Todo sobre Bárbara Rey y el rey Juan Carlos

La reina Sofía, rota por el 'caso Bárbara Rey': "Lo estoy pasando muy mal"
Así se lo confesó a una persona muy próxima el lunes tras aparecer abatida en un acto público, acompañada de los reyes y del mismo Juan Carlos I. Los años de infidelidades del monarca emérito.

Grandes_Historias_189243183_27253366_1024x641.jpg

La reina Sofía el pasado 23 de enero en los Premios Nacionales del Deporte. Gtres

Juan Luis Galiacho @jlgaliacho
28.01.2017 01:12 h.


Finales de agosto de 1992. Recién acabados los Juegos Olímpicos de Barcelona y con la Expo de Sevilla todavía en su esplendor. El entonces jefe de la Casa del Rey, Sabino Fernández Campo, llama por teléfono al periodista Jaime Campmany. La revista Época, que él dirigía, acababa de sacar al mercado su número 392 con el título La dama del rumor: Atribuyen al Rey una relación sentimental con Marta Gayá, con foto en portada de esta última y firmada por mí.

Sabino le cuenta a Campmany que le llama desde el punto de vista personal, no como jefe de la Casa del Rey: “Mira, Jaime, te llamo desde el punto de vista humano; la reina está rota, no para de llorar, no hay persona que pueda consolarla. Te pido, desde nuestra amistad, que dejes de publicar más cosas sobre el rey y Marta Gayá, es lo único que podemos hacer por la reina como mujer”.
Hoy, casi 25 años después, la historia se repite. Este pasado lunes, 23 de enero, la reina emérita, doña Sofía, presidía junto a don Juan Carlos y los reyes Felipe y Letizia el acto de entrega de los Premios Nacionales del Deporte 2017 que concede el Consejo Superior de Deportes y que se celebró en el Palacio de El Pardo. Ese mismo día Pilar Urbano contaba en EL ESPAÑOL a través de sus 'Cuadernos Cerrados' la historia de cómo un diamante de dos millones sirvió de prenda entre Bárbara Rey y Juan Carlos. El fin de semana era este periodista quien contaba toda la historia de uno de los episodios más oscuros en la complicada trama de las supuestas aventuras amorosas del hoy rey emérito Juan Carlos de Borbón con Bárbara Rey.

Actualidad_189243191_27243179_1706x1138.jpg

Los reyes durante los Premios Nacionales del Deporte 2017. Gtres

Tanto en los prolegómenos como después del acto de entrega de los Premios Nacionales del Deporte, se podía atisbar a una reina Sofía triste, abatida y apagada. Un pequeño círculo de personas próximas comentaba en privado que estaba desolada. Y así, incluso, lo comentó ella en audiencia privada: “Lo estoy pasando muy mal". Se refería a la aparición de nuevo en los medios de comunicación de los amoríos del rey Juan Carlos. Hoy, la reina se refugia cada vez más en su propia familia, siempre tan unida y ahora protectora de doña Sofía: su hermano Constantino, su hermana Irene y su prima Tatiana. Reside sola en España e intenta llevar con el mayor temple posible el revuelo mediático, aunque no siempre lo consigue.

No tiene confidentes en Madrid, no se la ve nunca con la infanta doña Pilar. Y apenas va ya a Londres. Sus hermanos Irene y Constantino no residen ya en la capital británica. Ahora sus pequeñas escapadas, que le sirven para sobrellevar la situación, las realiza a Atenas. Allí dicen que el millonario armador Domikos le reserva una suite en el hotel Grande Bretagne, el más lujoso hotel de la capital helena en la plaza Syntagma. También viaja discretamente a Suiza, donde además de poder ver a sus nietos y a su hija, la infanta Cristina, reside su prima Tatiana, su gran apoyo. No es la primera vez, afirman quienes la conocen, que ha sufrido tanto, “está acostumbrada a estos escándalos”.

