El café y su mágico mundo

Las 10 cosas que suceden en tu cuerpo cuando dejas el café

El café y la cafeína tienen múltiples beneficios saludables, pero también algunos efectos secundarios para determinados grupos poblacionales.
Nutricion-Alimentacion-Cafe-Nutricion_507959696_156435505_864x486.jpg

Tomar café, contrariamente a lo que se pudiese pensar hace tan solo unos años, no solo no es perjudicial para el organismo, sino que puede otorgar múltiples beneficios para la salud en general; aunque como siempre, hay excepciones. Si un individuo es muy sensible a sus efectos secundarios, puede no ser que tomarlo no sea la mejor idea.

Sin embargo, a pesar de ser una bebida saludable según la evidencia actual, es muy fácil caer en los excesos, o simplemente percatarse de que se es demasiado sensible al mismo. Por ello, hoy repasaremos qué puede suceder al dejar el café

Pérdida de peso
Aunque el café solo ha demostrado ayudara perder peso y no al revés, la mayoría de los individuos suelen agregarle azúcar, cremas, saborizantes y otros aditivos a esta bebida, junto a comidas a parte que suelen hacer un flaco favor a la salud general, y al tamaño de la cintura en particular.

Así lo sugirió un estudio publicado en Public Health en 2017, sugiriendo que hasta dos tercios de los bebedores de café añadían estos aditivos poco saludables a sus bebidas. Por el contrario, beber café solo y sin aditivos, da lugar a un ahorro de unas 69 calorías menos por día de media, respecto a los bebedores de café que añaden algunos aditivos a su tostada bebida.


Aumento de peso
En el caso contrario están aquellos individuos que, tras dejar el café, se percatarían de la dependencia que puede crear su consumo. De hecho, el café tiene potencial para suprimir el apetito, y para algunos individuos dejar de consumirlo puede implicar la búsqueda de otras alternativas menos saludables, ricas en azúcares o grasas.
Esto suele suceder, con mayor intensidad si cabe, en aquellos individuos que endulzan su café con azúcar. Al dejar el café, se suelen buscar otras alternativas dulces, y eso puede dar lugar a un aumento inesperado del consumo calórico diario.
Dormir mejor
El café destaca por su contenido en cafeína, y de hecho suele ser la primera opción para aquellos que buscan activar o despertar su cuerpo cada mañana. Sin embargo, dependiendo de la sensibilidad, determinadas cantidades de café pueden alterar la calidad y cantidad de sueño diario.
Cuando se deja el café, sobre todo cuando se tiene la costumbre de tomarlo por la tarde o noche, se puede notar relativamente pronto una mejora en la cantidad y calidad del sueño. De hecho, un estudio publicado en The Journal of Clinical Sleep Medicine en 2013 ya sugirió que la toma de café hasta seis horas antes de acostarse puede alterar el ciclo del sueño normal.
Dolor de cabeza
Otro efecto secundario a corto plazo, que suele resolverse progresivamente con el paso del tiempo, es el dolor de cabeza secundario a dejar de tomar cafeína.
Cuando se deja de tomar café, se reducen los niveles de adrenalina y dopamina en el organismo, dos neurotransmisores que actúan como estimulantes naturales. Por el contrario, aumenta la adenosina, una sustancia responsable de dar lugar a la sensación de cansancio (de hecho, la cafeína "compite" con la adenosina en sus receptores, evitando que esta actúe, y evitando dicha sensación de cansancio).
Cuando se produce la "avalancha" de adenosina, se siente el temido dolor de cabeza secundario a la privación de cafeína. El mejor consejo en este caso es no abandonar el café de golpe, sino ir reduciendo el consumo de cafeína cada dos o tres días, con el objetivo de evitar esta intensa avalancha cerebral.
Malestar general
Otro efecto cortoplacista conocido, además de los dolores de cabeza, es la sensación de mareo, depresión, ansiedad, insomnio, irritabilidad, cambios de humor, lentitud e incluso síntomas similares a la gripe.
De nuevo, son efectos secundarios de corta duración que se deben a la abstinencia a la cafeína. Apenas duran un par de días, con un máximo de una semana.
Una sonrisa más saludable
Se sabe que el exceso de café, o incluso pequeñas cantidades del mismo durante mucho tiempo, pueden provocar manchas y daños en el esmalte dental debido al elevado contenido ácido de esta bebida.
Cuando se deja de tomar café, se evitan todos estos daños, aunque revertirlos totalmente puede ser más complicado.
Pérdida de antioxidantes
En otro orden de cosas, dejar de tomar café no solo implica dejar la cafeína, sino también otras sustancias beneficiosas del mismo café, como los antioxidantes. Ya en 2015 un estudio de PloS ONE sugirió que el café tenía cierto potencial en este aspecto.
Por otro lado, otro estudio publicado en Frontiers in Neuroscience en 2018 sugirió que el café puede ayudar a prevenir enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson. Por tanto, dejar de tomar café implicaría perder estos beneficios, aunque puede echarse mano de otras alternativas como enriquecer la dieta en frutas y verduras, también ricas en antioxidantes.
Dificultad para la concentración
Además de buscar el necesario estímulo matinal, algunos individuos usan el café para reducir la sensación de fatiga y concentrarse mejor. Al dejar el café, la situación se vuelve a la inversa, y la abstinencia de cafeína puede dar lugar a una falta de concentración y sensación de fatiga inusual.
De nuevo, la falta de cafeína y la avalancha de adenosina serán las culpables de esta situación.
Estreñimiento
El café en general y la cafeína en particular suelen tener un desagradable efecto secundario para muchos, pero necesario para otros: estimula el movimiento intestinal, mejorando el hábito deposicional y evitando el estreñimiento.
Por ello, dejar de golpe la cafeína puede dar lugar a un estreñimiento inusual. Si bien es cierto que enriquecer la dieta en frutas, verduras y otros alimentos ricos en fibra, el mecanismo mediante el cual mejoran el hábito intestinal es diferente al que estimula la cafeína, por lo que los efectos digestivos podrían tardar en notarse, o bien no notarse jamás.
Relax y tranquilidad
Finalmente, y siempre dependiendo de la sensibilidad individual a esta tostada bebida, dejar la cafeína o al menos reducir su consumo puede dar lugar a una situación de tranquilidad inesperada. En estos casos, es más que probable que la dosis de café fuese excesiva, y la estimulación subyacente innecesaria.
Demasiado café puede dar lugar a nerviosismo e irritabilidad, y hay que saber adaptar la dosis a cada organismo, sin pasarse.


