El asesinato de Laëtitia Perrais, un asunto de estado en Francia

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Crimen en la Francia invisible
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Ivan Jablonka escritor autor de "Laëtitia o el fin de los hombres" en Barcelona ANTONIO MORENO
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Ivan Jablonka reconstruye en 'Laëtitia o el fin de los hombres' el asesinato de una camarera que puso en jaque a la justicia francesa

La noche del 18 de enero de 2011, Laëtitia Perrais, una camarera de 18 años francesa, fue violada, asesinada y descuartizada. Dos días después se detuvo al asesino aunque éste se negó a decir dónde estaba el cadáver de la chica. El cadáver no se encontró hasta 12 semanas después. Para entonces, el caso se había convertido en moneda de cambio para el gobierno de Nicolas Sarkozy.

El presidente había criticado el seguimiento judicial del asesino, cuestionó a los jueces y prometió «sanciones» en respuesta a sus «faltas». Sus declaraciones desataron una huelga inédita en la historia de la magistratura. Y el caso Laëtitita Perrais pasó de mera causa penal a asunto de Estado.«Fue entonces cuando me propuse escribir una biografía de la víctima», relata Ivan Jablonka, historiador parisino que ya había dado el salto a lo que él llama «literatura de lo real» con Historia de los abuelos que no tuve, libro en el que reconstruye la vida de sus abuelos, desaparecidos durante la Segunda Guerra Mundial. Jablonka, padre de tres niñas y experto en la infancia, admite no haber estado siempre interesado por el tema de la mujer, pero ahora, que está metido de lleno en el asunto, le sorprende descubrir que «el 99% de los estudiosos del feminismo son mujeres».

El caso de Laëtitia le interesó especialmente porque aunaba su vieja pasión -los niños abandonados- con la nueva -el feminismo-, ya que Laëtitia y su hermana provenían de una familia rota -«el padre había violado a su madre», dice-, y habían sufrido episodios de abuso sexual en su familia de acogida. «La sociedad francesa se preguntaba por qué una chica de 18 años le sigue el juego a un tipo que llega a matarla, y la respuesta la tienen ahí, en su historia: a Laëtitia no le saltó ninguna alarma cuando se topó con su asesino, porque para ella, los hombres eran eso. Sólo te veían como un objeto sexual o como una víctima», dice el historiador.

La manera en que ha construido la historia es verdaderamente apasionante. No es el A sangre fría de Truman Capote pero se le parece bastante. Hay un yo, una primera persona, un investigador, que es el propio Jablonka, recogiendo testimonios -«me entrevisté con todas las personas que habían conocido a Laëtitia viva, y con las que la examinaron después de muerta», asegura-, y reconstruyendo momentos clave, pero sobre todo está la vida de Laëtitia, de la que nada se sabía más allá de ser la víctima del asesino en cuestión. «No podía entender por qué su asesino tenía página de Wikipedia y ella no. Quería invertir las cosas, porque no puede limitarse la vida de alguien a su muerte», dice Jablonka.

En cualquier caso, la triste historia de Laëtitia funciona como motor del retrato de la Francia de los primeros años del siglo XXI. Porque su muerte «iluminó» la forma en que funcionan «el poder, los medios de comunicación y la justicia» en Francia, y, a la vez, dejó clara la existencia de «una Francia invisible», entre rural y de extrarradio, que está «por completo ausente» en el discurso oficial del país. A esa Francia invisible pertenecía Laëtitia
 
"no puede limitarse la vida de alguien a su muerte»... me ha impactado mucho esta frase...cuanta razon...pobre criatura....
 
Lo tengo. Muy bueno. Triste, pero interesantísimo el análisis que hace de el por qué las defensas de esta chica estaban desactivadas. No es un libro de sucesos al uso, me ha gustado mucho.
 
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