El día de mañana (tras una relación destructiva)

Los apegos son otro tipo de adicciones emocionales.
Son muy tóxicos.
Tenemos apegos a relaciones de años y q no nos aportan nada,mejor dicho nos aportan problemas emocionales (rabia,tristeza..) y somos incapaces de romperlas o transformarlas....
No no fueron por chorradas un familiar suyo hizo una faena a un familiar mio, mi familiar me pidio que no rompiese la amistad el familiar suyo si se lo pidio( ese familiar suyo ademas le dio trabajo al marido) y llego hasta retirarme el saludo, ahora el marido ya no trabaja alli se por terceras personas que se arrepiente, pero la put* frialdad que de la noche a la mañana te retire el saludo alguien con quien creciste que no te llame para decir mira perdona nos veremos menos un algo....que yo lo hubiese enetendido, no tiene perdon, pero esto es la jungla y ahi como ya no le convengas a alguien, en fin naturaleza humana hay muy poca gente noble en esta vida eso lo tengo clarisimo
Las relaciones humanas son complejas y si se mezcla trabajo/familia todavía más.
Gente noble? Es una especie en vías de extinción.
 
Hola primas, vengo a desahogarme. Cortaron conmigo hace poco y aunque habrán pasado unos quince días siento que necesito escribir en profundidad al respecto. Cuando vi este tema me pareció positivo tanto para aliviarme como para -quizás- hacerle compañía a quien pueda estar pasando por algo similar. La mía era una relación a distancia que ha durado cuatro años, siendo él más pequeño que yo por dos años. Aunque la ruptura fue amistosa (Todo lo amistosas que pueden ser las rupturas, ya me entendéis) esta siendo bastante dolorosa para mi. No es la primera vez que cortamos, pero esta será la definitiva, o así lo espero.

He decidido colocar en spoiler la primera parte de la relación, que sí fue tóxica y terriblemente destructiva. Es mucho texto y siento alargarme tanto, pero necesitaba recordarlo todo, sacarlo de nuevo. También quiero aclarar algo, y es que dejo muy mala impresión de él en ese spoiler (en el mensaje en general), y quizás no la merezca. Dado que esto es tan sólo un foro y obviamente él no va a saber de él, no me preocupa demasiado. Pero debo clarificar que no es un mal chico, ni un maltratador. Simplemente es bastante inmaduro, algo egoísta. Las cosas que cuento en el spoiler ya estan perdonadas y si las he relatado es porque a veces viene bien rememorar. Por otra parte, quiero dejar claro que yo no quiero influenciar en nadie y sé que puede ser un poco patético escribir tantísimo sobre cuestiones privadas, pero de verdad necesito dejarlo ir. Algo que me ha causado esta ruptura es incapacidad para crear, por lo menos los primeros días. No es que sea una artista pero disfruto de dar mi opinión, de pintar o de cocinar recetas extrañas. Las primas que me reconozcan del post de dalas sabrán que soy insufrible y necesito enrollarme cuando cuento algo. Tras la ruptura no he sido capáz hasta ahora de comentar en el foro, ni de trabajar en mi tésis, ni de cocinar, ni he dibujado como solía hacerlo. Sentía que mi capacidad para transmitir se había secado y no era capáz de vivir como hasta ahora: dando la lata. Pues lo siento, pero ya va siendo hora de volver a abrirme al mundo de nuevo, aunque sea mediante un comentario interminable que a nadie le va a interesar. Ojalá le sirva aunque sea a una persona que necesite entretenerse de cualquier manera, y si me entiendes, si te ves identificada con algo de lo que cuento, un abrazo y mucha fuerza.