https://www.elespanol.com/corazon/e...a-alinear-equilibrar-chakras/507200122_0.html
 
El café cubano se muda a las tiendas en divisas
Poseer dólares marca ahora la diferencia entre contar con un buchito mañanero o tener que apelar a una infusión de hierbas
Cuba-toneladas-Vietnam-satisfacer-Flickr_CYMIMA20200802_0002_16.jpg


Mientras los preocupados consumidores de café comprueban que en las tiendas en pesos convertibles ha desaparecido el producto, los paquetes de Serrano y Cubita abundan en los recién abiertos mercados en divisas. Poseer dólares marca ahora la diferencia entre contar con un buchito mañanero o tener que apelar a una infusión de hierbas.

Es casi impensable imaginar la rutina diaria de la mayoría de los cubanos sin un buen café. Cada mañana la Isla parece empezar a despertarse con el sonido de una cafetera colando y hay quienes aseguran no poder siquiera salir a la calle si antes no se empinan una taza llena con esta popular bebida.

Pero en los últimos meses adquirir el producto se ha hecho difícil porque escasea en los mercados estatales y su precio ha subido considerablemente en las redes informales


Pero en los últimos meses adquirir el producto se ha hecho difícil porque escasea en los mercados estatales y su precio ha subido considerablemente en las redes informales. "Llevo una semana que cuando me levanto lo único que tengo para tomar es una infusión de orégano o agua con azúcar" comenta a 14ymedio Nora, una ama de casa del Cerro habanero.

"Estuve estirando un poco de polvo que me regalaron y hacía el café aguado pero ya ni eso, ahora cuando siento el olor de algún vecino que está colando me pongo como una leona enjaulada", lamenta la mujer. "Ayer me asomé al mercado en divisas del Boulevard de San Rafael y hay café Cubita pero no tengo dólares ni familia en el extranjero que me los mande".

