El chantaje emocional y la manipulación

No es una niña es una jovencita, el padre permite que su madre lo manipule, su esposa trata de frenarla, pero es que mi suegri es tremenda bruja solo piensa en ella, lo poco que he visto, no vivo en México, es que la vieja no pide exige y hay de aquel que la contradiga porque provoca su furia, se le pone un rostro que mete miedo, otra cosa que hace es no respetar tu independencia, se mete en casa ajena o en asuntos que no le corresponden sin pedir permiso, no tiene límites, lo peor del asunto es que se siente con todo el derecho de hacerlo, vieja mendiga!!!
Puf, me sigue pareciendo algo tremendo....
Alguién le tiene que poner un freno...es insufrible por lo que cuentas.
 
En una ocasión nos fuimos tres amigas en un viaje organizado por Francia, en autobús durante una semana. En el viaje iban dos chicas de nuestra edad que eran amigas entre ellas y nos juntamos todas en grupo. Se veía claramente que una de ellas era una manipuladora absoluta con la otra, a la que le obligaba a hacer todo lo que ella quería.
Era una egocéntrica que solo pensaba en ella, así que la otra una noche le dejó plantada en el hotel y salió con nosotras. Cuando volvimos al hotel, la egocéntrica estaba histérica, había llamado a la recepción para que viniera un médico, había pedido tranquilizantes, se había tomado todo el mueble-bar y había hecho la maleta para marcharse inmediatamente a su casa.
Todo se quedó en una pataleta, porque lo único que había pretendido era llamar la atención, pero el resto del viaje arropamos a su amiga hasta que volvimos todas a casa.
Ellas no se volvieron a hablar, su amiga mantuvo durante un tiempo contacto con una de mis amigas por correo y se liberó de aquella histérica para siempre.
Espero no te moleste que te cite para comentar algo al respecto de lo que nos compartes.
Bien dicen que si quieres de verdad conocer a alguien ya sea amiga o pareja, que es bueno que se viaje juntos mínimo dos semanas.
Enhorabuena por ustedes de haberla arropado.
Saludos...

Gracias a @El karma por abrir tan interesante hilo :kiss:
 
La manipulación emocional invisible

Recordando un caso en el que me pidieron consejo, voy a hablar sobre la manipulación emocional invisible. Todos conocemos formas de manipular, desde los chantajes, insultos, mal humor, etc.. Pero hay un tipo de manipulación muy dañina, la cual es difícil de detectar en un principio, es una trampa en la que se va cayendo poco a poco…

Manipulación emocional invisible, el caso de… llamémoslo Albert
El caso anónimo de un chico majo, inteligente, con una vida normal. Conoció a una chica estudiante de psicología. Él por aquel entonces estaba pasando por una etapa de soledad. Le quedaban pocas amistades, no le iba bien en el ámbito amoroso y tampoco tenía trabajo. Estos factores hacen que las personas sean más vulnerables todavía a caer en las manipulaciones.

En esta chica encontró una especie de salida y apoyo incondicional.
Sufrió una manipulación emocional invisible por parte de la amistad que hizo con, llamémosle Sandra, la cual tenía los conocimientos psicológicos para manipular a Albert.

No siempre las manipulaciones se hacen con mala intención, a veces, una carencia de alguien, puede hacer que necesite manipular a otro para recibir lo que necesita.

Sandra tenía problemas de depresión, por ello, quiso enganchar a Albert, para que la animara y le diera el cariño que necesitaba. Digamos que usó a Albert y lo enamoró, para así no perderlo y contar con alguien que estuviera siempre entregado a ayudarla y animarla.

Albert era un chico muy agradable, entregado y con gran capacidad empática. Sandra quería captar esas virtudes para salir del pozo depresivo en el que estaba. Por lo que me contó, esta chica no hizo nada con mala intención, era buena persona, pero por su depresión necesitaba apoyarse en alguien incondicional aparte de su familia.

Técnicas que usó Sandra para ir enganchando poco a poco a Albert. La manipulación emocional invisible consta de 2 fases.

Primera fase: la captación

Lo primero que se hace es lucirse para que la otra persona inicie una pequeña admiración. Todo comienza con la fase de agradar, de tratar bien, de dar al máximo lo que la otra persona desea.

Quién no ha oído alguna vez la frase “cuando éramos novios era todo maravilloso y justo al casarnos ya no es el mismo”. Muchos manipulan en el noviazgo hasta que consiguen lo que quieren, después hacen el cambio de papeles del que hablaré después, porque ya sienten que tienen segura a la persona.

El manipulador sabe lo que la otra persona necesita y se lo da, a veces en exceso, para que se enganche un poco a ese trato tan exageradamente agradable y atento.

Es una fase en la que el manipulador despliega todos sus encantos, se da a conocer y a veces, si se tiene la oportunidad, se posiciona en un puesto mayor al manipulado para ofrecer seguridad, amistad y apoyo incondicional. Todo con tal de ganarse la confianza y admiración del otro.

Cómo captó Sandra a Albert?
Lo primero que hizo fue lucirse, enseñándole el buen trabajo psicológico que hacía en su vida diaria con amistades y conocidos. Le aportaba toda la información de las prácticas laborales que hacía, para posicionarse en un lugar más alto que él en cuanto a conocimientos mentales.

Aprovechó su profesión para estar más arriba y hacerle ver a Albert que al tener su amistad sería muy afortunado y podría consultarle cualquier cosa en cualquier momento. Lo siguiente sería conocer bien el mundo emocional de Albert y, sobretodo, sus puntos débiles y las carencias que tenía, para así ofrecerle justamente el apoyo que necesitaba.

