El escándalo de los complementos para mejorar la memoria

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pilou12

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Nos los venden bajo la promesa de que potenciarán nuestro rendimiento intelectual, pero ¿de verdad merecen la pena?
Mar, 06 Mar 2018
Tiempo de lectura: 5 min


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¿Merece la pena doparse para tener más memoria? (iStock)



Son los complementos alimenticios de moda. No hay herboristería, parafarmacia o tienda de dietética que no los tenga en sus escaparates. Me refiero a los suplementos que prometen incrementar la capacidad intelectual, estimular la memoria, mejorar el rendimiento cognitivo, aumentar la concentración, etc. Por ello los consumen principalmente personas de la tercera edad y muchos estudiantes. A pesar de su éxito, son muchas las voces que se han levantado en contra de su efectividad. Por ello, en el artículo de hoy resolveré la gran pregunta que se empieza a hacer mucha gente: ¿sirve para algo gastarse los casi 30 euros que cuestan de media estos productos?

Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) lo ha negado.



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Un cerebro ¿en forma?


En un contundente informe, su Panel de Expertos en Nutrición, Alergias y Dietéticos rechaza que la fosfatidilserina sirva para mejorar ninguno de estos procesos.Además, la ausencia de efectos positivos es común a todas las etapas de la vida: adolescentes, adultos o personas de la tercera edad.

Vayamos ahora con otro ingrediente estrella de estos productos: la taurina. Esta molécula, cuyo nombre deriva de la voz latina 'taurus' (toro), es un ácido orgánico derivado del aminoácido cisteína que interviene en la formación de la bilis. De forma natural se encuentra en muchos alimentos y en los últimos años se está empleando para suplementar bebidas energéticas o complementos alimenticios como los que hoy analizamos. ¿Es segura la taurina? Sí. ¿Mejora la función cognitiva? No. Tampoco tiene efecto sobre la función normal cardiaca, ni sobre la función muscular ni ayuda a retrasar la aparición de la fatiga tras el ejercicio físico. Un desastre.

No existe la menor evidencia centífica de que la ingesta de jalea real ayude al sistema inmune, al metabolismo o al corazón

Otro de los ingredientes de los complementos alimenticios destinados a mejorar el rendimiento cognitivo es la teanina, un compuesto abundante en el té verde y que se absorbe en el intestino delgado hidrolizándose en glutamato y etilamina. Como consumidores, la pregunta que nos interesa es: ¿ayuda la teanina a mejorar las funciones mentales una vez añadida a suplementos alimenticios? Parece ser que no. Informes oficiales de la EFSA dejan claro que la L-teanina de Camellia sinensis (L.) Kuntze no mejora la función cognitiva, ni reduce el estrés psicológico ni mantiene el sueño normal.

La famosa jalea real es uno de los compuestos que siempre se incluyen en los complementos 'intelectuales' por sus supuestas propiedades para ayudar a estudiar o a mejorar la memoria. Se trata de una masa viscosa de un suave color amarillo y sabor ácido que es segregada por las glándulas hipofaríngeas de la cabeza de abejas obreras jóvenes. Una vez mezclada con secreciones estomacales, la jalea real sirve de alimento a todas las larvas durante los primeros tres días de vida. Respecto a su composición, la jalea real está formada por casi un 60% de agua, azúcares, proteínas, lípidos, ceniza, vitaminas, minerales y otros compuestos.

Hay una leyenda que atribuye a la jalea real innumerables propiedades beneficiosas. Pues bien, según el Grupo de Expertos en Nutrición, Alergias y Dietéticos de la EFSA, no existe la más mínima evidencia científica de que su ingesta ayude al sistema inmune, ni al metabolismo, ni a la función vascular, ni a la salud de la piel, ni a los procesos relacionados con la menopausia, ni a mantener los niveles de colesterol, ni a mantener los niveles lipídicos, ni a mejorar la 'vitalidad intelectual'… ni a nada.

