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pilou12
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El 'asesino del podcast': la policía soluciona un caso de hace tres décadas... en la radio
Sucedió en 1991 y, por aquel entonces, todas las pruebas llevaron a las autoridades a un callejón sin salida: ahora, la ayuda ciudadana les ha permitido encontrar la solución
Este es el retrato robot de la víctima que ha conseguido hacer la Policía. (Policía de los Países Bajos)
AUTOR
RUBÉN RODRÍGUEZ
Contacta al autor
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22/11/2019
La policía de los Países Bajos podría haber llevado a cabo un descubrimiento sin precedentes: haber solucionado un crimen sin resolver que llevaba tres décadas archivado en un armario. Pero la curiosidad es que no lo ha hecho gracias a la aplicación de técnicas de vanguardia, sino a través de las ondas. Y es que las autoridades neerlandesas llevaron a cabo un podcast contando el caso, que ha recibido miles de respuestas y pistas valiosas para solucionar el caso.
Todo comenzó en agosto de 1991. En aquella fecha, unos operarios que se encontraban reparando una casa en la ciudad de Naarden comenzaron a notar un olor desagradable que parecía venir del arcén de una concurrida carretera. Pronto se acercaron hasta la zona y descubrieron un cadáver: se trataba de un hombre de unos 60 años envuelto en una manta eléctrica, con numerosas puñaladas en su pecho que habían acabado con su vida.
A partir de ese momento, las autoridades neerlandesas comenzaron a investigar para tratar de saber quién era el fallecido y, sobre todo, tratar de descubrir al asesino que, evidentemente, seguía suelto por sus calles. Pero las dificultades comenzaron desde el primer momento: el hombre no portaba ningún tipo de identificación junto a él y el avanzado proceso de descomposición hacía irreconocible el cuerpo, por lo que la principal pista ya les llevaba a un callejón sin salida.
Sin testigos de lo ocurrido, ni nombre y, ni tan siquiera rostro, solo la manta eléctrica que envolvía el cuerpo desnudo de este hombre y un anillo que había en uno de sus dedos podrían servir para investigar el caso. Pero la policía se encontró en un embudo: la manta, fabricada en los años sesenta en Alemania, fue vendida en decena de países, por lo que la joya de oro con la que contaba la víctima pasó a ser el único hilo del que poder tirar.
Tras una serie de investigaciones, los expertos consiguieron descubrir que el anillo fue comprado a través de una compañía llamado Otto, por lo que comenzaron a preguntar a los compradores. Y, en esa ardua labor, solo un caso no encajaba: un hombre que aseguró que él compró el anillo, pero que se le vendió a otro hombre en un bar de Ámsterdam. Ese podía ser el hombre apuñalado: ¿podrían descubrir de quién se trataba?
A pesar de los esfuerzos policiales, solo consiguieron saber que el comprador del anillo acudía todos los días a ese mismo bar y que, muy probablemente, era de nacionalidad turca, además de confirmar que en la fecha en la que presuntamente fue asesinado dejó de aparecer por aquel local de la capital neerlandesa. A partir de ahí, silencio y desconocimiento: solo unos meses después, el caso quedaba archivado en un cajón sin resolver.
El retrato robot completo de la víctima. (Policía de los Países Bajos)
Ahora, tres décadas después, la policía ha decidido llevar a cabo una idea pionera. Contar en un podcast el caso y las pistas que encontraron en busca de la ayuda ciudadana y, lo cierto, es que les ha funcionado. Según confirmaron las autoridades, recibieron cientos de llamadas y de mensajes tras la emisión del podcast, asegurando que han recibido información muy valiosa con la que creen que pueden llegar hasta el final de un caso que parecía irresoluble.
"El primer objetivo es identificar a la víctima y contarle a sus familiares después de 28 años lo que sucedió. El segundo es encontrar al asesino y llevarlo ante el juez", afirmó Rob Boon, coordinador del equipo policial que dirigió el podcast. Evidentemente, las autoridades no han querido anunciar qué nuevas pistas encontraron, si bien confirmaron que les ha servido para esclarecer el caso. Quizá en los próximos días se proceda a la detención del 'asesino del podcast'.