Recibía continuamente halagos y gran refuerzo positivo. Además, el contacto era muy seguido, a diario, de esta manera lo que viviera en su vida cotidiana no tendría más peso que la relación amistosa continua que tenía con ella.

Se le llama manipulación emocional invisible porque la manipulación no se percibe, ya que, inicialmente, todo en la relación es positivo.

Detectar a tiempo la manipulación emocional invisible
La clave para detectarlo estaría en los excesos. Alguien te puede apreciar, tener cariño, incluso admirarte, pero dentro de una normalidad. Cuando es en exceso debes preguntarte por qué te admiran tanto, si es por un intento de manipulación o porque la otra persona tiene una autoestima muy baja y te está idealizando.

En el proceso de manipulado todo tendrá mayor incidencia si además la persona aprovecha una profesión (en el caso de que tenga una profesión que capte el interés y coincida en algo que le interesa y gusta a la persona manipulada). Por ejemplo, una persona obesa es más fácil que se enamore de un nutricionista que le ofrezca ayuda, porque admirará esa profesión, ya que necesita adelgazar.

Si tenemos una carencia que otro posee, acelerará la admiración y cariño. También una persona insegura que conozca a algún psicólogo y le ayude amistosamente gratuitamente o, por ejemplo, alguien que no goce de buena salud y se le den mal los deportes, seguro admirará a los deportistas fuertes y habilidosos.

Cuando sentimos que tenemos una carencia, admiramos a los que poseen lo que nos falta. Si alguien aprovecha esa habilidad de la que carece el otro y se ofrece a ayudar gratuitamente, acelerará el proceso de enamoramiento porque se posicionará en un escalón mayor desde donde adquirirá más poder emocional.

Segunda fase: cambio de papeles

Una vez el manipulador ya ve que tiene la confianza total, el cariño, amor, enganche del otro, pasa a la siguiente fase de cambio de papeles. Si antes era el ayudador, que daba apoyo y seguridad al otro, ahora pasará a ser la víctima.

Ya ha proyectado en el otro lo que justamente quería recibir, y como la otra persona ya le quiere, hará lo que sea por ayudarle. Una vez el cariño o amor está activado, el manipulador ya tiene las riendas.

¿Qué hizo Sandra?
Al principio Sandra solo contaba cosas positivas sobre su persona, solo se lucía y se dedicaba a apoyar, admirar y halagar a Albert. Pero después empezó a contar sus problemas y a hacerse la víctima de lo resentida que estaba su salud debido a su depresión. Albert, ya enamorado de ella, se volcó al 100% en ayudarla y animarla.

Una vez se produce el cambio de papeles, baja la atención, el cariño y apoyo que se recibía inicialmente. Ahora es la otra persona la que va detrás incondicionalmente.

Sandra convirtió a Albert en su paño de lágrimas, en el que la escuchaba y apoyaba todo lo que hiciera falta. Normalmente, la persona se da cuenta de que está metida en un problema cuando siente que en la primera fase era muy feliz relacionándose con esa persona, pero al pasar a la segunda, todo es malestar y dolor.

Cómo actúa el manipulador

Cuando hay una manipulación emocional invisible, el manipulador puede incluso ignorar a la persona para engancharla más, sabiendo que ya la tiene captada, aparece y desaparece a su antojo porque sabe que haga lo que haga ya tiene a la otra persona enganchada.

Mientras tanto, el manipulado se siente mal porque ya no recibe lo mismo que recibía al principio y puede incluso llegar a sentirse culpable por haber hecho algo inapropiado que lo ha estropeado todo. No encuentra explicación a lo que sucede, no se da cuenta de que le han manipulado y ya no está en la primera fase que era la positiva.

Incluso se puede convertir en una dependencia emocional si la persona no se aleja del manipulador en cuanto siente que la relación ya le produce malestar. Se suelen engañar a sí mismos creyendo que todo volverá a arreglarse, volviendo a la fase inicial, pero lo cierto es que lo único que puede conseguir la persona manipulada, es entrar en un círculo vicioso de intentos de arreglar las cosas, donde el otro no pone de su parte.

Escucha a tus emociones

Las emociones hablan por sí solas. Si tus emociones son negativas, es que la relación no es sana. Hay situaciones donde la razón no puede llegar porque no podemos meternos en la mente de otros para saber lo que piensan y por qué actúan de ciertas maneras.

Pero donde la razón no llega, siempre están tus emociones que serán las que nunca te engañen. Siempre que hay manipulaciones o relaciones insanas de cualquier tipo, la persona experimenta malestar y emociones negativas.

Muchos manipuladores intentan hacer sentir culpables a las víctimas, pero no hay que culparse nunca por nada, lo más importante es tu bienestar, y si sientes emociones negativas es por algo, conviene alejarse de la persona, ya sea una relación de amistad, pareja, etc.

Cristina Pérez 17 julio, 2013
 
Técnicas de manipulación: ¿ser amado o ser odiado?

Existen distintas formas de hacer que alguien haga lo que queremos o, en otras palabras, de manipular a una persona. Influir en otras personas puede ser más simple de lo que parece. Una mirada, un gesto o unas pocas palabras pueden ser suficientes para tener a otra persona a nuestras órdenes. Sin embargo, la manipulación también se puede ejercer alimentando el miedo o mediante el intercambio de favores. Hay muchas técnicas de manipulación para ello.

En general, destacan dos grandes formas de manipular o influir. Una se basa en la imposición, mientras que la otra en la conformidad. Ambas formas son muy diferentes y cuentan con ventajas y desventajas. Usar una u otra va a depender de las habilidades de la persona que las use, de la persona sobre la que se quiere influir y del entorno. La situación social en la que se encuentre va a ser también un determinante fundamental.