Actualidad_189243225_27244056_1706x1280.jpg

Doña Sofía e Irene de Grecia en la boda del príncipe Leka II de Albania y Elia Zaharia en Tirana en octubre de 2016. Gtres

Pero en la intensa vida amorosa de don Juan Carlos lo más difícil es diferenciar el rumor de la realidad, habida cuenta de los infinitos rumores que han circulado durante años apuntando nombres tan variopintos como Nadiuska, Raffaella Carrá, Paloma San Basilio o hasta Sara Montiel, sin olvidar algo tan absolutamente improbable como un posible flirteo con Diana de Gales; sin duda, fruto de fantasías muy fértiles. Pero las relaciones con Marta Gayá, Barbara Rey y la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein han sido más que suposiciones.

Su relación con Marta Gayá
Durante muchos años, la decoradora Marta Gayá formó parte del núcleo duro de amistades que rodeaban al rey don Juan Carlos en Mallorca, junto al príncipe Tchokotua y su entonces mujer Marieta Salas o el aristócrata-escritor José Luis de Villalonga. Un grupo en el que el primer requisito era la discreción, y en el que entraban y salían “otros amigos” dependiendo de su “prudencia”. Cualquier filtración o rumor era suficiente para que se le “expulsara” del mismo.

En este punto Marta Gayá siempre lo ha cumplido a rajatabla. Siempre ha sido muy difícil captarla en cualquier acto público junto al monarca. Hija de una acaudalada familia mallorquina con recursos económicos propios, se casó muy joven con un ingeniero de renombre, de quien tiene una hija y del que se divorció al poco tiempo. Conoció a don Juan Carlos en 1978 y su relación más íntima comenzaría más tarde, a finales de los años 80, aunque su nombre no saltaría a la prensa hasta 1990, tras un cúmulo de circunstancias. El primer medio en publicar algo sobre el amor mallorquín del rey fue la revista Tribuna, dirigida por el fallecido periodista Julián Lago, aunque muy solapadamente.

Actualidad_187494572_26346785_1706x960.jpg

Bárbara Rey en su casa, junto a la piscina donde terminó la maleta del CESID. Interviu

El rey empezó a perder la cabeza por la catalana Marta Gayá, una mujer alta y esbelta, de ojos verdes, una profesional seria, una señora respetable, siete años más joven que el rey y residente en la isla de Mallorca todo el año, en un lujoso chalé en La Mola. Por entonces don Juan Carlos acababa de entrar en la cincuentena. Tras más de 25 años de matrimonio con la reina Sofía, y una lista de amantes a la cual nadie se aventura ya a poner cifras, empezó a pasar muchos fines de semana con ella y otros periodos no vacacionales.

El monarca empezó a descuidar las obligaciones familiares e, incluso, las oficiales. En un principio sus encuentros eran protegidos con gran cautela, los periodistas que cubríamos la información en Mallorca siempre estábamos atentos a cualquier salida de don Juan Carlos, pero públicamente nunca se le vio con Marta.

Fue la atracción que tenía el uno por el otro lo que hizo que el secreto durara poco. Fue el viernes 29 de junio de 1990, con ocasión de las regatas de la Copa del Rey, cuando don Juan Carlos ofreció en el Beach Club de Mallorca una cena en honor de Karim Aga Khan y de Alberto de Mónaco. Allí saltó la sorpresa. La reina Sofía fue una las primeras personas en enterarse. Asistían al convite unos 200 comensales, y cuando todos estaban ya sentados, llegaron el rey, la reina y sus invitados ilustres.

Sin embargo, todavía había una mesa vacía. Ya casi en los postres, se presentaron José Luis de Villalonga, Marta Gayá y el príncipe Tchokotua con su mujer, Marieta Salas. Y en lugar de enfadarse, el rey se levantó de la silla y fue a saludarles efusivamente, gesto que denigró a la reina. Los presentes comentaron que aquello era hacer más o menos pública la relación de don Juan Carlos con Marta Gayá. En círculos monárquicos se consideró que no había otra explicación a la falta de tacto que había mostrado con la reina. Desde entonces doña Sofía siempre sospechó.