Una fuente del Ministerio de Comercio Interior consultada por este diario asegura que los problemas en la distribución están causados por varias razones. "No nos han llegado a tiempo los envases porque todo el suministro de materia prima desde el exterior ha sido muy afectado con la pandemia", relata una empleada que prefirió el anonimato.

Aunque el café es uno de los productos que todavía se distribuye a través de la red de bodegas con alimentos racionados y subsidiados, el paquete contiene solo unas 7 onzas -del que cada consumidor solo puede comprar uno al mes- y cuesta 4 pesos nacionales. Además está mezclado con un 50% de otros granos, especialmente chícharos.

"También estamos teniendo dificultades con el suministro de granos porque parte de nuestras mezclas se hacen con producto nacional pero también agregando granos de café o de otro tipo que son importados y que ahora no tenemos dinero para comprar", añade la trabajadora del Ministerio.

El país importa anualmente cerca de 8.000 toneladas de café desde Vietnam y el resto lo trae desde otros países de la zona para poder satisfacer una demanda que se calcula en unas 24.000 toneladas al año, de los cuales en la Isla apenas se produce un poco más de un tercio.
Las últimas cosechas cafetaleras apenas han superado las 6.000 toneladas, en una nación que durante los años sesenta logró alcanzar hasta 62.000 toneladas del grano
Las últimas cosechas cafetaleras apenas han superado las 6.000 toneladas, en una nación que durante los años sesenta logró alcanzar hasta 62.000 toneladas del grano. A pesar de los intentos y las convocatorias oficiales a elevar estos números, con el paso de los años el sector ha vivido un estancamiento en algunos aspectos y un franco deterioro en otros.

Antes de la crisis del covid-19 no era complicado encontrar café importado en el mercado negro. Con un amplio surtido, las redes informales ofrecían paquetes de las marcas La Llave, Bustelo y Pilón, con un poco más de 280 gramos y que costaban alrededor de 8 CUC, el salario de toda una semana de un profesional cubano.

Con el cierre de las fronteras y la prohibición de viaje para los residentes en el país, la oferta del producto traído desde el extranjero se ha agotado prácticamente y los pocos que quedan a la venta superan los 12 CUC. Ahora, apenas se consigue en ese mercado el café que es desviado de los almacenes oficiales.

En las proximidades de la calle 26, a pocos metros del Zoológico de La Habana, un barrio de casas de madera y metal ha vivido por décadas de la venta del café sustraído de la cercana torrefactora. En las pequeñas viviendas separan en porciones, empaquetan y distribuyen la mercancía a vendedores informales que tienen una amplia red de contactos con cafeterías, paladares y clientes particulares.

"Estamos secos", advierte a varias familias de un bloque de edificios cercanos un vendedor que por años les ha llevado "café de calidad más barato que en la shopping pero con mejor sabor que el del mercado racionado". El pequeño comerciante asegura que "la torrefactora no está moliendo porque no hay café y no hay todavía una fecha para que se recupera la situación".

A pocos metros de la torrefactora, desde el pasado mes abrió sus puertas uno de los mercados de venta de alimento en divisas. En sus anaqueles se ven decenas de paquetes de café Cubita y Serrano que cuestan más de 4 dólares. A las afueras de la tienda, un vendedor informal propone su tarjeta magnética a los clientes que quieren entrar pero no tienen divisas. "Todo lo que quieras comprar y me pagas cada dólar gastado a 1,25 CUC".

Un paquete de café comprado a través de ese intermediario roza los 6 pesos convertibles. "Una fortuna pero que voy a pagar porque en mi casa puede faltar la comida y hasta el jabón, pero sin café no podemos funcionar", lamentaba una cliente que finalmente este sábado se decidió a aceptar la oferta del revendedor.

Mientras tanto, en los mercados en pesos, en cuanto se escucha el rumor de que van a vender café en pocos minutos se crea una fila larga y de gente ansiosa por conseguir el producto. La mayoría de las veces el suministro que llega a estos comercios es limitado y buena parte de los que esperan se van con las manos vacías.

