El Cancer, enfermedades, envejecimiento - causas & tratamiento, todo un uno

Qué teoría os convence más como explicación del cáncer, esta o la de la medicina oficial?


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Un simple antibiótico frena en ratones un cáncer que mata a 800.000 personas al año
Un estudio asocia la presencia de una bacteria a tumores colorrectales y sus metástasis en humanos

MANUEL ANSEDE
24 NOV 2017 - 15:46 CET
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Paolo Nuciforo, investigador en el Vall d’Hebron Instituto de Oncología, en Barcelona. VHIO



Concéntrese en su boca. Pase la lengua entre sus dientes y la mucosa de sus carrillos. En esos recovecos vive la Fusobacterium nucleatum, una bacteria habitual en la boca humana que se asocia a infecciones de las encías. Somos, según un manido chascarrillo científico, más microbianos que humanos: en el cuerpo de una persona normal hay 39 billones de bacterias y solo 30 billones de células humanas. Y la ciencia apenas está empezando a comprender este complejísimo mundo microscópico.

El último descubrimiento puede ser trascendental. Desde hace unos cinco años, la comunidad científica intuye el cada vez más evidente vínculo entre la Fusobacterium y el cáncer colorrectal, responsable de 775.000 muertes cada año en el mundo, 15.000 de ellas en España. La bacteria aparece habitualmente en el ecosistema microbiano de estos tumores en el intestino grueso. Y un equipo internacional de científicos acaba de descubrir que la bacteria también viaja con las células tumorales que provocan metástasis en el hígado.

“Estos datos sugieren que las bacterias, más que compañeras de viaje, pueden ser las impulsoras de estas metástasis”, sostiene Paolo Nuciforo, coautor del estudio e investigador en el Vall d’Hebron Instituto de Oncología, en Barcelona. Las bacterias, afirma, podrían provocar alteraciones moleculares que dieran lugar a tumores en las células humanas.

No es la primera vez que se asocian bacterias y cáncer. La relación entre la Helicobacter pylori y el cáncer de estómago se conoce desde 1994”, explica Nuciforo. La infección por H. pylori se considera, de hecho, la principal causa de cáncer gástrico, un tumor culpable de otras 750.000 muertes anuales en el mundo. “Ahora estamos constatando también la relación entre Fusobacterium y cáncer colorrectal”, subraya el patólogo.

El equipo de Nuciforo ha detectado Fusobacterium en el 70% de una muestra de 200 tumores colorrectales humanos. En las metástasis hepáticas de esos tumores primarios también aparecen las mismas cepas de la bacteria, dentro de las propias células tumores.

“Si no existiera una relación, sería casi imposible que la flora microbiana de un tumor en el colon fuera igual que la de un tumor en el hígado. Son órganos totalmente diferentes”, apunta el investigador. El trabajo, publicado hoy en la revista Science, está liderado por científicos del Instituto del Cáncer Dana-Farber, en Boston (EE UU).

Los autores han ido un paso más allá. Han injertado estos tumores humanos en ratones y los han tratado con un simple antibiótico, el metronidazol, empleado habitualmente en infecciones de uretra y vagina. El antibiótico por sí solo ha logrado algo insólito: frenar un 30% el crecimiento de los tumores en los ratones, según detalla Nuciforo.

“Una nueva estrategia contra los tumores colorrectales asociados a Fusobacterium sería una combinación de quimioterapia y antibióticos. Pero para confirmar esto necesitamos más ensayos clínicos”, señala el patólogo. Un primer paso sería desarrollar un antibiótico específico contra Fusobacterium, ya que el metronidazol mata también a otras bacterias de la flora intestinal. "En carcinoma gástrico ya se emplean tratamientos preventivos con antibióticos. Lo mismo podría hacerse con Fusobacterium si se confirman nuestros resultados", hipotetiza Nuciforo.

https://elpais.com/elpais/2017/11/23/ciencia/1511467905_153499.html
 
CIENCIA, MEDICINA, PREOCUPACIONES GLOBALES, TECNOLOGÍA
La ciencia y la búsqueda de la eterna juventud

