El Arte de Talía.

LAS CUATRO OBRAS DE TEATRO QUE NO TE PUEDES PERDER ESTE MES DE ENERO

Cuatro propuestas que avivan el diálogo entre el artista, la sociedad y la escena política. Cuatro espectáculos que nos invitan a reflexionar sobre la distancia, el peso de nuestro pasado emocional y el tipo de sociedad que queremos construir.

POR PABLO GIRALDO
4 DE ENERO DE 2020





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Actores de 'La geometría del trigo'.© MARCOSGPUNTO




Distancias familiares, temporales y espaciales aúnan las propuestas escénicas que, de la mano de Alberto Conejero, Thomas Guthrie y Claudio Tolcachir, se pueden disfrutar en enero.


La geometría del trigo
En este texto, ganador del Premio Nacional de Literatura Dramática 2019, Alberto Conejero toma como punto de partida su pasado familiar para analizar los últimos 40 años de historia de nuestro país a partir del viaje —físico y vital— de un matrimonio que debe recorrer cientos de kilómetros, desde la Barcelona industrial hasta un pequeño pueblo minero de Andalucía, para asistir al funeral de un familiar. Tres generaciones en dos épocas diferentes se enfrentan a sus raíces en una obra galardonada por su estilo poético y el dominio de los personajes. En el Teatro Alhambra de Granada, el 10 y el 11 de enero.



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Ópera 'Aída', de Verdi.© A. BOFILL


Aída
Inmerso en las celebraciones del 20º aniversario de su reconstrucción, el Gran Teatre del Liceu acaba de inaugurar una temporada que homenajea el esplendor de su pasado y reivindica la fuerza de la ópera a través de estrellas de la lírica como Joyce Didonato, Anna Netrebko, Juan Diego Flórez, Javier Camarena o Clémentine Margaine, entre otras. Esta última es la protagonista de Aída, de Verdi, la ópera más representada en la historia del coliseo, que regresa en su mítica producción de 1945 con los decorados originales del escenógrafo hiperrealista Josep Mestres Cabanes y bajo la dirección de Thomas Guthrie. En el Teatre Liceu de Barcelona, del 13 de enero al 2 de febrero.



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'Próximo', o la obra de amor en tiempos de Skype.© CARLOS FURMAN


Próximo
Con una vida a caballo entre Buenos Aires y Madrid, el dramaturgo y director argentino Claudio Tolcachir volcó en Próximo su experiencia más íntima como artista en perpetuo tránsito. ¿Cómo arraigar y fortalecer vínculos amorosos a miles de kilómetros? ¿Qué ocurre cuando la comunicación se corta? A través de la historia de Pablo —Lautaro Perotti—, un argentino que está en Australia, y Elián —Santi Marín—, un actor español residente en Madrid, el responsable de La omisión de la familia Coleman indaga en las posibilidades y limitaciones de las relaciones a distancia. Dos personajes desarrollan una historia de amor en tiempos de Skype y, sin compartir espacio físico, se convierten en lo único que tienen el uno y el otro. En el Teatro Central de Sevilla, el 24 y el 25 de enero.



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La obra 'prostit*ción'.© GERALDINE LELOUTRE



prostit*ción, de la calle al escenario
Andrés Lima, premio Nacional de Teatro 2019 por su labor de investigación artística y la búsqueda de nuevas formas y estéticas, lleva dos años centrado en un proceso de exploración sobre la prostit*ción en España con el objetivo de debatir, entre otros asuntos, acerca de la estigmatización que sufren las mujeres que la ejercen. Con dramaturgia del propio Lima y Albert Boronat, y a través de los testimonios recogidos por las actrices Carmen Machi, Nathalie Poza y Carolina Yuste en diferentes encuentros con prost*tutas, el director ha dado forma a prostit*ción, un proyecto que se presenta en forma de espectáculo musical, teatral y documental y que da voz —sin prejuicios— a historias reales de prost*tutas. Con música de Laia Vallés, la obra puede verse del 17 de enero al 23 de febrero en el Teatro Español de Madrid.

 
LO QUE VIENE EN 2020 | ARTES ESCÉNICAS
Teatro documental para tiempos revueltos
Nuevas obras de Andrés Lima, Àlex Rigola y Jordi Casanovas se estrenarán en 2020


RAQUEL VIDALES
Madrid
7 ENE 2020



La actriz Jeanne Balibar, en el espectáculo ‘Bajazet’, dirigido por Frank Castorf.


La actriz Jeanne Balibar, en el espectáculo ‘Bajazet’, dirigido por Frank Castorf. MATHILDA OLMI



El primer acontecimiento teatral de 2020 ya ha ocurrido: el 1 de enero Alfredo Sanzol asumió su cargo como nuevo director del Centro Dramático Nacional (CDN). Comenzó así un año que llega marcado por el terremoto que sufrieron las artes escénicas en 2019, durante el cual cambiaron los responsables de buena parte de los grandes centros de producción públicos del país: algunos de manera ordenada, como los dependientes del Ministerio de Cultura (CDN, Compañía Nacional de Teatro Clásico, Compañía Nacional de Danza y Ballet Nacional de España), la Abadía de Madrid o el Lliure de Barcelona (después de la dimisión tormentosa de Lluís Pasqual); otros de forma abrupta por decisiones políticas, como los Teatros del Canal, el Centro Internacional de Artes Vivas de Matadero (que ha desaparecido) o el Conde Duque de Madrid.

Los cambios no se reflejan aún en las programaciones, pero para otoño se espera un cambio de rumbo en estos espacios. Las únicas certezas, de momento, son los espectáculos que hay programados hasta el verano.

Hambre de realidad. Si algo caracteriza el teatro de los últimos años es su exploración de la realidad inmediata. El género documental se ha desarrollado como nunca en España y ha brindado éxitos como la aclamada Jauría, obra de Jordi Casanovas que reconstruye el juicio a La Manada, que justo ahora se repone en el Pavón Kamikaze de Madrid y luego retomará su larga gira por España. Para finales de 2020 se espera otra bomba del mismo autor: una piezas sobre el procés.


Carmen Machi, Nathalie Poza y Carolina Yuste, en una imagen promocional de ‘Prostitución’.


