Es la N-541. Si vas de Pontevedra hacia Orense es antes de Cerdedo, pero no recuerdo exactamente el punto exacto. Claro que cuando voy en coche lo se, la próxima vez que pase me fijo y anoto hasta el kilómetro.
En Santiago de Compostela,por ejemplo,hay un callejón que une dos calles en la zona del centro (por los vinos) y la sensación es muy fea. Intenté cruzarlo una vez y a los 3 o 4 pasos me dió muy mal rollo y me di la vuelta. Pues a día de hoy sigo sin meterme.
Menos dentro de la Catedral me siento muy incomoda alrededor y me fastidia bastante porque me gusta mucho.
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Ya me dirán si no acojona,jajaja y que conste que de día también tiene lo suyo.
Mucha gente atribuye esas sensaciones a vidas pasadas. Que algo te pasó en el lugar en alguna otra vida y en el inconsciente se te queda ese residuo. A mí me sucede parecido a lo que cuentas en un lugar con muchísima carga de dolor en mi país, Tlatelolco, específicamente la Plaza de las Tres Culturas. Ese lugar fue el último en caer en 1521 cuando se consumó la conquista española sobre los aztecas y luego, en 1968, hubo una matanza de estudiantes, de gente que los apoyaba en una manifestación y de aquellos que tuvieron la mala fortuna de pasar o vivir por ahí. Dicha matanza fue planeada por el gobierno y ejecutada por el ejército y un grupo paramilitar entrenado también por el propio gobierno. Bueno, la anécdota es esta: Yo no tenía idea de lo que había pasado en Tlatelolco en 1968. Cuando era niña en los 80's y 90's, todavía se consideraba tabú hablar de eso en las escuelas (según el gobierno hubo 20 muertos y las cifras extraoficiales hablan de más de 500), en mi familia tampoco se hablaba de ello porque nadie participó en el movimiento estudiantil. A los 10 años, sin saber qué era lo que había pasado, le insistí a mi madre que me llevara a conocer la Plaza, era un ansia por querer estar ahí. Me llevó pero no me contó nada. En un extremo de la Plaza tuve una visión extraña: me vi como una niña de unos 3 o 4 años, con un vestidito blanco y zapatitos del mismo color, corriendo y mucha gente a mi alrededor. Fueron un par de segundos quizá, pero la experiencia fue muy nítida. No dije nada en ese momento porque no lo entendí, pero desde entonces cada vez que pasaba por el lugar, me llenaba de angustia. Un par de años después supe lo de la matanza por pláticas con compañeros de la escuela. Y fue como investigué y me enteré de todo. Desde entonces mejor ni me acerco. Y mucha gente que vive en los edificios que rodean la Plaza, hablan de experiencias paranormales en el lugar pues sumados a los muertos de la guerra de Conquista y a los del '68, se añadieron los del terremoto de 1985, pues uno de los edificios se derrumbó completamente. Dicen que ese lugar está maldito porque rezuma sangre