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Sucedió en 1991 y, por aquel entonces, todas las pruebas llevaron a las autoridades a un callejón sin salida: ahora, la ayuda ciudadana les ha permitido encontrar la solución
Este es el retrato robot de la víctima que ha conseguido hacer la Policía. (Policía de los Países Bajos)
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RUBÉN RODRÍGUEZ
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22/11/2019
La policía de los Países Bajos podría haber llevado a cabo un descubrimiento sin precedentes: haber solucionado un crimen sin resolver que llevaba tres décadas archivado en un armario. Pero la curiosidad es que no lo ha hecho gracias a la aplicación de técnicas de vanguardia, sino a través de las ondas. Y es que las autoridades neerlandesas llevaron a cabo un podcast contando el caso, que ha recibido miles de respuestas y pistas valiosas para solucionar el caso.
Todo comenzó en agosto de 1991. En aquella fecha, unos operarios que se encontraban reparando una casa en la ciudad de Naarden comenzaron a notar un olor desagradable que parecía venir del arcén de una concurrida carretera. Pronto se acercaron hasta la zona y descubrieron un cadáver: se trataba de un hombre de unos 60 años envuelto en una manta eléctrica, con numerosas puñaladas en su pecho que habían acabado con su vida.
A partir de ese momento, las autoridades neerlandesas comenzaron a investigar para tratar de saber quién era el fallecido y, sobre todo, tratar de descubrir al asesino que, evidentemente, seguía suelto por sus calles. Pero las dificultades comenzaron desde el primer momento: el hombre no portaba ningún tipo de identificación junto a él y el avanzado proceso de descomposición hacía irreconocible el cuerpo, por lo que la principal pista ya les llevaba a un callejón sin salida.
Sin testigos de lo ocurrido, ni nombre y, ni tan siquiera rostro, solo la manta eléctrica que envolvía el cuerpo desnudo de este hombre y un anillo que había en uno de sus dedos podrían servir para investigar el caso. Pero la policía se encontró en un embudo: la manta, fabricada en los años sesenta en Alemania, fue vendida en decena de países, por lo que la joya de oro con la que contaba la víctima pasó a ser el único hilo del que poder tirar.
Tras una serie de investigaciones, los expertos consiguieron descubrir que el anillo fue comprado a través de una compañía llamado Otto, por lo que comenzaron a preguntar a los compradores. Y, en esa ardua labor, solo un caso no encajaba: un hombre que aseguró que él compró el anillo, pero que se le vendió a otro hombre en un bar de Ámsterdam. Ese podía ser el hombre apuñalado: ¿podrían descubrir de quién se trataba?
A pesar de los esfuerzos policiales, solo consiguieron saber que el comprador del anillo acudía todos los días a ese mismo bar y que, muy probablemente, era de nacionalidad turca, además de confirmar que en la fecha en la que presuntamente fue asesinado dejó de aparecer por aquel local de la capital neerlandesa. A partir de ahí, silencio y desconocimiento: solo unos meses después, el caso quedaba archivado en un cajón sin resolver.
El retrato robot completo de la víctima. (Policía de los Países Bajos)
Ahora, tres décadas después, la policía ha decidido llevar a cabo una idea pionera. Contar en un podcast el caso y las pistas que encontraron en busca de la ayuda ciudadana y, lo cierto, es que les ha funcionado. Según confirmaron las autoridades, recibieron cientos de llamadas y de mensajes tras la emisión del podcast, asegurando que han recibido información muy valiosa con la que creen que pueden llegar hasta el final de un caso que parecía irresoluble.
"El primer objetivo es identificar a la víctima y contarle a sus familiares después de 28 años lo que sucedió. El segundo es encontrar al asesino y llevarlo ante el juez", afirmó Rob Boon, coordinador del equipo policial que dirigió el podcast. Evidentemente, las autoridades no han querido anunciar qué nuevas pistas encontraron, si bien confirmaron que les ha servido para esclarecer el caso. Quizá en los próximos días se proceda a la detención del 'asesino del podcast'.
El 'asesino del podcast': la policía soluciona un caso de hace tres décadas... en la radio
Sucedió en 1991 y, por aquel entonces, todas las pruebas llevaron a las autoridades a un callejón sin salida: ahora, la ayuda ciudadana les ha permitido encontrar la solución