Estos micronutrientes se encuentran en mayor cantidad en alimentos de consumo diario que en los suplementos

En estos momentos, sería normal que ustedes se hiciesen la siguiente pregunta: ¿todos los ingredientes de los complementos alimenticios destinados a mejorar los procesos cognitivos (memoria, atención, rendimiento intelectual, etc.) son inútiles? La respuesta es clara: no. Para poder publicitar legalmente determinadas propiedades en sus envases, estos productos llevan una mezcla de vitaminas y minerales que sí poseen propiedades saludables aprobadas por la EFSA. Pero lo que los consumidores no saben es que estos micronutrientes se encuentran en cantidades mucho más altas en alimentos que consumimos a diario, por lo que es absurdo comprar estos complementos 'intelectuales'. Veamos un ejemplo.

Hay un mineral que aparece en la composición de todos estos complementos, sean de la marca que sea. Me refiero al fósforo, un micronutriente que tradicionalmente se ha asociado a mejorar ciertos procesos relacionados con la memoria. Pues bien, según el consenso científico, la cantidad diaria recomendada (CDR) de fósforo en adultos es de 550 miligramos, pero la mayoría de estos complementos tienen únicamente dos miligramos de fósforo: ¡un 0,36% de la CDR de este mineral!



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Una ración de sardinas contiene muchísimo más fósforo que una pildorita. (iStock)


Iré más lejos en esta comparación: una sardina de tamaño estándar pesa unos 70 gramos y su contenido en fósforo es de 189 miligramos aproximadamente. ¿Saben lo que esto significa? Que una sardina tiene 90 veces más fósforo que una cápsula de algunos de estos complementos alimenticios. Dicho de otra forma: ¡una sola sardina, que nos cuesta unos pocos céntimos, tiene más fósforo que tres cajas de estos productos que cuestan aproximadamente unos 90 euros!

Estimados lectores, esto no puede seguir así. Como profesor e investigador universitario me indigna que estos absurdos y ridículos complementos se vendan y, debido a su anticientífica publicidad, los compren estudiantes para usarlos en aulas, bibliotecas y salas de estudio. También me cabrea que, confundidas por surrealistas campañas de 'marketing', los consuman personas mayores que intentan ralentizar el deterioro cognitivo.

Por favor, no confundamos más a la sociedad y antepongamos la ética y el rigor científico a los intereses comerciales.


https://blogs.alimente.elconfidenci...3-06/suplementos-memoria-timo-fraude_1530843/
 
Este hilo me ha recordado una cosa graciosa, hace años me fallaba la memoria más de lo normal, mi marido me compró unas pastillas para ello, era una cajita con varios blister, pues no tome ni 5 pastillas, se me olvidaba siempre, y le decía, como quieres que me acuerde de tomármelas si tengo mala memoria.
 
La huella cerebral de la memoria

Autor/autores: Blog Salud y Cerebro
Fecha Publicación: 08/02/2018
Área temática: Salud mental , Psicogeriatría y Trastornos Mentales Orgánicos , Neuropsiquiatria

RESUMEN
La mayoría de los neurocientíficos creen que un recuerdo determinado activa un subconjunto de células y cambia su expresión génica formando nuevas conexiones y altera la fuerza de las existentes donde se almacena ese recuerdo.


El recuerdo, de acuerdo con las teorías actuales, ocurre cuando estas neuronas se disparan nuevamente y reproducen los patrones de la actividad asociada con la experiencia pasada.


Los científicos han elaborado algunos principios básicos de este amplio marco, pero sigue siendo un desafío probar las teorías de nivel superior sobre cómo los grupos de neuronas almacenan y recuperan los bits de información específicos. Solo en la última década, las nuevas técnicas para etiquetar, activar y silenciar neuronas específicas en animales han permitido a los investigadores identificar qué neuronas conforman un recuerdo único.