Carmen Machi, Nathalie Poza y Carolina Yuste, en una imagen promocional de ‘prostit*ción’. VALENTÍN ÁLVAREZ



El último ganador del Premio Nacional de Teatro, Andrés Lima, también apuesta por el género documental. Si el año pasado dirigió Shock (El Cóndor y el Puma),que reconstruye el golpe de Estado de Pinochet, su nuevo proyecto no es menos ambicioso: prostit*ción, que se estrena la próxima semana en el Teatro Español de Madrid, condensa decenas de entrevistas realizadas a prost*tutas reales que serán encarnadas en el escenario por Carmen Machi, Nathalie Poza y Carolina Yuste.

Sin ser estrictamente documental pero inspirada claramente en el contexto actual, a mediados de febrero el Teatro Nacional de Cataluña estrenará Justicia, una obra de Guillem Clua que recorre las transformaciones de la sociedad catalana en las últimas décadas a través del personaje de un juez que ha estado en el centro de la vida pública, protagonizada por José María Pou y Vicky Peña.

Otros títulos en esta misma línea que hay que tener en cuenta: Atentado, de Félix Estaire, que se desarrolla en los minutos posteriores a un ataque terrorista perpetrado en un importante museo europeo; Españolas, Franco ha muerto,reconstrucción de la Transición desde el punto de vista de las mujeres, dirigida por Verónica Forqué; Curva España, de la compañía Chévere, que indaga en el extraño accidente indaga en su nueva obra en el extraño accidente de un ingeniero que hace un siglo marcó la llegada del tren a Galicia.

Hijos de Beckett. La conmemoración el mes pasado del 30 aniversario de la muerte de Samuel Beckett, padre de la dramaturgia contemporánea, ha impulsado unos cuantos montajes. Aparte de dos Esperando a Godotpresentados en noviembre en Madrid y Barcelona, el CDN ha programado para febrero una versión de Pablo Messiez de Los días felices. Hijo directo de Beckett es José Sanchis Sinisterra, que estrenará una nueva obra en el CDN, Naufragios de Alvar Núñez. Y a su vez, hijos de Sanchis Sinisterra son muchos de los dramaturgos españoles de última generación que estrenarán en los próximos meses: Pablo Remón, Claudia Cedó, María Velasco, Lola Blasco, Carolina África o Antonio Rojano.



'Falaise', de la compañía Baró d'Evel.


'Falaise', de la compañía Baró d'Evel.




Imprescindibles. Àlex Rigola hace doblete: en febrero se verá en la sala Beckett de Barcelona su última obra, Aquest país no descobert que no deixa tornar de les seves fronteres cap dels seus viatgers, en marzo estrenará en La Villarroel su particular versión de La gaviota de Chéjov.
El Teatro de la Abadía celebrará su 25 aniversario del 30 de enero al 23 de febrero con una programación especial en la que participarán artistas vinculados a la sala, además de un homenaje a su fundador, José Luis Gómez, y el estreno de la obra Antropoceno, de Thaddeus Phillips. El Lliure inaugura el año homenajeando al grupo La Calòrica con la reposición de su primer espectáculo, Feísima enfermedad y muy triste muerte de la reina Isabel I, diez años después de su fundación. Otras compañías imprescindibles que estarán muy activas son La Tristura, Baró d'Evel, Matarile, La Joven o El Pont Flotant.
El CDN ha programado en Madrid dos espectáculos que han triunfado en Barcelona: Jerusalem y Como una perra en un descampado. El Pavón Kamikazeestrenará la nueva obra de Pascal Rambert, José, además de una de Harold Pinter y otra de Sarah Kane dirigidas por Israel Elejalde y la adaptación de Una novelita lumpen de Bolaño. No es la única novela que llevará al teatro: en el Español se verán Mujercitas y La casa de los espíritus.
Internacionales. Terminados ya los grandes festivales internacionales de otoño y a falta de saber lo que traerá en verano el Grec, quedan aún algunas visitas interesantes: Milo Rau, Frank Castorf, Katie Mitchell y Angélica Liddell, entre otros.

Danza. El jueves empieza en la Cuarta Pared el ciclo Mover Madrid, un empeño de esta veterana sala alternativa madrileña de ofrecer a la danza el refugio estable que no suele encontrar en los grandes teatros. Lo dirigen los coreógrafos Poliana Lima y Lucas Condró y lo inaugura la pujante compañía La Phármaco, dirigida por Luz Arcas. Son agrupaciones como esta las que están tirando de la danza contemporánea en España. En los próximos meses estarán de gira por España agrupaciones consolidadas como Kukai, La Veronal, Daniel Abreu, Manuel Liñán o Animal Religion. Entre los grandes teatros, destacan las programaciones de los Teatros del Canal de Madrid, el Mercat de les Flors de Barcelona, el Central de Sevilla y el Arriaga de Bilbao.











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Teatro para niños

"LA BRUJA PIRUJA EN EL PAÍS DE LAS BURBUJAS"


"En un país gobernado por un excelente Rey que se preocupaba por su pueblo, las cosas empiezan a peligrar, pues una Bruja acecha el reino. Ésta pretende robar “La burbuja de Cristal” que posee el Rey. ¿Qué tiene de especial esta burbuja? Que todas las mañanas reparte, en forma de burbujas, alegría, paz y buen humor entre otras cosas. Por eso la Bruja pretende robarla, para acabar con la felicidad y poder llegar así a alcanzar el trono.



 
Núria Espert conmueve en su recital de Lorca
La actriz crea la atmósfera justa para enganchar al público con ‘Romancero gitano’


JAVIER PÉREZ SENZ
Barcelona
12 ENE 2020

Núria Espert, en 'Romancero gitano'.


Núria Espert, en 'Romancero gitano'.



Sale Núria Espert y en el Romea, mientras los aplausos van ganando intensidad, se respira ese clima de admiración, respeto y cariño que solo despiertan las grandes damas del teatro. Sonríe Espert, saboreando la emoción de un momento histórico, su regreso, después de 35 años de ausencia, al escenario en el que debutó a los 13 años. Vuelve al teatro que la hizo actriz y, mientras duran los aplausos de bienvenida -y duraron mucho-, compartes el deseo del director del Romea, Josep Maria Pou, pidiendo que se la nombrara "referente del teatro del país", como se ha hecho en Gran Bretaña con sir Ian McKellen.


