El colegio de los royals europeos

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Ni el de Leonor ni el de George: este es el colegio más cotizado de los royals europeos

Aunque son muy diferentes, los centros donde estudian los royals europeos tienen un punto en común: todos ellos son muy cotizados y reconocidos en sus respectivos países.

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Leonor y Sofía, entrando al colegio Santa María de los Rosales. (Limited Pictures)

A.RODRÍGUEZ
12/09/2020 05:00


La infanta Sofía se convertía este viernes en la última royal europea en incorporarse a las clases.

Dos días antes, le había tocado el turno a su hermana, la princesa Leonor, casualmente el mismo día que Jacques y Gabriella de Mónaco.

Y el lunes lo hacían los príncipes George y Charlotte de Cambridge.

Han sido los más tardíos, después de que el resto de príncipes europeos en edad escolar volvieran al colegio en semanas anteriores, incorporándose después de muchos meses a un curso que va a estar marcado por el coronavirus.

Algunos de los centros donde estudian son públicos y gratuitos, otros siguen el modelo concertado y otros son privados. Pero hay un punto que tienen en común. Y es que todos ellos son muy cotizados y reconocidos en sus respectivos países. Aunque el hecho de contar entre sus alumnos con nombres tan ilustres como Christian de Dinamarca, Ingrid de Noruega o Amalia de Holanda les da más fama, ya eran de los más valorados aun sin la lógica publicidad que les proporcionan sus alumnos reales.

Con métodos educativos y filosofías académicas diferentes, todos ellos serán clave para la formación de los futuros monarcas europeos.

Ingrid Alexandra de Noruega

En Vanitatis hemos querido hacer un repaso a estos colegios y analizar qué hace que sean los centros más deseados por los estudiantes -y por sus padres-. Y sin duda, el que se lleva la palma es el Elvebakken Skole, el centro donde la princesa Ingrid de Noruega se ha estrenado este año para cursar el bachillerato.

Es el centro de Oslo que más solicitudes de ingreso recibe, pero también es el que más restringido tiene el acceso.

Combina la enseñanza ordinaria con las prácticas y su programa de internalización de los alumnos es muy valorado, además de tener numerosos premios por los diferentes proyectos que desarrollan en cada curso.

Al ser uno de los más cotizados, la política de acceso es muy restrictiva. Se tiene tiene muy en cuenta su currículum académico y se pide una nota media de mínimo 5,12 para entrar. Muy alta si tenemos el cuenta que el promedio en Noruega se hace sobre seis. Así que es de suponer que las calificaciones de Ingrid Alexandra fueron estupendas y suficientes para poder ingresar en este colegio, en el que se ha mezclado con más de 1.400 alumnos, procendentes del resto de institutos de la capital.

Los padres saben además que el éxito académico de sus hijos está asegurado aquí: la nota media de los estudiantes al terminar sus estudios es de un 5,45.



La princesa Ingrid Alexandra, en una imagen de archivo. (Getty)

La princesa Ingrid Alexandra, en una imagen de archivo. (Getty)


Amalia, Alexia y Ariadne de Holanda

La 'triple A', como llaman a las princesas en los Países Bajos estudian en el Instituto Cristiano Sorghvliet, un centro famoso por su alta calidad de enseñanza, del que han salido, por ejemplo, varios ministros holandeses o el alcalde de La Haya, donde está situado.

Si pudiéramos calificar un centro de esta lista como 'elitista', es este.

El hecho de que esté siempre en los primeros puestos de los rankings que se elaboran con los colegios más valorados del país hace que sea uno de los más solicitados, independientemente de que las hijas de Guillermo y Máxima estén entre sus estudiantes.

Este instituto tiene base protestante, un gran programa de actividades extraescolares y deportes y es gratuito, como el resto de centros escolares del país.

Es luego cada colegio el que pide a los padres un 'donativo' para cubrir los costes extras, para sufragar por ejemplo excursiones, material extraexcolar y demás.

Un dinero que se supone voluntario, pero que, de no darse, puede impedir a los alumnos acceder a esos viajes o actividades adicionales.