Nuestro primer año fue terrible. Pasó de hablarme, buscarme, de llorar cuando nos despedíamos, de mostrarme en sus rrss a poco a poco ir perdiendo el interés. No me contaba sus cosas, debía ser yo quien mantuviera el contacto, quien planificase los viajes, quitó progresivamente nuestras fotos de sus perfiles... Para mi sufrir esa decadencia en la relación fue muy duro, e intentaba salvarla como podía. Reconozco que fue una experiencia humillante, y más teniendo en cuenta que siempre he tenido la suerte de tener muy claras las "banderas rojas" y en cualquier otro caso hubiera actuado distinto. Pero se juntó que yo estaba muy enganchada con que no estaba pasando por un buen momento anímicamente; tenía una relación muy tóxica en el seno de mi familia, la universidad me iba mal, el carnet de conducir peor, y el único amigo con el que compartía clases en la carrera las dejó por leucemia. Acabé deprimida. Un día, después de discutir, corté con él. Debo decir que esa temporada es muy confusa en mi memoria y tengo lagunas debido a que pasé por etapas de despersonalización, pero creo que nunca había llorado tanto. Él no sabe expresar lo que siente con claridad, y antes aún menos: yo quería dejarle llamándole porque necesitaba hablar las cosas, y esperé por horas a que el "quisiera". Como no veía ninguna intención de llamada, le escribí por whatsapp lo que le quería decir y le bloqueé. No duré ni un día; a la misma noche él estaba buscándome, recordando en sus rrss lo bonito que había sido y en general pidiéndome volver. Me dijo que debíamos hablar y que había tenido dudas pero ya lo tenía todo claro. Que necesitábamos reencauzar la relación. Sin embargo a las semanas ese reencuentro que me había prometido no pasaba, y volvíamos a estar distantes. Yo me estaba volviendo loca, recuerdo temblar constantemente, dormirme llorando, ir a clases con el piloto automático en mi cabeza y no enterarme de absolutamente nada. De nuevo, comencé a sopesar la idea de cortar, pero me sentía tan débil y hundida que la simple idea me daba pánico. Mi amigo con leucemia empeoró. Fui a visitarle con otra amiga y recuerdo sorprenderme de mi fortaleza al pasar horas a su lado escondiendo el dolor que sentía, intentando parecer feliz para darle ánimos, hablando de los planes que haríamos cuando se recuperase. Al día siguiente me armé de valor y volví a cortar con él. Él me pidió explicaciones, me dijo que estaba decepcionado; obviamente yo le conté que para mí no era normal ver que todavía no había hecho por venir a verme, ni siquiera me había comentado cuando lo haría. Él se enfadó, y me dijo que si de verdad quería saber qué era lo que, en la otra ruptura, me había dicho que "debía contarme": cuernos. Como detalle adicional diré que no fue capáz de decírmelo en la propia llamada, sino por whatsapp, cuando yo ya me había despedido de él. Le mandé un audio a lo laura escanes (lol) y me fuí a casa a llorar. Al día siguiente mi amigo falleció. Recuerdo cuando su madre me lo dijo, recuerdo decírselo a mi grupo de amigos. Recuerdo encontrarme con la chica con la que le había ido a visitar dos días atrás y sentir que me desmayaba al abrazarla. Sé que quizás no tiene mucho que ver, pero enterrar a un amigo con 20 años habiendo cortado un día antes con tu pareja fue demasiado. Dos duelos seguidos. De nuevo, cuando él volvió a buscarme caí. Yo ya había empezado a aplicar el contacto cero pero él se enteró de que su padre tenía cáncer y necesitaba hablarlo con alguien. Pronto, ese "necesitaba hablarlo" se volvió un "necesitaba volver", y de nuevo caí. También es cierto que todo esto pasó en un lapso de tiempo muy corto, apenas tres días después del funeral. Yo estaba muy machacada, no sé realmente ni cómo describirlo. Volví a intentar aprobar el práctico del carnet de conducir habiendo tomado antidepresivos, fijáos si estaba hecha polvo. Pero lo cierto es que él fue un apoyo importante. Me pidió perdón por el daño hecho y se comprometió a venir a verme unos días. Me escuchó e intentó animar. Es cierto que yo estaba mucho peor, pero nos sostuvimos los dos. Pasaron seis meses, la relación iba bien. Siento no entrar en detalles, la verdad es que para mí estos seis meses me sirvieron de alivio. Dejé de intentar sacarme el carnet de conducir, a pesar de las presiones familiares. En concreto, la persona de mi casa que me machacaba me vio tan destruída que se abstuvo de seguir dilapidándome emocionalmente (suena muy pedante, pero es que era así). Seguí con la carrera. Fuí a la psicóloga. Conté con el apoyo de mis amigos, de familiares a quien admiro mucho. Volví a estar estable. Quizás no feliz, porque sentía pánico por el futuro. De vez en cuando tenía ataques de ansiedad, me volví celosa pero mi pareja lo entendió y supo cuidarme, tranquilizarme. Hasta que le dio el venazo otra vez.

Cortó conmigo antes de mis exámenes finales, ni me llamó. Me mandó un texto enorme por whatsapp donde me decía que ya no sentía lo mismo, que le perdonase, que quería cortar. Yo le respondí un texto similar explicándole que lo entendía, que gracias por dejarme "bien" (nunca hagáis esto. No déis las gracias porque os traten como a seres humanos dignos.), que no quería tener contacto por un tiempo. No me respondió. Recaí en la depresión, pero es cierto que fue todo más simple. Recurrí a mis amigas, a mi familia. Me centré en los exámenes finales, aunque es cierto que estudiar en esas condiciones me fue muy difícil. Pero, de nuevo, volvió. Un día, volviendo de la universidad, me llego un mensaje suyo diciendo que quería hablar, sincerarse. Que me echaba de menos. Que quería retomar la relación. Que no había estado con nadie, porque no se veía con nadie más. Que si por favor me podía llamar. Ahí me perdí. En la llamada. Acabamos acordando vernos y arreglar las cosas. Yo me sentía mal en el fondo, supongo que siempre supe que no podía funcionar. Así hasta hoy, años después.

Hace unos días me dijo que no quería venir a verme en semana santa. Que no le apetecía. Lo sentía, pero tampoco podía ocultar sus sentimientos, es más, ya no se veía teniendo el futuro que habíamos pensado. La verdad es que, si lo pienso, se veía venir, pero me pilló desprevenida. A él siempre le costaba más organizar los viajes (es más, a veces se le "olvidaba" comprar billetes y acabábamos retrasándolos), él ya no quería colgar fotos conmigo en sus rrss, no le apetecía hacer planes. Siempre que nos veíamos se pasaba el viaje durmiendo, o bien acabábamos viendo series. La verdad es que se sentía culpable por ello, y me lo decía, pero tonta de mi yo le contestaba que venía a verle, que no me importaba quedarme en casa. Falso. Como cualquier persona yo quería ver mundo, salir a comer fuera, planear visitar sitios interesantes... pero el amor ciega mucho, seguía siendo feliz. Una parte de mi, sin embargo, notaba que no estaba muy segura de la relación. Mi idea era irme a vivir a su misma ciudad el año que viene, él no lo sabía. Quería darle la sorpresa una vez aceptada en el postgrado de su universidad, y comenzar a vivir a minutos en vez de a seis horas de distancia. Pero quería asegurarme de su compromiso, y a la vez disfrutar de la libertad que me quedaba. Así que planeé irme de au pair dos meses este verano, antes de empezar el curso allí. Ha cortado conmigo medio mes antes de que me marche (me voy el 29), y de hecho ahora desde la distancia veo el por qué.