Espert es mucha Espert. Al momento, crea la atmósfera justa y necesaria para enganchar al público. Lo hace, además, desde la complicidad absoluta de Lluís Pasqual en su devoción compartida por el universo poético, teatral y vital de Federico García Lorca. Ver su espectáculo sobre el bellísimo Romancero gitano(hasta el 26 de enero) es, ante todo, una declaración de amor incondicional por todo lo que representa y simboliza el genial poeta y dramaturgo.

Espert no recita ni dice los poemas: los habita, trasmitiendo los sentimientos, los misterios y la magia de la palabra lorquiana. No es un espectáculo ni un recital convencional: además de los versos más venerados, nos habla del poeta, de su amor por la cultura gitana como expresión mágica de una Andalucía universal. Y junto a Lorca, la octogenaria e inimitable actriz nos habla de sus propias vivencias en un marco de devoción lorquiana compartida por Pasqual, otro gran referente del teatro del país, pese a quien pese.

Con mano maestra, Pasqual teje un retablo de vivencias y emociones, bendecido por el Duende y guiado con un instinto dramático a medida del carisma de Espert. Todo fluye con claridad y dominio del ritmo, en un juego de altos vuelos en el que los silencios, las miradas, los gestos y el movimiento crean momentos de tensión dramática que sacuden el alma con tanta fuerza como las palabras.

Grande es el arte de Espert, que nos hace compartir la soledad del poeta y de las mujeres que dejan huella imborrable en su teatro universal: Marianita Pineda, Yerma, la madre de Bodas de Sangre y Doña Rosita. La velada dura apenas una hora, intensa y emocionante, y en ella figuran 18 poemas del Romancero gitanoque Espert recita, escenifica, comenta y adereza con sus propias vivencias -cuando habla de su vida, de sus padres, de sus propios sentimientos, lo hace en catalán-, transmitiendo emociones sinceras con una paleta de acentos y colores vocales y una energía interior únicas, marca de la casa.

Espert evoca aires de su infancia en el Romance de la luna, luna, recuerda la fuerza de la Canción del jinete mientras suena la histórica grabación de Paco Ibáñez -¿Dónde estás, Paco?, gritaba la actriz durante las ovaciones finales, haciéndole levantar de su butaca-, y corona picos de alto voltaje dramático: Romance sonámbulo, Muerte de Antoñito el Camborio, Romance de la Guardia Civil y un poema de Poeta en Nueva York como poderoso final, Grito hacia Roma, aún más estremecedor en una España de nuevo agitada por los fantasmas de la violencia fascista. La fiesta termina con el público en pie, entre aplausos, bravos y felicidad compartida. Viendo a Espert y Pasqual saludando al público, sentías muy cerca el espíritu de Federico, vivo en su exuberante belleza, compartiendo una velada de éxito en el Romea.




Romancero gitano: Verde que te quiero verde

En el verano de 2018: Nuria Espert recibió una llamada donde le comunicaban que le había sido concedido el “Premio Especial Europa de Teatro” por su extraordinaria trayectoria en la interpretación y la dirección escénica, y por su defensa de las libertades. Por ese motivo y para poder brindar un pequeño recital en la ceremonia de entrega que tendría lugar en noviembre de 2018 en San Petersburgo, nació la idea de “Romancero Gitano”. La que iba a ser una muestra poética de 20 minutos, terminó siendo un recital de una hora en el que retorna, junto a Lluís Pasqual, a la palabra de Federico García Lorca, el poeta y dramaturgo que ha ocupado un lugar destacado en la trayectoria profesional de ambos.


 
Fortunata y Jacinta en el Madrid del siglo XXI
La compañía LaJoven prepara un espectáculo para acercar a los jóvenes la obra de Galdós en el centenario de su muerte

ROCÍO GARCÍA
Twitter

29 ENE 2020



Un momento del ensayo de la obra 'Fortunata y Benito'.


Un momento del ensayo de la obra 'Fortunata y Benito'. NEREA RAMOS MAYOR



En tropel, cargados con sus carpetas de apuntes y sus mochilas, entra en un vagón del metro de Madrid un grupo de estudiantes alborozados y preocupados por el temario del examen de selectividad que tienen en breve. “Entonces Galdós, ¿entra o no entra?”, pregunta uno de ellos. “¿Tenéis algún resumen?, no tengo ni idea de ninguna obra suya”, añade preocupado. “Yo tengo uno de Fortunata y Jacinta, si quieres te lo paso”. Por el megáfono se anuncia la siguiente estación y todos, menos Diana, se bajan del vagón. Diana se queda sola y en lo que dura el trayecto de la estación de Gran Vía a Sol, apenas unos minutos, esta joven estudiante sueña con Fortunata y Jacinta. Cuando llegue a su destino, se le aparecerá en el vagón del metro Benito, un chico alto, elegante y vestido de época, con sombrero y gafas, que le invitará a recorrer el Madrid de finales del siglo XIX y descubrir juntos la novela que el mismo escribiría años después sobre la conmovedora historia de estas dos mujeres unidas en el amor y el desamor por un hombre al que llamaban Juanito.

Cuando se cumplen 100 años de la muerte de Benito Pérez Galdós, la compañía LaJoven, por encargo de la Comunidad de Madrid, prepara un espectáculo para acercar a las nuevas generaciones a este autor y periodista que supo cómo nadie retratar el pálpito de la ciudad de Madrid de entonces con relatos fascinantes. Fortunata y Benito, todo un espectáculo musical y literario que juega con un imaginario muy actual, es el título de este nuevo montaje de LaJoven, nacida en 2012 con el objetivo de aproximar el teatro clásico y contemporáneo a los estudiantes. La obra, escrita y dirigida por Laila Ripoll, se estrenará el 7 de febrero en la Sala Roja de los Teatros del Canal de Madrid, en funciones vespertinas y matinales, estas dirigidas a institutos y colegios. Con las entradas ya casi agotadas, Fortunata y Benito iniciará inmediatamente una gira por toda España, como parte de las celebraciones del año Galdós.