Amalia, Alexia y Ariadne. (Reuters)

Amalia, Alexia y Ariadne. (Reuters)


Estelle de Suecia

La futura heredera estudia en el Campus Manilla, que es también un centro gratuito. Se trata de una escuela independiente, una calificación sueca para los colegios que no se financian ni de manera privada ni de manera pública, sino que suelen pertenecer a fundaciones o empresas. Pueden tener sus propias reglas y métodos de enseñanza, mientras estén dentro de las leyes suecas.

En el caso del Campus Manilla, la característica que lo diferencia es por la importancia que da al entorno natural, la ecología y la salud infantil, estando el deporte y la danza como disciplinas que destacan en el abanico de oferta de clases.

Es uno de los centros de más difícil acceso en Suecia y de los más valorados, pero también tiene opiniones en contra, ya que el sistema de calificación de los alumnos no se basa en los méritos de un estudiante en concreto, sino en comparación con el resto. Es decir, que toda una clase no podría sacar un sobresaliente en un examen, siempre dependería de otros factores. Un sistema que no convence a todos.



La princesa Estelle, en una imagen de archivo. (Getty)

La princesa Estelle, en una imagen de archivo. (Getty)


Christian de Dinamarca

El futuro heredero danés también estudia en uno de los centros más reputados de su país, el Tranegaard Skole, ubicado en Hellerup, un distrito a las afueras de Copenhague que cuenta con uno de los ayuntamientos de renta per cápita más alta del país.

La decisión fue en su momento muy aplaudida por los daneses, ya que se convirtió en el primer miembro de la Casa Real en asistir a una escuela pública. Claro que no es una escuela pública cualquiera.

Es el segundo colegio del país con la media más alta de calificación de estudiantes.

También, como las anteriores, es gratuita.



Los hijos de Federico y Mary de Dinamarca. (EFE)

Los hijos de Federico y Mary de Dinamarca. (EFE)

Jacques y Gabriella de Mónaco

Los niños comenzaron el año pasado en el colegio Stella, un centro que abrió sus puertas en 2018 y que se considera a la vanguardia de la tecnología.

Es público y gratuito, a diferencia de su anterior escuela infantil, por la que Alberto y Charlène de Mónaco pagaban 2.500 euros al año.

Una de las características que lo hace más atractivo para los padres es que tiene poco más de 160 alumnos divididos en 8 clases, por lo que en cada grupo hay unos 20 niños.

Es un centro bilingüe donde los alumnos aprenden también inglés y se imparten disciplinas deportivas como la natación, perfecta para Jacques y Gabriella, a los que su madre enseña a nadar desde pequeños.

El centro da mucha importacia a la autonomía de los alumnos y desarrolla casi todo su trabajo a través de las nuevas tecnologías. Pero también incide en los trabajos manuales, sobre todo a través de la jardinería.

Por su modernidad y características, es ahora uno de los colegios más solicitados del principado.



Jacques y Gabriella, en su primer día de curso. (Eric Mathon / Palais Princier)

Jacques y Gabriella, en su primer día de curso. (Eric Mathon / Palais Princier)


George y Charlotte de Cambridge

Dejamos de lado los colegios gratuitos porque el Thomas Batterseas, el centro donde estudian los hijos mayores de Kate Middleton y el príncipe Guillermo, cuesta unas 20.000 libras al año.

Tiene fama de ser un poco 'caótico y bullicioso', especialmente desde que cuenta entre sus filas con los alumnos reales, ya que las solicitudes de admisión se dispararon cuando se conoció cuál iba a ser el centro en el que estudiaría el futuro rey.

Hay alrededor de 600 alumnos, divididos en clases de unos 20 estudiantes.

En este colegio se da mucha importancia a las clases extraescolares y la oferta es variada, desde fútbol a danza, además de varias disciplinas musicales. Y la enseñanza basa gran parte del curso en un sistema de premios y castigos: un alumno recibe un unicornio dorado cuando hace algo notable, mientras que tendrá un tiempo de reflexión si hace algo que no gusta demasiado al profesor. Además, incluso antes de contar en sus clases con George y Charlotte, todos los estudiantes estaban obligados a dejar sus móviles en su taquilla. Aunque hay alumnos que proceden de las familias más ricas del país, hay otros de origen más humilde. Y es que la filosofía de este centro es que, dentro de sus muros, todos son iguales.