Manipular mediante la imposición
En ocasiones, el objetivo de la manipulación es imponerse. Demostrar que se está por encima y que los demás deben obedecer. En estos casos existen dos procesos útiles para manipular a otras personas. Veámoslos.

Obediencia
Cuando obedecemos en contra de nuestros deseos, lo hacemos porque no seguir lo que nos dictan implicaría consecuencias que queremos evitar. Obedecer es someterse a la voluntad y a la autoridad de otra persona. Pero no solo obedecemos a una persona, también obedecemos ideas, doctrinas e ideologías. Desobedecer implica que tendremos que pagar un precio, ya sea en forma de castigo o en la retirada de una recompensa. En la educación de los niños, este mecanismo es frecuente para que se comporten como los adultos desean.

Sumisión
La sumisión consiste en hacer todo lo que piden, en someterse a otra persona. La sumisión se diferencia de la obediencia en que en este caso existe una dependencia total. Cuando se está sometido, no se critican las órdenes, se aceptan como algo natural. Su incumplimiento no es una opción. Estos dos procesos, evidentemente, funcionan mediante el miedo. Las personas temerosas de estas prácticas son las que van a ser manipuladas y coercionadas. Por ello, la imposición se considera una técnica invasiva.

Manipular mediante la conformidad
Nicolás Maquiavelo se preguntaba ¿qué es mejor: ser amado o temido? Si bien los mecanismos de imposición van a llevar a que seamos temidos, existen otras técnicas de manipulación que, consiguiendo lo mismo, hacen que las personas que dictan las normas sean amadas. Son procesos de conformidad y se exponen a continuación:

Persuasión
La persuasión es el uso de palabras para transmitir información, sentimientos o razones. Mediante la palabra se intenta cambiar las actitudes, los sentimientos o las acciones de las personas. Para manipular a alguien mediante la persuasión es necesario conocer a esa persona, conocer la credibilidad que nos otorga, sus creencias, sus intereses y sus necesidades. En base a ese conocimiento, la persuasión se vale de la lógica, de la retórica, de las emociones, el lenguaje corporal y otras muchas técnicas.

Seducción
La seducción se puede considerar el arte de enloquecer a una persona. Una definición más correcta reza que la seducción es el proceso por el que una persona persuade e impacta emocionalmente en otra con el objetivo de que esta se enamore o haga favores. Uno de los mecanismos más conocidos de la seducción es el llamado “juego indirecto”. Este consiste en dejar entrever un sentimiento de atracción sin mostrarlo directamente. De esta forma se incrementan el interés y la atracción y la otra persona es la que da el primer paso.

Aquiescencia
La aquiescencia alude al consentimiento, la aceptación o la aprobación sistemáticos. La aquiescencia hace referencia al individuo que consiente o aprueba un asunto determinado. En psicología, la aquiescencia se refiere a la persona que responde de forma afirmativa sin un razonamiento previo. Trasladando el término a la conformidad, conseguir la aquiescencia consistiría en que nos respondieran afirmativamente a cualquier demanda que realizáramos.

Intercambio
El intercambio consiste en dar para recibir. Si queremos que alguien haga algo, un buen inicio consiste en hacer algo por ellos. Teniendo en cuenta las técnicas de persuasión de Cialdini, la reciprocidad se refiere a la necesidad que existe en las relaciones sociales de restaurar el equilibrio. Hacer una confidencia personal lleva a que nos cuenten algo personal, dar un regalo aumenta la probabilidad de que nos hagan otro regalo. Por tanto, dar algo sin que medie aviso previo o petición, puede persuadir a la persona que lo recibe para dar algo a cambio.

Estas técnicas de manipulación a través de la conformidad van a ser menos invasivas. Con ellas se consigue manipular a otras personas sin que se den cuenta. El miedo no va a ser el motor que las lleve a obedecer. Sin embargo, estas técnicas son más difíciles de mantener en el tiempo. Tanto la imposición como la conformidad pueden ser útiles con sus ventajas y desventajas. Todo depende de qué sea lo que se pretende conseguir.

Roberto Muelas Lobato 7 febrero, 2018
 
Técnicas de manipulación psicológica de las que puedes estar siendo víctima

Están en los lugares que frecuentamos más a menudo. Puede ser tu jefe, el vecino de arriba, un compañero de trabajo, un cliente, un familiar lejano o cercano o cualquier amigo. Hablamos de personas que dominan a la perfección ciertas técnicas de manipulación y que las usan para confundirnos.

Aunque estén a nuestro alrededor, no es fácil detectar a estas personas. Sus características y rasgos de personalidad no son evidentes. Nadie lleva un cartel en la frente avisando de que es un narcisista o un sociópata. Entonces, ¿cómo podemos evitarlas?

¿Por qué a mí?
Este tipo de personas se alimentan del dolor ajeno. Por tanto, no es que tú seas más débil, vulnerable o especial, sino que eres otra víctima para ellos. Un número más.

Todos hemos experimentado culpabilidad o desconfianza después de ciertas situaciones en las que nos vemos involucrados. Y lo peor es que lo sentimos sin saber: ni cómo ni por qué. Pero el caso es que las consecuencias nos salpican, minan nuestra moral, complican nuestra vida y aumentan nuestras inseguridades. ¿Cómo lo hacen sin que nos demos apenas cuenta?

¿Qué buscan los manipuladores?
En general, existen muchas clases de personas manipuladoras: sociópatas, narcisistas, mentirosos o los llamados vampiros psicológicos. Y detectarlas es más una cuestión práctica que teórica. Por eso, si habéis sido víctimas de ellas alguna vez, os será más fácil anticiparos a ellas.