La plataforma TuEnvío es de los pocos caminos legales que quedan para poder hacerse con el producto, pero solo se puede comprar en combos. (14ymedio)
La plataforma TuEnvío es de los pocos caminos legales que quedan para poder hacerse con el producto, pero solo se puede comprar en combos. (14ymedio)

La plataforma TuEnvío es de los pocos caminos legales que quedan para poder hacerse con el producto, pero solo se puede comprar en combos, acompañado de otras mercancías con menos demanda y el precio total puede superar los 24 CUC, imposible de pagar para muchas familias que tienen el salario como única entrada económica.

"Para comprar un paquete de café tuve que cargar también con dos salsas de tomate y una botella de aceite que no me hacía falta, pero bueno al menos mañana cuando me levante podré poner la cafetera", comenta Viviana, una cliente de este servicio de comercio electrónico que desde su apertura ha sufrido muchas críticas.

"El paquete que compré lo tengo que dividir entre mi mamá, una vecina que me había regalado un poco la semana pasada y una tía". Para Viviana, "la vida vuelve a tener sentido porque sin café estaba como un zombie".
 
Los motivos por los que a algunas personas el café no les quita el sueño
90d6e090-d551-11ea-9eff-518e0c0fe1f3


Si nuestro organismo tarda unas seis horas en deshacerse de la cafeína, para dormir bien, deberíamos suprimir el café de sobremesa. Sin embargo, algunas personas parecen inmunes al efecto despertador del café. Te contamos por qué


El metabolismo de algunas personas les permite absorber la cafeína con mayor rapidez. Esto se debe, en parte, a los genes y también a que poseen una mayor cantidad de enzimas que metabolizan la cafeína en el hígado.(Foto: Getty)
Más
Los genes y el número de receptores neuronales que tenemos en nuestro cerebro -diferentes en cada persona- junto al carácter y el temperamento individual marcarían la diferencia entre las personas que no pueden tomar café a partir de cierta hora porque les impide conciliar el sueño, y aquellas a quienes no les devela tomarse una taza de esta bebida excitante a última hora del día.

“Existe una susceptibilidad individual que podría deberse a tres mecanismos distintos”, explican el pediatra Carlos Casabona y el dietista-nutricionista Julio Basulto, autores de Beber sin sed y expertos en divulgación científica sobre Salud y Nutrición. “Uno se explicaría por la distinta actividad de la enzima que metaboliza la cafeína, característica que vendría condicionada por la genética. Otro podría deberse al número de receptores neuronales que tenemos en el cerebro, algo que también varía de unas personas a otras. Y el tercero, estaría relacionado con la personalidad del individuo”.

f6ccddf0-d551-11ea-ba3d-e639618acb9d

Además de la cafeína, el café tiene una variedad de moléculas con actividad biológica, que producen efectos diversos como disminución de la fatiga, aumento del estado alerta y mejora del humor, por lo que se convierte en la sustancia psicoactiva más consumida a nivel mundial. (Foto: Getty)
Más
Pero, ¿en que se basan estas afirmaciones? Vayamos por partes...

1.- Resistencia genética

Hace tiempo que se conoce la influencia que tienen los genes en lo que comemos y bebemos, y en cómo nos sienta. Por ejemplo, diversos estudios han identificado un gen que hace a ciertos individuos más sensibles a estos efectos de la cafeína.

En 2018, una investigación de la Universidad Northwestern en Chicago, Illinois (EE.UU.), concluyó que “tenemos factores genéticos incorporados que nos ayudan a autorregular la ingesta de cafeína”, explicó Marilyn Cornelis, investigadora principal. “Es interesante lo mucho que afecta nuestra genética a esto”.

Su equipo descubrió un conjunto de genes involucrados en la metabolización del café que explica por qué no todos reaccionamos a la bebida por igual.

Según esta investigación, las personas que consumen café de forma regular desarrollan cierto nivel de tolerancia a la cafeína que, con el paso del tiempo, puede revertirse abandonando el hábito de tomarlo a diario. Mientras que si evitas el café porque te pone nervioso, te da insomnio o te provoca náuseas, esto podría deberse a diminutas variaciones en tu código genético.

