías que trabajaban a sus órdenes.
El comisario Enrique García Castaño, investigado en la causa, recibió un total de 50.000 euros en efectivo entre el 1 de julio de 2013 y el 18 de mayo de 2015 para la operación Kitchen, en efectivo y con cargo a los fondos reservados. Aunque las fechas coinciden, dice el auto, García Castaño declaró que los había recibido "para la ejecución de otras operaciones policiales de carácter reservado".

El juez destaca la declaración de un facultativo de la Policía, Miguel Ángel Bayo, encargado de los fondos reservados en la Policía, "cuyas manifestaciones pusieron de manifiesto disfunciones e irregularidades en la gestión y el control de los fondos que habrían permitido su utilización ilícita, propiciando tanto la financiación de una operación policial intrínsicamente ilegal, como el enriquecimiento de altos mandos policiales". Con esta afirmación, el juez abre la vía de investigación de que los comisarios se quedaban con una parte de los fondos reservados.


A ver como se lo afina la Fiscalía para archivar el caso.

? Que ha pasado? Le ha abandonado Marcelo ? ya ni de los angeles te puedes fiar,
 
Sólo falta la 'X' del Watergate del PP
El desquite de Francisco Martínez ya compromete al ex ministro Fernández Díaz y ahora quedaría por esclarecer si hubo una orden política superior
Jorge Fernández Díaz, durante una comparecencia en el Congreso.

Jorge Fernández Díaz, durante una comparecencia en el Congreso.BERNARDO DÍAZ

PREMIUM
Viernes, 18 septiembre 2020 - 22:52
Comentar
El ex número dos de Interior, Francisco Martínez, decidió ajustar cuentas con quien había sido su jefe y amigo después de escucharle decir públicamente que se había enterado de la operación Kitchen por la prensa. Acechado por la confesión del comisario Enrique García Castaño, ex jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativode la Policía (UCAO), que contó al juez cómo clonaron en una cafetería los teléfonos móviles de Luis Bárcenas y se los entregaron a Martínez en su despacho, el siempre templado y juicioso letrado en Cortes, dijo basta.
Tras la declaración secreta, revelada por EL MUNDO, acudió a un notario, protocolizó mensajes que le había enviado el entonces ministro del Interior facilitándole, entre otras cuestiones, la identidad del chófer del ex tesorero popular para captarlo como confidente, y sentó las bases de la citación como imputado acordada hoy por Manuel García Castellón.
Martínez lo considera una maniobra de autodefensa a la que se vio obligado, en contra de su voluntad, al comprobar que la plana mayor del PP de Mariano Rajoy se ponía de perfil y aparecía ante los ojos de la opinión pública como el máximo y único responsable político del dispositivo policial que fue activado oficialmente con el objetivo de encontrar la fortuna oculta por Bárcenas en paraísos fiscales pero que acabó sirviendo para arrebatarle su arsenal contra el partido. Eso sí, Martínez avisó previamente de sus intenciones haciendo llegar mensajes a Rajoy pasando por Fernández Díazo el secretario general del PP, Teodoro García Egea.
Solicitó, sin recibir respuesta por parte de nadie, amparo y protección. García Egea nunca le contestó los mensajes, el ex presidente del Gobierno hizo oídos sordos, y Fernández Díaz le reiteró lo que ya había dicho en público. Que nunca supo nada de la operación Kitchen y que nunca habló de nada parecido "ni con El Gordo", en referencia a García Castaño, "ni con el flaco". Lo cual terminó por hacer saltar por los aires cualquier puente entre ambos y comenzó a incubar la contundente respuesta.