Los duques de Cambridge, acompañando a sus hijos el primer día de colegio. (Reuters)

Los duques de Cambridge, acompañando a sus hijos el primer día de colegio. (Reuters)


Leonor y Sofía

El centro Santa María de los Rosales ya era muy conocido antes de la escolarización de las hijas de los Reyes, ya que fue donde estudiaron tanto don Felipe como sus hermanas. Y sí, también es de pago.

Concretamente, siempre dependiendo de si se hace uso de la ruta, del comedor y de otros factores que pueden incrementar el precio, cuesta unos 7.000 euros al año.

Claro que no es para menos: cuenta con unas instalaciones muy amplias y variadas para practicar todo tipo de deportes: además de dos gimnasios, dispone de un campo de hierba artificial, tres pistas de pádel o un campo para practicar golf.

Es un colegio religioso, por lo que la primera comunión de los alumnos y la confirmación son celebraciones oficiales para las que se viste el uniforme del colegio.

Se da mucha importancia al comportamiento de los alumnos en diferentes situaciones, como la hora del comedor.

No es de lo más valorados de la Comunidad de Madrid, y encontramos opiniones de todo tipo, en las que se comentan de forma muy positiva las instalaciones, pero no tanto el sistema de enseñanza y el profesorado.



Leonor y Sofía, el año pasado con los Reyes en el colegio Santa María de los Rosales. (EFE)

Leonor y Sofía, el año pasado con los Reyes en el colegio Santa María de los Rosales. (EFE)

 
En las pruebas de la CAM el Rosales es de los últimos, pero como sabemos España no es en mejorcpais para en mérito si no para a quién conoces o de quien eres familia.
 
Ni el de Leonor ni el de George: este es el colegio más cotizado de los royals europeos

Aunque son muy diferentes, los centros donde estudian los royals europeos tienen un punto en común: todos ellos son muy cotizados y reconocidos en sus respectivos países.

Ver el archivo adjunto 1601397
Leonor y Sofía, entrando al colegio Santa María de los Rosales. (Limited Pictures)

A.RODRÍGUEZ
12/09/2020 05:00


La infanta Sofía se convertía este viernes en la última royal europea en incorporarse a las clases.

Dos días antes, le había tocado el turno a su hermana, la princesa Leonor, casualmente el mismo día que Jacques y Gabriella de Mónaco.

Y el lunes lo hacían los príncipes George y Charlotte de Cambridge.

Han sido los más tardíos, después de que el resto de príncipes europeos en edad escolar volvieran al colegio en semanas anteriores, incorporándose después de muchos meses a un curso que va a estar marcado por el coronavirus.

Algunos de los centros donde estudian son públicos y gratuitos, otros siguen el modelo concertado y otros son privados. Pero hay un punto que tienen en común. Y es que todos ellos son muy cotizados y reconocidos en sus respectivos países. Aunque el hecho de contar entre sus alumnos con nombres tan ilustres como Christian de Dinamarca, Ingrid de Noruega o Amalia de Holanda les da más fama, ya eran de los más valorados aun sin la lógica publicidad que les proporcionan sus alumnos reales.

Con métodos educativos y filosofías académicas diferentes, todos ellos serán clave para la formación de los futuros monarcas europeos.

Ingrid Alexandra de Noruega

En Vanitatis hemos querido hacer un repaso a estos colegios y analizar qué hace que sean los centros más deseados por los estudiantes -y por sus padres-. Y sin duda, el que se lleva la palma es el Elvebakken Skole, el centro donde la princesa Ingrid de Noruega se ha estrenado este año para cursar el bachillerato.

Es el centro de Oslo que más solicitudes de ingreso recibe, pero también es el que más restringido tiene el acceso.

Combina la enseñanza ordinaria con las prácticas y su programa de internalización de los alumnos es muy valorado, además de tener numerosos premios por los diferentes proyectos que desarrollan en cada curso.

