Abdicación del Emperador Akihito. Termina la era Heisei.

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Lo que pasará si Japón 'consiente' a su Emperador
El emperador Akihito quiere abdicar en su heredero, el príncipe Naruhito, pero la Constitución japonesa no contempla la sucesión del Trono del Crisantemo en vida
17 DE AGOSTO DE 2016 BY HOLA.COMComentar

Hace algunas semanas Japón no quería ni oír hablar de abdicación de su Emperador. Apenas tuvieron 24 horas de vida aquellos primeros planes del emperador Akihito de presentar la renuncia en algún momento (que podía dilatarse años) por sus problemas de salud (que a sus 82 son varios de relativa importancia: en 2003 fue intervenido de un cáncer de próstata y en 2012 fue sometido a una intervención quirúrgica de baipás coronario en el Hospital de la Universidad de Tokio) y abdicar así en vida en su Heredero, el príncipe Naruhito. Al día siguiente sin más tardar la Agencia de la Casa Imperial negó la veracidad de la información: “Sé que hay noticias publicadas sobre esto, pero no son ciertas. El emperador Akihito siempre se ha abstenido de comentar asuntos así al ser consciente de su posición constitucional”, declaró el vicechambelán, Shinichiro Yamamoto.

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Gran parte de la opinión pública japonesa daba por cierta la noticia publicada y no comprendía la insistencia de las autoridades de obviar o negar el asunto. La ley manda y la Ley de Sucesión en vigor en Japón, que no contempla el supuesto de la abdicación en vida, manda por omisión al emperador de turno permanecer hasta el final de sus días en el Trono de Crisantemo. Pero Akihito de Japón se ha hecho oír esta semana en un histórico mensaje televisado (el segundo de todo su reinado) dirigido a la nación: “Me preocupa que pueda convertirse en algo difícil para mí asumir mis responsabilidades como símbolo del Estado, tal y como he venido haciendo hasta ahora”, afirmó eludiendo mencionar de forma explícita la abdicación, que obliga una reforma de la ley que garantice la sucesión automática del Heredero.

Si Japón no hace oídos sordos y consiente a su Emperador (el Primer Ministro nipón, Shinzo Abe, ya ha dicho que su Gobierno estudiará "de manera cuidadosa" la forma adecuada para hacer frente al deseo del emperador Akihito de abdicar cuando la salud le impida cumplir con sus funciones) abordando por ejemplo la modificación constitucional necesaria en material de sucesión, el príncipe Naruhito regirá los destinos del Imperio del Sol Naciente en unos pocos años. Será el Emperador mejor preparado de la historia del país con una licenciatura en Historia en la prestigiosa universidad de Oxford; dominio de varios idiomas (además del japonés, habla perfectamente inglés, chino y alemán, y se defiende con el español), y cierta experiencia en algunas labores de Jefe de Estado, ya que su padre le ha delegado parte de sus obligaciones.

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Conoce bien el rigor de la Casa Imperial. Ha sido un Heredero solitario por las Cortes Reales del mundo desde que en 2003 su esposa, la princesa Masako, cayó en una profunda depresión inducida por estrés, que algunos achacan a la rigidez del protocolo imperial y a las fuertes presiones que soportó para tener un hijo varón que perpetuara la línea sucesoria (Japón continúa vigente la Ley Sálica, que solo permite reinar a hombres). Nada hacía presagiar aquel calvario cuando el príncipe Naruhito se casó en 1993 con la esposa perfecta: de buena familia (hija de un antiguo Ministro de Asuntos Exteriores de Japón), con una brillante carrera diplomática y buen carácter. Pero la Princesa consorte, ideal a ojos vistas, no dio el ansiado niño al país, sino una niña, la princesa Aiko de Japón, hoy adolescente. No le faltó nunca a laprincesa triste desde entonces la sonrisa comprensiva de su príncipe. Un futuro Emperador que llegado el día buscará la apertura de Japón y aspirará a la reforma de la ley para que su hija sea Emperatriz. Antes son otras medidas.
 
Beatriz de Holanda, Alberto de Bélgica o Juan Carlos de España: los Reyes que sí pudieron abdicar
Mientras el Emperador de Japón espera a que el Parlamento le deje abdicar, otros monarcas han tenido más suerte y han cedido la Corona en vida cuando han querido.