Pero la aventura con Marta Gayá se convirtió en un problema meses más tarde. En primer lugar, porque las relaciones del monarca siempre habían sido más breves e intermitentes, y ésta empezaba a tener más intensidad y duración. La relación parecía más seria de lo normal, y podía hacer temblar hasta la estabilidad del matrimonio real. Marta, señora adscrita a la burguesía mallorquina, llevó aquello muy discretamente a pesar de ser un secreto a voces del que siempre se habló en los círculos monárquicos. Hasta se habló de una hija nacida de esos amores en Suiza el año en que el rey desapareció. La propia Marta Gayá siempre intentó evitar dañar lo más mínimo posible a doña Sofía. Los encuentros tenían lugar preferentemente en Mallorca, en Gstaad (Suiza) o en París, donde ella se instalaba en casa de José Luis de Vilallonga y de su segunda esposa Silyanne a la espera de ser llamada por Su Majestad.

Actualidad_189243264_27245070_1706x1280.jpg

Marta Gayá durante la pasarela Cibeles Madrid Fashion Week en 2008. Gtres

Pero la relación empezó a tener consecuencias políticas y se convirtió en un serio conflicto cuando el rey desapareció del mapa. Fue el expresidente socialista Felipe González, quien el 18 de junio de 1992 a la pregunta de un periodista sobre el nombramiento del ministro que sustituiría en Asuntos Exteriores a Francisco Fernández Ordóñez, tras la renuncia de este el 2 de junio de 1992, apenas dos meses antes de su fallecimiento, quien levantó las sospechas: "No he podido hacerlo porque el rey no está". Pero don Juan Carlos no tenía ningún viaje previsto en la agenda oficial.

La excusa fue que el monarca estaba en Suiza para someterse a un chequeo rutinario. Sin embargo, Fernández Campo desmintió la noticia al día siguiente en la radio, y dijo literalmente sobre el viaje: "Bueno, lo que yo creo y lo que se me ha dicho es que está descansando, un pequeño descanso, descanso de montaña que le viene muy bien". La opinión pública ya dudaba y se produjeron todo tipo de suspicacias. Otra vez Sabino Fernández Campo entró en escena y recomendó a don Juan Carlos que volviera rápidamente a España. El rey se encontraba en Suiza, en una localidad próxima a Saint-Moritz, junto a Marta Gayá y su amigo el príncipe Txokotua, para animar a la decoradora catalana que había sufrido una crisis de ansiedad tras vivir en directo la muerte en accidente de coche de los amigos de ambos, el propietario de la compañía Spantax, Rudy Bay, y de su compañera Marta Girod.

Don Juan Carlos regresó el sábado 20 de junio por la mañana, despachó con Felipe González antes del mediodía y comió en privado con el presidente de Sudáfrica, Fredierik De Klerk, que estaba en Madrid de visita oficial. Por la noche ya estaba de nuevo en Suiza. Dejó plantada, sola, a doña Sofía, entre lloros, en la celebración familiar del último aniversario de don Juan, que cumplía 69, y que se celebró en el Club Financiero de la calle Génova de Madrid, junto a la Plaza de Colón. La reina, al día siguiente, presidió, sustituyendo al monarca, la apertura de la Cumbre Iberoamericana. La desaparición del rey desde el 15 al 23 de junio, víspera de su santo, levantó por primera vez en España todo tipo de especulaciones sobre una supuesta relación extramatrimonial. Y la polémica ya no se detuvo.