El motivo de la ruptura sigue siendo el mismo de la primera vez: no quiere atarse. Pero ahora hay una gran diferencia. Ahora esta estudiando y trabajando, con lo cual esta mucho más entretenido y no tiene tanto tiempo para pensar o echarme de menos. Ahora su grupo de amigos sale de fiesta bastante más. Ahora me voy a ir dos meses a otro país, cosa que imposibilita que nos encontremos. Incluso cortó conmigo un día después del cumpleaños de mi mejor amiga, supongo que para no arruinármelo. Entiendo que es más joven, y que la distancia, y más cuando es tanta, pesa. Pero me ha dolido mucho. Entiendo que leyendo los párrafos anteriores suene estúpido, pero ha sido una relación muy bonita y que me ha hecho muy feliz. Siento que crecimos juntos, simplemente que yo me enamoré más, o bien que él no lo suficiente. En cualquier caso, ya está.

Reconozco que es muy distinta una ruptura cuando estas inmersa en la depresión, cuando estas recuperada y cuando partes de ser feliz. Siento que he pasado por las tres, con la misma persona. Esta última ha sido calmada, dolorosa pero sincera. No hablamos desde entonces, y reconozco que le echo muchísimo de menos. No le bloqueé, pero le tengo silenciado y su chat archivado. Lo más duro han sido los planes. Hasta hace nada habíamos dicho de ir a mi pueblo en Agosto, de vernos en el au pair, de cómo iban a ser nuestros perros. Imaginarme un futuro sin él aún me cuesta, aún lo veo gris. Es curioso como no me asustaba ir a vivir a otra ciudad, pero sí quedarme en la mía con los mismos objetivos profesionales, pero sin él. A ratos me encuentro fantaseando sobre volvernos a ver, algunas veces en un futuro lejano, otras en un presente deformado. Me obligo a eliminar esas ideas porque, aunque entiendo que es normal, no creo que sea sano. Los primeros días debía obligarme a comer, a dormir, a ducharme. Ahora soy capáz de hacerlo sin esfuerzo, aunque debo retomar mi TFM. Se lo he dicho a los miembros de mi familia en quienes confío. Mi abuela fue de las primeras en enterarse, es la persona que más admiro y me consoló de una manera que nadie más ha sabido hacer. Mi mejor amiga también ha debido soportar muchos lloros, lamentos y dramatismo. Siento que sólo ella me entiende porque tenemos formas de concebir el mundo muy similares. Tengo otros tres amigos tremendamente valiosos para esta situación, cada uno a su manera me aporta su punto de vista y su apoyo. También amistades con menos confianza, pero que me quieren y son un soplo de aire fresco cuando quedo con ellos. Salgo de casa lo máximo posible. He tenido que dejar el gimnasio porque me voy a otro país y porque comer en estos momentos me cuesta demasiado como para exigirme físicamente (estoy unos kilos por debajo del peso recomendable para mi altura y edad). Salgo a andar, ayer fui de paseo con mi grupo de amigos, tomé un café con otra amiga, me compré ropa, me hice una mascarilla para el pelo. Tengo muchísimo dinero que había ahorrado todos estos años para irme a vivir a su ciudad, obviamente no todo, pero me estoy dando caprichos con él. Hoy mismo iré al cine para ver endgame. Leo sobre rupturas y sobre psicología. Todo esto me ha pillado en un momento de mi vida en el que tengo tiempo libre, dinero y estabilidad mental, así que lo aprovecho. Y sí se va mejorando. Se tiene bajones, algunos muy difíciles, y noches en las que crees que no vas a llegar al día siguiente. Esta mañana he tenido unas ganas increíbles de ver sus rrss, aunque amigas mías me han dicho que no tontea por ahí con ninguna (supongo que para tranquilizarme), pero me he contenido. No se nada de él desde más o menos cuando cortamos. Él no parece que vaya a volver, así que es posible que no lo haga, por lo menos no próximamente. Una parte de mi se muere porque me hable, por reconciliarnos, por vivir como habíamos querido antes. La ignoro, porque sé que es irracional. A ratos es imposible no escucharla, pero intento centrarme más bien en mi versión de mí misma que agradece al destino que ya no me busque, que incluso teme que lo haga.