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En España, la jubilación está establecida a los 65 años, una edad que puede adelantarse o atrasarse en algunos casos y que no hace más que aumentar. Por el momento, a partir de 2027 la pensión se empezará a cobrar a los 67 años, aunque nadie puede aventurar que esa sea la edad exigida cuando se acerque ese año, habida cuenta que los Gobiernos no hacen sino aumentar desde los 65 años.

En la realeza, la jubilación no llega a los 65 años, ni de lejos. Los reyes, reinas y príncipes soberanos toman la Corona habitualmente a una edad intermedia, entre los 45 y los 55 años, por lo que a la mitad de la década de los 60 no tienen interés alguno en abdicar y pasar a ser reyes eméritos, o lo que considere el nuevo Monarca. Así, hasta hace pocos años en la mayoría de cortes europeas, el Rey o Reina moría reinando, algo que poco a poco está cambiando.







Akihito de Japón
Aunque en algunos países europeos no es extraño que un rey abdique, en Japón es toda una novedad que no está regulado por las leyes en torno a la sucesión al Trono del país del sol naciente. El Artículo 16 de la Ley de la Casa Imperial señala que la sucesión debe producirse al morir el Monarca, aunque añadiendo los casos en los que sería posible una regencia por ser el heredero menor de edad o por incapacidad del Emperador. De abdicaciones, ni rastro.

El problema ha llegado cuando Akihito, actual Emperador, ha expresado su voluntad de ceder el Trono del Crisantemo en vida. A sus 82 años, tiene una salud muy delicada y no se ve capaz de llevar a cabo sus funciones correctamente: "Me preocupa que pueda convertirse en algo difícil para mí llevar a cabo mis responsabilidades como símbolo del Estado, tal y como he venido haciendo hasta ahora", manifestó en un mensaje a la nación sin precedentes. Ahora es el Parlamento quien tiene que tomar la decisión. Al menos el primer ministro Shinzo Abe, ha respondido que el Gobierno tendrá en cuenta las palabras del Emperador.



La Reina Beatriz de Holanda y el Rey Juan Carlos de España
Más fácil lo han tenido otros Monarcas que sí han podido abdicar cuando su salud, su condición física y/o psicológica o el hecho de tener sucedores bien preparados les ha llevado a tomar la decisión más difícil de sus vidas. En los últimos años, Luxemburgo, Países Bajos, Bélgica y España han cambiado de Jefe del Estado sin haber tenido que pronunciar aquella frase de: "El Rey ha muerto... ¡Viva el Rey!"

Juan de Luxemburgo: adiós a 36 años de reinado
En Luxemburgo hubo cambio de Gran Duque. Juan de Nassau-Weilburg y Borbón-Parma se convirtió en Gran Duque de Luxemburgo en 1964 cuando contaba con 43 años. El motivo fue precisamente la abdicación de su madre, la Gran Duquesa Carlota, que no quiso seguir en la primera línea tras 44 años de intenso reinado. Era todavía joven, pero prefirió que fuera su heredero quien tomara las riendas.



Los Grandes Duques Josefina Carlota y Juan de Luxemburgo con María Teresa y Enrique de Luxemburgo
De la misma forma pensó el Gran Duque Juan, que transmitió la Corona en vida el 7 de octubre de 2000. A falta de 3 meses para los 70, Juan de Luxemburgo cedió la Jefatura del Estado a su segundo hijo (la mayor, la Princesa María Astrid, no fue considerada por ser mujer). La ceremonia se celebró en el salón de fiestas del Palacio Ducal y más tarde,Enrique I fue proclamado en la Cámara de los Diputados.

El Príncipe Juan decía adiós para disfrutar de una merecida jubilación que compartiría con su esposa, la Princesa Josefina Carlota (que fallecería en 2005), y sobre todo para estar pendiente de su hijo Guillermo, que menos de un mes antes (el 10 de septiembre), había sufrido un grave accidente de tráfico en París. Este fue el motivo por el que no hubo fastos por la proclamación, que fueron pospuestos hasta abril de 2001. A sus 95 años, Juan de Luxemburgo lleva tres lustros disfrutando de una decisión que sabe que fue la correcta.