Sin embargo, sí se puede considerar que los objetivos de las personas manipuladoras son muy claros, instrumentales y siguen un patrón determinado. Algunos de ellos son:

Anular tu fuerza de voluntad: buscan sembrar la duda y que permanezcas bajo su amparo.

Destruir tu autoestima: sacarle pegas a todo lo que hagas o hayas hecho. No son constructivos, solo tratan de sacar defectos.

Venganza pasivo-agresiva: te castigan con su ignorancia. Cuando les necesitas, te dejan de lado; por lo que basta con que les pidas algo, para que te den plantón o ni siquiera vuelvan a dirigirte la palabra.

Tergiversar la realidad: disfrutan confundiendo a las personas y creando discusiones y malentendidos ajenos. Tras haber generado una disputa, se mantienen al margen divirtiéndose con las disputas de los demás.

Aprende a evitar sus técnicas de manipulación

Las consecuencias de su manipulación pueden llegar a generar una huella muy profunda en cada uno de nosotros. Por eso, se antoja necesario que conozcamos cuáles son las técnicas de manipulación que usan con más frecuencia. La cuestión es aprender a anticiparnos y a no a ser sus títeres.


Estas personas suelen reírse de nuestras opiniones, responsabilizarnos o hacernos sentir culpables, atacar sutilmente, interrogarnos, retrasar lo que no les interesa, autocompadecerse, negar verdades… Todo lo necesario para controlar la situación. Pero, ¿qué técnicas de manipulación usan para conseguirlo?

Gaslighting

Conocida como “luz de gas”, es una de las más insidiosas. “Eso no ha sucedido nunca”, ‘Te lo has imaginado” o “¿Estás loco?”. Son algunas de las expresiones que emplean para distorsionar y confundir tu sentido de la realidad, haciéndote creer algo que no ha sucedido.

Infunde en las víctimas un sentido extremo de angustia y confusión, hasta tal punto que dejan de confiar en sí mismos, en su propia memoria, percepción o juicio.

Proyección

El manipulador traslada sus rasgos negativos o desplaza la responsabilidad de sus comportamientos a otra persona. Los narcisistas y psicópatas la usan en exceso, afirmando que la maldad que los rodea no es su culpa, sino tuya.

Conversaciones sin sentido

Diez minutos de conversación. Eso es el tiempo que seguramente tardes en abandonar la charla. Los manipuladores dicen sinsentidos, explicaciones ilógicas, cortinas de humo, acontecimientos del pasado…

Solo enredan. Hacen monólogos y tratan de envolverte con su palabrería. ¿Un consejo? Corta por lo sano. Y si puedes irte a los 5 minutos, mejor. Tu mente lo agradecerá.


Generalizaciones y descalificaciones

Hacen afirmaciones generales, vagas, inconcretas. Pueden parecer intelectuales, pero, en realidad, son vagos. Sus conclusiones son demasiado generales; su objetivo es desestimarte y echar por tierra tus opiniones.

Por ejemplo, “es que siempre quieres llevar razón”, “todo te molesta”, “nunca estás de acuerdo”. Mantén la calma. Puedes tirar de ironía, con un simple “gracias”, o por ignorarle con un rotundo “creo que estás algo alterado, ya hablaremos después”.

El absurdo
Recuerda que buscan minar tu moral y hacer que te replantees aquello en lo que crees. Pueden poner palabras en tu boca que no has dicho, te harán pensar que tienen el súperpoder de “leerte la mente”. Pero no, solo son argucias y tejemanejes. Puedes ayudarte mediante la claudicación simulada. Le dices que tiene razón para que se lo crea, pero mantienes tu postura. También puedes responder a su chantaje con un “vale” o con frases lacónicas.

Lo importante es que alejes tu autoestima de sus manos. Piensan que es lo que quieren tirar por el suelo para poder controlarte. Una vez que te ha debilitado, la tarea para ellos es mucho más fácil.


Disfraz de bondadoso
“Sí, pero…”. Si te acabas de comprar una casa, te dirá que qué pena que aún no tengas otra en la playa; si te has puesto más elegante que nunca, apuntará que otros pendientes te habrían quedado mejor… Si has completado un informe impecable, se fijará en que la grapa no está bien fijada.

Pero que no te afecte, ¡tú sabes lo que vales! Tus logros y tus virtudes valen más que sus técnicas de manipulación. No le des credibilidad y júntate con personas que pasan más tiempo recalcando lo que está bien y animándote; esas que te halagan cuando lo tienen que hacer y emiten críticas constructivas, no destructivas.

Resiste su ataque de rabia
Cuando te opones a un manipulador, lo más normal es que su cólera aumente en pocos segundos, especialmente si no le sigues el juego: su tolerancia a la frustración no suele ser muy alta. Es posible que comience a decir barbaridades e incluso te insulte y se refiera a ti en términos despectivos y peyorativos. Es fruto de su propia desconfianza.

Estas son las técnicas de manipulación más sutiles y frecuentes que emplean estas personas para humillarte. Dominar tus emociones y mantener la cabeza fría: la única forma de escapar a su control. Si no sucumbes, se cansarán y acabarán buscando otra víctima. La vida lejos de la gente manipuladora es mucho mejor.

Sara Clemente 29 octubre, 2017
 
El chantaje emocional es una forma de control que recurre a la culpa, la obligación o el miedo. El objetivo es conseguir que otra persona actúe de acuerdo a unos intereses que van en favor de quien hace el chantaje.

Es una manera de manipular la voluntad ajena que se basa en provocar sentimientos negativos de los que la persona chantajeada no parece poder salir, salvo que haga aquello que quiere el “chantajeador”.