En lo que a cafeína se refiere, habría dos genes gestionan la mayor parte del trabajo.

  • El CYP1A2 produce una enzima en el hígado que metaboliza aproximadamente el 95 por ciento de toda la cafeína ingerida.
  • El AHR controla la cantidad que produces de dicha enzima. Juntos, estos genes controlan la cantidad de cafeína que circula por tu torrente sanguíneo y el tiempo durante el que lo hace.
“Si alguien posee una variante genética que provoca un menor metabolismo de la cafeína, es más probable que consuma menos café frente a alguien que posee una variante genética que provoca un mayor metabolismo de la cafeína”, explicó Cornelis.

Más adelante, la investigadora demostró en una nueva investigación, publicada en la revista Human Molecular Genetics, que nuestro sistema nervioso central también influye en el café que tomamos.


En otras palabras, si eres un metabolizador rápido —o si fumas, lo que acelera el metabolismo—, la cafeína no se quedará en tu organismo el tiempo suficiente como para afectar profundamente a los centros de estímulo del cerebro, de forma que quizá te sirvas otra taza.

Pero si produces menos cantidad de esta enzima liquidadora de cafeína, más cantidad circulará por tu torrente sanguíneo durante más tiempo, lo que implica que te afectará durante más tiempo, y si te acuestas, podrías tirarte un buen rato dando vueltas entre las sábanas hasta lograr conciliar el sueño.

Por tanto no se aconseja que un adulto tome más de 400 mg de cafeína al a día, cantidad que según la EFSA es segura para la salud, y correspondería aproximadamente a unas 4 o 5 tazas de café expreso al día. En embarazas, el tope sería la mitad (200 mg al día), unas 3 tazas de café y no excesivamente cargado.

Y es que, aunque pueda ser beneficioso para nuestro cuerpo, “la cafeína puede retrasar el sueño hasta 40 minutos más de lo normal ya que es psicoactiva, y más cuando se consume de noche”, añade la doctora Guadalupe Blay, responsable de Endocrinología y Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

Blay añade que si bien “es bueno tomar entre dos y tres tazas de café al día, es decir, entre 200 y 300 miligramos, no más, a partir de ahí se nota el efecto de un exceso de cafeína en tu sistema cardiovascular y nervioso”.

2.- Cómo afecta al cerebro

Por otro lado, el segundo factor implicado en nuestra resistencia o sensibilidad al café se encuentra en el cerebro, donde existen receptores para la adenosina, y si la adenosina se une a esos receptores, nos entra el sueño.

Tal y como explican Casanova y Basulto, “el efecto de la cafeína se produce porque desplaza a la adenosina, una sustancia que producimos en el cerebro que, entre otras cosas, sirve para regular las funciones de vigilia y sueño”.

(Foto: Barisieur, Reloj despertados con cafetera automática)

Los 'metabolizadores rápidos' puede ingerir dosis elevadas de café sin que interfiera en su capacidad para conciliar el sueño. (Foto: Barisieur, Reloj despertados con cafetera automática)
Más
En condiciones normales, la adenosina contribuye al sueño y suprime el despertar. Y la cafeína disminuye el sueño, precisamente por el bloqueo del receptor de adenosina.

De tal manera que la sensibilidad del cerebro a la cafeína puede variar enormemente de persona a persona, dependiendo de la cantidad de receptores de adenosina que se unan a la cafeína después de que se haya consumido. Las personas cuyos receptores se unen de manera más efectiva a la cafeína tienden a sentir un nerviosismo más intenso.

3.- La importancia de personalidad

Por último, Casabona y Basulto apuntan un tercer factor que potenciaría esa inmunidad y es que “tener un carácter tranquilo podría asociarse a una mejor tolerancia a los efectos de la cafeína, mientras que alguien con temperamento inquieto los sufriría con mayor intensidad”.

Si tienes poca tolerancia...

Por tanto, aunque hay una gran variabilidad individual, lo prudente sería no tomar café unas 5-4 horas antes de querer conciliar el sueño, pues la cafeína puede permanecer en la sangre hasta 8-9 horas, aunque los niveles máximos se alcanzan a la hora de haberla tomado. Después, comienza a descender, de forma que a las 4-5 horas ya se ha metabolizado una cantidad importante.