Fernández Díaz se mantiene en su posición pública y privada. Asegura que ni envió, ni recibió ni tampoco reenvió los mensajes entregados a los investigadores por Martínez. Sostiene que su histórico subordinado ha preconstituido pruebas falsas y que está en disposición de demostrarlo, por lo que asegura a su entorno estar tranquilo porque la maniobra se acabará convirtiendo en un bumerán letal contra su antigua mano derecha. En cuanto a la comisión de ilegalidades durante su mandato, siempre cuenta que en una conversación con el presidente Rajoy en Moncloa le dijo que estaba convencido de que jamás recibiría por su parte una orden ilegal ni él estaría dispuesto a aceptarla, por lo que defiende a ultranza su gestión. Al tiempo que considera indisociable su actuación pública con sus profundas convicciones religiosas.
Una sencilla pericial deshará el entuerto. Si los mensajes salieron del teléfono del ex ministro, constituyen una prueba directa contra él. Máxime cuando en uno de ellos se alude directamente al clonado de los dispositivos móviles de Bárcenas al tiempo que se califica de "éxito" la operación de espionaje. De lo contrario, escenario que no contemplan ni los investigadores ni el propio Martínez, sería una bala con retroceso.
Extractos de mensajes clave intervenidos en la 'operación Kitchen'.

Extractos de mensajes clave intervenidos en la 'operación Kitchen'.E. M.
LA PISTOLA HUMEANTE
Pero llegados a este punto, con el ex ministro del Interior y su número dosimputados, con la antigua cúpula policial investigada al completo, y con la pistola humeante del robo a Bárcenas, puesta sobre la mesa por este periódico en múltiples formas: desde manuscritosde Rosalía Iglesias detallando el arsenal contra el PP a apuntes de pagos en B en toda España pasando por la cadena de mensajes entre el ex tesorero y Rajoy, sólo queda ya despejar la X política de esta operación.
Martínez ha apuntado en los mensajes intervenidos por la Policía que su declaración podría provocar la citación de Mariano Rajoy, pero niega a sus allegados que disponga de pruebas materiales contra él porque ni siquiera tenía su teléfono móvil. Fernández Díaz niega haber ordenado o conocido ningún operativo ilegal y siempre ha profesado una lealtad absoluta al ex presidente, por lo que se antojan improbables las sorpresas en su declaración. Y Cospedal, de momento, esquiva la imputación.
Los antiguos hombres de confianza de Rajoy que han podido hablar con él de manera reciente sostienen que él no estaba en ese tipo de operaciones porque es tan precavido que jamás hubiera ordenado algo así. Otros, sin embargo, van más allá y aseguran que el ex presidente está muy preocupado y que incluso se ha atrevido a realizar un pronóstico: "Si esto no lo para alguien, y es probable que ya sea tarde, se va todo a tomar vientos".
 
Sólo falta la 'X' del Watergate del PP
El desquite de Francisco Martínez ya compromete al ex ministro Fernández Díaz y ahora quedaría por esclarecer si hubo una orden política superior
Jorge Fernández Díaz, durante una comparecencia en el Congreso.

Jorge Fernández Díaz, durante una comparecencia en el Congreso.BERNARDO DÍAZ

PREMIUM
Viernes, 18 septiembre 2020 - 22:52
Comentar
El ex número dos de Interior, Francisco Martínez, decidió ajustar cuentas con quien había sido su jefe y amigo después de escucharle decir públicamente que se había enterado de la operación Kitchen por la prensa. Acechado por la confesión del comisario Enrique García Castaño, ex jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativode la Policía (UCAO), que contó al juez cómo clonaron en una cafetería los teléfonos móviles de Luis Bárcenas y se los entregaron a Martínez en su despacho, el siempre templado y juicioso letrado en Cortes, dijo basta.
Tras la declaración secreta, revelada por EL MUNDO, acudió a un notario, protocolizó mensajes que le había enviado el entonces ministro del Interior facilitándole, entre otras cuestiones, la identidad del chófer del ex tesorero popular para captarlo como confidente, y sentó las bases de la citación como imputado acordada hoy por Manuel García Castellón.
Martínez lo considera una maniobra de autodefensa a la que se vio obligado, en contra de su voluntad, al comprobar que la plana mayor del PP de Mariano Rajoy se ponía de perfil y aparecía ante los ojos de la opinión pública como el máximo y único responsable político del dispositivo policial que fue activado oficialmente con el objetivo de encontrar la fortuna oculta por Bárcenas en paraísos fiscales pero que acabó sirviendo para arrebatarle su arsenal contra el partido. Eso sí, Martínez avisó previamente de sus intenciones haciendo llegar mensajes a Rajoy pasando por Fernández Díazo el secretario general del PP, Teodoro García Egea.
Solicitó, sin recibir respuesta por parte de nadie, amparo y protección. García Egea nunca le contestó los mensajes, el ex presidente del Gobierno hizo oídos sordos, y Fernández Díaz le reiteró lo que ya había dicho en público. Que nunca supo nada de la operación Kitchen y que nunca habló de nada parecido "ni con El Gordo", en referencia a García Castaño, "ni con el flaco". Lo cual terminó por hacer saltar por los aires cualquier puente entre ambos y comenzó a incubar la contundente respuesta.