Por Azahara Mígel | 17-12-2017


María Blasco

Directora Científica del CNIO




En ese prodigioso compendio de mitos que es el tríptico El jardín de las delicias (1500-1505), cumbre de la pintura de El Bosco, aparece representada en la tabla central lo que algunos expertos han identificado como la fuente de la vida. Una leyenda antiquísima -se cree que la primera referencia a la misma se encuentra en los textos de Heródoto hace 2.500 años- que ha atravesado tiempos y culturas como expresión de las ansias de inmortalidad del ser humano, de su temor ante la vejez y la muerte. Leyendas del medievo europeo como la piedra filosofal, lugares mágicos buscados por los conquistadores españoles en el Nuevo Mundo o las historias acerca del agua de la vida que Alejandro Magno persiguió en sus conquistas dan testimonio de esta búsqueda. Magos, sabios y reyes en China, India o Egipto intentaron dar con el elixir de la juventud.

Los métodos han cambiado y la ciencia ha sustituído (no del todo) a la alquimia. Pero eso no ha detenido esta carrera iniciada miles de años atrás. María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), experta en biología molecular e investigadora de prestigio mundial, lleva décadas estudiando el proceso de envejecimiento de nuestras células. Los avances de Blasco y su equipo en este campo vienen a descubrirnos que hemos pasado mucho tiempo buscando fuera la fuente de la vida, en arriesgados viajes y peligrosos experimentos químicos, hasta darnos cuenta de que en realidad la teníamos en nuestros propios genes desde el nacimiento. Al final de nuestros cromomomas se encuentran unas estructuras denominadas telómeros que son esenciales para la estabilidad del genoma, sin embargo, a pesar de su importancia, cada vez que nuestras células se dividen los telómeros se van desgastando, llevando al mal funcionamiento de los tejidos y órganos y, en última instancia, a la muerte. “El antídoto contra este acortamiento de los telómeros, explica Blasco, es la enzima telomerasa”, que todos producimos pero solo actúa durante el desarrollo embrionario, cuando se determina la longitud de los telómeros. El resto del tiempo permanece silenciada, excepto en un caso: las células cancerígenas (para que haya cáncer las células despiertan la telomerasa). Así pues, esa enfermedad terrible que causa millones y millones de muertes al año en todo el planeta, nos ha enseñado una de las claves esenciales que pueden ayudarnos a ralentizar el envejecimiento.

El equipo de María Blasco está experimentando en animales la forma de introducir de forma vírica en los organismos la enzima de la telomerasa: “Lo que estamos intentando es entender con profundidad cómo funcionan estos mecanismos del envejecimiento para ser capaces de prevenir la aparición de enfermedades”. Blasco cree que en no mucho tiempo seremos capaces de alargar nuestra esperanza de vida gracias a esta previsión, consiguiendo así atajar enfermedades antes de que sea tarde. Hace pocos días, un español, Francisco Núñez ElAceitunoMisogino, se convertía en el hombre más viejo del plantea al cumplir 113 años. Se declaraba entonces “loquísimo y contento de su alma”; tal vez alcanzar su edad -que no su excelente ánimo- no sea tan extraño en un futuro cercano.

https://one.elpais.com/maria-blasco-cnio-la-ciencia-la-busqueda-la-eterna-juventud/
 
La sonda que quiere revolucionar las cirugías oncológicas
Científicos canadienses han desarrollado una sonda que permite detectar más del 90% las células cancerosas en el cerebro. Actualmente realizan investigaciones para utilizarla en otros procedimientos

JAIME PORRAS FERREYRA
Montreal 30 ENE 2018 - 11:35 CET


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Uso de la sonda en una cirugía cerebral. POLITÉCNICO DE MONTREAL


Una sonda de fibras ópticas y del tamaño de un bolígrafo podría llegar en pocos años a los hospitales y, con ello, revolucionar las cirugías oncológicas. Gracias a este instrumento, los médicos detectarán directamente en el quirófano las células cancerosas en el cerebro, y es posible que puedan hacerlo más adelante también en otros órganos. “Podemos identificar estas células con una precisión muy alta y en tiempo real”, comenta a EL PAÍS Frédéric Leblond, profesor de ingeniería física en el Politécnico de Montreal y miembro del Centro de Investigación del Hospital de la Universidad de Montreal.