Usando estas técnicas se han localizado los circuitos asociados con la memoria de un estímulo doloroso en roedores y han reactivado con éxito esas vías para activar la memoria. En los seres humanos los estudios han revelado algunas de las formas en que el cerebro organiza y vincula los recuerdos para ayudar a la memoria.


Se ha recopilado el trabajo de múltiples estudios donde el rastro fisiológico de un recuerdo, o al menos sus componentes clave, se puede fijar a neuronas específicas. Sin embargo, las neuronas en una parte del hipocampo o en la amígdala son solo una pequeña parte de un engrama que incluye imágenes, olores, sonidos e innumerables sensaciones que probablemente esté en 10 a 30 regiones cerebrales diferentes.


Los investigadores de estos trabajos quieren explorar cómo evolucionan en el tiempo los recuerdos específicos y cómo pueden ser remodelados, distorsionados o incluso recreados cuando se recuperan.


Con la actual capacidad de identificar y manipular neuronas engramáticas individuales en animales, los científicos esperan reforzar sus teorías sobre cómo las células almacenan y sirven la información (Teorías que han sido difíciles de probar) al identificar las neuronas individuales que son esenciales para los recuerdos, y se pueda estudiar con mayor detalle los procesos celulares mediante los cuales las neuronas clave adquieren, recuperan y pierden información.


Estos hallazgos algún día podrían ayudar a revelar por qué los recuerdos fallan en la vejez y en las enfermedades neurodegenerativas.


Os dejamos aquí el enlace al artículo original publicado en Nature “How to see a memory”
 
Pérdida de memoria por estrés ¿en qué consiste?

La pérdida de memoria por estrés es mucho más común de lo que pensamos. Ahora bien, este fallo cognitivo se vive a menudo con gran preocupación y ansiedad: olvidamos citas, conversaciones, nombres y hasta eso tan importante que teníamos que comprar. Nos cuesta retener información e incluso recuperar recuerdos ya consolidados.

A menudo, suele decirse aquello de que la memoria es un tesoro que debemos guardar con especial cuidado y delicadeza, sin embargo, algo que sin duda todos habremos experimentado alguna vez es que justo cuando más la necesitamos, nos falla. Es más, cuando sufrimos estos fallos momentáneos y hasta desconcertantes, lo vivimos a menudo con cierto temor: ¿será esto el primer indicio de una demencia?


“Descansa. Un campo que ha descansado da una cosecha generosa”.

-Ovidio-

No conviene precipitarse. Antes de pensar en un deterioro cognitivo tengamos en cuenta un factor, ese que explica en realidad cerca del 80% de los pequeños fallos de memoria cotidianos: el estrés. No obstante, lejos de respirar aliviados al haber descartado una demencia temprana, es importante considerar un hecho: el estrés crónico, así como los trastornos de ansiedad mantenidos en el tiempo. Ambos alteran el funcionamiento del cerebro e incluso varias de sus estructuras.

El cerebro es muy vulnerable a nuestro estilo de vida, y en concreto al modo en que gestionemos nuestras preocupaciones y tensiones cotidianas.


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Pérdida de memoria por estrés ¿por qué ocurre?
A veces lo hacemos, salimos del trabajo y llegamos a casa en “piloto automático”. Al cruzar el umbral de nuestro hogar nos llevamos las manos a la cabeza por el enfado y el asombro más absoluto ¿cómo se nos puede haber olvidado recoger a nuestro hijo de su clase de inglés? Bajamos corriendo y justo cuando llegamos al coche, nos damos cuenta de que no llevamos las llaves.

El círculo agotador al que nos aboca tanto el estrés como la ansiedad es inmenso. Las situaciones surrealistas como esta son comunes, así como la sensación de que estamos perdiendo el control de nuestras vidas. Al fin y al cabo, pocas cosas pueden ser más angustiosas que olvidar cosas que son relevantes en el día a día, decisivas para sentirnos competentes y responsables en cada ámbito de nuestra cotidianidad.