Beatriz de Holanda: de reina a princesa
El 28 de enero de 2013, tres días antes de cumplir 75 años, la Reina Beatriz de Países Bajos habló a la nación en un mensaje por radio y televisión en el que anunció que abdicaba, manifestando que su hijo y heredero, Guillermo Alejandro, sería investido el 30 de abril de ese mismo año, coincidiendo con el Día de la Reina. La sorpresa no fue grande, ya que además de los rumores que existían en torno a una posible abdicación,en Holanda es una tradición muy extendida.



La Reina Beatriz de Holanda anuncia su abdicación
"Con la mayor confianza entrego el próximo 30 de abril el trono a mi hijo, el príncipe Guillermo y su esposa Máxima". Es tiempo para una nueva generación", aseguró, señalando que su sucesor estaba perfectamente preparado para convertirse en Rey de los neerlandeses. Beatriz I dijó así adiós a 33 años de reinado. Su tiempo empezó el 30 de abril de 1980, fecha en la que sucedió a su madre, la Reina Juliana. Ella misma había llegado a Monarca tras la transmisión en vida de la Corona por parte de su madre, la Reina Juliana.

El 30 de abril de ese mismo año, Guillermo Alejandro se convirtió en Rey de Países Bajos en una jornada llena de celebraciones en las que participó la realeza de todo el mundo. Fue el principio de una serie de abdicaciones que demostraron que era la hora de un cambio.



La Reina Beatriz firma el Acta de Abdicación junto a Guillermo y Máxima de Holanda
Desde entonces, Beatriz, que volvió a ser princesa, se retiró relativamente, ya que participa en algunos actos oficiales. Decidió volcarse además en los cuidados de su hijo mediano, el Príncipe Friso, que estuvo en coma entre febrero de 2012 y agosto de 2013, fecha en la que murió. Sin duda, en la decisión de abdicar peso mucho el estado de salud de su hijo, que finalmente perdió la batalla.

Alberto de Bélgica: el rey que no esperaba reinar
El 3 de julio de 2013, tan solo dos meses después de que Guillermo Alejandro se convirtiera en Rey de Países Bajos, en su país vecino, Bélgica, se anunciaba la abdicación del Rey Alberto II de los Belgas. A sus 79 años, y con una salud delicada, el Monarcaanunciaba a la nación que no se veía capacitado para cumplir con sus funciones al frente de la Jefatura del Estado y que su responsabilidad era ceder la Corona a su heredero, el entonces Príncipe Felipe.



Retrato oficial del Rey Alberto de Bélgica


"Ya no puedo ejercer mis funciones como querría, ni mi concepción de la función real y de mi ejercicio. Se trata de un ejercicio de respeto a las instituciones y a los ciudadanos. Después de 20 años de reinado, estimo que es el momento de pasar la antorcha a la generación siguiente. Y constato que el Príncipe Felipe de los Belgas está bien preparado para mi sucesión y su mujer Matilde, que son de mi confianza", señaló el Monarca en su discurso.

El Rey decía así adiós al Trono casi 20 años después de heredarlo de su hermano, el Rey Balduino, fallecido el 31 de julio de 1993. 9 días más tarde era coronado Alberto, quien no estaba seguro de ser él quien debía ser Monarca. Los Reyes Balduino y Fabiola no pudieron tener hijos, por lo que prepararon a su sobrino Felipe para tomar la Corona algún día.
Primer retrato oficial de los Reyes Felipe y Matilde de Bélgica con los Reyes Alberto y Paola


El Príncipe Alberto iba antes en la línea sucesoria, pero estimó que cedería la Jefatura del Estado a su hijo. Sin embargo, al llegar el momento prefirió dejar que su sucesor se preparara antes de ser Rey de un país tan complicado. Ese momento llegó el 21 de abril de 2013, fecha en la que Felipe de los Belgas fue proclamado Rey con unos ceremoniales mucho menos ostentosos que su homólogo holandés.