Actualmente, los neurocirujanos deben guiarse por imágenes obtenidas por resonancia magnética para distinguir las zonas afectadas. Ante la duda de extraer ciertos tejidos, deben recoger muestras y enviarlas a patología, en un procedimiento que toma tiempo y que es insuficiente en muchos casos. “El peor miedo es quitar un fragmento del cerebro que no esté afectado y dejar al paciente con secuelas permanentes, o no extraer todas las partes dañadas”, señaló en una entrevista al diario La Presse Kevin Petrecca, neurocirujano del Instituto Neurológico de la Universidad McGill.

Leblond fue el coautor principal, junto con Petrecca, de un artículo publicado en febrero de 2015 en Science Translational Medicine, donde se presentó esta sonda manual que funciona por espectroscopia Raman. Leblond explica que en el procedimiento se emite luz, se obtiene el espectro y se realiza un análisis estadístico en un ordenador, gracias a la inteligencia artificial. Así, se efectúa una comparación por medio de algoritmos en una base de datos para detectar características específicas de las células cancerosas. El estudio de 2015 se llevó a cabo con un grupo de 15 pacientes con gliomas de grados 2, 3 y 4. Los resultados arrojaron una sensibilidad del instrumento del 94% y una especificidad del 91%.

Leblond y Petrecca presentaron en julio de 2017 los resultados de un modelo mejorado de la sonda. Lo hicieron en las páginas de Cancer Research, la revista de la Asociación americana para la investigación sobre el cáncer. Este segundo modelo, dotado de fibras suplementarias para agregar el uso de espectroscopia de reflexión y de fluorescencia, fue probado en 19 pacientes. Arrojó una sensibilidad del 100% y una especificidad del 93%. Además de tumores primarios, el instrumento detectó metástasis en el cerebro por cáncer de colon, piel y pulmón.

Las investigaciones de los canadienses han sido citadas por sus pares académicos en revistas como Chemical Society Reviews y Annals of Translational Medicine. Asimismo, Kevin Petrecca y Frédéric Leblond han expuesto el fruto de sus trabajos en distintos foros internacionales. Muestra de ello fue la participación de Petrecca en un simposio organizado por el Centro oncológico de la Universidad de Harvard en 2016, dedicado a los tumores cerebrales. “Hemos recibido muchos correos electrónicos por parte de cirujanos y pacientes preguntando por la sonda”, cuenta Leblond.

Ehsan Edjlali, miembro del laboratorio de óptica radiológica que dirige Leblond en el Centro de Investigación del Hospital de la Universidad de Montreal., muestra a este diario la sonda. Si la precisión de este instrumento ha sorprendido en los estudios, su reducido tamaño y su poco peso también asombran. Edjlali colabora con Leblond efectuando simulaciones en el ordenador para tomar mejores imágenes de tejidos.

Frédéric Leblond comenta que la sonda ha sido utilizada hasta el momento en más de 140 pacientes y que este año realizarán un estudio multicéntrico, tanto en hospitales de Canadá como de otros países. Confía en que el instrumento recibirá en menos de tres años el visto bueno de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), ya que está en un programa acelerado de aprobación. Leblond señala también que han probado la sonda en otros órganos afectados por el cáncer, específicamente en próstata, pulmón y ovarios. Los resultados, al igual que con el cáncer cerebral, han sido muy elevados.

Leblond y su equipo se concentran ahora en proyectos para incorporar la sonda a otros instrumentos de uso oncológico. Por ejemplo, en agujas para biopsias y en robots utilizados en cirugías de boca y garganta. “Seguiremos trabajando para buscar que los enfermos prolonguen su vida con la mayor calidad posible”, agrega el investigador canadiense.

https://elpais.com/elpais/2018/01/29/ciencia/1517219892_262989.html
 
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James Allison, en su laboratorio. University of Texas. MD Anderson Cancer Center.