Días después, el diario El Mundo, dirigido entonces por Pedro J. Ramírez, publicaba que, como consecuencia de la escapada, se había incurrido en un presunto delito de falsificación de documento público. Según se reflejó en el BOE el rey había firmado una ley en Madrid (la sanción real de la ley de creación de la Universidad de La Rioja) el día que estuvo en Suiza (el 18 de junio). "O el lugar es falso, o la fecha es falsa o la firma es falsa", señalaba El Mundo. Y además advertía de que, aunque el rey no está sujeto a responsabilidad según la Constitución, el presunto delito se correspondía, atendiendo al Código Penal, con una pena de entre 6 y 12 años de prisión mayor.

El escándalo continuó, y cuando parecía que ya todo se había calmado, a primeros de agosto el semanario parisino Point de Vue abrió una nueva brecha entrando en las intimidades de la familia real española, entre ellas las supuestas relaciones de don Juan Carlos. Point de Vue había telefoneado a la clínica en la que el rey había estado supuestamente descansando en Suiza y les colgaron el teléfono apresuradamente. Días más tarde, el 18 de agosto de 1992, la revista italiana Oggi publicaba un reportaje sobre las relaciones del rey con Marta Gayá. Al día siguiente, lo reproducía El Mundo en una nota de portada, ampliada con más información en el interior. El reportaje de El Mundo provocó las iras del rey Juan Carlos. Pero escasos días después salía publicado en la revista Época, en portada, la foto de Marta Gayá con un titular contundente: Atribuyen al Rey una relación sentimental con Marta Gayá. La confirmación pública de esta supuesta amistad provocó un terrible abatimiento en la reina doña Sofía, algo similar a lo que ha ocurrido actualmente tras la aparición de nuevo en la prensa de su relación con la vedette Bárbara Rey.

Actualidad_189243556_27252683_1280x1706.jpg

Portada de Época.

Los servicios secretos españoles acusaron al exbanquero Mario Conde de la filtración, que en el caso de Bárbara Rey también estuvo de por medio. Sin embargo, el expresidente de Banesto culpó a Sabino Fernández Campo del desaguisado, cosa que después sirvió a Conde para recomendar al rey que lo cesara del cargo, algo que ocurriría un año después, y situar en el puesto a su fiel acólito Fernando Almansa. Después de ese verano tumultuoso, Marta Gayá dejó de aparecer en las primeras planas de la prensa española. Marta vive actualmente a medio camino entre su piso en un barrio céntrico de Madrid y su apartamento en Palma. Viaja a menudo a Miami con su amigo el galerista mallorquín Joan Guaita. Parte del verano se aleja de Mallorca y suele pasarlo con el matrimonio Bergareche en las Islas Griegas.

Las 'otras' relaciones del Rey
En las relaciones personales del hoy rey emérito cabe diferenciar tres épocas claramente marcadas. La primera, los años de su vida entre Estoril y Madrid previos a su matrimonio. Años que incluyen desde los primeros devaneos de la adolescencia con jóvenes de su entorno, como una de las hijas de la familia Posser de Andrade, hasta con la bella, avanzada y moderna aristócrata belga Chantal Stucky de Quay, hija del conde Stucky de Quay, luego casada y divorciada del español Alberto Coronel y ahora dueña de una tienda de tono en Estéril. O su sonadísimo romance, de fuerte carga sexual, con Olghina Nicolis de Robilant. De él anduvieron enamoriscadas las princesas Isabelle y Hélène de Orleans, hijas de los condes de París, pero aquello, como el romance real y continuado en el tiempo con la princesa Maria Gabriela de Saboya, fueron seguramente relaciones más platónicas y dentro del orden de lo conveniente en los circuitos regios que otra cosa.

La relación con la “frívola” Olghina Nicolis de Robilant duró hasta su boda con doña Sofía en 1962. Según los especialistas en Casa Real, “ninguno de aquellos amoríos debió de ser exclusivo sino simultaneado”. También se habló por entonces de la bella Charo Palacios, luego condesa de Montarco y musa de Elio Berhanyer, de quien se dice que durante años tuvo una gran influencia sobre él, aunque sus amoríos fueron en los tiempos de Estoril.