También es importante señalar que la tolerancia al café de cada persona está ligada a la capacidad de su hígado para metabolizar la cafeína (rápida o lentamente) y de si tenemos o no esa variación genética que mencionábamos al principio y que hace que el sistema nervioso central sea más sensible a los efectos estimulantes de la cafeína. Por tanto, podemos decir que todos somos bebedores de café únicos. Nuestra genética programa nuestra reacción a la cafeína, igual que ocurre con el color de los ojos o el cabello.
 
Molinillo de Peugeot

molinillo.jpg


Peugeot comenzó hace casi dos siglos fabricando molinillos de café. Al éxito de este humilde aparato de cocina debe la marca del león todo lo que es hoy en día, y esa es la razón por la cual, a modo de recordatorio y homenaje, su tienda oficial ofrece un montón de modelos. Entre todos destaca, por supuesto, la réplica exacta del molinillo con el cual empezó todo.
 
Café colombiano, entre el cambio climático y la ausencia de jóvenes cafeteros
Un grupo estudiantes de la Universidad de La Sabana presenta Desarraigo, una campaña digital que busca crear conciencia sobre el incierto futuro del café en el país.
53985_1.jpg


Para muchos, el café es sinónimo de Colombia. Su aroma e inigualable sabor hacen parte de la historia, tradición y cultura del país. Es la motivación de varios turistas que anualmente visitan el territorio nacional solo para probar esta bebida icónica y conocer los procesos de producción. Sin embargo, los estragos del cambio climático y los pocos ingresos que reciben los caficultores están desgastando cada vez más la industria cafetera.

Este panorama llevó a seis jóvenes de la Universidad de la Sabana a descubrir las verdaderas problemáticas que aquejan a los caficultores colombianos. Luego de un año de investigaciones y viajes al Eje Cafetero en 2019, además de meses de trabajo y producción, estrenaron Desarraigo: la campaña digital que plasma las historias detrás del café en Colombia. El proyecto es el resultado de una alianza entre esta institución educativa colombiana y la Universidad de Purdue en Indiana, Estados Unidos.

Puede leer: Cafeteros ven al cambio climático como un reto

El desarrollo del proyecto se dio gracias a una beca otorgada por el gobierno estadounidense con el programa Partners of the Americas, y el Gobierno de Colombia con el ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación, bajo el nombre de 100K Nexo Global.
Dentro de 60 estudiantes universitarios y 11 proyectos, estos seis jóvenes colombianos fueron escogidos para llevarlo a cabo en Estados Unidos.

Con la premisa “Y el café de mañana, ¿qué?”, el equipo publicará en varias entregas los documentales y videos cortos a través de sus redes sociales y la página oficial del proyecto: www.desarraigocafe.com



“En el Quindío se están eliminando de 1.000 a 1.200 hectáreas de café al año”, dice con preocupación Germán Botero, caficultor del esta región, en la primera entrega del documental llamado La Tierra. Sus palabras, con cifras de la Federación Nacional de Cafeteros, evidencian los efectos del cambio climático en el café, una problemática que este grupo de jóvenes quiere poner sobre la mesa.

Le sugerimos: La cultura cafetera y sus cambios en el paisaje en dos siglos

El Eje Cafetero, la región tradicional del café se está quedando sin hectáreas cultivables por las altas temperaturas.
En Quimbaya, por ejemplo, el incremento de temperaturas eventualmente hará desaparecer los cultivos de café, mientras que el municipio de Santuario que en su momento fue considerado demasiado frío para el cultivo, ahora tiene la temperatura idónea para su cosecha.

Esta ya no es la única región cultivadora de café. En Santander, Cauca, Huila, Nariño, Tolima y hasta en la Sierra Nevada, se pueden encontrar cultivos de este fruto que cambia de sabor de acuerdo con el suelo que lo produce.

Que haya nuevos lugares para cultivar este grano parece ser una buena noticia. Sin embargo, la pregunta que se hacen estos jóvenes es “si el planeta sigue calentándose, ¿qué tantas áreas van a quedar para cultivar café?”. El cambio climático es inminente y podría empeñarse en acabar el producto insignia nacional. “No solo amenaza al medioambiente, también pone en peligro nuestra identidad y la de nuestros caficultores”, dice Mario Isaza, uno de los estudiantes que participó en Desarraigo.