Al ser uno de los más cotizados, la política de acceso es muy restrictiva. Se tiene tiene muy en cuenta su currículum académico y se pide una nota media de mínimo 5,12 para entrar. Muy alta si tenemos el cuenta que el promedio en Noruega se hace sobre seis. Así que es de suponer que las calificaciones de Ingrid Alexandra fueron estupendas y suficientes para poder ingresar en este colegio, en el que se ha mezclado con más de 1.400 alumnos, procendentes del resto de institutos de la capital.

Los padres saben además que el éxito académico de sus hijos está asegurado aquí: la nota media de los estudiantes al terminar sus estudios es de un 5,45.



La princesa Ingrid Alexandra, en una imagen de archivo. (Getty)

La princesa Ingrid Alexandra, en una imagen de archivo. (Getty)


Amalia, Alexia y Ariadne de Holanda

La 'triple A', como llaman a las princesas en los Países Bajos estudian en el Instituto Cristiano Sorghvliet, un centro famoso por su alta calidad de enseñanza, del que han salido, por ejemplo, varios ministros holandeses o el alcalde de La Haya, donde está situado.

Si pudiéramos calificar un centro de esta lista como 'elitista', es este.

El hecho de que esté siempre en los primeros puestos de los rankings que se elaboran con los colegios más valorados del país hace que sea uno de los más solicitados, independientemente de que las hijas de Guillermo y Máxima estén entre sus estudiantes.

Este instituto tiene base protestante, un gran programa de actividades extraescolares y deportes y es gratuito, como el resto de centros escolares del país.

Es luego cada colegio el que pide a los padres un 'donativo' para cubrir los costes extras, para sufragar por ejemplo excursiones, material extraexcolar y demás.

Un dinero que se supone voluntario, pero que, de no darse, puede impedir a los alumnos acceder a esos viajes o actividades adicionales.



Amalia, Alexia y Ariadne. (Reuters)

Amalia, Alexia y Ariadne. (Reuters)


Estelle de Suecia

La futura heredera estudia en el Campus Manilla, que es también un centro gratuito. Se trata de una escuela independiente, una calificación sueca para los colegios que no se financian ni de manera privada ni de manera pública, sino que suelen pertenecer a fundaciones o empresas. Pueden tener sus propias reglas y métodos de enseñanza, mientras estén dentro de las leyes suecas.

En el caso del Campus Manilla, la característica que lo diferencia es por la importancia que da al entorno natural, la ecología y la salud infantil, estando el deporte y la danza como disciplinas que destacan en el abanico de oferta de clases.

Es uno de los centros de más difícil acceso en Suecia y de los más valorados, pero también tiene opiniones en contra, ya que el sistema de calificación de los alumnos no se basa en los méritos de un estudiante en concreto, sino en comparación con el resto. Es decir, que toda una clase no podría sacar un sobresaliente en un examen, siempre dependería de otros factores. Un sistema que no convence a todos.



La princesa Estelle, en una imagen de archivo. (Getty)

La princesa Estelle, en una imagen de archivo. (Getty)


Christian de Dinamarca

El futuro heredero danés también estudia en uno de los centros más reputados de su país, el Tranegaard Skole, ubicado en Hellerup, un distrito a las afueras de Copenhague que cuenta con uno de los ayuntamientos de renta per cápita más alta del país.

La decisión fue en su momento muy aplaudida por los daneses, ya que se convirtió en el primer miembro de la Casa Real en asistir a una escuela pública. Claro que no es una escuela pública cualquiera.

Es el segundo colegio del país con la media más alta de calificación de estudiantes.

También, como las anteriores, es gratuita.



Los hijos de Federico y Mary de Dinamarca. (EFE)

Los hijos de Federico y Mary de Dinamarca. (EFE)

Jacques y Gabriella de Mónaco

Los niños comenzaron el año pasado en el colegio Stella, un centro que abrió sus puertas en 2018 y que se considera a la vanguardia de la tecnología.

Es público y gratuito, a diferencia de su anterior escuela infantil, por la que Alberto y Charlène de Mónaco pagaban 2.500 euros al año.