La segunda época es la que va desde su matrimonio con la reina hasta la muerte de Francisco Franco. Fueron años sin duda más sobrios pues el dictador, que tenía al príncipe sometido a un estricto control, no hubiera permitido devaneos de ese tipo. Dicen que lo que pudiera haber por entonces habría tenido lugar con más probabilidad en viajes fuera de España. A eso hay que añadir la parca economía de los príncipes en aquellos años.

La tercera época es la que comienza con el reinado y la libertad de acción que eso le permitió en base a su código moral. La primera gran quiebra de la pareja tuvo lugar en enero de 1976 cuando doña Sofía, aparentemente enterada de una sonada infidelidad, se marchó a la India llevándose con ella a sus tres hijos permiso explícito del Gobierno. Aquello dio lugar a una gran rumorología, y se cubrió bajo la pantalla de un viaje de la reina y sus hijos a la ciudad de Madrás para visitar allí a su madre la reina Federica de Grecia. Parece que aquella marcha de la reina se debió a una relación del rey con una folclórica, que podría haber sido Sara Montiel.

Las relaciones más consistentes
Pero las tres relaciones importantes de las que se tiene constancia, por ser las que se mantuvieron por más largo tiempo, son las conocidas: Bárbara Rey, Marta Gayá y Corinna zu Sayn-Wittgenstein.

Algunos han hablado de la periodista inglesa Selina Scott, pero para los especialistas en la Casa Real aquello fue más un tonteo que algo serio. El encuentro tuvo lugar cuando ella vino a España para filmar un documental sobre la vida de los reyes. Selina venía recomendada por el rey Constantino de Grecia, que es quien le abrió las puertas de Zarzuela pues, se dice, era él quien había tenido algún affaire con ella. Cuando Scott consiguió el permiso de la Casa Real para realizar la entrevista de la que resultaría un documental sobre el rey, nunca imaginó que llegaría a mantener una relación tan cercana con don Juan Carlos.

El que fuera jefe de la Casa Real, Sabino Fernández Campo, había desaprobado el citado documental de Scott para la televisión británica. De hecho, llegó a decir: “Sin duda el vídeo es un gran éxito para la reportera Selina Scott, pero no lo es para la Familia Real”. Sin embargo, por entonces Fernando Almansa era ya el jefe de la Casa Real en sustitución de Fernández Campo y no hubo problema. Lo cierto es que la atractiva e inteligente periodista mostró a un rey , que coqueteaba con la periodista, lo que desató todo tipo de rumorologías.

La primera relación seria del monarca fue con Bárbara Rey, antes que con Marta Gayá. Comenzó a principios de la Transición. Se hicieron amigos por medio de Adolfo Suárez, otro amigo de la entonces vedette en una etapa en la que ella apoyaba al líder de UCD. La relación, iniciada a comienzo de los años ochenta, continuó de manera intermitente a lo largo de muchos años, hasta que un buen día, en el mes de junio de 1994, don Juan Carlos, con frases amables, le hizo saber que la historia había acabado. Pero Bárbara no estaba dispuesta a pasar página tan fácilmente, y más de dos décadas después siguen saliendo más detalles a la luz.

Actualidad_189243266_27245110_1706x960.jpg

Selina Scott entrevistó a don Juan Carlos en 1992. Efe

Mientras que la relación del monarca con Bárbara Rey fue intermitente, la unión con Marta Gayá fue una relación casi matrimonial que se alargó en el tiempo hasta la aparición de la ínclita Corinna zu Sayn-Wittgenstein, la “amiga entrañable”. La princesa alemana (de soltera Corinna Larsen) y don Juan Carlos se conocieron en una cacería en Ciudad Real, en el año 2004.