Pienso que en estos casos hay que darse cuenta de quién quieres ser. He tenido la contención suficiente para no rogarle, ni buscarle, ni insultarle, tanto durante como tras la ruptura. Pero me queda mucho por aprender. Quiero ser una persona que no desea una relación donde el otro tiene dudas de sus sentimientos. Quiero ser una persona que reclama respeto, compromiso y cuidados. Todavía no lo soy, pero lo quiero ser y trabajo por ello. A fin de cuentas, los miedos y la tristeza al final son sentimientos, son pasajeros. Ahora sientes que te mueres sin él, en unas horas te distraes. Sólo debes identificar el dolor, aceptarlo, vivirlo y desviarlo en cuanto puedas. También siento que debo obligarme a no autocompadecerme. Cuando en las primeras rupturas cortamos, el sentirme engañada y traicionada era comprensible, tenía mis motivos. Pero no ahora. Si tu pareja ya no te quiere lo suficiente no es su culpa, nadie puede obligarse a amar. Recomponerte y tener en mente que no eres ninguna víctima es difícil a veces, pero creo que ayuda a construir tu autoestima.

Por último, quería decir que la vida no se termina. Si algo sentí el día siguiente a la ruptura, fue el pánico al futuro. Sentí que ya no volvería a ser feliz, a querer a nadie, a tener ilusión por la vida o un futuro en pareja. Tenía miedo que la desesperación y soledad que siento ahora fuera permanente. Aún sigo con estos temores (soy más melodramática que el álbum de lorde), pero pasados unos días veo que es una tremenda estupidez. Recuerdo estar contándoselo a mi mejor amiga, lo ególatra que era sintiendo que todo se había terminado para mí cuando tengo 23 años. "23 años, una carrera, estudios postgrado. Estabilidad económica, un viaje al extranjero con trabajo, amigas y familiares que me quieren. Ni siquiera soy fea. ¿Por qué me siento así?" y ella me respondió: por gilipollas. Y suena un poco crudo, pero no lo dijo para nada con la intención de culpabilizarme, y de hecho tiene razón. Es lógico que ella viera lo ridículo del asunto: Su padre se quedó viudo hace tres años, a su madre se la llevó un cáncer. Una persona increíble, y ambos una pareja que se querían con locura, que habían emigrado juntos y comenzaban, tras años de trabajo, a disfrutar de la vida. Cuando ella se fue él estaba en los cincuenta, viviendo en un pueblo, en un trabajo mal pagado, sin estudios, extranjero, con una hija adolescente que mantener, habiendo perdido a la única persona que había querido. Hoy en día vive enamorado de una nueva persona, y feliz. Cuando me puso su ejemplo entendí que cuando estamos desesperados y tristes buscamos razones para entender nuestro estado, y eso sólo hace que nos acabemos regodeando en él. Acepto que la situación económica influye determinantemente en nuestra capacidad para ser felices. Pero ni la edad, ni nuestros estudios, ni mucho menos la apariencia son factores que impidan recuperarnos y volver a ser felices. En el fondo, estamos rodeados de personas fuertes que han sobrevivido a rupturas, pérdidas y retos en situaciones muy difíciles. La hermana de mi amigo fallecido rompió con su pareja de toda la vida meses después del funeral, la sigo en instagram y se fue de misionera, también es feliz. Mi mejor amiga superó la muerte de su madre, esta de prácticas en abogacía y se va a casar. Otra amiga escapó de la prostit*ción, se fugó de una familia desestructurada y acabó viviendo con un maltratador cinco años. Hoy en día ha sido uno de los mayores pilares para mí; tiene su trabajo, vive sola, feliz, espera encontrar en el futuro a alguien con quien tener hijos, y también pensó que su vida se había terminado en su momento. Tengo mil ejemplos, y cualquier persona que me lea los tendría también si se para a reflexionar. No se sale del agujero de la nada, se necesita mucha fuerza y trabajar en el amor propio. Pero todo se sana, y la vida continúa. Un abrazo.
 
Que chute de optimismo leyendo tu post, de verdad gracias y gracias! Con tu historia y los casos que ha contado, veo que se puede salir de una situación trágica. Yo viví también una situación bastante trágica y aunque no se supera nunca, se aprende a vivir con ello y la tristeza se va yendo con el tiempo, y se ve de otra manera. Sigo sin explicarme como puedo estar tan mal por algo que quizás no es tan terrible como otro tipo de situaciones y tengo ataques de ansiedad, dolor, no controlo la situación, no se si es el cúmulo de muchas cosas o de haber aguatando tanto durante tiempo.
 
Hola primas, vengo a desahogarme. Cortaron conmigo hace poco y aunque habrán pasado unos quince días siento que necesito escribir en profundidad al respecto. Cuando vi este tema me pareció positivo tanto para aliviarme como para -quizás- hacerle compañía a quien pueda estar pasando por algo similar. La mía era una relación a distancia que ha durado cuatro años, siendo él más pequeño que yo por dos años. Aunque la ruptura fue amistosa (Todo lo amistosas que pueden ser las rupturas, ya me entendéis) esta siendo bastante dolorosa para mi. No es la primera vez que cortamos, pero esta será la definitiva, o así lo espero.

