El Emperador cumple con la tradición de sembrar arroz en el Palacio Imperial. Abril 2020.

 
La línea cuatro es interesantísimo lo que cuenta
 
Un recorrido por los jardines del Palacio Imperial donde pasean Naruhito y Masako de Japón
Carpas koi, puentes, fosos, cerezos y 1,5 kilómetros cuadrados divinos para el disfrute de la naturaleza japonesa.


POR Ana Arjona
28 DE ABRIL DE 2020



En la cultura japonesa, los jardines tienen una historia propia. Cada elemento que compone uno de estos espacios naturales tiene un significado independiente, ya sea una piedra, un árbol o un montículo. Están estratégicamente pensados para favorecer lo que los japoneses denominan como 'equilibrio inestable', entre el Hombre, el Cielo y la Tierra. Y, como no podía ser de otra manera, las clases altas siempre han tenido los mejores.

El Palacio Imperial donde resididen de forma permanente el emperador Naruhito, la emperatriz Masako y su única hija, la princesa Aiko, está rodeado de verdor. Aunque actualmente se encuentran en otro palacio por estar en obras, han residido aquí durante los últimos 26 años. Ubicado en la capital de Japón, y también denominado como Kōkyo, está construido sobre una península en el centro de la ciudad, a escasos pasos del metro de la estación de Tokio. Se divide en cuatro sectores, tres de jardines y una de palacio y ocupan en total nada más y nada menos que 1,15 kilometros cuadrados de extensión.



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Exterior del Palacio Imperial.© GETTY IMAGES.



Antiguamente, en el espacio en el que hoy se alza el Palacio Imperial, estaba el Castillo Edo que fue bombardeado y totalmente destruido en el año 1945 y reconstruido en la década de los 60. Actualmente, este nuevo palacio no sirve sólo para guardar el descanso de la familia real japonesa, también se utiliza como espacio para la recepción de invitados y lugar de fiestas reales.




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El emperador Akihito y la emperatriz Michiko durante su paseo por el Jardín Fukiage en el Palacio Imperia, en el año 2010.© Getty Images.



Los jardines que se encuentran dentro del terreno del Palacio Real se denominan Fukiage Garden y albergan un sinfín de curiosidades. Se abrieron por primera vez al público en el año 2007 por la ‘Temporada Verde’, una festividad que apoya la observación de la naturaleza. Los primeros visitantes de la historia –unos privilegiados pues ni los funcionarios que trabajan en palacio tienen permitido pasear por estos jardines– quedaron sorprendidos por la cantidad de flora y fauna que encontraron. Según los informes oficiales de palacio, existen 3.000 variedades de insectos, o lo que es lo mismo, “el 10 por ciento de las especies catalogadas en Japón”.

Los jardines Fukiage abren dos veces al año, el 2 de enero, por la festividad de Año Nuevo, y el 23 de febrero, cumpleaños del emperador. Los afortunados que consiguen acceso a esta visita pueden ver a la familia real, saludando desde su balcón y agradeciendo su visita.

En este lugar reservado para sólo unos pocos, también se encuentran los Santuarios de los Tres Palacios y parte de los Tesoros Imperiales de Japón, conocidos como “los Tres Tesoros Sagrados”, compuestos por un espejo, una espada y un collar que representan las tres virtudes primarias de Japón y que tienen un valor incalculable de casi dos milenios de historia. En definitiva, las joyas de la corona más preciadas de todas las casas reales del mundo.




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Paseo por los Jardines Orientales.© GETTY IMAGES.



Por otro lado, los Jardines Orientales sí se pueden visitar, aunque la entrada (gratuita) es una de las más cotizadas de la actividad cultural de Tokio. Entre las maravillas que esconde este pulmón verde, se encuentra la fotogénica casa del té de Suwano, el Museo de las Colecciones Imperiales (donde también se pueden ver colecciones temporales) y la sala de conciertos real. Además de estos edificios, la familia real presume de este jardín por ser uno de los más floridos y bellos, marcados principalmente, como cabía esperar, por los cerezos. Un lugar con mucho encanto que la familia real aprovecha para hacer la ceremonia del té. Entre la flora, también se pueden ver parte de los cimientos de la torre del anterior castillo Edo, datados del año 1638.

Las 210.000 hectáreas de los Jardines Orientales parecen pequeñas al lado del jardín Kitanomaru, antiguo lugar de residencia de la familia Tokuwaga, descendientes del shogun que unificó Japón tras siglos de guerras internas. Hoy, es un parque arbolado, lleno de reliquias de más 500 años, fosos y más cerezos. En esta parte, más alejada del palacio, se encuentra el Museo de Arte Moderno y el Museo de las Ciencias. Aunque está dentro de la ciudadela real, se reconoce como espacio público.

 
El emperador japonés Naruhito ha plantado plántulas de arroz en un arrozal en el Palacio Imperial en una tradición anual iniciada por su abuelo, el emperador Showa.

Con botas de goma, el Emperador plantó 20 plántulas a mano en el evento anual celebrado el lunes por la mañana.

Las plántulas crecieron de semillas que él sembró el mes pasado.

La Agencia de la Casa Imperial dice que las plantas ahora tienen 30 centímetros de alto y están creciendo bien.

El arroz se cosechará en otoño y se ofrecerá a las deidades en rituales sintoístas en el palacio, incluido el festival de la cosecha de Niinamesai en noviembre.
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