Ella, aunque aún no se había divorciado de su segundo marido, hacía ya vida separada. Desde entonces mantendría una larga relación con el rey Emérito no exenta de altibajos. Don Juan Carlos la introdujo en los círculos de la buena sociedad madrileña presentándola en cenas, acudiendo a monterías e incluso formando parte de la comitiva real en viajes de Estado. Tras estudiar Relaciones Internacionales en Ginebra, marchó a París con 21 años para trabajar. Tres años después contrajo matrimonio con Philips Adkins, padre de su primera hija y hombre de confianza del rey en la actualidad. De hecho, estaba en la cacería de Botsuana junto al monarca y Corinna. En el año 2000, Corinna se convirtió en princesa consorte al contraer matrimonio con Johann Casimir zu Sayn-Wittgenstein. El acuerdo de divorcio permitió a la aristócrata utilizar el título de princesa y el apellido de la familia de su ex de manera vitalicia, algo que ha utilizado para sus negocios. El campo de acción de zu Sayn-Wittgenstein siempre ha estado principalmente en el Golfo Pérsico y los países de la extinta Unión Soviética. Hay que recordar que la princesa era una de las organizadoras de cacerías para estos magnates a través de la influyente armería británica, Boss, de la que era directora general.

Actualidad_189243269_27245188_1706x960.jpg

Juan Carlos I y Corinna en Barcelona, el 22 de mayo de 2006.

Todo se torció con la funesta cacería de elefantes en Botsuana. La madrugada del 14 de abril de 2012 en la que un avión devolvió al rey a España para ingresar directamente en el hospital San José de Madrid. En estos últimos años, Corinna ha seguido con su papel estelar, eso sí, más discreto, pero influyente. Sigue con su base de operaciones en Mónaco, donde es persona cercana al príncipe Alberto e incluso enseñó “buenas formas” a su mujer, Charlène de Mónaco.

Durante mucho tiempo la vida privada del monarca español sólo se publicó en revistas internacionales. Por ejemplo, el periódico inglés The Daily Telegraph no dudó en airear el gusto del Rey por las mujeres. Hoy, la prensa española ya acapara en sus portadas los supuestos escándalos sentimentales. Con el paso de los años parece que la relación con Marta Gayá ha sido una simple anécdota al lado de todo lo que ha venido. El rey Juan Carlos I ha estado considerado durante años en Europa como un 'bon vivant'.
pues en lafoto de grupo yo veo a Sofia sonriente, natural y muy normal, JC es el que parece compungido y triste, y la Leti esta exultante, regodeandose de todo, claro. Felipe con cara de tonto, para variar
 
Lo de anoche en Telecinco es para dimitir y no volver a salir a la calle.
NO SE como pueden soportarlo. TODOS, no se como pueden soportarlo. Especialmente doña Sofia.

 
Suscribo todas tus palabras.
Las penas con pan, son menos penas.

He alucinado con lo Sabino Fernández Campo haciendo la llamada la revista para que no publicaran nada más sobre Juan Carlos y Marta Gayà porque Sofía lo pasaba fatal.
Igual, digo yo, que lo mejor hubiera sido que JC no fuese un "picha brava" (perdón por la expresión), en vez de evitar que siguiera haciendo su trabajo una publicación.
Si a JC le importaba tres pepinos Sofía, ¿por qué se tienen que apiadar unos periodistas?
Si a JC no le daba pena Sofía, ¿por qué nos la tiene que dar al "pueblo llano"?