“La manipulación prospera en los que dicen ‘Sí’ compulsivamente a todo y en los que son débiles a la hora de defender sus derechos.”
-Walter Riso-

Todos nos hemos visto involucrados alguna vez en una sitiación parecida, ya sea como víctimas o como verdugos. Pero, ¿por qué manipulamos o dejamos que nos manipulen?

El silencioso chantaje emocional

El chantaje emocional está infiltrado en nuestras relaciones por lo que, en ocasiones, es complicado determinar cuándo somos chantajeados o cuando ejercemos de chantajistas. Suele hacerse de manera inconsciente y esto hace más difícil detectar la manipulación.


Frases como “tú sabrás lo que haces”, “allá tú con tu decisión” o “si me quisieras no harías eso” son un ejemplo de manipulación. A veces, mensajes que a priori parecen inofensivos pueden llevar una carga de intencionalidad, buscan meter miedo a la otra persona si no cumple con los deseos del chantajista.

Generalmente asociamos la manipulación con personas maquiavélicas, retorcidas y egoístas. Pero en la práctica, todos recurrimos alguna vez algún tipo de chantaje emocional. Uno ejerce el papel de manipulador siempre y cuando se intenta controlar lo que dice o hace otra persona, se exige y no se da alternativa de elección o se dinamita la autoestima ajena.

El objetivo del chantaje emocional suele ser ganar poder en una relación.

¿Cómo es un manipulador emocional?

Ya hemos señalado que puede ser complicado identificar el chantaje emocional. Sin embargo, las personas que tienen tendencia a manipular comparten una serie de rasgos característicos.

En primer lugar, se trata de personas capaces de detectar las debilidades del otro. Y no solo las identifican, sino que no tienen reparo en aprovecharse de ello para utilizarlas en su contra. Además, suelen ser personas muy controladoras.


El manipulador, además, es tenaz. No para hasta conseguir lo que busca cualquier medio. Los hay que usan una cierta agresividad, otros el desprestigio o el victimismo y muchos son capaces de reinterpretar cualquier palabra o gesto de la otra persona en su propio beneficio.

Defenderse del chantajista

Por supuesto, no todos los grados de chantaje son iguales, ni responden a los mismos objetivos. Algunos son inocentes y casi inofensivos. Sin embargo, otros son tan retorcidos que pueden terminar dinamitando psicológicamente a la otra persona. La manipulación llevada al extremo puede dejar una herida emocional muy dañina para la persona que lo sufre.

El chantajista emocional ejerce el papel de víctima, probablemente lleno de inseguridades y miedos. En lugar de hacerse cargo de sus limitaciones, carga sobre el otro esas las debilidades, provocándole sentimientos negativos. El chantajeado acepta, principalmente, por temor a las consecuencias, al enfado o a que el chantajista cumpla con sus amenazas.

Defenderse de un chantajista depende de uno mismo. Cuando uno cree que está siendo manipulado, lo mejor es adoptar una actitud pasiva. No negarse, pero tampoco aceptar sus peticiones sin más. Dejarlo en “stand by”.

Esta tregua de tiempo servirá para observar las emociones en uno mismo. Sentimientos como la culpabilidad, el desasosiego o la frustración suelen estar asociados a prácticas manipulativas. Nadie puede dirigir las acciones de otro. Por lo tanto, no permitas que nadie someta tu voluntad al chantaje emocional.

Marian García, 25 octubre, 2013
Poner distancia es lo mejor. Por amor a uno mismo y a su propia salud mental.
 
Detectar a un Manipulador Emocional:

Los manipuladores emocionales suelen ser como lobos con piel de cordero. Utilizan estrategias de chantaje emocional con las que consiguen poner a los demás a su disposición.

Suelen ser grandes oradores, le dan la vuelta a las cosas a su conveniencia y embaucan a través de la distorsión cognitiva y la explotación emocional, con la intención de tomar el control siempre y obtener algunos beneficios o privilegios a expensas de su víctima. El manipulador crea a propósito un desequilibrio de poder que le permite inclinar la balanza a su favor y explotar a la otra persona, pero lo hace sin que sea evidente para su víctima. Utiliza la mentira de forma inteligente e incluso pueda a veces negar cosas que ha dicho, confundiéndonos.

Con el tiempo la persona manipulada acaba por llevar una vida que no es la que desea pues, sin darse cuenta, se ha puesto a expensas del manipulador, poniendo por encima a la otra persona frente a las propias necesidades e intereses personales. Al ser manipulados se acaba minando nuestra autoestima, autorrespeto, generando inseguridades, tristeza e insatisfacción.. y lo peor de todo es que muchas veces la víctima justifica al manipulador y/o incluso se siente culpable de la situación.

Características del manipulador emocional:

Las personas manipuladoras no suelen tener muchos escrúpulos, una vez que detectan tu punto débil, lo usarán para manipularte. Si consiguen su fin te harán renunciar a tus necesidades y valores, para poner los suyos propios por delante. Normalmente envuelven poco a poco a las personas en su red.

Los manipuladores suelen ser personas inseguras, con baja autoestima, pero sin embargo intentan dar la imágen opuesta. Sus temores e inseguridades son encubiertos bajo actitudes egoístas y dominantes.

La inseguridad del manipulador hace que emplee técnicas para resolver sus problemas basadas en la agresividad activa o pasiva. Suelen ser egoístas y tener un evidente déficit de habilidades sociales,sobre todo un defícit de asertividad, que le lleva a emplear primero medios sutiles para conseguir que los demás hagan lo que él quiere, y después cada vez más agresivos pudiendo llegar hasta la violencia.

Debido a esta inseguridad se sienten incómodos en todo tipo de relaciones (laborales, de pareja, de amistad..) Esto les lleva a ser rígidos, juzgar a los demás, y hacer ver que sólo ellos tienen la razón o verdad absoluta. Son ellos contra el mundo y quien no piensa como ellos o se adapta a sus deseos es desvalorizado.