En la sala de ensayos de LaJoven, ubicada en las naves de una antigua empresa de climatización, en un popular barrio de Madrid, se desprende una energía arrolladora, bajo la mirada de admiración de una dramaturga conocedora profunda del teatro clásico como es Laia Ripoll (Madrid, 1964). “He tenido siempre muy en cuenta al público al que va dirigido. A mí, que he sido una lectora enfermiza y obsesiva en mi adolescencia, Galdós se me atragantó hasta que, bastantes años más tarde, cayó en mis manos Trafalgar. Me leí antes Madame Bovary [Gustave Flaubert] que Fortunata y Jacinta y eso es algo que me hace reflexionar. En este sentido, nuestro sistema educativo no funciona bien porque creo que hay autores españoles que se enseñan mal y a edades equivocadas”, explica la dramaturga, que ensalza la figura de este escritor como gran observador de la vida y la ciudad, además de un “hombre apasionante y progresista, anticlerical y republicano, respetuoso y educado, antitaurino y animalista”.

El punto de partida de Fortunata y Benito es La novela en el tranvía, un cuento de Galdós, escrito en 1871, en el que su protagonista se queda dormido en el trayecto de un tranvía y sueña una historia de amor y venganza. Aquí la acción se traslada a la actualidad, al suburbano de Madrid, y la que sueña es una chica de 17 años. En ese sueño, Galdós la invita a observar a su alrededor, a mirar a la gente y viajar por la ciudad, comenzando en la Cava de San Miguel, en la vivienda de la bella Fortunata. Todo lo que el autor va narrando y mostrando, la joven se lo imagina con personajes de hoy. “La novela de Galdós no solo es una gran historia de obsesiones, amores y desamores, sino también un retrato de las desigualdades sociales, que se desarrolla en un entorno muy urbano”, explica Ripoll, que ha elegido un gran andamio, con una cuerda llena de ropa tendida en lo alto, como elemento escenográfico para este montaje. Aunque centrada en la historia de Fortunata y Jacinta, la función incluye algún elemento de los Episodios Nacionales, además de revivir hechos de la época como los asesinatos de Prim en 1870 (la boda de Juanito y Jacinta se celebra poco después) y Cánovas, diecisiete años más tarde
Los números musicales, ocho en total, son un elemento clave de la obra. Bajo la dirección musical de Alberto Granados, las canciones y bailes de la función combinan el hip-hop, el rap o el reguetón con zarzuelas del siglo XIX o bellas nanas canarias.

El viaje en metro de Benito y Diana termina. El seguimiento y el relato que han realizado juntos por las vidas de Fortunata y de Jacinta se acaba cuando por los megáfonos se anuncia la llegada a la estación de Tirso de Molina. En la oscuridad del túnel, la joven busca a su ya amigo entrañable, pero no lo encuentra. Solo conserva en su mano la pajarita de papel que Galdós le ha regalado.

 
su***dio, machismo, homofobia: no hay vetos en el teatro para jóvenes
Dramaturgos de renombre conquistan los institutos con temáticas adolescentes


RAQUEL VIDALES
Madrid
29 ENE 2020


Desde la izquierda, Guillermo de los Santos, Juan de Vera y Paula Muñoz, en '#malditos16'.


Desde la izquierda, Guillermo de los Santos, Juan de Vera y Paula Muñoz, en '#malditos16'. RUBÉN VEJABALBÁN



a obra teatral #malditos16, de Nando López, fue un exitazo cuando se estrenó en 2017 en el Centro Dramático Nacional y es el título de la editorial Antígona (especializada en teatro) más vendido el año pasado. Y eso que su tema no es agradable: reconstruye la vida de cuatro jóvenes que intentaron suicidarse cuando tenían 16 años. Por la boca, de Jose Padilla, está protagonizada por una adolescente anoréxica. El último romántico, de Denise Despeyroux, presenta una situación de maltrato en una pareja de chavales. Fiesta, fiesta, fiesta, de Lucía Miranda, recoge las preocupaciones de los habitantes de un instituto público español, tanto los alumnos como sus familias y sus profesores. Nunca pasa nada,también de Nando López, repasa las vivencias (algunas traumáticas) de una pandilla de veinteañeros.

Estas obras forman parte de una nueva línea de programación que acaba de inaugurar el teatro Galileo de Madrid dedicada al público juvenil. su***dio, violencia machista, identidad sexual, amistad, frustraciones... no hay vetos. “Por supuesto que no hay vetos ni debe haberlos, la comunidad docente es unánimemente contraria al veto parental en todos los ámbitos. Precisamente por eso gustan tanto estas obras a los chavales. Son temas que les preocupan, problemas que muchas veces no saben cómo enfrentar. Encontrar reflejados en el teatro sus conflictos y sus miedos, poder hablar de ello a la salida o en los debates que suele haber después de las funciones, supone para muchos de ellos un desahogo tremendo”, explica Nando López.







Hablamos de espectadores de 12 a 20 años, una franja de edad tradicionalmente ignorada por los dramaturgos “de prestigio”, volcados más bien en escribir obras para adultos, que dan más renombre y visibilidad. En consecuencia, los jóvenes tampoco suelen mostrar mucho entusiasmo por el teatro: no se ven reflejados en ese espejo que se le supone al género. Por suerte, eso está cambiando, en buena parte porque ellos mismos lo están demandando. López, por ejemplo, escribió su primera obra de teatro por encargo de LaJoven, compañía especializada en este tipo de público, que le pidió que adaptara su novela La edad de la ira (finalista del Premio Nadal en 2010), que aborda el problema de la homofobia en los institutos. La novela va por su 12ª edición y la versión teatral (estrenada en 2017) por la sexta. No es el único best seller de este autor: sus novelas Nadie nos oye (2018), En las redes del miedo (2019) van de mano en mano en los institutos y está a punto de publicar Hasta nunca, Peter Pan.


Jose Padilla, autor de éxitos entre el público adulto como Las crónicas de Sanchidrián, también se acercó a los jóvenes por encargo. En 2016 la productora Ventrículo Veloz, especializada en esa franja, le pidió que escribiera una obra sobre el acoso escolar. Con completa libertad, sin cortapisas. La tituló Papel y tuvo tan buena acogida que le pidieron una segunda al año siguiente, que resultó ser Por la boca, sobre el acoso escolar, y otra más la temporada siguiente, Dados,sobre la identidad sexual. Las tres conforman la Trilogía veloz y todavía hoy los institutos se las rifan para sus campañas de teatro escolar. ¿El secreto? “No escribir con condescendencia. Si ellos notan que les quieres adoctrinar, se alejan. Tienes que intentar ponerte en su piel, volver tú mismo a la adolescencia, por muy incómodo que eso resulte, pues es una etapa de la vida difícil que en general todo el mundo quiere olvidar. Quizá por eso nos cuesta tanto escribir sobre ella”, responde Padilla.