Juan Carlos de España, el Rey que no quería abdicar
La historia de cómo decidió abdicar el Rey es larga y compleja. En 2010 fue operado de un nódulo pulmonar del que se recuperó positivamente. En un primer momento pensó que se enfrentaba a un cáncer. Llevaba 35 años como Jefe del Estado, tenía 72 y quiso dejarlo todo, pero finalmente no lo hizo y no pretendía hacerlo. Si bien es cierto que en España, la decisión de abdicar es un acto personalísimo del Rey, los acontecimientos posteriores provocaron que Juan Carlos I no tuviera otra salida. Tanto el Caso Urdangarín como sus propios escándalos, ejemplificados por la cacería de elefantes de Botsuana y la aparición de Corinna zu Sayn Wittgenstein, entre otros asuntos, llevaron a Juan Carlos de Borbón a dar un pase al frente por el bien de una maltrecha Monarquía que solo podía salvar Felipe VI.

El Rey Juan Carlos durante el mensaje en el que anunció su abdicación


Así, el 2 de junio de 2014, España entera se sorprendió con la declaración institucional en la que Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, comunicó que el Rey le había transmitido su intención de abdicar. "Su Majestad el Rey Juan Carlos acaba de comunicarme su voluntad de renunciar al trono y abrir el proceso sucesorio". Horas más tarde, el Rey Juan Carlos se dirigió a la nación desde su despacho del Palacio de La Zarzuela para explicar las razones de su adiós.

"Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando y a afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana. Mi hijo Felipe, heredero de la Corona, encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la institución monárquica. Cuando el pasado enero cumplí setenta y seis años consideré llegado el momento de preparar en unos meses el relevo para dejar paso a quien se encuentra en inmejorables condiciones de asegurar esa estabilidad. El Príncipe de Asturias tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación. Contará para ello, estoy seguro, con el apoyo que siempre tendrá de la Princesa Letizia".

Así, el 2 de junio de 2014, España entera se sorprendió con la declaración institucional en la que Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, comunicó que el Rey le había transmitido su intención de abdicar. "Su Majestad el Rey Juan Carlos acaba de comunicarme su voluntad de renunciar al trono y abrir el proceso sucesorio". Horas más tarde, el Rey Juan Carlos se dirigió a la nación desde su despacho del Palacio de La Zarzuela para explicar las razones de su adiós.

"Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando y a afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana. Mi hijo Felipe, heredero de la Corona, encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la institución monárquica. Cuando el pasado enero cumplí setenta y seis años consideré llegado el momento de preparar en unos meses el relevo para dejar paso a quien se encuentra en inmejorables condiciones de asegurar esa estabilidad. El Príncipe de Asturias tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación. Contará para ello, estoy seguro, con el apoyo que siempre tendrá de la Princesa Letizia".



El Rey y el Príncipe abrazándose en la firma de la Ley de Abdicación del Rey Juan Carlos
"Por todo ello, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles y una vez recuperado tanto físicamente como en mi actividad institucional, he decidido poner fin a mi reinado y abdicar la Corona de España, de manera que por el Gobierno y las Cortes Generales se provea a la efectividad de la sucesión conforme a las previsiones constitucionales. Así acabo de comunicárselo oficialmente esta mañana al Presidente del Gobierno. Deseo expresar mi gratitud al pueblo español, a todas las personas que han encarnado los poderes y las instituciones del Estado durante mi reinado y a cuantos me han ayudado con generosidad y lealtad a cumplir mis funciones. Y mi gratitud a la Reina, cuya colaboración y generoso apoyo no me han faltado nunca. Guardo y guardaré siempre a España en lo más hondo de mi corazón".

Tras ponerse en marcha el mecanismo legal para que se hiciera efectiva la renuncia, el 18 de junio de 2014, la Familia Real se reunió en el Palacio Real para la firma de la Ley de abdicación. El 19 de junio, se celebró la proclamación de Felipe VI como Rey de España. El día comenzó con la imposición del fajín de Capitán General, que Don Juan Carlos entregó a su hijo, después tuvo lugar la proclamación en el Congreso de los Diputados. Finalmente, la Familia Real saludó a los ciudadanos desde el balcón principal del Palacio de Oriente, donde tuvo lugar una recepción con la que se cerraron los festejos. Desde entonces, el Rey Juan Carlos se ha dedicado a vivir una vida relajada entre amigos y con los familiares con lo que se siente a gusto. Viaja sin parar, sigue viviendo en La Zarzuela y participa en algunos actos oficiales como Rey Emérito. Su vida, sin duda, ha mejorado.
 