SALUD FRONTERAS DEL CONOCIMIENTO
El hombre que enseñó a las defensas a atacar el cáncer, premio Fundación BBVA
James Allison recibe el prestigioso galardón en la categoría de Biomedicina, por su contribución al campo de la inmunoterapia.
30 enero, 2018 12:05
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El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biomedicina ha sido concedido en su décima edición al inmunólogo estadounidense James P. Allison, cuya investigación "ha llevado a activar el sistema inmune para lograr que combata el cáncer en pacientes, así como al desarrollo de nuevas terapias", señala el acta del jurado. Allison fue el primero en demostrar que la inmunoterapia puede tratar el cáncer de forma efectiva, abriendo así una vía que "ha proporcionado beneficios clínicos a muchos pacientes" y ha "estimulado el desarrollo de toda una nueva clase de fármacos".

El trabajo de Allison dio lugar en 2011 a la aprobación por parte de la agencia del medicamento estadounidense (la FDA) del primer fármaco oncológicobasado en la activación del sistema inmune, indicado contra el melanoma metastásico, que ha mostrado una alta efectividad, con tasas de supervivencia de hasta diez años, en alrededor del 20% de pacientes. Este tratamiento –el ipilimumab- ha supuesto un "cambio total de paradigma" respecto a la manera en que se aborda hoy día el tratamiento del cáncer, ha explicado Lélia Delamarre, jefa de grupo en el Departamento de Inmunología del Cáncer de Genentech y vocal del jurado.

En la actualidad se han aprobado ya varios fármacos basados en el mismo principio ideado por Allison, que buscan aumentar el porcentaje de pacientes que se benefician de la inmunoterapia en melanoma y que además son efectivos contra cáncer de pulmón, riñón, vejiga y tumores de cabeza y cuello.

La inmunoterapia se basa en potenciar la capacidad del sistema de defensa del organismo para combatir y eliminar las células cancerosas de manera específica. Es una estrategia que se intenta desde hace décadas, pero que no había dado resultado hasta el trabajo de Allison. El hallazgo que cambió radicalmente la situación fue su descubrimiento, a mediados de los años noventa, de un aspecto clave en el funcionamiento de las células T del sistema inmune, responsables de combatir las células tumores.

Allison y su grupo ya habían descubierto que estas células actúan solo tras la activación de dos interruptores celulares específicos; sin embargo, eso no bastaba para vencer las células tumorales. Allison lanzó la hipótesis de que faltaba por encontrar una tercera señal, que o bien activara aún más las células T o bien que, por el contrario, las frenara –el sistema inmune está muy finamente regulado por señales de activación y freno, para impedir que se vuelva contra su propio organismo–. Efectivamente, Allison "caracterizó una molécula llamada CTLA-4 presente en la superficie de las células T, y demostró que normalmente actúan como freno de estas células", explica el acta.

El paso siguiente fue bloquear esa tercera señal, el equivalente a "levantar el pie del freno" del sistema inmune, en palabras de Robin Lovell-Badge, del Instituto Francis Crick (Reino Unido) y vocal del jurado. De esa forma, las células T actúan sin obstáculos contra su objetivo: las células tumorales. Los ensayos de esta estrategia con ratones resultaron muy positivos, y sin embargo su aceptación por parte de la comunidad científica no fue inmediata.

Allison lo recordaba este lunes por teléfono, tras conocer el fallo: "El escepticismo inicial se basaba en que al principio se generó demasiado optimismo con la inmunoterapia. A principios de los años sesenta, muchos empezaron a tratar de usar el sistema inmune para destruir el cáncer, pero la realidad es que solo funcionaba en ratones. Lo que ocurrió es que muchos se lanzaron a probar tratamientos sin comprender realmente qué intentaban modificar, es decir, sin haber realizado antes la ciencia básica necesaria; aún no sabían que existían frenos en el sistema inmune, y por eso hubo muchos fracasos. Muchos se dieron por vencidos, decían que la inmunoterapia había generado expectativas exageradas y que jamás funcionaría".

Los buenos resultados de los ensayos con humanos, iniciados en 2001, no solo dieron la razón a Allison, sino que inspiraron a muchos otros investigadores a buscar nuevas señales-freno del sistema inmune. La inmunoterapia es hoy una de las áreas de investigación más activas en oncología.