Más reciente es la experiencia de Denise Despeyroux, otro nombre importante de la dramaturgia contemporánea en español, que ha llegado al teatro para jóvenes de la misma manera que Padilla, por encargo de Ventrículo Veloz. Y como Padilla, su máxima ha sido evitar el adoctrinamiento. “Me pidieron que escribiera sobre la violencia de género. Un tema delicado, no quería presentarles una situación típica, sino una más sutil. Lo bueno es que en general todos han sabido reconocerla en la obra, aunque en algunos debates posteriores a la función se han oído argumentos preocupantes, como que las mujeres también pueden ser violentas con los hombres, posiblemente oídos a algunos políticos”, comenta la autora.
Lucía Miranda es un caso aparte. Lo suyo fue por iniciativa propia. “Estuve trabajando en programas de teatro aplicado unos cuantos años en EE UU y allí descubrí proyectos increíbles. En España estamos retrasadísimos, es como si diéramos por perdida esa franja de edad de antemano porque es muy difícil. No es tan difícil, simplemente hay que intentar ponerse en su lugar, reconectar con esa edad, escuchar sus preocupaciones. Y luego llevarlas al escenario de una manera artística, no pensando en ser pedagógico”, advierte. Tras recorrer institutos de toda España con su obra Fiesta, fiesta, fiesta, la dramaturga acaba de estrenar un nuevo trabajo, La chica que soñaba, que invita a las jóvenes a conquistar profesiones científicas o tradicionalmente “masculinas”.

 
Drácula, estrella del rock
La adaptación de Ramón Paso del libro de Bram Stoker fluye veloz cuando sigue la novela pero se demora en las escenas inventadas




Escena de 'Drácula, biografía no autorizada', de Ramón Paso.


Escena de 'Drácula, biografía no autorizada', de Ramón Paso.



JAVIER VALLEJO

29 ENE 2020

¿Los coronavirus atacan preferentemente a los monarcas?, podría preguntarse hoy Drácula, príncipe de Valaquia, en una versión disparatada de la novela de Bram Stoker. Me lo imagino preocupado, ojeando las noticias en la pantalla de su Allview, la marca de móviles rumana. Alfonso Paso dio en la diana de la comedia negra con Veneno para mi marido y Usted puede ser un asesino.Ramón Paso ha heredado la vocación de su abuelo y su pluma prolífica, pero se ha tomado muy en serio al vampiro y sus circunstancias en este Drácula, biografía no autorizada, adaptación escénica que inserta los hitos del relato original en una trama paralela, en la cual su protagonista es una estrella del rock, a fecha actual.

Como director, Paso mueve a sus personajes con imaginación, fluidez y exactitud, lleva el ritmo de las escenas a compás, no deja tiempos muertos, tampoco en las entradas y salidas, en un espléndido trabajo mano a mano con Ángela Peirat, su asesora de movimiento. Una torre de madera, a cuyo mirador se accede por sendas rampas enfrentadas, le sirve para recrear de maravilla el carruaje que conduce a Jonathan Harker hasta el castillo de Drácula, la goleta que traslada al no muerto a Inglaterra con sus cincuenta ataúdes… El montaje fluye veloz cuando sigue el argumento de la novela, pero las escenas madrileñas inventadas por Paso lo demoran y estancan. Ese rockero vampirizador de sus fans es un reflejo pálido (nunca mejor dicho) del esquinado personaje novelesco, un títere que el autor utiliza como portavoz de opiniones suyas sobre el materialismo de nuestra época y el supuesto mayor encanto de tiempos pretéritos, que resultan por completo ajenas al sugestivo universo stokeriano. En los parlamentos de su entera invención, Paso no pone un gramo de humor macabro, de crueldad artaudiana ni de truculencia granguiñolesca: tampoco los impregna de poesía sino de un lirismo epidérmico.

Pilotado con buen pulso, el espectáculo toma muy bien las curvas y acelera a fondo en las rectas durante su primera mitad. En la segunda, cuando el autor le quita el volante al director, la función se gripa. Si la seguimos con atención, es por el trabajo relampagueante de las actrices todas. Inés Kerzan es una luminosa, encantadora y determinadísima Mina; Ana Azorín, un torbellino milimétricamente arrasador en el papel de Alisande Renfield; Ángela Peirat, una Lucy de alto voltaje. Ainhoa de Orte, Lorena Quintana y Laura de la Isla las secundan con convicción. Jacobo Dicenta interpreta a un Drácula sombreado, pero sin colmillo de oro. Al bien dibujado Van Helsing de Juan Carlos Talavera le sobra composición. Notable, la iluminación de Carlos Alzueta.


Drácula. Texto y dirección: Ramón Paso, a partir de la obra de Bram Stoker. Teatro Fernán Gómez. Madrid. Hasta el 9 de febrero.


 
La gran casa del teatro cumple 25 años
José Luis Gómez, creador y alma del espacio escénico madrileño La Abadía, será homenajeado mañana por compañeros y amigos en un acto con el que se inicia un mes de celebraciones




Una representación de 'El arte de la comedia', de Eduardo de Filippo, en el Teatro de la Abadía en 2010.


Una representación de 'El arte de la comedia', de Eduardo de Filippo, en el Teatro de la Abadía en 2010. ROS RIBAS



ROCÍO GARCÍA
Twitter
Madrid
29 ENE 2020


El tintineo de una campanilla no ha cesado desde que el 14 de febrero de 1995 se anunciara así la primera función del Teatro de la Abadía, en Madrid. Cuando se cumplen 25 años de uno de los espacios escénicos menos complacientes, más innovadores y valientes en España, la campanilla sigue sonando. Es la señal de que el espectador está a punto de vivir una experiencia más allá de la mera función. Porque La Abadía es más que un teatro: es una casa que acoge a creadores y artistas, un lugar de formación en el que investigar sobre el oficio, reflexionar con la sociedad y lanzar interrogantes sobre la condición humana y la historia.