Una de las características que lo hace más atractivo para los padres es que tiene poco más de 160 alumnos divididos en 8 clases, por lo que en cada grupo hay unos 20 niños.

Es un centro bilingüe donde los alumnos aprenden también inglés y se imparten disciplinas deportivas como la natación, perfecta para Jacques y Gabriella, a los que su madre enseña a nadar desde pequeños.

El centro da mucha importacia a la autonomía de los alumnos y desarrolla casi todo su trabajo a través de las nuevas tecnologías. Pero también incide en los trabajos manuales, sobre todo a través de la jardinería.

Por su modernidad y características, es ahora uno de los colegios más solicitados del principado.



Jacques y Gabriella, en su primer día de curso. (Eric Mathon / Palais Princier)

Jacques y Gabriella, en su primer día de curso. (Eric Mathon / Palais Princier)


George y Charlotte de Cambridge

Dejamos de lado los colegios gratuitos porque el Thomas Batterseas, el centro donde estudian los hijos mayores de Kate Middleton y el príncipe Guillermo, cuesta unas 20.000 libras al año.

Tiene fama de ser un poco 'caótico y bullicioso', especialmente desde que cuenta entre sus filas con los alumnos reales, ya que las solicitudes de admisión se dispararon cuando se conoció cuál iba a ser el centro en el que estudiaría el futuro rey.

Hay alrededor de 600 alumnos, divididos en clases de unos 20 estudiantes.

En este colegio se da mucha importancia a las clases extraescolares y la oferta es variada, desde fútbol a danza, además de varias disciplinas musicales. Y la enseñanza basa gran parte del curso en un sistema de premios y castigos: un alumno recibe un unicornio dorado cuando hace algo notable, mientras que tendrá un tiempo de reflexión si hace algo que no gusta demasiado al profesor. Además, incluso antes de contar en sus clases con George y Charlotte, todos los estudiantes estaban obligados a dejar sus móviles en su taquilla. Aunque hay alumnos que proceden de las familias más ricas del país, hay otros de origen más humilde. Y es que la filosofía de este centro es que, dentro de sus muros, todos son iguales.



Los duques de Cambridge, acompañando a sus hijos el primer día de colegio. (Reuters)

Los duques de Cambridge, acompañando a sus hijos el primer día de colegio. (Reuters)


Leonor y Sofía

El centro Santa María de los Rosales ya era muy conocido antes de la escolarización de las hijas de los Reyes, ya que fue donde estudiaron tanto don Felipe como sus hermanas. Y sí, también es de pago.

Concretamente, siempre dependiendo de si se hace uso de la ruta, del comedor y de otros factores que pueden incrementar el precio, cuesta unos 7.000 euros al año.

Claro que no es para menos: cuenta con unas instalaciones muy amplias y variadas para practicar todo tipo de deportes: además de dos gimnasios, dispone de un campo de hierba artificial, tres pistas de pádel o un campo para practicar golf.

Es un colegio religioso, por lo que la primera comunión de los alumnos y la confirmación son celebraciones oficiales para las que se viste el uniforme del colegio.

Se da mucha importancia al comportamiento de los alumnos en diferentes situaciones, como la hora del comedor.

No es de lo más valorados de la Comunidad de Madrid, y encontramos opiniones de todo tipo, en las que se comentan de forma muy positiva las instalaciones, pero no tanto el sistema de enseñanza y el profesorado.



Leonor y Sofía, el año pasado con los Reyes en el colegio Santa María de los Rosales. (EFE)

Leonor y Sofía, el año pasado con los Reyes en el colegio Santa María de los Rosales. (EFE)


bueno, pero cuál es el colegio más cotizado?:unsure:
 
bueno, pero cuál es el colegio más cotizado?:unsure:


Exacto!!! EL título es más que engañoso o más bien el auto de esta nota tiene problemas de comprensión. Lo que hizo fue hablar de los colegios de los royals en sus países.
En mi opinión el colegio más exclusivo de los royals y multimillonarios sigue siendo el Institut Le Rosey, en Suiza.
 
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