Si nos preguntamos ahora qué hay detrás de la pérdida de memoria por estrés, debemos nombrar a una vieja conocida, a la hormona del cortisol. Este glucocorticoide producido por la glándula suprarrenal se libera como respuesta al estrés. Ahora bien, que el pico de cortisol aumente en un momento dado más allá de sus niveles habituales, no supone ningún problema, es más un pequeño aumento de esta hormona en un instante puntual, mejora la formación de nuevos recuerdos.


Lo preocupante es que la liberación de glucocorticoides se produzca de forma constante y a lo largo de semanas o meses. Será entonces cuando tengamos dificultades para recordar datos y para recuperar otros ya existentes.

Veamos qué impacto puede tener esto en nuestro cerebro.

Efectos del cortisol sobre nuestro cerebro
  • El exceso de cortisol a nivel cerebral actúa como un tóxico.
  • El hipocampo, asociado a la memoria y nuestras emociones, pierde volumen.
  • La pérdida de memoria por estrés se asocia también al hecho de que el cortisol, dificulta la correcta circulación de la sangre al cerebro. Nos llegan menos nutrientes y menos oxígeno, todo ello provoca también que tengamos mayor riesgo de sufrir derrames, ictus, etc. Es un dato que debemos considerar.
  • Por otra parte, si la liberación del cortisol es constante percibiremos otro efecto: segregaremos menos endorfinas y ello se traduce en mayor malestar, en una clara incapacidad para disfrutar de esas actividades que antes nos eran agradables: el deporte, compartir risas y buenos instantes con los nuestros, la alimentación…
  • Asimismo, y no menos importante, cabe señalar que el cortisol afecta también a nuestros ciclos de sueño-vigilia: sufrimos épocas de insomnio o noches de despertares continuados.

El estrés libera la hormona de glucocorticoides, la cual altera la función de nuestras células y provocando además la aparición de la adrenalina.

¿Qué podemos hacer para reducir la pérdida de memoria asociada al estrés?
Si percibimos que en las últimas semanas o meses estamos experimentando una pérdida de memoria inusual, lo mejor es consultar con nuestros médicos. En ocasiones, esos fallos pueden asociarse a una mala nutrición (déficit de vitamina B12 o vitamina D). Asimismo, trastornos como el hipotiroidismo también pueden determinar esas alteraciones cognitivas. Por tanto, y para evitar preocupaciones, lo recomendable es hablar con profesionales especializados.

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Una vez descartados problemas orgánicos, enfocaremos el problema de la forma más acertada: gestionando el estrés. Veamos algunas claves.

  • Identifica tus estresores. Toma conciencia de cómo reacciona tu cuerpo: tensión muscular, rigidez de cuello, hombros, mandíbula, palpitaciones…
  • El estrés no se maneja evitando esos focos que nos quitan la calma. Se gestiona afrontando esos estímulos amenazantes cara a cara, estableciendo prioridades, decidiendo, tomando el control sobre la propia realidad.
  • Haremos uso de adecuadas técnicas de respiración.
  • Reinterpreta tu realidad: toma conciencia de lo que es verdaderamente importante en tu vida, baja el ritmo, aprecia el presente de una forma más relajada.
  • Aliméntate de forma saludable: frutas y verduras frescas, abundante agua, avena, infusiones de valeriana, manzanillas…
  • Los complementos a base de magnesio son excelentes para proteger nuestro cerebro de los efectos del estrés.
  • Sal a caminar todos los días durante media hora: aclararás tu mente, tomarás nuevas perspectivas y mejorarás tu circulación sanguínea para que llegue al cerebro un mayor aporte de oxígeno y nutrientes.
Para concluir, la pérdida de memoria por estrés puede alterar nuestra vida por completo. En caso de que no manejemos el problema de raíz, ese estrés intensificará aún más el problema hasta llegar a más esferas: nuestro estado de ánimo empeorará, nuestra motivación decaerá… Aprendamos por tanto a bajar el ritmo, a no querer ir más rápido que la vida. Nuestra salud es lo más importante.

Por Valeria Sabater
 
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