Las cosas hay que ponerlas en su contexto: estos dos no se casaron por amor sino por un tema de intereses políticos, es normal que buscaran fuera lo que no tenían dentro. Igual que ellos, muchos: parejas que no se quieren pero siguen juntas por los hijos, por la hipoteca, por el qué dirán, por la comodidad que da la rutina... ¿se puede ser feliz al lado de alguien al que no quieres ni deseas sexualmente? Pues no. A estos dos lo que se les pedía era que vendieran la moto en público y la vendieron muy bien. Como reyes, nada que objetar: jamás faltaron a su deber y representaron a España que es lo que tenían que hacer. ¿Que en privado no se soportaban y se corneaban? No es asunto mío como tampoco es asunto de mi jefe si tengo movida en casa, si me llevo bien con la familia o si tengo un amante: mientras mi trabajo lo haga bien, mi vida privada es cosa mía. Otro tema es que use el dinero de la empresa para mis escarceos. Y ahí está el problema: en si JC ha usado dinero de los españoles para comprar silencios de sus amantes. Si lo he hecho, que se demuestre. Si no, gracias por los servicios prestados a la empresa. A mí el que me interesa ahora es Felipe, su mujer y su rocasolana familia. El otro ya no es problema.
 
sinceramente, no es que yo vaya a defender a JC, pero no se a que viene esta campaña feroz que no se termina contra el. vamos a ver, que ya lo han hecho abdicar!!!!! Que ya esta fuera. Que mas quieren? O. es que conviene que sigan haciendo leña del arnol caido, que asi distrae de F elipe y Sra y los deja bien en contraposicion?

Ademas, que no me creo ni por un segundo que Sofia sea una victima callada y sufriente. Alguien se ha parado a pensar que tuvieran una relacion abierta? Por que seguir utilizando esta terminologia tan anticuada de la "infidelidad"? Muchas parejas tienen acuerdos que les convienen a los dos, especialmente las parejas poderosas y con mucha pasta, y en la "realeza" ni te cuento. T odo de mutuo acuerdo, y los dos tan contentos.
 
:QUOTE="Asten, post: 3999336, member: 17540"]Gracias. Todavía, me acuerdo de los rumores que hubo, y de cuánto se habló de esta relación con Marta Gayà. Fue un escándalo. Era la primera vez que se hablaba de un romance del rey. Y, en aquella época, en que la familia real era tan respetada, y siempre lo que se sacaba era tan positivo, llamó mucho la atención. Incluso, hay que añadir lo que se comentó cuando el rey dejó plantada a Sofía en el palco de inauguración de los JJOO, en julio... el feo que le hizo, levantándose, yéndose, y dejándola a ella sola. Estas imágenes y comentarios, salieron mucho... También, se comentó que la inauguración de los juegos empezó con retraso porque el rey llegó tarde y solo... y, se rumoreó que venía de pasar unos días fuera de España... mientras se le esperaba a él, toda la familia real ya estaba dentro esperándole impacientemente... y, que salió Felipe, que entonces era muy joven, a echarle una bronca a su padre, cuando éste llegó. Luego, me acuerdo de la foto oficial en Marivent. Allí, salió toda la familia sonriente, como si nada...[/QUOTE]


Minuto 3:09:50


Sin título.png
 
sinceramente, no es que yo vaya a defender a JC, pero no se a que viene esta campaña feroz que no se termina contra el. Vamos a ver, que ya lo han hecho abdicar!!!!!, con humillaciones publicas incluidas. Que ya esta fuera!!!!! Que ya estan Felipe y Señora en sus sillones!!!! Que mas quieren? O es que conviene que sigan haciendo leña del arbol caido, que asi distrae de Felip y Sra y los deja bien en contraposicion?

Ademas, que no me creo ni por un segundo que Sofia sea una victima callada y sufriente. Alguien se ha parado a pensar que tuvieran una relacion abierta? Por que seguir utilizando esta terminologia tan anticuada de la "infidelidad"? Muchas parejas tienen acuerdos que les convienen a los dos, especialmente las parejas poderosas y con mucha pasta, y en la "realeza" ni te cuento. T odo de mutuo acuerdo, y los dos tan contentos.
 
sinceramente, no es que yo vaya a defender a JC, pero no se a que viene esta campaña feroz que no se termina contra el. vamos a ver, que ya lo han hecho abdicar!!!!! Que ya esta fuera. Que mas quieren? O. es que conviene que sigan haciendo leña del arnol caido, que asi distrae de F elipe y Sra y los deja bien en contraposicion?