Fernández Díaz se mantiene en su posición pública y privada. Asegura que ni envió, ni recibió ni tampoco reenvió los mensajes entregados a los investigadores por Martínez. Sostiene que su histórico subordinado ha preconstituido pruebas falsas y que está en disposición de demostrarlo, por lo que asegura a su entorno estar tranquilo porque la maniobra se acabará convirtiendo en un bumerán letal contra su antigua mano derecha. En cuanto a la comisión de ilegalidades durante su mandato, siempre cuenta que en una conversación con el presidente Rajoy en Moncloa le dijo que estaba convencido de que jamás recibiría por su parte una orden ilegal ni él estaría dispuesto a aceptarla, por lo que defiende a ultranza su gestión. Al tiempo que considera indisociable su actuación pública con sus profundas convicciones religiosas.
Una sencilla pericial deshará el entuerto. Si los mensajes salieron del teléfono del ex ministro, constituyen una prueba directa contra él. Máxime cuando en uno de ellos se alude directamente al clonado de los dispositivos móviles de Bárcenas al tiempo que se califica de "éxito" la operación de espionaje. De lo contrario, escenario que no contemplan ni los investigadores ni el propio Martínez, sería una bala con retroceso.
Extractos de mensajes clave intervenidos en la 'operación Kitchen'.'operación Kitchen'.

Extractos de mensajes clave intervenidos en la 'operación Kitchen'.E. M.
LA PISTOLA HUMEANTE
Pero llegados a este punto, con el ex ministro del Interior y su número dosimputados, con la antigua cúpula policial investigada al completo, y con la pistola humeante del robo a Bárcenas, puesta sobre la mesa por este periódico en múltiples formas: desde manuscritosde Rosalía Iglesias detallando el arsenal contra el PP a apuntes de pagos en B en toda España pasando por la cadena de mensajes entre el ex tesorero y Rajoy, sólo queda ya despejar la X política de esta operación.
Martínez ha apuntado en los mensajes intervenidos por la Policía que su declaración podría provocar la citación de Mariano Rajoy, pero niega a sus allegados que disponga de pruebas materiales contra él porque ni siquiera tenía su teléfono móvil. Fernández Díaz niega haber ordenado o conocido ningún operativo ilegal y siempre ha profesado una lealtad absoluta al ex presidente, por lo que se antojan improbables las sorpresas en su declaración. Y Cospedal, de momento, esquiva la imputación.
Los antiguos hombres de confianza de Rajoy que han podido hablar con él de manera reciente sostienen que él no estaba en ese tipo de operaciones porque es tan precavido que jamás hubiera ordenado algo así. Otros, sin embargo, van más allá y aseguran que el ex presidente está muy preocupado y que incluso se ha atrevido a realizar un pronóstico: "Si esto no lo para alguien, y es probable que ya sea tarde, se va todo a tomar vientos".


La corrupcion es imparable en todos los partidos. Hay que hacer tabla rasa No se libra ni uno
 
Back