He decidido colocar en spoiler la primera parte de la relación, que sí fue tóxica y terriblemente destructiva. Es mucho texto y siento alargarme tanto, pero necesitaba recordarlo todo, sacarlo de nuevo. También quiero aclarar algo, y es que dejo muy mala impresión de él en ese spoiler (en el mensaje en general), y quizás no la merezca. Dado que esto es tan sólo un foro y obviamente él no va a saber de él, no me preocupa demasiado. Pero debo clarificar que no es un mal chico, ni un maltratador. Simplemente es bastante inmaduro, algo egoísta. Las cosas que cuento en el spoiler ya estan perdonadas y si las he relatado es porque a veces viene bien rememorar. Por otra parte, quiero dejar claro que yo no quiero influenciar en nadie y sé que puede ser un poco patético escribir tantísimo sobre cuestiones privadas, pero de verdad necesito dejarlo ir. Algo que me ha causado esta ruptura es incapacidad para crear, por lo menos los primeros días. No es que sea una artista pero disfruto de dar mi opinión, de pintar o de cocinar recetas extrañas. Las primas que me reconozcan del post de dalas sabrán que soy insufrible y necesito enrollarme cuando cuento algo. Tras la ruptura no he sido capáz hasta ahora de comentar en el foro, ni de trabajar en mi tésis, ni de cocinar, ni he dibujado como solía hacerlo. Sentía que mi capacidad para transmitir se había secado y no era capáz de vivir como hasta ahora: dando la lata. Pues lo siento, pero ya va siendo hora de volver a abrirme al mundo de nuevo, aunque sea mediante un comentario interminable que a nadie le va a interesar. Ojalá le sirva aunque sea a una persona que necesite entretenerse de cualquier manera, y si me entiendes, si te ves identificada con algo de lo que cuento, un abrazo y mucha fuerza.

Nuestro primer año fue terrible. Pasó de hablarme, buscarme, de llorar cuando nos despedíamos, de mostrarme en sus rrss a poco a poco ir perdiendo el interés. No me contaba sus cosas, debía ser yo quien mantuviera el contacto, quien planificase los viajes, quitó progresivamente nuestras fotos de sus perfiles... Para mi sufrir esa decadencia en la relación fue muy duro, e intentaba salvarla como podía. Reconozco que fue una experiencia humillante, y más teniendo en cuenta que siempre he tenido la suerte de tener muy claras las "banderas rojas" y en cualquier otro caso hubiera actuado distinto. Pero se juntó que yo estaba muy enganchada con que no estaba pasando por un buen momento anímicamente; tenía una relación muy tóxica en el seno de mi familia, la universidad me iba mal, el carnet de conducir peor, y el único amigo con el que compartía clases en la carrera las dejó por leucemia. Acabé deprimida. Un día, después de discutir, corté con él. Debo decir que esa temporada es muy confusa en mi memoria y tengo lagunas debido a que pasé por etapas de despersonalización, pero creo que nunca había llorado tanto. Él no sabe expresar lo que siente con claridad, y antes aún menos: yo quería dejarle llamándole porque necesitaba hablar las cosas, y esperé por horas a que el "quisiera". Como no veía ninguna intención de llamada, le escribí por whatsapp lo que le quería decir y le bloqueé. No duré ni un día; a la misma noche él estaba buscándome, recordando en sus rrss lo bonito que había sido y en general pidiéndome volver. Me dijo que debíamos hablar y que había tenido dudas pero ya lo tenía todo claro. Que necesitábamos reencauzar la relación. Sin embargo a las semanas ese reencuentro que me había prometido no pasaba, y volvíamos a estar distantes. Yo me estaba volviendo loca, recuerdo temblar constantemente, dormirme llorando, ir a clases con el piloto automático en mi cabeza y no enterarme de absolutamente nada. De nuevo, comencé a sopesar la idea de cortar, pero me sentía tan débil y hundida que la simple idea me daba pánico. Mi amigo con leucemia empeoró. Fui a visitarle con otra amiga y recuerdo sorprenderme de mi fortaleza al pasar horas a su lado escondiendo el dolor que sentía, intentando parecer feliz para darle ánimos, hablando de los planes que haríamos cuando se recuperase. Al día siguiente me armé de valor y volví a cortar con él. Él me pidió explicaciones, me dijo que estaba decepcionado; obviamente yo le conté que para mí no era normal ver que todavía no había hecho por venir a verme, ni siquiera me había comentado cuando lo haría. Él se enfadó, y me dijo que si de verdad quería saber qué era lo que, en la otra ruptura, me había dicho que "debía contarme": cuernos. Como detalle adicional diré que no fue capáz de decírmelo en la propia llamada, sino por whatsapp, cuando yo ya me había despedido de él. Le mandé un audio a lo laura escanes (lol) y me fuí a casa a llorar. Al día siguiente mi amigo falleció. Recuerdo cuando su madre me lo dijo, recuerdo decírselo a mi grupo de amigos. Recuerdo encontrarme con la chica con la que le había ido a visitar dos días atrás y sentir que me desmayaba al abrazarla. Sé que quizás no tiene mucho que ver, pero enterrar a un amigo con 20 años habiendo cortado un día antes con tu pareja fue demasiado. Dos duelos seguidos. De nuevo, cuando él volvió a buscarme caí. Yo ya había empezado a aplicar el contacto cero pero él se enteró de que su padre tenía cáncer y necesitaba hablarlo con alguien. Pronto, ese "necesitaba hablarlo" se volvió un "necesitaba volver", y de nuevo caí. También es cierto que todo esto pasó en un lapso de tiempo muy corto, apenas tres días después del funeral. Yo estaba muy machacada, no sé realmente ni cómo describirlo. Volví a intentar aprobar el práctico del carnet de conducir habiendo tomado antidepresivos, fijáos si estaba hecha polvo. Pero lo cierto es que él fue un apoyo importante. Me pidió perdón por el daño hecho y se comprometió a venir a verme unos días. Me escuchó e intentó animar. Es cierto que yo estaba mucho peor, pero nos sostuvimos los dos. Pasaron seis meses, la relación iba bien. Siento no entrar en detalles, la verdad es que para mí estos seis meses me sirvieron de alivio. Dejé de intentar sacarme el carnet de conducir, a pesar de las presiones familiares. En concreto, la persona de mi casa que me machacaba me vio tan destruída que se abstuvo de seguir dilapidándome emocionalmente (suena muy pedante, pero es que era así). Seguí con la carrera. Fuí a la psicóloga. Conté con el apoyo de mis amigos, de familiares a quien admiro mucho. Volví a estar estable. Quizás no feliz, porque sentía pánico por el futuro. De vez en cuando tenía ataques de ansiedad, me volví celosa pero mi pareja lo entendió y supo cuidarme, tranquilizarme. Hasta que le dio el venazo otra vez.