Les caracteriza una baja tolerancia a la frustración. Cada vez que experimentan situaciones que consideran que les frustran o ponen en entredicho su posición o poder reaccionan con rabia, se ponen alerta y atacan desde la intolerancia, la crítica destructiva o incluso la agresividad física y verbal si se sienten amenazados.

Nunca tendrá suficiente: El manipulador siempre pide, y exprime sin límite. El manipulador satisface su propio ego a través de la manipulación de su víctima, sentir que tiene al otro a su disposición o doblegarlo le hace sentir poderoso. Utiliza a los demás para lograr sus fines cada vez que puede, a menos que la persona ponga fin a esa explotación. Un manipulador no suele dejar libre a sus presas, sino que intenta exprimirlas al máximo pidiendo sacrificios cada vez mayores.

Paola Graziano.
El manipulador suele ser un tipo de persona que hace amigos fácilmente pero que también facilmente los pierde. Llega un momento de esos de manipulación en que esos amigos huyen. En los casos que yo conozco la unica compañía que permanece en el tiempo es la de la familia. No sé si por pena o porque no hay otra y hay que estar.
 
Técnicas de manipulación psicológica de las que puedes estar siendo víctima

Están en los lugares que frecuentamos más a menudo. Puede ser tu jefe, el vecino de arriba, un compañero de trabajo, un cliente, un familiar lejano o cercano o cualquier amigo. Hablamos de personas que dominan a la perfección ciertas técnicas de manipulación y que las usan para confundirnos.

Aunque estén a nuestro alrededor, no es fácil detectar a estas personas. Sus características y rasgos de personalidad no son evidentes. Nadie lleva un cartel en la frente avisando de que es un narcisista o un sociópata. Entonces, ¿cómo podemos evitarlas?

¿Por qué a mí?
Este tipo de personas se alimentan del dolor ajeno. Por tanto, no es que tú seas más débil, vulnerable o especial, sino que eres otra víctima para ellos. Un número más.

Todos hemos experimentado culpabilidad o desconfianza después de ciertas situaciones en las que nos vemos involucrados. Y lo peor es que lo sentimos sin saber: ni cómo ni por qué. Pero el caso es que las consecuencias nos salpican, minan nuestra moral, complican nuestra vida y aumentan nuestras inseguridades. ¿Cómo lo hacen sin que nos demos apenas cuenta?

¿Qué buscan los manipuladores?
En general, existen muchas clases de personas manipuladoras: sociópatas, narcisistas, mentirosos o los llamados vampiros psicológicos. Y detectarlas es más una cuestión práctica que teórica. Por eso, si habéis sido víctimas de ellas alguna vez, os será más fácil anticiparos a ellas.

Sin embargo, sí se puede considerar que los objetivos de las personas manipuladoras son muy claros, instrumentales y siguen un patrón determinado. Algunos de ellos son:

Anular tu fuerza de voluntad: buscan sembrar la duda y que permanezcas bajo su amparo.

Destruir tu autoestima: sacarle pegas a todo lo que hagas o hayas hecho. No son constructivos, solo tratan de sacar defectos.

Venganza pasivo-agresiva: te castigan con su ignorancia. Cuando les necesitas, te dejan de lado; por lo que basta con que les pidas algo, para que te den plantón o ni siquiera vuelvan a dirigirte la palabra.

Tergiversar la realidad: disfrutan confundiendo a las personas y creando discusiones y malentendidos ajenos. Tras haber generado una disputa, se mantienen al margen divirtiéndose con las disputas de los demás.

Aprende a evitar sus técnicas de manipulación

Las consecuencias de su manipulación pueden llegar a generar una huella muy profunda en cada uno de nosotros. Por eso, se antoja necesario que conozcamos cuáles son las técnicas de manipulación que usan con más frecuencia. La cuestión es aprender a anticiparnos y a no a ser sus títeres.


Estas personas suelen reírse de nuestras opiniones, responsabilizarnos o hacernos sentir culpables, atacar sutilmente, interrogarnos, retrasar lo que no les interesa, autocompadecerse, negar verdades… Todo lo necesario para controlar la situación. Pero, ¿qué técnicas de manipulación usan para conseguirlo?

Gaslighting

Conocida como “luz de gas”, es una de las más insidiosas. “Eso no ha sucedido nunca”, ‘Te lo has imaginado” o “¿Estás loco?”. Son algunas de las expresiones que emplean para distorsionar y confundir tu sentido de la realidad, haciéndote creer algo que no ha sucedido.

Infunde en las víctimas un sentido extremo de angustia y confusión, hasta tal punto que dejan de confiar en sí mismos, en su propia memoria, percepción o juicio.

Proyección

El manipulador traslada sus rasgos negativos o desplaza la responsabilidad de sus comportamientos a otra persona. Los narcisistas y psicópatas la usan en exceso, afirmando que la maldad que los rodea no es su culpa, sino tuya.

Conversaciones sin sentido

Diez minutos de conversación. Eso es el tiempo que seguramente tardes en abandonar la charla. Los manipuladores dicen sinsentidos, explicaciones ilógicas, cortinas de humo, acontecimientos del pasado…

Solo enredan. Hacen monólogos y tratan de envolverte con su palabrería. ¿Un consejo? Corta por lo sano. Y si puedes irte a los 5 minutos, mejor. Tu mente lo agradecerá.


Generalizaciones y descalificaciones

Hacen afirmaciones generales, vagas, inconcretas. Pueden parecer intelectuales, pero, en realidad, son vagos. Sus conclusiones son demasiado generales; su objetivo es desestimarte y echar por tierra tus opiniones.