Han sido 25 años en los que su creador, José Luis Gómez, se ha dejado la piel para hacer de La Abadía un centro de referencia más allá de nuestras fronteras. Sus compañeros y amigos le ofrecen este jueves un gran homenaje en el que lo que más resonará, aparte de la campanilla, será “gracias”. Con Lluís Homar como maestro de ceremonias, Gregorio Marañón, Juan Luis Cebrián, Joaquín Garrigues Walker y Nuria Espert serán algunos de los que participen en este encuentro de devoción por este gran hombre del teatro, en el que habrá también un espacio para las sorpresas. Con una mirada hacia el pasado y otra en el presente y el futuro, se inaugura en La Abadía un mes que, con el título de Instrucciones y prácticas de vuelo y la coordinación artística de la actriz Inma Nieto, aglutinará espectáculos, lecturas, exposiciones, recitales, y otras experiencias.

A sus 79 años, Gómez no solo ha puesto voz y rostro en algunos de los montajes más emblemáticos de este teatro (textos de Kafka, Miguel de Unamuno, Ionesco, La Celestina o Azaña), sino que ha sido el director de 15 espectáculos, desde el Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte (de Valle-Inclán) con el que se inauguró el centro, y ha dado cobijo a actores y creadores que ahora inundan los escenarios del país. Gómez, académico de la RAE desde 2011, cedió el timón de La Abadía hace ahora un año, cargo en el que le sustituyó Carlos Aladro.

Aunque admite que la naturaleza le dio instrumentos para servir a su profesión, Gómez admite que nunca tuvo demasiada confianza en sí mismo y que su oficio, curtido a base de esfuerzo, ha viajado por momentos de inseguridad. “En el fondo de mi corazón, siempre me ha sorprendido el éxito”, afirma. “Atravieso ráfagas de melancolía, han pasado etapas de la vida y estoy satisfecho porque creo haberlas cumplido con decencia. Me quiero preparar para el tiempo que viene, que es decisivo y espero sea de reencuentro conmigo mismo”, añade el exdirector de La Abadía, para quien este teatro ha supuesto un enriquecimiento personal “extraordinario”, pero un “parón enorme” en su carrera como actor.




José Luis Gómez caracterizado para la obra 'Informe para una academia', de Kafka, estrenada en 2006.
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mpliar fotoJosé Luis Gómez caracterizado para la obra 'Informe para una academia', de Kafka, estrenada en 2006.



En 25 años solo ha actuado una vez fuera del teatro que fundó —con Celestina y la Compañía de Teatro Clásico— y dirigido una obra en el Centro Dramático Nacional, La paz perpetua, de Juan Mayorga. No se arrepiente porque su compromiso con la Comunidad de Madrid fue fundar un centro con un modelo de gestión de teatro público diferente y en el que la palabra y el cuerpo estuvieran al servicio de los escenarios. “Sentía que todo lo que hacía era para mí y por mí y empecé a desear hacer algo más grande que yo, algo con otros y para otros”, recuerda ahora sobre la decisión de crear La Abadía, con el lema El placer inteligente del teatro. Así se ha mantenido a lo largo de 25 años, en los que el trabajo físico y verbal han estado en el centro de sus preocupaciones. “He intentado aportar un fortalecimiento de expresividad del cuerpo y de la palabra. Desafortunadamente en España el teatro se asocia al entretenimiento, que también lo es pero nunca en primer término. He querido trasladar la idea del teatro como fuente de placer”.

Exigente con la palabra, Gómez es consciente de que La Abadía ha estimulado las posibilidades del actor, en cuanto al uso de la lengua. “La palabra es un signo de identidad insoslayable de un país y en el escenario esa lengua debe ser transmitida con el mejor sentido y sonido, completado con el cuerpo. Los actores tenemos que ser criaturas elocuentes para servir a la palabra de los poetas”.

La búsqueda de la belleza y la poesía, el compromiso y la lealtad. Así ve Aladro (Madrid, 1970) la historia de “este teatro del arte”, que ahora dirige. Para él, lo más relevante de La Abadía es el modelo europeo que ha aportado y del que solo existe un caso más en España, el Teatre Lliure. “Son entidades que nacen por iniciativa de gente del teatro para dedicarse al servicio público de las artes escénicas desde la autonomía y la independencia de unos creadores que no optan por la vía tradicional del mundo del espectáculo y el teatro complaciente que debe llenar las salas, sino por la cultura como eje troncal de las sociedades del bienestar para no repetir los errores de la historia y acabar otra vez a machetazos o a estacazos. Hoy se ha convertido en toda una necesidad”, asegura. “Los primeros montajes de Gómez supusieron una irrupción brutal en el Madrid de esos años. Una de sus grandes aportaciones ha sido la deontología actoral. Ha logrado un teatro transversal, no elitista, abierto a muchos públicos”, añade Aladro. Es decir, un teatro que es la casa de todos.


REFLEXIÓN, HUMOR Y REBELDÍA
25 días de celebración por los 25 años de existencia de La Abadía. Así será el aniversario de este teatro. Exposiciones, recitales y experiencias sobre el escenario conforman este ciclo, cuyo inicio será este jueves el gran acto de homenaje a José Luis Gómez. Pero no solo.

Biografía del silencio
. En la adaptación del ensayo del sacerdote Pablo D'Ors (Madrid, 1963) y convertido en todo un éxito de ventas desde su publicación en 2012, se invitará a los espectadores, de la mano de la actriz Yolanda Ulloa, y bajo la dirección de Luis D’Ors, hermano del autor, a una experiencia conjunta para meditar en silencio. 2 de febrero.

Sonora.
Tumbados sobre colchonetas y con auriculares, un reducido público vivirá lo que Lara Solano, su creadora, ha denominado “radiosiestas”. 7-9 de febrero.

Cantar de Mio Cid
Con dramaturgia de Brenda Escobedo, José Luis Gómez se acercará al clásico, dentro del proyecto de la RAE Cómicos de la lengua. El académico, que evocará las gestas del Cid Campeador, estará acompañado por la pianista Helena Fernández Moreno. 15 de febrero.
Arrasado deseo. El actor Luis Bermejo llevará a escena un montaje escrito, dirigido e interpretado por él mismo con algunos textos inéditos y nunca representados. Arrasado deseo habla de un hombre anhelante de amor, que busca la alegría a través de la palabra. Un monólogo en el que no faltará el humor. 16 de febrero.