Cortó conmigo antes de mis exámenes finales, ni me llamó. Me mandó un texto enorme por whatsapp donde me decía que ya no sentía lo mismo, que le perdonase, que quería cortar. Yo le respondí un texto similar explicándole que lo entendía, que gracias por dejarme "bien" (nunca hagáis esto. No déis las gracias porque os traten como a seres humanos dignos.), que no quería tener contacto por un tiempo. No me respondió. Recaí en la depresión, pero es cierto que fue todo más simple. Recurrí a mis amigas, a mi familia. Me centré en los exámenes finales, aunque es cierto que estudiar en esas condiciones me fue muy difícil. Pero, de nuevo, volvió. Un día, volviendo de la universidad, me llego un mensaje suyo diciendo que quería hablar, sincerarse. Que me echaba de menos. Que quería retomar la relación. Que no había estado con nadie, porque no se veía con nadie más. Que si por favor me podía llamar. Ahí me perdí. En la llamada. Acabamos acordando vernos y arreglar las cosas. Yo me sentía mal en el fondo, supongo que siempre supe que no podía funcionar. Así hasta hoy, años después.

Hace unos días me dijo que no quería venir a verme en semana santa. Que no le apetecía. Lo sentía, pero tampoco podía ocultar sus sentimientos, es más, ya no se veía teniendo el futuro que habíamos pensado. La verdad es que, si lo pienso, se veía venir, pero me pilló desprevenida. A él siempre le costaba más organizar los viajes (es más, a veces se le "olvidaba" comprar billetes y acabábamos retrasándolos), él ya no quería colgar fotos conmigo en sus rrss, no le apetecía hacer planes. Siempre que nos veíamos se pasaba el viaje durmiendo, o bien acabábamos viendo series. La verdad es que se sentía culpable por ello, y me lo decía, pero tonta de mi yo le contestaba que venía a verle, que no me importaba quedarme en casa. Falso. Como cualquier persona yo quería ver mundo, salir a comer fuera, planear visitar sitios interesantes... pero el amor ciega mucho, seguía siendo feliz. Una parte de mi, sin embargo, notaba que no estaba muy segura de la relación. Mi idea era irme a vivir a su misma ciudad el año que viene, él no lo sabía. Quería darle la sorpresa una vez aceptada en el postgrado de su universidad, y comenzar a vivir a minutos en vez de a seis horas de distancia. Pero quería asegurarme de su compromiso, y a la vez disfrutar de la libertad que me quedaba. Así que planeé irme de au pair dos meses este verano, antes de empezar el curso allí. Ha cortado conmigo medio mes antes de que me marche (me voy el 29), y de hecho ahora desde la distancia veo el por qué.

El motivo de la ruptura sigue siendo el mismo de la primera vez: no quiere atarse. Pero ahora hay una gran diferencia. Ahora esta estudiando y trabajando, con lo cual esta mucho más entretenido y no tiene tanto tiempo para pensar o echarme de menos. Ahora su grupo de amigos sale de fiesta bastante más. Ahora me voy a ir dos meses a otro país, cosa que imposibilita que nos encontremos. Incluso cortó conmigo un día después del cumpleaños de mi mejor amiga, supongo que para no arruinármelo. Entiendo que es más joven, y que la distancia, y más cuando es tanta, pesa. Pero me ha dolido mucho. Entiendo que leyendo los párrafos anteriores suene estúpido, pero ha sido una relación muy bonita y que me ha hecho muy feliz. Siento que crecimos juntos, simplemente que yo me enamoré más, o bien que él no lo suficiente. En cualquier caso, ya está.