No obstante, este no es el único problema que aqueja al café. Los documentales y videos de estos jóvenes destacan que ahora más que nunca es necesario darle importancia al campo y a quienes trabajan la tierra.

A pesar de las largas y extenuantes jornadas al rayo del sol que viven los caficultores, son pocos los ingresos que reciben. Estas condiciones han hecho que muchos de ellos impulsen a las nuevas generaciones de jóvenes a irse de las fincas cafeteras para estudiar en las grandes ciudades y buscar un mejor futuro. “Para muchos, quizás solo sea un sorbo caliente que acaricia los sentidos. Pero para los caficultores es el único hogar y pasión que conocen”, explica Laura Montes, una de las integrantes del proyecto.

Le puede interesar: Coca por café


Angie López Castaño, hija de un caficultor e intérprete ambiental, explica en la primera entrega del documental este fenómeno. “Los caficultores mayores ven que el campo no es rentable si se sigue a muy bajos precios y ellos quieren que uno salga adelante entonces le dicen: váyase y haga otra cosa”.

Es por eso que la Asociación de Caficultores Asocafé Tatamá, realiza recorridos con jóvenes para que vean cómo se hacen los ensayos de fermentación, recolección y diferentes procesos con el café y de esta manera sepan que ser caficultor es estar todo el día en un cafetal, según cuenta en el documental Identidad, el caficultor y miembro de Asocafé Tatamá, Edier Ramos.

“Cambio climático, subida de los precios, relevo generacional, poco apoyo institucional, fueron algunas problemáticas que los estudiantes descubrieron y destacaron en su campaña. Su objetivo es crear empatía con los caficultores para generar acciones y recordar que todos estamos conectados, tenemos que unirnos para combatir estos desafíos y apoyarnos unos a otros”, dice Jessica Eise, profesora e investigadora de la Universidad de Purdue, quien apoyó a los estudiantes en el desarrollo del proyecto.

Si bien la producción del documental se realizó durante 2019, todo el proceso de postproducción se llevó a cabo en 2020, en plena pandemia, así que tuvieron que terminar todo desde sus casas, “pero motivados por la esperanza de hacer un cambio positivo para sus compañeros ciudadanos y para luchar por sus campesinos”, concluye Eise.

Andrés Forero-Serna, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Sabana e investigador del proyecto asegura que este tipo de iniciativas son una gran oportunidad para los estudiantes, “para que fortalezcan sus competencias creativas, conectados con problemas reales de su entorno, reflexionando sobre las formas en las que la academia aporta al mejoramiento de la sociedad”.

La primera entrega ya está disponible en las redes sociales del proyecto: @desarraigocafe (Facebook e Instagram) así como en su canal de YouTube y la página web oficial.

 
El santo patrono del café


Biblia-caf%C3%A9-1360x907.jpg


Un momento de meditación: el café tiene un santo patrono. Y es San Drogón, un santo que nació en la región belga de Flandes el 14 de marzo del año 1105 y que llegó a los 81 años (una proeza en esa época) a pesar de haber luchado toda su vida contra una brutal enfermedad. Huérfano desde muy pequeño, creció en un hogar para niños desamparados. Pronto empezó a trabajar como pastor y sus largas estadías en la montaña, en soledad junto a sus cabras, lo inclinaron hacia la meditación. Pero en una peregrinación a Roma contrajo una enfermedad gravísima que lo desfiguró: pasó el resto de su vida encerrado en el cuarto trasero de una pequeña iglesia en Sebourg, Francia, para que nadie lo viera, convencido de que era un monstruo. Fueron cincuenta años de vivir en la oscuridad, solo recibiendo una taza de agua caliente dos veces por día a través de una pequeña ventana y la eucaristía los domingos y ofreciendo consuelo a los fieles que lo visitaban. Por eso, se lo conoce como “el santo de los feos”. Esta semana, el diario Catholic New York informó que Drogón es el patrono de la cafeína, aunque el mártir no probó el café una sola vez en su vida y acaso como reconocimiento tardío a su legendaria lucidez en la oscuridad. Un auténtico misterio de la fe.