Una de sus ventajas es que genera respuestas duraderas e incluso, en algunos pacientes, la desaparición del tumor, gracias a que el sistema inmunitario sabe reconocer las células tumorales si aparecen en el futuro. Además, como recuerda Allison, "no combatimos el cáncer directamente, sino que hacemos que el sistema inmunitario lo ataque", y eso hace que la inmunoterapia sea efectiva contra muchos tipos de tumores. Una tercera ventaja es que por lo general tiene menos efectos secundarios.

El propio Allison admite, en todo caso, que la inmunoterapia no será, por sí misma, la solución definitiva: "No vamos a curar todos los tipos de cáncer", reconoce. "Pero sí creo que en el futuro la inmunoterapia formará parte del arsenal terapéutico contra muchos tipos de cáncer, en combinación con quimioterapia y/o radioterapia. Sí creo que pronto lograremos curar a la mayoría de los pacientes, espero que incluso alcanzando hasta el 60 o 90% de los casos en algunos tipos de cáncer".

A pesar de los buenos resultados, sobre todo en cánceres como el melanoma, con escasas opciones terapéuticas hasta ahora, la inmunoterapia sigue siendo efectiva solo en un determinado porcentaje de pacientes. Algunos tumores logran bloquear el sistema de defensa inmunitario o incluso pasar inadvertido ante él, y la respuesta de los pacientes al tratamiento no siempre es predecible. Por ello, Allison insiste en que ante todo sigue siendo necesario más conocimiento básico: "La realidad es que no sabemos por qué no funciona en todos los pacientes; hay muchas personas investigando esta cuestión ahora mismo, buscando marcadores o señales para predecir quién va a responder al tratamiento, y quién no. Por eso mismo es tan importante seguir realizando buena investigación básica en este campo".

Allison se define como un investigador básico, o al menos lo era cuando empezó su carrera: "Yo sí tenía un interés personal en el cáncer, porque perdí a mi madre cuando era niño por esta enfermedad, y después a mi hermano y a dos de mis tíos; pero quería comprender primero el funcionamiento de las células T, para luego intentar aplicar las lecciones de esta investigación básica al desarrollo de terapias contra el cáncer. Creo que primero necesitas la ciencia básica. Sin ese fundamento no es posible desarrollar tratamientos eficaces. Yo siempre tuve el cáncer en mente, pero la prioridad tiene que ser siempre hacer ciencia básica, incluso sin una aplicación concreta en mente. Es lo que siempre les digo a mis estudiantes".

No obstante, Allison ha tenido el raro privilegio de conocer a personas que se han beneficiado directamente de su trabajo, y eso ha cambiado sus líneas de investigación: "Conocer a una mujer a la que le habían dicho que le quedaban unos pocos meses de vida, y que hoy, más de 15 años después, sigue viva con dos niños, ha sido uno de los mejores momentos de mi vida. Esto me motiva a hacer todo lo posible para que estas terapias funcionen. Es bastante insólito que un investigador en ciencia básica logre ver las aplicaciones de su trabajo e incluso conocer a personas a las que han ayudado sus descubrimientos".

Ahora Allison trabaja en MD Anderson con su colega y esposa Padmanee Sharma en un proyecto llamado la Plataforma de Inmunoterapia: "Estamos implicados en un centenar de ensayos clínicos para analizar la eficacia de estos tratamientos. Estamos estudiando tejidos de pacientes para investigar casos en los que funciona y en los que no, y analizar todos los detalles moleculares para intentar comprender los motivos por los que la terapia funciona o falla". El científico galardonado está convencido de que "no vamos a derrotar por completo al cáncer, pero vamos a ser capaces de luchar mejor contra la enfermedad".

https://www.elespanol.com/ciencia/s...atacar-premio-fundacion-bbva/281222274_0.html
 
Me gustaría plantear un tema. Hay por ahi estudios que vinculan el cancer de mama con el uso de sujetadores , apretados, con varillas, relleno, etc. ¿Que opinais al respecto?
A mi no me gustan a muchos años, prefiero los deportivos o mismos sin hierros de sustentación.
Los medicos no dicen que pueda causar cancer, pues no hay un estudio que lo confirme, pero tampoco los aconsejan...Lo mismo pasa con los desodorantes.
Pregunte a varios medicos y todos dicen lo mismo, no hay estudio que lo compruebe, si no, serian prohibidos. Lo que si me han dicho es que muchos casos están relacionados con nuestra dieta más industrializada y poco sana..
 