Reconozco que es muy distinta una ruptura cuando estas inmersa en la depresión, cuando estas recuperada y cuando partes de ser feliz. Siento que he pasado por las tres, con la misma persona. Esta última ha sido calmada, dolorosa pero sincera. No hablamos desde entonces, y reconozco que le echo muchísimo de menos. No le bloqueé, pero le tengo silenciado y su chat archivado. Lo más duro han sido los planes. Hasta hace nada habíamos dicho de ir a mi pueblo en Agosto, de vernos en el au pair, de cómo iban a ser nuestros perros. Imaginarme un futuro sin él aún me cuesta, aún lo veo gris. Es curioso como no me asustaba ir a vivir a otra ciudad, pero sí quedarme en la mía con los mismos objetivos profesionales, pero sin él. A ratos me encuentro fantaseando sobre volvernos a ver, algunas veces en un futuro lejano, otras en un presente deformado. Me obligo a eliminar esas ideas porque, aunque entiendo que es normal, no creo que sea sano. Los primeros días debía obligarme a comer, a dormir, a ducharme. Ahora soy capáz de hacerlo sin esfuerzo, aunque debo retomar mi TFM. Se lo he dicho a los miembros de mi familia en quienes confío. Mi abuela fue de las primeras en enterarse, es la persona que más admiro y me consoló de una manera que nadie más ha sabido hacer. Mi mejor amiga también ha debido soportar muchos lloros, lamentos y dramatismo. Siento que sólo ella me entiende porque tenemos formas de concebir el mundo muy similares. Tengo otros tres amigos tremendamente valiosos para esta situación, cada uno a su manera me aporta su punto de vista y su apoyo. También amistades con menos confianza, pero que me quieren y son un soplo de aire fresco cuando quedo con ellos. Salgo de casa lo máximo posible. He tenido que dejar el gimnasio porque me voy a otro país y porque comer en estos momentos me cuesta demasiado como para exigirme físicamente (estoy unos kilos por debajo del peso recomendable para mi altura y edad). Salgo a andar, ayer fui de paseo con mi grupo de amigos, tomé un café con otra amiga, me compré ropa, me hice una mascarilla para el pelo. Tengo muchísimo dinero que había ahorrado todos estos años para irme a vivir a su ciudad, obviamente no todo, pero me estoy dando caprichos con él. Hoy mismo iré al cine para ver endgame. Leo sobre rupturas y sobre psicología. Todo esto me ha pillado en un momento de mi vida en el que tengo tiempo libre, dinero y estabilidad mental, así que lo aprovecho. Y sí se va mejorando. Se tiene bajones, algunos muy difíciles, y noches en las que crees que no vas a llegar al día siguiente. Esta mañana he tenido unas ganas increíbles de ver sus rrss, aunque amigas mías me han dicho que no tontea por ahí con ninguna (supongo que para tranquilizarme), pero me he contenido. No se nada de él desde más o menos cuando cortamos. Él no parece que vaya a volver, así que es posible que no lo haga, por lo menos no próximamente. Una parte de mi se muere porque me hable, por reconciliarnos, por vivir como habíamos querido antes. La ignoro, porque sé que es irracional. A ratos es imposible no escucharla, pero intento centrarme más bien en mi versión de mí misma que agradece al destino que ya no me busque, que incluso teme que lo haga.

Pienso que en estos casos hay que darse cuenta de quién quieres ser. He tenido la contención suficiente para no rogarle, ni buscarle, ni insultarle, tanto durante como tras la ruptura. Pero me queda mucho por aprender. Quiero ser una persona que no desea una relación donde el otro tiene dudas de sus sentimientos. Quiero ser una persona que reclama respeto, compromiso y cuidados. Todavía no lo soy, pero lo quiero ser y trabajo por ello. A fin de cuentas, los miedos y la tristeza al final son sentimientos, son pasajeros. Ahora sientes que te mueres sin él, en unas horas te distraes. Sólo debes identificar el dolor, aceptarlo, vivirlo y desviarlo en cuanto puedas. También siento que debo obligarme a no autocompadecerme. Cuando en las primeras rupturas cortamos, el sentirme engañada y traicionada era comprensible, tenía mis motivos. Pero no ahora. Si tu pareja ya no te quiere lo suficiente no es su culpa, nadie puede obligarse a amar. Recomponerte y tener en mente que no eres ninguna víctima es difícil a veces, pero creo que ayuda a construir tu autoestima.

