El amor no duele

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pilou12

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08 DE SEPTIEMBRE DE 2017

Por Flor de Torres



Más allá de actos, lazos y recuento de víctimas, en la lucha contra la violencia de género aún queda pendiente una revolución desde el interior. Aquella a la que debemos ir juntos mujeres y hombres en armonía e igualdad. Una batalla, una revolución desde la profunda defensa de las víctimas y de sus familias para que el desgarro de la pérdida de vidas no vaya acompañado por la incomprensión y la frustración. Porque el amor no duele.

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El amor no duele. Imagen de Vladislav Muslakov en Slack.


Pero esta revolución debe venir también del lado masculino. Hombres y mujeres debemos compartir una idea: la violencia de género está instalada en la desigualdad. La sociedad aún no puede ganar la partida porque, pese a que el Estado y la ley se han volcado en las víctimas, aún se pone en entredicho la violencia de género y se hace contrapeso con falacias sobre falsas denuncias o indeterminados privilegios en la atención a las víctimas.

Se acaba de presentar la Memoria de la Fiscalía General del Estado en la apertura del Año Judicial. De un total de142.893 denuncias en Violencia de Genero en 2016 resultaron condenadas o en causas tramitadas por denuncia falsa sólo 14 de ellas. Solo un 0,01%. Empírica y científicamente queda fuera de toda duda la veracidad y contundencia de la violencia de género.


El cambio exterior está hecho, consumado, comprendido, legislado, denunciado, ejecutado. La sociedad ya lo ha asimilado. Pero el cambio interior aún está pendiente. Esa es la revolución que nos queda. Aún tenemos que luchar contra la intolerancia, contra los “micro-machismos” que tan acertadamente los define el profesor Luis Bonino. Y contra todo lo visible de esa atroz conducta que deriva en violencia a la mujer y que ha de ser profundamente intolerado.

Esa revolución pendiente vendrá también de hombres valientes que demuestren con actos que la igualdad les ha calado. Que la propiedad no se puede escudar en actos violentos o intimidatorios. Que el amor es todo lo contrario: el amor es libertad porque el amor no duele. Para llegar a ese horizonte hay que apostar por un derecho penal que reequilibre el concepto de género y que incida en la medida que la prevención social, educativa, de comunicación y formativa fracasan previamente como contención o educación al maltratador.

Y es que la violencia de género persiste como el símbolo más brutal de la desigualdad en nuestra sociedad. Estamos implicados en contribuir a la visibilidad del delito y en que cada uno de nuestros actos en esta materia suponga la regeneración de la igualdad de género como única forma de controlar social y penalmente la violencia de género.

Rompamos las barreras ideológicas, reivindiquemos los derechos de más la mitad de la humanidad. Aquella que Concepción Arenal practicaba en 1851. Ella también rompía fronteras impuestas a la mujer: las fronteras que servían para contenerlas en sus cocinas, en las casas, con los hijos. Y que impedían a las coetáneas de Concepción Arenal acudir, como ella hizo, a la Facultad vestida de hombre y contra la voluntad de su madre, para estudiar como oyente la carrera de Derecho en la Complutense. Algo esencial en su trayectoria para comprender la profunda desigualdad que arrastrábamos las mujeres. Esa desigualdad instalada en la educación, que llevaba a creer que la mujer “No tiene otra carrera que el matrimonio”.

Apoyemos la emancipación de la mujer como única forma de ser soberana de todos sus derechos. Incluido el derecho a ser feliz y a ser libre y a través de la Educación. Es el antídoto de la violencia de género. Como decía Emma Goldman, “la verdadera emancipación de la mujer no está en las urnas ni en los Tribunales, está en su alma.”

Una revolución apoyada por hombres que entiendan al alma de la mujer libre. Solo cuando eso ocurra ya sabremos que la igualdad calo como lo que es: El más hermoso derecho fundamental de las mujeres y por el que luchamos cada día, a cada hora, en cada instante, a cada paso.

Porque el amor no duele.