La mirada de un corresponsal de guerra al cáncer de mama
Cerca de 100.000 mujeres se enfrentaron en 2017 al cáncer de mama en España, según GLOBOCAN, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer. El fotoperiodista Manu Brabo, que ganó un Premio Pulitzer en 2013 y ha estado presente en diferentes conflictos internacionales, recoge la lucha contra esta enfermedad en 'Corresponsales de guerra en el cáncer de mama'. La exposición, que se puede visitar del 2 al 4 de febrero en Mood Malasaña (Madrid), muestra la batalla diaria de estas mujeres, sus dificultades y sus logros.
Isabel Rubio

Las fotos están aqui...

https://elpais.com/elpais/2018/02/01/album/1517479237_074876.html#foto_gal_1
 
Un pionero análisis de sangre puede mejorar tu tratamiento oncológico
En los cánceres de pulmón o colón se puede conocer la mutación de ciertos genes con el objetivo de diseñar y adaptar el procedimiento médico a cada paciente

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Muestras de sangre en un laboratorio. (EFE)

AUTOR
FUNDACIÓN JIMÉNEZ DÍAZ
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TIEMPO DE LECTURA2 min
07.02.2018 – 05:00 H. - ACTUALIZADO: 3 H.


PREGUNTA. Me han detectado un tumor en el colon y tienen que hacerme una biopsia, ¿en qué consiste?

RESPUESTA. La biopsia es un procedimiento que se realiza durante una exploración endoscópica y cuyo objetivo es extraer una muestra de una lesión sospechosa para confirmar que se trate de un cáncer y conocer también el tipo de tumor que presenta un paciente. Hoy en día también se analizan en esa muestra de tejido tumoral distintas características genéticas que permiten definir con más precisión el tipo de tratamiento más adecuado para cada paciente.

P. He oído hablar de la biopsia líquida, ¿cómo se realiza y en qué consiste?

R. La biopsia líquida es un nuevo procedimiento que permite a través de una extracción de sangre analizar alteraciones genéticas del tumor del paciente. Fundamentalmente se utiliza en cáncer de colon y de pulmón, y constituye una ayuda muy relevante para determinar el tratamiento más adecuado. Este test permite a los pacientes de cáncer de colon conocer, por ejemplo, si un gen de su tumor llamado RAS pudiera estar mutado, lo cual es crítico; este dato determina si un paciente se puede beneficiar del tratamiento con unos anticuerpos dirigidos contra una molécula de la superficie de la célula tumoral llamada EGFR. Solo los pacientes que no tienen mutación en este gen RAS responden al tratamiento con estos anticuerpos.

La identificación de mutaciones para el tratamiento avanzado del cáncer colorrectal está bien consolidada y presenta numerosas ventajas frente a la biopsia convencional, que requiere un mayor tiempo de respuesta y muestras de tejido de menor calidad. También le falta estandarización de los métodos de determinación, lo que puede implicar que una proporción significativa de pacientes no tenga información suficiente del estado mutacional del gen RAS. En definitiva, se trata de una técnica no invasiva que sustituye a la tradicional biopsia de tejido, evitando así un procedimiento invasivo.

P. ¿La biopsia líquida es igual de fiable en el diagnóstico?

R. Es una técnica totalmente fiable, ultrasensible y precisa y que, en un tiempo menor, nos permite conocer el perfil específico del tumor y poder, así, diseñar y adaptar el tratamiento a cada paciente. Además, la identificación mediante este test en sangre de cualquier mutación de RAS en pacientes de cáncer de colon nos ayuda a identificar a aquellos que se beneficiarían de tratamiento con anticuerpos anti-EGFR. En el caso de cáncer de pulmón, la detección de mutaciones en el gen EGFR nos ayudaría a determinar los pacientes con mejor respuesta a un grupo de fármacos denominados inhibidores de la actividad tirosin quinasa del receptor epidérmico.