Por último, quería decir que la vida no se termina. Si algo sentí el día siguiente a la ruptura, fue el pánico al futuro. Sentí que ya no volvería a ser feliz, a querer a nadie, a tener ilusión por la vida o un futuro en pareja. Tenía miedo que la desesperación y soledad que siento ahora fuera permanente. Aún sigo con estos temores (soy más melodramática que el álbum de lorde), pero pasados unos días veo que es una tremenda estupidez. Recuerdo estar contándoselo a mi mejor amiga, lo ególatra que era sintiendo que todo se había terminado para mí cuando tengo 23 años. "23 años, una carrera, estudios postgrado. Estabilidad económica, un viaje al extranjero con trabajo, amigas y familiares que me quieren. Ni siquiera soy fea. ¿Por qué me siento así?" y ella me respondió: por gilipollas. Y suena un poco crudo, pero no lo dijo para nada con la intención de culpabilizarme, y de hecho tiene razón. Es lógico que ella viera lo ridículo del asunto: Su padre se quedó viudo hace tres años, a su madre se la llevó un cáncer. Una persona increíble, y ambos una pareja que se querían con locura, que habían emigrado juntos y comenzaban, tras años de trabajo, a disfrutar de la vida. Cuando ella se fue él estaba en los cincuenta, viviendo en un pueblo, en un trabajo mal pagado, sin estudios, extranjero, con una hija adolescente que mantener, habiendo perdido a la única persona que había querido. Hoy en día vive enamorado de una nueva persona, y feliz. Cuando me puso su ejemplo entendí que cuando estamos desesperados y tristes buscamos razones para entender nuestro estado, y eso sólo hace que nos acabemos regodeando en él. Acepto que la situación económica influye determinantemente en nuestra capacidad para ser felices. Pero ni la edad, ni nuestros estudios, ni mucho menos la apariencia son factores que impidan recuperarnos y volver a ser felices. En el fondo, estamos rodeados de personas fuertes que han sobrevivido a rupturas, pérdidas y retos en situaciones muy difíciles. La hermana de mi amigo fallecido rompió con su pareja de toda la vida meses después del funeral, la sigo en instagram y se fue de misionera, también es feliz. Mi mejor amiga superó la muerte de su madre, esta de prácticas en abogacía y se va a casar. Otra amiga escapó de la prostit*ción, se fugó de una familia desestructurada y acabó viviendo con un maltratador cinco años. Hoy en día ha sido uno de los mayores pilares para mí; tiene su trabajo, vive sola, feliz, espera encontrar en el futuro a alguien con quien tener hijos, y también pensó que su vida se había terminado en su momento. Tengo mil ejemplos, y cualquier persona que me lea los tendría también si se para a reflexionar. No se sale del agujero de la nada, se necesita mucha fuerza y trabajar en el amor propio. Pero todo se sana, y la vida continúa. Un abrazo.

Tanto leer tu post como el de @Biipa me han ayudado muchísimo. Ahora mismo estoy jodida, muy jodida, pero voy a estar bien.

Gracias por ser un ejemplo para las demás.
 
Pues yo el sábado hace 3 meses que deje 12 años de relación después de mucho sufrimiento y paralización absoluta por el miedo que me daba dar el paso. Las dos primeras semanas fueron horribles, estaba trastrornada solo quería volver a mi vida infeliz porque era lo que conocia.
Después de esas dos primeras semanas donde lo que sufri fue el cambio (casa, rutinas etc..) me di cuenta de que en ningún momento echaba de menos a la persona, y estaba muuuy agusto sin verle ni saber nada de el, estaba en paz, y supe lo que hacía años ya sabia pero el miedo no me dejó aceptar que era que no estaba ni mínimamente enamorada, y por eso nuestra vida era un infierno, ademas de que cada uno tenia maneras irreconciliables de ver la vida. Hoy esty con una sensación que me cuesta explicar, estoy inmensamente feliz sola, porfin nadie me amarga los dias, y no supedito mi vida ni mis sueños a nadie, solo a mi misma. Lo que me esta costando es perdonarme a mi misma por no haber salido de todo esto antes, pero esa persona me comió.. la vitalidad y mi autoestima, y ahora cuando ya estoy volviendo a la vida me doy cuenta de lo anulada que vivi durante años.. mi familia esta siendo el apoyo mas importante, y gracias a ellos en pocos meses podré empezar de nuevo, viviré sola y disfrutare de la libertad que tanto me ha costado conseguir. Y ha sido la lección de vida mas importante que he aprendido a mis 30.
Jamás dejes que nadie te robe a ti misma, y que nadie robe tu vida. Que nadie te quite tu esencia, tu ser. Yo estoy trabajando en perdonarme, y veo el futuro con la ilusión de haber sentido que el mismo lo tenia condenado.
 
Pues yo el sábado hace 3 meses que deje 12 años de relación después de mucho sufrimiento y paralización absoluta por el miedo que me daba dar el paso. Las dos primeras semanas fueron horribles, estaba trastrornada solo quería volver a mi vida infeliz porque era lo que conocia.
Después de esas dos primeras semanas donde lo que sufri fue el cambio (casa, rutinas etc..) me di cuenta de que en ningún momento echaba de menos a la persona, y estaba muuuy agusto sin verle ni saber nada de el, estaba en paz, y supe lo que hacía años ya sabia pero el miedo no me dejó aceptar que era que no estaba ni mínimamente enamorada, y por eso nuestra vida era un infierno, ademas de que cada uno tenia maneras irreconciliables de ver la vida. Hoy esty con una sensación que me cuesta explicar, estoy inmensamente feliz sola, porfin nadie me amarga los dias, y no supedito mi vida ni mis sueños a nadie, solo a mi misma. Lo que me esta costando es perdonarme a mi misma por no haber salido de todo esto antes, pero esa persona me comió.. la vitalidad y mi autoestima, y ahora cuando ya estoy volviendo a la vida me doy cuenta de lo anulada que vivi durante años.. mi familia esta siendo el apoyo mas importante, y gracias a ellos en pocos meses podré empezar de nuevo, viviré sola y disfrutare de la libertad que tanto me ha costado conseguir. Y ha sido la lección de vida mas importante que he aprendido a mis 30.
Jamás dejes que nadie te robe a ti misma, y que nadie robe tu vida. Que nadie te quite tu esencia, tu ser. Yo estoy trabajando en perdonarme, y veo el futuro con la ilusión de haber sentido que el mismo lo tenia condenado.

Me alegro muchísimo. No hay nada mejor que hacer las paces contigo misma y volver a disfrutar de lo que amas.
 

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