Ademas, que no me creo ni por un segundo que Sofia sea una victima callada y sufriente. Alguien se ha parado a pensar que tuvieran una relacion abierta? Por que seguir utilizando esta terminologia tan anticuada de la "infidelidad"? Muchas parejas tienen acuerdos que les convienen a los dos, especialmente las parejas poderosas y con mucha pasta, y en la "realeza" ni te cuento. T odo de mutuo acuerdo, y los dos tan contentos.

Lo ha hecho tascender alguien que está intentando hundir la monarquía. (Que por mi, si se hunde, ya se puede hundir, con tanta mie.... que hay ahí y con lo que se aprovechan de nosotros).

Y, el problema no es que se trate de una simple infidelidad... el tema es que en medio de estas infidelidades, han jugado con dinero publico para chantajearse... es que se trata, en el fondo de un problema de estado...
 
Pues que pida el divorcio con dos pares de narices ..caiga quien caiga...y se vaya a vivir a Suiza,Grecia o Londres.. .
Que recursos tiene..y ves a saber sino lo hace ya..
Yo creo que esta más afectada por la situación de Cristina y Urdangarín y lo que se avecina
 
creo que Davroc si que se fue a vivir al extranjero. Lo comentó en uno de sus mensajes, pero recuerdo que el quiso hacer entender que estaba fuera por cuestiones laborales. Yo siempre pensé que se había largado por puro miedo (España es un pais que, si desafías a ciertas personas tienes que dar mucho miedo), pero es mi opinión. Vamos, que yo soy el y me largo bien lejos.

En esta guerra si hay que llevarse por delante a la emérita...como si le pasa un tren por encima. Ellos creen que cuanto más en el barro estén (los eméritos) y más mensajes pelota en prensa sobre los kkkuins, mejor para ellos. Y no, porque ya los pueden pintar de color rosa chicle y decir que huelen a colonia, que no los compra nadie.

Es que antes, nos vendían lo que fuera y nos lo creíamos... ahora, ya nadie se cree nada de éstos...
 
Las cosas hay que ponerlas en su contexto: estos dos no se casaron por amor sino por un tema de intereses políticos, es normal que buscaran fuera lo que no tenían dentro. Igual que ellos, muchos: parejas que no se quieren pero siguen juntas por los hijos, por la hipoteca, por el qué dirán, por la comodidad que da la rutina... ¿se puede ser feliz al lado de alguien al que no quieres ni deseas sexualmente? Pues no. A estos dos lo que se les pedía era que vendieran la moto en público y la vendieron muy bien. Como reyes, nada que objetar: jamás faltaron a su deber y representaron a España que es lo que tenían que hacer. ¿Que en privado no se soportaban y se corneaban? No es asunto mío como tampoco es asunto de mi jefe si tengo movida en casa, si me llevo bien con la familia o si tengo un amante: mientras mi trabajo lo haga bien, mi vida privada es cosa mía. Otro tema es que use el dinero de la empresa para mis escarceos. Y ahí está el problema: en si JC ha usado dinero de los españoles para comprar silencios de sus amantes. Si lo he hecho, que se demuestre. Si no, gracias por los servicios prestados a la empresa. A mí el que me interesa ahora es Felipe, su mujer y su rocasolana familia. El otro ya no es problema.

Estoy de acuerdo contigo en todo salvo en lo de que el otro ya no es problema.
Mientras siga siendo Rey emérito y siga viviendo del dinero de los españoles, sigue siendo problema (a mi juicio al menos).
JC, para tener un cargo como el que ha tenido (y sigue teniendo) ha pecado de muy poco discreto.
Ahora, que "apechugue".
 
Back