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https://blogs.elconfidencial.com/al...olon-biopsia-liquida-diagnostico-bra_1515310/
 
Un pionero análisis de sangre puede mejorar tu tratamiento oncológico
En los cánceres de pulmón o colón se puede conocer la mutación de ciertos genes con el objetivo de diseñar y adaptar el procedimiento médico a cada paciente

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Muestras de sangre en un laboratorio. (EFE)

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07.02.2018 – 05:00 H. - ACTUALIZADO: 3 H.


PREGUNTA. Me han detectado un tumor en el colon y tienen que hacerme una biopsia, ¿en qué consiste?

RESPUESTA. La biopsia es un procedimiento que se realiza durante una exploración endoscópica y cuyo objetivo es extraer una muestra de una lesión sospechosa para confirmar que se trate de un cáncer y conocer también el tipo de tumor que presenta un paciente. Hoy en día también se analizan en esa muestra de tejido tumoral distintas características genéticas que permiten definir con más precisión el tipo de tratamiento más adecuado para cada paciente.

P. He oído hablar de la biopsia líquida, ¿cómo se realiza y en qué consiste?

R. La biopsia líquida es un nuevo procedimiento que permite a través de una extracción de sangre analizar alteraciones genéticas del tumor del paciente. Fundamentalmente se utiliza en cáncer de colon y de pulmón, y constituye una ayuda muy relevante para determinar el tratamiento más adecuado. Este test permite a los pacientes de cáncer de colon conocer, por ejemplo, si un gen de su tumor llamado RAS pudiera estar mutado, lo cual es crítico; este dato determina si un paciente se puede beneficiar del tratamiento con unos anticuerpos dirigidos contra una molécula de la superficie de la célula tumoral llamada EGFR. Solo los pacientes que no tienen mutación en este gen RAS responden al tratamiento con estos anticuerpos.

La identificación de mutaciones para el tratamiento avanzado del cáncer colorrectal está bien consolidada y presenta numerosas ventajas frente a la biopsia convencional, que requiere un mayor tiempo de respuesta y muestras de tejido de menor calidad. También le falta estandarización de los métodos de determinación, lo que puede implicar que una proporción significativa de pacientes no tenga información suficiente del estado mutacional del gen RAS. En definitiva, se trata de una técnica no invasiva que sustituye a la tradicional biopsia de tejido, evitando así un procedimiento invasivo.

P. ¿La biopsia líquida es igual de fiable en el diagnóstico?

R. Es una técnica totalmente fiable, ultrasensible y precisa y que, en un tiempo menor, nos permite conocer el perfil específico del tumor y poder, así, diseñar y adaptar el tratamiento a cada paciente. Además, la identificación mediante este test en sangre de cualquier mutación de RAS en pacientes de cáncer de colon nos ayuda a identificar a aquellos que se beneficiarían de tratamiento con anticuerpos anti-EGFR. En el caso de cáncer de pulmón, la detección de mutaciones en el gen EGFR nos ayudaría a determinar los pacientes con mejor respuesta a un grupo de fármacos denominados inhibidores de la actividad tirosin quinasa del receptor epidérmico.

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Ojalá funcione...
Año pasado perdi a dos personas que amaba mucho....y cada año aparecen más casos de la enfermedad y la calidad de vida no mejora.
 
Desarrollados óvulos humanos por primera vez en el laboratorio
La técnica se ha creado para preservar la fertilidad de mujeres o niñas que van a empezar radioterapia o quimioterapia

BRUNO MARTÍN
12 FEB 2018 - 16:07 CET




Imagen microscópica de un óvulo humano cultivado en el laboratorio. DAVID ALBERTINI UNIV. EDIMBURGO



Científicos de Edimburgo (Reino Unido) y de Nueva York (EE UU) han logrado por primera vez cultivar fuera del cuerpo óvulos humanos inmaduros hasta su última fase de desarrollo, el momento en el que están listos para la fecundación con un espermatozoide. Los autores sugieren que esta técnica podría utilizarse para preservar la fertilidad de niñas antes de que reciban tratamientos que podrían dañar sus óvulos, como quimioterapia o radioterapia.