Por ejemplo, “es que siempre quieres llevar razón”, “todo te molesta”, “nunca estás de acuerdo”. Mantén la calma. Puedes tirar de ironía, con un simple “gracias”, o por ignorarle con un rotundo “creo que estás algo alterado, ya hablaremos después”.

El absurdo
Recuerda que buscan minar tu moral y hacer que te replantees aquello en lo que crees. Pueden poner palabras en tu boca que no has dicho, te harán pensar que tienen el súperpoder de “leerte la mente”. Pero no, solo son argucias y tejemanejes. Puedes ayudarte mediante la claudicación simulada. Le dices que tiene razón para que se lo crea, pero mantienes tu postura. También puedes responder a su chantaje con un “vale” o con frases lacónicas.

Lo importante es que alejes tu autoestima de sus manos. Piensan que es lo que quieren tirar por el suelo para poder controlarte. Una vez que te ha debilitado, la tarea para ellos es mucho más fácil.


Disfraz de bondadoso
“Sí, pero…”. Si te acabas de comprar una casa, te dirá que qué pena que aún no tengas otra en la playa; si te has puesto más elegante que nunca, apuntará que otros pendientes te habrían quedado mejor… Si has completado un informe impecable, se fijará en que la grapa no está bien fijada.

Pero que no te afecte, ¡tú sabes lo que vales! Tus logros y tus virtudes valen más que sus técnicas de manipulación. No le des credibilidad y júntate con personas que pasan más tiempo recalcando lo que está bien y animándote; esas que te halagan cuando lo tienen que hacer y emiten críticas constructivas, no destructivas.

Resiste su ataque de rabia
Cuando te opones a un manipulador, lo más normal es que su cólera aumente en pocos segundos, especialmente si no le sigues el juego: su tolerancia a la frustración no suele ser muy alta. Es posible que comience a decir barbaridades e incluso te insulte y se refiera a ti en términos despectivos y peyorativos. Es fruto de su propia desconfianza.

Estas son las técnicas de manipulación más sutiles y frecuentes que emplean estas personas para humillarte. Dominar tus emociones y mantener la cabeza fría: la única forma de escapar a su control. Si no sucumbes, se cansarán y acabarán buscando otra víctima. La vida lejos de la gente manipuladora es mucho mejor.

Sara Clemente 29 octubre, 2017
No soy partidaria de resistir a un ataque de rabia de nadie. La vida es demasiado bonita como para tener esa vivencia en la memoria. Sigo manteniendo que la distancia física, psicológica y de trato es lo mejor.
 
y usan la palabta amor para presionarte a hacer el amor si no lo haces ya no me quieres o te insiste con alguna pactica sexual
Nadie puede obligarte a hacer nada que no quieras o no te haga sentirte cómodo y disfrutar. Las relaciones sexuales en una pareja tienen que surgir de manera espontánea, no impuesta.
Yo también he conocido hombres que han manejado a su antojo mis sentimientos para manipularme, me han embaucado con su manera de ver el mundo haciendome poner en segundo plano mis necesidades y emocionalmente me han dejado para el arrastre.
Es mejor poner distancia como sea. Y que te apoye algun amig@ o familiar porque es un proceso duro ya que este tipo de hombres intenta volver a tu vida una y otra vez.
 
No soy partidaria de resistir a un ataque de rabia de nadie. La vida es demasiado bonita como para tener esa vivencia en la memoria. Sigo manteniendo que la distancia física, psicológica y de trato es lo mejor.
Tampoco me gusta mucho resistir a un ataque, hasta porque los ataques de rabia hablan mucho de la persona. Suelen ser inestables emocionalmente y no es agradable perder el tiempo o las energias en una situación así.
Lo importante es reconocer el problema y alejarse si posible (cuando se tratan de personas del entorno), pues como ya ha sido dicho, ni siempre se consigue modificar lo que hay.
 
Como hablaste de la rabia Edurnelabella, aqui dejo un tema interesante...

La ira o la rabia como parte de la depresión
Por Ana Muñoz
Aunque tradicionalmente se ha definido a la depresión en función de síntomas como tristeza, desesperación o sensación de falta de valor personal, este trastorno puede también expresarse mediante síntomas diferentes, como ira, abuso de sustancias o conductas de riesgo, que aparecen con más frecuencia en hombres que en mujeres.

Si bien todos estos síntomas pueden aparecer en ambos sexos, la depresión a menudo se expresa en ellos de manera distinta.


Sin embargo, a la hora de establecer un diagnóstico, se han tenido más en cuenta los síntomas más típicos de las mujeres. Por este motivo, se suele considerar que la depresión es un trastorno mucho más frecuente en las mujeres. No obstante, cuando se tienen en cuenta todos los síntomas propios de la depresión, la prevalencia resulta ser similar en ambos sexos.

Además de los síntomas más utilizados para diagnosticar la depresión, como tristeza, problemas para dormir, sentimientos de culpa y de falta de valor personal y pérdida de interés en actividades que antes resultaban placenteras, también pueden aparecer síntomas como ataques de ira, agresión, abuso de sustancias, irritabilidad, conductas de riesgo e hiperactividad, como parte de la depresión.

Investigadores de la Universidad de California desarrollaron cuestionarios destinados a evaluar la depresión que incluyeran también los síntomas más típicos de los hombres, además de los tradicionales.


Evaluaron a un grupo de 5.700 personas. De ellas, el 30,6% de los hombres y el 33.3% de las mujeres habían experimentado un episodio de depresión en algún momento a lo largo de sus vidas. La diferencia entre sexos era tan pequeña que no podía considerarse significativa.

En definitiva, los síntomas utilizados habitualmente para identificar una depresión no abarcan todos los síntomas posibles.