¿Quién dijo que el domingo era día de descanso?
Este espectáculo es una propuesta de Juan Codina, el maestro de actores, en el que se lanza un grito de rebeldía y polémica en el arte. Un manifiesto, como obra de nadie y propiedad de todos, lleno de idealismo, compromiso e imaginación. 23 de febrero.

 
VIII Jornadas Medievales- Representación teatral 'La bruja coruja' 2019


 
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PATRIMONIO
El Gobierno aprueba la donación del Gran Teatro Cervantes de Tánger a Marruecos
Desde la década de 1970 su estado de conservación ha sufrido por el abandono y ninguna administración española ha querido invertir en su rehabilitación



Foto: Gran Teatro Cervantes de Tánger. (Wikimedia Commons)


Gran Teatro Cervantes de Tánger. (Wikimedia Commons)


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CULTURA
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CONSEJO DE MINISTROS
TÁNGER

11/02/2020


El Consejo de Ministros ha aprobado un acuerdo por el que se dispone la remisión a las Cortes Generales del Protocolo entre el Reino de España y el Reino de Marruecos para la donación "irrevocable" de la propiedad del Gran Teatro Cervantes de Tánger.
El Teatro Cervantes de Tánger fue donado al Estado español en 1928 y constituye uno de los edificios para fines culturales más importantes de la ciudad. Sin embargo, desde la década de 1970 su estado de conservación ha sufrido por el abandono y el desuso, suscitando quejas en aumento por parte de asociaciones.



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Se trata de un inmueble de indudable valor arquitectónico y cultural que precisa una fuerte inversión para su rehabilitación, inversión que las distintas administraciones españolas no han podido ofrecer, según se recuerda desde el Ejecutivo. Por ello, y habiendo estudiado las posibles opciones para su puesta en funcionamiento, se decidió proceder a su cesión a Marruecos, respondiendo así a la oferta del Gobierno marroquí de restaurar y gestionar el Teatro a cambio de la cesión de su propiedad.


Programación española
El gobierno marroquí adquiere el compromiso de mantener un componente español en la programación cultural del teatro, teniendo lugar la reversión de la propiedad a España en caso de que no se llevase a cabo la restauración del inmueble o este se destinase a fines distintos de los acordados.
Se decidió proceder a su cesión a Marruecos, respondiendo así a la oferta del Gobierno marroquí de restaurar y gestionar el Teatro
Esta cesión se ha materializado mediante un Protocolo que por su forma y contenido constituye un tratado internacional, por lo que el texto requiere la previa autorización las Cortes Generales. La firma del Protocolo, previa autorización del Consejo de Ministros del 8 de febrero de 2019, se llevó a cabo el 13 de febrero de 2019, y está en aplicación provisional desde esa misma fecha. De este instrumento no resultan obligaciones financieras para la Hacienda Pública, de acuerdo con el informe de la Oficina Presupuestaria del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.


 
"Es hora de la revolución de las putas": la exitosa obra que muestra la verdad de la prostit*ción



Carmen Machi, en una escena de 'Prostitución'.


Carmen Machi, en una escena de 'prostit*ción'. Laura Ortega



Tres actrices llevan al Teatro Español trozos de la vida de varias prost*tutas y chaperos para denunciar la violencia que sufren y el silencioso y lucrativo negocio que los explota.


Carmen Serna
11 febrero, 2020


prostit*ción ha arrasado en su propuesta para el Teatro Español noqueando conciencias con textos vivos y reales pero sobre todo gracias a la gran interpretación de tres mujeres Carmen Machi, Nathalie Poza y Carolina Yuste que se han atrevido a meterse en la piel de quienes están en lo más bajo de la pirámide.

El título de la obra, prostit*ción, tira para atrás a quienes están fuera del debate social y artístico. Que sea en el Teatro Español, hace levantar la ceja de quien sabe algo de escena pero no se lo cree mucho aún: "¡Seguro que está bien!", dicen. Pero si se explica que en el proyecto está Carmen Machi, la expresión se suaviza... y surge la duda: "¿Y qué hace ella en esa obra?".

Sin embargo, las entradas están agotadas. No lo intente, no hay manera. Casi toda la profesión a la que le importa algo el teatro ha querido pasar por ahí. Y después de dos horas de que hagan boxeo con la conciencia de la gente, bajo la dirección de Andrés Lima, se sale del teatro debatiendo de un tema del que nadie quiere hablar pero que está, nunca mejor dicho, a la vuelta de la esquina: la prostit*ción.

Y es que ha llegado "la revolución de las putas", al menos al Español. ¡Bendito teatro social!

Un contenedor de transporte en el centro del escenario advierte de que lo sórdido no es sólo el tema. Sin embargo, las luces y las proyecciones del vídeo lo transforman en un espectáculo vivo e interactivo.



Del 17 de enero al 23 de febrero en el Teatro Español. Una obra dirigida por Andrés Lima y protagonizada por Carmen Machi, Nathalie Poza y Carolina Yuste.





"En España hay 100.000 prost*tutas, el doble que fisioterapeutas", arranca la obra. Con datos que hablan de los millones que mueve el negocio, lo importante que es para el PIB español y de la cantidad de clubes que tienen retenidas a las mujeres, es difícil no traer a la cabeza las caras y las sombras de estas mujeres.

Los hombres no miran mientras Nathalie Poza y Carolina Yuste se suben a unos tacones y se desvisten. La dureza no está sólo en las palabras, también en la naturalidad con la que muestran lo que nos negamos a ver en el día a día: la violencia que lleva consigo la prostit*ción.

Los discursos
La interacción con el público es divertida, al principio. Luego muchos de los hombres de primera fila no aguantan la mirada de la put* que se insinúa. No es gratuito lo que hacen. La mayoría de los clientes de estas prost*tutas en la vida real son hombres que salen de la oficina con su corbata: "Uno de ellos, en mitad de..., le sonó el teléfono y lo cogió: 'Sí cariño, ve haciendo la sopa que ya llego'".