En Japón el que precisamente menos manda es el emperador. Leí en cierta ocasión que no puede salir de compras sin el permiso del Parlamento, así que allí es asfixiante la monarquía, la agencia Imperial y el mismo gobierno.
Toda una suerte de absurdas reglas que se remontan a más allá de la época de los samuráis. Un horror, tan modernos para otras cosas.

El caso es que vengo observando a éste hombre, y ya tendrá 82 castañazas pero el yayo conserva un cutis espléndido a su edad, siempre descojonándose de todo, se las pasa sonriendo siempre. Está mejor ahora que cuando era joven, feísimo por Dios.
Sin embargo Michiko ha sido muy guapa, qué mujer más delicada, otra que igual está maldiciendo a toda tu familia pero l ohace desde esa sonrisa. Si se las pasan partiéndose de risa siempre, hasta Masako.
 
A mi esta noticia me ha causado un gran estupor, la familia real nipona es la última irreductible, fiel a las tradiciones. Este hombre, Akihito, ha cometido el mayor error al anunciar su deseo de abdicar. En otros tiempos errores como este se pagaban muy caro.

El último símbolo cae. Sólo me queda rogar a Dios Todopoderoso para que vele por esta familia, los últimos royals. En mis oraciones de esta semana pido la intercesión de Nuestro Señor para que arroje luz en la mente de Akihito y bondad en su corazón.

Por cierto, me he apuntado a clases de aikido para vivir con más fervor la cultura de Japón.
 
Acaba de salir en royal central el Emperador abdica en 2018, en Diciembre
Según la Kyodo News, la abdicación del actual emperador de Japón, Akihito, se celebrará en diciembre de este año. Ninguna fecha oficial ha sido nombrada, pero el gobierno japonés planea celebrar la ceremonia en el Palacio Imperial donde entregará el trono a su hijo, el príncipe heredero de 57 años Naruhito. El 23 de diciembre es el cumpleaños del emperador, y algunos creen que la ceremonia ocurrirá cerca de esa fecha. El último emperador a abdicar fue en 1817 cuando el emperador Kokaku renunció al trono. Los emperadores japoneses han estado abdicando desde el siglo VII; Sin embargo, han pasado 200 años desde la última ceremonia oficial. El gobierno, según fuentes oficiales, está estudiando documentos que les ayudarán a saber cómo debe llevarse a cabo la ceremonia y las ceremonias de entronización del príncipe heredero. La abdicación oficial y diversas ceremonias de entronización podrían necesitar ser implementadas sólo después de "un acto estatal que requiere la aprobación de la Dieta para llevar a cabo", según las fuentes oficiales. Sólo existe legislación para el "traspaso póstumo" del trono. Por lo tanto, el gobierno del primer ministro Shinzo Abe está trabajando en crear "cambios legales" para que el emperador Akihito pueda abdicar de acuerdo a sus deseos declarados que hizo públicos el año pasado. Explicó que quería renunciar debido a su avanzada edad. El emperador sentado está reinando bajo la era Heisei; Esto durará hasta el 31 de diciembre de 2018. La próxima era comenzará con su hijo el 1 de enero de 2019. Para evitar la confusión para la gente y el calendario, la ceremonia tendrá lugar en diciembre. Según las fuentes, la abdicación podría ser como sigue: Un agente, en presencia del emperador "retirado", leerá sus razones para abdicar. En tales ceremonias, un agente lee las palabras de un emperador explicando las razones de su abdicación con el monarca que se retira asistir; Se llevará a cabo antes o después de Kenji a Shokei no Gi, la ceremonia donde las propiedades tradicionales como la espada sagrada y joyas se transmiten al nuevo emperador. Esto es todo lo que necesita el emperador que se retira. La primera responsabilidad del nuevo emperador es celebrar la primera ceremonia de audiencia Choken no Gi para reunirse con los jefes del gobierno parlamentario, los sistemas administrativos y judiciales de Japón con todo ello debido a ocurrir a finales de 2018. En 2019, una entronización Ceremonia, llamada Sokui no Rei, tendrá lugar para anunciar formalmente la adhesión del nuevo emperador.
 
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