 
El café, un abrigo para el que pasa frío
Nicolás Artusi11 junio, 2018


sommelierdecafe-com-cafe-pendiente-1-1360x816.jpg



En Nápoles, Buenos Aires o Nueva York, un café pendiente.

Un parroquiano toma un café en un bar, pero paga dos. El café que queda pago es un “café pendiente”. El dueño lleva la cuenta y cuando llega hasta la puerta una persona muy pobre, que se asoma y hace tímida la pregunta (“¿le queda algún café pendiente?”), se le sirve y así todo el día. Si es cierto que cualquier hombre merece sentirse señor por un rato, y en ese señorío se incluye tomar un café y hojear un diario aunque no pueda pagarlos, el del café pendiente es un gesto simple y revolucionario para esta época egoísta porque depende de sólo una cosa: la amabilidad de un extraño. La idea nació hace más de un siglo en el sur de Italia, donde se conoce como caffè sospeso, y así se llama el documental que acaba de estrenarse en Netflix: un viaje entre Nápoles, Buenos Aires y Nueva York, tres ciudades en las que se repite un saber popular que, para mí, es una filosofía de vida: “Un café puede alegrar a la gente”.

Probablemente, la alegría sea condición para la vida: leí la frase, cómo no, en un café. Hay varios acá que promueven la práctica del café pendiente con el único propósito de brindar un momento alegre, aunque sea fugaz como un ristretto, a personas sin dinero. En Caffè Sospeso, la película de Fulvio Iannucci y Roly Santos, se puede ver a Giancarlo, un joven rumano que aprende los rudimentos del barismo en Nápoles; a Glodier, un mozo de día que es transformista en las noches de Buenos Aires; y a Elisabeth, una vendedora de granos que busca perpetuar la memoria de sus antepasados italianos en Nueva York. Manchados por la pasión cafetera, a todos los une una sospecha y una certeza: que cada vez hay más gente que necesita el abrigo prestado de una infusión para sacarse el frío y que la solidaridad a favor de un desconocido puede provocar un buen efecto mariposa.

“En Nápoles se socializa compartiendo un café”, dice un parroquiano y, cosa rara, nadie le discute. A principios del siglo XX era común que alguien próspero pagara dos cafés aunque tomara uno, como auxilio para aquel que tenía los bolsillos flacos. Cien años después, el fenómeno se recuperó del olvido en otro contexto: como protesta contra el recorte de los presupuestos culturales. Los directores de siete festivales de cine napolitanos exhibieron películas en las plazas y alentaron al público a darle un nuevo sentido al verbo de estos tiempos: compartir. “Igual que un café que se sirve gratis, nosotros ofrecemos cultura sin pedir nada a cambio. Es un sistema de protesta”, dijeron entonces. Como las buenas ideas no saben de pasaportes ni visados, el café pendiente se extendió a todas las ciudades donde haya samaritanos que quieran contribuir a una cadena de favores.

El caffè sospeso se sirve sin distinciones ni remilgos: en el acto de ofrecerle una taza caliente a alguien que pasa frío se filtra lo mínimo que uno puede hacer por el otro. En Nápoles, en Buenos Aires o en Nueva York, el scugnizzo, el sin techo o el homeless encontrarán una cierta noción de hogar ahí donde le ofrezcan un café: para alguien que no tiene nada no hay cosa más reconfortante que acariciar el sueño de la taza propia.

 
Hola, alguien prepara el café al estilo cold brew en casa?

Me encanta el que sirven en Costa Coffee, pero han cerrado los locales que tenía cerca de casa :arghh:

Probé a hacerlo con un café que me gusta bastante, ecológico, de la marca Oquendo, 100% arábica, recién molido.

Me guié por una de esas recetas de internet que parecía bastante fiable y el resultado me decepcionó. Vamos, que se fue directo a la compostera.

El otro día cogí un paquete de Starbucks en grano, del normalillo, de tueste medio (porque del suave, no tenían en el super) y como que no me apetece volver a desperdiciar un paquete de café.

Alguien lo ha intentado y le ha salido bien?
 
Back