Esto hace que muchas personas con depresión, especialmente los hombres, no solo no sean diagnosticados, sino que ni siquiera ellos mismos se den cuenta de lo que les pasa. Y lo mismo podemos decir de aquellas mujeres en las que también predominan los síntomas que no suelen tenerse en cuenta.

Mientras que a las mujeres les cuesta menos reconocer su tristeza o problemas de autoestima, los hombres deprimidos a menudo se sienten avergonzados y responden ante esos sentimientos con ira e irritabilidad o conductas de riesgo, así como recurriendo al alcohol o las drogas. La sociedad también parece aceptar más fácilmente la depresión en las mujeres y a castigarla más en los hombres, por lo que no es raro que los síntomas se expresen de manera deferente en ellos.

Ira y depresión

La ira, la hostilidad, la irritabilidad y los estallidos violentos son, en realidad, bastante frecuentes en personas deprimidas. Un estudio (que menciono la final de este artículo) encontró que más de la mitad de las personas diagnosticadas con depresión mayor (el 54,5%) mostraban también irritabilidad e ira.

Pueden tener estallidos durante los cuales se produce una emoción especialmente intensa de ira, acompañada de un aumento de la frecuencia cardiaca, sudoración y acaloramiento.

Estas personas suelen ser también más ansiosas y hostiles con los demás, con una tendencia a expresar ira con facilidad y con frecuencia. Es como si esa ira estuviera ahí en todo momento y cualquier cosa, incluso de poca importancia, los hiciera estallar. Incluso aunque una persona no exprese su ira, su mente puede estar llena de pensamientos e imágenes agresivos que la alimentan.

Los motivos para la aparición de esta ira pueden ser diversos. En algunos casos, puede deberse a un sentimiento de impotencia. Por ejemplo, una persona con problemas que no logra solucionar o que se encuentra en una situación desagradable de la que no logra salir, puede reaccionar con enfado e ira, dirigida principalmente hacia sí mismo, culpándose por no ser capaz de superar sus problemas. Este odio hacia sí mismo, que lo mantiene en un estado de irritabilidad casi continuo, acaba extendiéndose también hacia los demás, hacia el mundo o hacia cualquier cosa.

La sensación de fracaso, la baja autoestima, el sentirse rechazado o infravalorado por los demás, pueden dar lugar también a una depresión con odio hacia uno mismo.

A menudo, los mismos sentimientos de depresión producen autodesprecio e ira hacia uno mismo. Esto es debido a que a algunas personas, especialmente entre los hombres, les cuesta mucho reconocer sus sentimientos de decaimiento e indefensión, típicos de de la depresión, porque les hace sentirse débiles.

Así mismo, cuando una persona observa su propio comportamiento hostil, su ira y su incapacidad para controlarse, puede acabar aún más deprimido y sentir aún un mayor odio hacia sí mismo, lo que agrava el problema y lo mantiene en el tiempo.

Por tanto, tras esta ira se esconde a menudo un problema de baja autoestima con sensación de fracaso o impotencia ante el que se reacciona con un intenso autodesprecio.

Una investigación realizada con personas diagnosticadas de depresión mayor (la forma más grave de depresión), dirigido por Lewis L. Judd, de la Universidad de California, encontró que las personas deprimidas que mostraban también ira e irritabilidad solían tener una depresión más severa y de mayor duración, así como más problemas para controlar sus impulsos. La ira estaba también relacionada con abuso de sustancias, trastornos de ansiedad, trastornos de personalidad, una menor satisfacción con la vida y una mayor disfunción psicosocial.

Qué puedes hacer

En primer lugar, es importante que reconozcas lo que realmente estás sintiendo, tanto tus sentimientos de ira y hostilidad, como los sentimientos de tristeza, indefensión e impotencia, así como los sentimientos de autodesprecio y odio hacia uno mismo.

Pregúntate por qué te estás sintiendo así. ¿Qué hay en tu vida o en ti que te ha llevado a sentirte de esta manera? El siguiente paso consiste en aceptar tu situación y tus sentimientos. Deja de castigarte por estar triste, por sentirte indefenso, por no poder solucionar tus problemas, por no haber alcanzado ciertas metas en tu vida o por no tener la vida que deseabas tener, porque castigándote no vas a cambiar el pasado ni vas a crearte un futuro mejor.

Proponte aceptar tus errores, tus imperfecciones y tus fracasos, pues forman parte de la vida. Si quieres empezar de nuevo y cambiar las cosas, debes aceptar el punto de partida en que te encuentras, aunque no te guste. Solo haciendo esto podrás empezar a cambiarlo.

El rumbo que tome tu vida a partir de ahora puede ser muy diferente. Tal vez tengas que aceptar tus debilidades o enterrar tu orgullo; tal vez tengas que aceptar que no eres tan fuerte como creías y luego puede que descubras que tampoco necesitas serlo. Tal vez todo esto que has estado sintiendo hasta ahora te haga replantearte muchas de tus asunciones acerca de la persona que has querido ser o de la vida que has querido llevar y encuentres que deseas ser alguien diferente, que no tienes por qué se esa persona que deseabas ser, que hay otra vida diferente que puedes construir con lo que tienes ahora, porque tal vez lo que tienes no es todo tan horrible como crees. Y tal vez descubras también que la persona que eres tampoco es tan horrible como crees, que tienes muchas cosas buenas con las que construirte una nueva identidad.

En definitiva, tus sentimientos de ira y depresión te indican que tienes mucho en qué pensar acerca de ti y de tu vida. Lee el artículo titulado Lo que te hace vulnerable a un trastorno puede ser lo mismo que te hace triunfar, pues te aportará un punto de vista nuevo sobre quién eres realmente.
 

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