Flor de Torres Porras es Fiscal Delegada de la Comunidad Autónoma de Andalucía de Violencia a la mujer y contra la Discriminación sexual. Fiscal Decana de Málaga.

https://blogs.20minutos.es/mas-de-la-mitad/2017/09/08/el-amor-no-duele/
 
08 DE SEPTIEMBRE DE 2017

Por Flor de Torres



Más allá de actos, lazos y recuento de víctimas, en la lucha contra la violencia de género aún queda pendiente una revolución desde el interior. Aquella a la que debemos ir juntos mujeres y hombres en armonía e igualdad. Una batalla, una revolución desde la profunda defensa de las víctimas y de sus familias para que el desgarro de la pérdida de vidas no vaya acompañado por la incomprensión y la frustración. Porque el amor no duele.

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El amor no duele. Imagen de Vladislav Muslakov en Slack.


Pero esta revolución debe venir también del lado masculino. Hombres y mujeres debemos compartir una idea: la violencia de género está instalada en la desigualdad. La sociedad aún no puede ganar la partida porque, pese a que el Estado y la ley se han volcado en las víctimas, aún se pone en entredicho la violencia de género y se hace contrapeso con falacias sobre falsas denuncias o indeterminados privilegios en la atención a las víctimas.

Se acaba de presentar la Memoria de la Fiscalía General del Estado en la apertura del Año Judicial. De un total de142.893 denuncias en Violencia de Genero en 2016 resultaron condenadas o en causas tramitadas por denuncia falsa sólo 14 de ellas. Solo un 0,01%. Empírica y científicamente queda fuera de toda duda la veracidad y contundencia de la violencia de género.


El cambio exterior está hecho, consumado, comprendido, legislado, denunciado, ejecutado. La sociedad ya lo ha asimilado. Pero el cambio interior aún está pendiente. Esa es la revolución que nos queda. Aún tenemos que luchar contra la intolerancia, contra los “micro-machismos” que tan acertadamente los define el profesor Luis Bonino. Y contra todo lo visible de esa atroz conducta que deriva en violencia a la mujer y que ha de ser profundamente intolerado.

Esa revolución pendiente vendrá también de hombres valientes que demuestren con actos que la igualdad les ha calado. Que la propiedad no se puede escudar en actos violentos o intimidatorios. Que el amor es todo lo contrario: el amor es libertad porque el amor no duele. Para llegar a ese horizonte hay que apostar por un derecho penal que reequilibre el concepto de género y que incida en la medida que la prevención social, educativa, de comunicación y formativa fracasan previamente como contención o educación al maltratador.

Y es que la violencia de género persiste como el símbolo más brutal de la desigualdad en nuestra sociedad. Estamos implicados en contribuir a la visibilidad del delito y en que cada uno de nuestros actos en esta materia suponga la regeneración de la igualdad de género como única forma de controlar social y penalmente la violencia de género.

Rompamos las barreras ideológicas, reivindiquemos los derechos de más la mitad de la humanidad. Aquella que Concepción Arenal practicaba en 1851. Ella también rompía fronteras impuestas a la mujer: las fronteras que servían para contenerlas en sus cocinas, en las casas, con los hijos. Y que impedían a las coetáneas de Concepción Arenal acudir, como ella hizo, a la Facultad vestida de hombre y contra la voluntad de su madre, para estudiar como oyente la carrera de Derecho en la Complutense. Algo esencial en su trayectoria para comprender la profunda desigualdad que arrastrábamos las mujeres. Esa desigualdad instalada en la educación, que llevaba a creer que la mujer “No tiene otra carrera que el matrimonio”.

Apoyemos la emancipación de la mujer como única forma de ser soberana de todos sus derechos. Incluido el derecho a ser feliz y a ser libre y a través de la Educación. Es el antídoto de la violencia de género. Como decía Emma Goldman, “la verdadera emancipación de la mujer no está en las urnas ni en los Tribunales, está en su alma.”

Una revolución apoyada por hombres que entiendan al alma de la mujer libre. Solo cuando eso ocurra ya sabremos que la igualdad calo como lo que es: El más hermoso derecho fundamental de las mujeres y por el que luchamos cada día, a cada hora, en cada instante, a cada paso.

Porque el amor no duele.