Para desarrollar un tratamiento de preservación de fertilidad, los científicos primero tendrán que demostrar que los óvulos maduros son viables y que al fecundarse producen embriones sanos, afirma Antonio Requejo, el director general médico del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), que no participó en la investigación. Esto ya se ha logrado en ratones, pero tendrán que pasar varios años más hasta que se demuestre la seguridad del método en humanos. En el estudio, que aparece publicado en la revista científica Molecular Human Reproduction, participaron 10 mujeres sanas que habían escogido dar a luz por cesárea. Durante la operación, los cirujanos tomaron biopsias de sus ovarios que sirvieron para la posterior extracción de folículos ováricos —envoltorios de tejido que contienen los óvulos—.

“El cultivo es complicado, porque las estructuras cambian muchísimo su tamaño”, explica a Materia Richard Anderson, uno de los autores del estudio de la Universidad de Edimburgo. “Los folículos primordiales solo miden unas micras de diámetro, mientras que el folículo maduro puede llegar a medir dos centímetros de lado a lado”, señala el biólogo. Para sortear estos cambios morfológicos, los investigadores realizaron el proceso en varias fases: empezaron desarrollando folículos completos, pero cuando estos se volvieron demasiado grandes para las técnicas de cultivo, extrajeron los óvulos y descartaron el tejido accesorio.

Anteriormente, varios centros de investigación habían logrado replicar partes del proceso de desarrollo, pero esta es la primera vez que se lleva a cabo por completo. Mientras que en un ovario sano la maduración del óvulo suele llevar tres meses, en el laboratorio solo tardó tres semanas. Anderson sostiene que “el hecho de que suceda más rápido en cultivo no significa que hay ocurrido algo malo, simplemente que el desarrollo es posible en menos tiempo”.

Requejo advierte que “debemos ser muy cautos” antes de proceder con técnicas de preservación de fertilidad, pero felicita a los investigadores por el potencial que tiene su logro para la clínica. Normalmente, los médicos pueden extraer tejido ovárico de pacientes oncológicos para reimplantarlo después del tratamiento. Sin embargo, esa intervención conlleva el riesgo de reintroducir células cancerosas al organismo. Con la nueva técnica, los óvulos inmaduros que se extraen del tejido ovárico se pueden desarrollar y almacenar en el laboratorio para su posterior fecundación. Cada óvulo aislado estaría libre de células contaminantes: “podríamos fecundarlos [in vitro] y obtener embriones, que es lo que se implantaría”, explica el doctor.

Aunque han demostrado que desarrollar óvulos en el laboratorio es posible, los autores reconocen que el proceso no es exactamente eficiente: de los 87 folículos que cultivaron, lograron extraer nueve óvulos maduros. Además, las células que obtuvieron no son idénticas a las que produce el cuerpo. Cuando el óvulo madura por completo, debe expulsar la mitad de su material genético en una estructura secundaria llamada el cuerpo polar. Todos los óvulos de laboratorio, ya sean de ratón o de humano, muestran cuerpos polares más grandes de lo normal. “No sabemos si el tamaño del cuerpo polar es relevante, pero en ratones la fecundación de los óvulos de laboratorio no es tan eficiente como cuando crecen en el cuerpo”, dice Anderson. A pesar de estas limitaciones, el estudio también ha clarificado el proceso de desarrollo del óvulo humano en sus distintas etapas, lo cual podría facilitar la investigación de otros tratamientos de infertilidad y de nuevas técnicas en medicina regenerativa.

Mientras que en un ovario sano la maduración del óvulo suele llevar tres meses, en el laboratorio solo tardó tres semanas


https://elpais.com/elpais/2018/02/09/ciencia/1518192355_776366.html
 
No sé dónde escribir para hacer esta consulta, esto es lo más parecido que he encontrado, tengo un amigo que le operaron de un tumor en octubre, entre unas cosas y otras se fue complicando y ahora está completamente quitado y no está extendido pero aún sigue en la UCI, le tienen que dar quimio para que no se regenere pero no tiene defensas y no pueden empezar, por eso yo creo que no le han sacado de la UCI supongo que los médicos no se arriesgarán a sacarle para q coja cualquier cosa al no tener defensas, mis preguntas son... le estarán dando algo para ayudar a subir defensas? Y le tendrán que empezar con la quimio para que eso no se extienda no? Lo siento si esto no va aquí pero me estoy volviendo loca
 
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