Carmen Machi hasta intenta que una mujer de la platea tenga actitud de put*. "Es muy fácil cariño", le advierte. Tampoco es gratuito. Entre las historias que van desfilando por el escenario las hay de mujeres que han llegado a ser prost*tutas porque huyeron de su casa con 16 años, porque un trabajo de 12 horas no le llegaba a fin de mes, porque lo hicieron una vez para salir de un apuro y de donde no pudieron salir es de la calle; o porque sufrieron una violación que las arranco de su vida, que las convirtió en putas.




Carolina Yuste, Carmen Machi y Nathalie Poza, durante la obra.


Carolina Yuste, Carmen Machi y Nathalie Poza, durante la obra. Laura Ortega



"Ninguna mujer nace put*", advierten. Una declaración de intenciones de que, aunque a lo largo de la obra quieren dar cabida a todos los discursos (regulacionista y abolicionista), es más fácil demostrar que la prostit*ción es una forma de violencia que atraviesa a las mujeres prost*tutas en todos sus gestos.

Por eso siguen: "Es muy dura la vida de la put* porque no puedes mostrar lo que sufres por dentro" o "Las putas no tienen paz" o "Llegas a tu casa, te quitas el disfraz y lloras. A nadie le gusta llevar la vida de las putas".

Incluso repercute como bombas en el auditorio el alegato de una prost*t*ta rumana que llegó a España para ser "put* en serie" en un club de alterne y que advierte de que ha llegado el momento de "la revolución de las putas" o ciudades como la suya se quedarán sin mujeres.

"Aunque a ti te parezca bien o mal que me coma poll*s, yo quiero tener una vida normal", exigen estas mujeres.



Otra escena de 'Prostitución'.


Otra escena de 'prostit*ción'. Laura Ortega



La obra no quiere terminar sin mostrar el barbecho que deja la violación en las mujeres y también en las prost*tutas: "Algunos piensan que porque somos putas no importa que nos violen". Denuncian que no se investigan igual las muertes de las mujeres prost*tutas ni los agresiones sexuales que sufren. Que no tienen el mismo hueco en los medios de comunicación y que "la violación fabrica a las mejores putas".

En escena se puede ver el dolor de quien sobrevive a una violación, "una supervivencia que es una prueba contra mí", advierten, y de lo que la sociedad marca: "Ellos me convirtieron en put*".

Dos horas después sólo queda preguntarse qué pasa por la cabeza de esos hombres que paran un coche cada cinco minutos ante una prost*t*ta para pagar cinco euros por una mamada. "Ellas se agachan. Terminan. Se limpian con un pañuelo de papel y llega otro coche..."

 
Fallece el dramaturgo y periodista Juan Alfonso Gil Albors a los 92 años
Fue uno de los más destacados exponentes del teatro valenciano de la segunda mitad del siglo XX, con 45 títulos estrenados y un centenar de obras dirigidas


Valencia
15 FEB 2020


Fallece el dramaturgo y periodista Juan Alfonso Gil Albors a los 92 años




El dramaturgo, periodista y miembro durante catorce años de la Academia Valenciana de la Lengua Juan Alfonso Gil Albors ha fallecido en Valencia a los 92 años, según han confirmado fuentes familiares.

Gil Albors, nacido en Alcoy (Alicante) el 6 de marzo de 1927, fue uno de los más destacados exponentes del teatro valenciano de la segunda mitad del siglo XX, con 45 títulos estrenados y un centenar de obras dirigidas, con los temas políticos, sociales y religiosos como argumentos dominantes a lo largo de su prolífica obra.

Entre sus obras más conocidas figuran "El tótem en la arena" -cuya versión en valenciano fue revisada por el escritor y lingüista Enric Valor y es pieza clave del teatro valenciano contemporáneo-, "No mateu a l'inocent", "Barracó 62", "Parece que fue ayer", "Patatín, Patatán, Patatón", "La barca de Caronte", "Oseas", "El cubil", "¡Grita, Galileo!", "El ocaso de los brujos" y "Retorno a la noche".

Atesoraba numerosos reconocimientos literarios, como el Premio de las Letras de la Generalitat, el Premio Ciudad de Valencia y el Premio de Literatura de la Academia Mundial de Ciencias y Tecnología, entre otros premios repartidos por toda España.

Miembro de la Academia de las Artes Escénicas de España, esta entidad lo define como "el más importante dramaturgo valenciano de su tiempo y un autor fundamental de transición en el teatro valenciano de los años 60 y 70, que supo alejar el teatro valenciano de su contenido más localista para situarlo en una esfera mucho más universal".

Fue director de Teatros de la Generalitat entre 1996 y 1999, trabajó en distintos medios de comunicación, como Radio Nacional de España, Radiocadena Española y Radio Color, y fue director de estas dos últimas.

El Gobierno de la Generalitat le concedió el 9 de Octubre de 2008 el Premio de las Letras Valencianas por su "inestimable aportación al teatro y las artes escénicas" en la Comunidad.

Vecino de Valencia desde los años 40 del pasado siglo, fue en esta ciudad donde se dedicó profesionalmente al periodismo y a la actividad teatral.

Su trabajo como informador radiofónico durante varias décadas estuvo acompañado de la actividad teatral como autor y director desde los años 60, en los que inició su andadura en los ambientes de los teatros de arte y ensayo de la ciudad.

Entre 2001 y 2015 fue miembro de la Academia Valenciana de la Lengua y en 2007 la Diputación de Valencia publicó sus obras completas, en las que se recopilaba su actividad como autor con un total de 45 piezas teatrales, todas ellas estrenadas; 28 fueron escritas en castellano y 17 en valenciano.

Ocho años más tarde se incluyeron en esa obra completa las piezas "La Reina de Sicania" y "La isla de Gotmann", las dos últimas del escritor alcoyano.

Precisamente en 2017 decidió ceder los derechos de autor de su "Autopsia a cinco condenados", que aborda los problemas de los afectados por la talidomida, a la asociación de víctimas por el consumo de este fármaco (Avite).

Aseguró entonces que fue una "deuda moral" lo que le llevó a ceder esa obra, que escribió en 1963 y fue censurada tras tan solo nueve representaciones a las que acudieron personalidades como la actriz Nuria Espert. La obra se presentó originalmente como una charla coloquio para tratar de evitar la censura.


 
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