Flor de Torres Porras es Fiscal Delegada de la Comunidad Autónoma de Andalucía de Violencia a la mujer y contra la Discriminación sexual. Fiscal Decana de Málaga.

https://blogs.20minutos.es/mas-de-la-mitad/2017/09/08/el-amor-no-duele/

Amor es una maravilla para la piel, para la vida; mirar a los ojos del otro y ver su alegria en estar a tu lado, sentir su piel.....ES UNA MARAVILLA EL AMOR y no hay más...(y):love:
 
Olalla Domínguez, el único y verdadero amor de Fernando Torres
Lo dejó todo para dedicarse en exclusiva a su familia. Por eso, cuando en marzo de 2017 Olalla vio a su marido desplomarse durante un partido debido a una conmoción cerebral, casi se le para el corazón
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Madrid
Actualizado:21/06/2019 13:40h


Fernando Torres (34 años) ha anunciado esta mañana que se retira definitivamente del fútbol a través de un vídeo publicado en las redes sociales en el que «El Niño» dice adiós.

«Tengo algo muy importante que anunciar. Después de 18 años emocionantes, ha llegado el momento de poner fin a mi carrera futbolística. El próximo domingo 23 a las 10:00 am, hora local en Japón, tendré una conferencia de prensa en Tokio para explicar todos los detalles. Nos vemos allí», el futbolista pone así fin a una espectacular carrera dentro del campo de juego. Durante estos días, el madrileño tendrá el apoyo más importante todos, su mujer Olalla Domínguez (32).

Esta no es la primera vez que el futbolista cierra un capítulo de su vida. Cuando abandonó el equipo que le vio crecer en mayo del año pasado, Torres veía como el Metropolitano vivía una de las despedidas más emotivas que ha tenido el Atlético de Madrid en toda su historia. Y en aquella ocasión, también se apoyó en Olalla: «A mi mujer, que ha sido un pilar en mi vida, me ha dado paz, equilibrio. Siempre supo estar en el sitio adecuado, donde acudir cuando más lo necesitaba. Me enseñó a quererme y valorarme en los momentos más duros y a mantenerme humilde en la victoria. Apoyó siempre y son condiciones todas mis decisiones y sobre todo me ha dado a nuestros tres niños que son un tesoro y nos enseñan a ser mejores padres y personas. Por supuesto tenemos 3 atléticos más entre nosotros. Os quiero mucho a los cuatro, sois mi vida», escribió entonces Torres junto a una tierna foto en la que la pareja se dedicaba un apasionado beso frente a sus hijos.

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Olalla junto a su hijo Leo - Gtres
Un amor de los que ya no quedan


Eran unos niños cuando sus caminos se cruzaron. Él estaba a punto de cumplir la mayoría de edad y se encontraba veraneando en la Costa da Morte (A Coruña) cuando conoció a la que sería la mujer de su vida y desde ese momento, y a diferencia de la mayoría de amores de verano, la pareja no se ha vuelto a separar.

Tras un largo noviazgo, la pareja contrajo matrimonio pocos meses antes de convertirse en padres por primera vez. Así, en mayo de 2009 ponían el broche de oro a su historia de amor en el ayuntamiento de El Escorial y en una ceremonia íntima y discreta a la que tan solo acudió la familia más cercana y dos testigos de la pareja.

Desde ese momento, Olalla lo ha dejado todo para seguirle incondicionalmente donde la carrera deportiva de «El Niño» le exigía. Le ha acompañado en los buenos, pero sobre todo en los malos momentos.

Discreta en todo lo que hace, siempre fue una joven responsable, buena estudiante y tremendamente familiar, al igual que su marido. Inseparables de sus tres hijos: Nora, Leo y Elsa, el matrimonio intenta vivir tranquilo, llevando una vida lo más normal posible. Es por ello que nunca han protagonizado ningún escándalo y su relación siempre ha estado alejada del foco mediático. Y eso que a Olalla desde el primer momento le han surgido multitud de oportunidades para convertirse en modelo, una estrategia utilizada por muchas marcas que intentan contactar con las esposas de los futbolistas para que se conviertan en imagen de la firma. La mujer de «El Niño» solo ha hecho una excepción acudiendo al photocall de la firma de novias Rosa Clará, junto a la esposa del portero Pepe Reina, Yolanda Ruiz.

Aunque tiene estudios universitarios en Asesoría de Imagen, Olalla tan solo ha ejercido su profesión durante los primeros años de su relación. Con los cambios de destino de su pareja y la llegada de sus tres hijos, lo dejó todo para dedicarse en exclusiva a su familia. Por eso, cuando en marzo de 2017 Olalla vio a su marido desplomarse durante un partido debido a una conmoción cerebral, casi se le para el corazón.

Reportaje original y completo:
https://www.abc.es/estilo/gente/abc...mor-fernando-torres-201906211326_noticia.html
 
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