EGIPTOLOGÍA. El imperio del Sol.

¿Qué planes culturales puedo hacer hoy en casa? Lunes 6


Vista de la tumba de Menna desde la herramienta virtual proporcionada por el ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto.


Vista de la tumba de Menna desde la herramienta virtual proporcionada por el ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto.




EL PAÍS
Madrid - 06 ABR 2020

Un paseo por el antiguo Egipto. El antiguo Egipto se une al moderno en una propuesta que aúna historia, arte y arqueología con las nuevas tecnologías. A través de este enlace, el país norteafricano pone a disposición del público de todo el mundo un acceso a exclusivo y gratuito a una de las fabulosas tumbas que se conservan en la Necrópolis tebana, a orillas del Nilo, en la ciudad de Lúxor: la de Menna, un escriba que vivió durante los reinados de Tutmosis IV y Amenhotep III, en el siglo XIV a.C. Organizado por el ministerio de Turismo y Antigüedades egipcio, el tour virtual se vale de herramientas y contenidos que ya estaban preparando antes de la pandemia para animar a todo el mundo a quedarse en casa a pesar de todas las maravillas que aguardan ahí fuera. Cada semana agregarán nuevos accesos e invitan a aquel que quiera, institución o particular, a aportar sus propios materiales fotográficos para el proyecto, aunque no anunciarán los yacimientos escogidos hasta el último momento, para invitar al público a seguirles en redes sociales y estar atentos de las novedades. La web que han preparado incluye un recorrido virtual con planos y vistas en tres dimensiones, así como textos con explicaciones sobre la tumba, su inquilino y las escenas funerarias que fueron pintadas para acompañarle en su viaje hacia la vida eterna.

Además, Valentín Roma y Gillermo Zuaznabar, comisarios de la muestra sobre August Sander que acoge el Círculo de Bellas Artes, participan en este diálogo, en formato online, en el que profundizan sobre algunos aspectos sustanciales de la exposición, acerca de la notoriedad de las fotografías seleccionadas, en torno a un autor cuya influencia se ha dejado sentir en buena parte de la producción fotográfica documental del siglo XX, y cuyos posicionamientos estéticos y políticos conviene analizar, críticamente, desde la actualidad.

 
Los embalsamadores egipcios tenían gran olfato empresarial
La investigación de un taller de momificación en Saqqara conectado con tumbas arroja nueva información sobre el proceso y plantea nuevos enigmas


JACINTO ANTÓN
Barcelona -
11 MAY 2020


Ramadan Hussein y Salima Ikram, en el complejo de embalsamamiento en Saqqara.


Ramadan Hussein y Salima Ikram, en el complejo de embalsamamiento en Saqqara.MINISTERIO DE TURISMO Y ANTIGÜEDADES DE EGIPTO



Mika Waltari imaginó en Sinuhé el egipcio cómo funcionaba una Casa de los Muertos, un taller de embalsamamiento, también llamado más eufemísticamente wabt wat, lugar puro, y per nefer, casa de la belleza. En la novela, el protagonista se veía forzado a trabajar en una de esas instalaciones a fin de pagar la momificación de sus padres. Pues bien, sorprendentemente, mucho de lo que el escritor describía —aunque no el que los embalsamadores se beneficiaran a las clientas atractivas como la cortesana Nefernefernefer— lo ha atestiguado el descubrimiento en la necrópolis de Saqqara, a una hora al sur de El Cairo, de un gran recinto de momificación vinculado a un complejo de tumbas. También muestra que, como hoy, en el Antiguo Egipto existía un importante negocio alrededor de la muerte.


El lugar, en el que excava desde hace dos años una misión egipcio-alemana (Ministerio de Turismo y Antigüedades y Universidad Eberhard Karl de Tubinga), dirigida por Ramadan Hussein, y que era conocido superficialmente desde el siglo XIX, está arrojando interesantísimos hallazgos e información nueva que cambia algunas de las ideas que se tenían sobre la momificación. De entrada, el taller, el primero que se encuentra intacto, es subterráneo (a 12 metros de profundidad), lo que constituye la primera evidencia de que la momificación se hacía bajo tierra. Otra novedad es que uno de los productos emblemáticos que se usaban al embalsamar, el que los antiguos egipcios denominaban entiyu (ntyw, no escribían las vocales) y que se creía que era mirra se ha identificado, gracias a una jarra con inscripción y un análisis del contenido, como una sustancia hecha de resina de cedro. Según los investigadores hay numerosos recipientes con la anotación de cada producto y el momento de su uso en el proceso de momificación. “Es la primera vez que encontramos una instalación tan grande, tan bien conservada y tan equipada con elementos de embalsamamiento”, recalca la egiptóloga especialista en momias Salima Ikram, de la Universidad Americana de El Cairo y que trabaja codo a codo con Hussein. “Aún no sabemos cuánto de lejos vamos a avanzar en nuestro conocimiento, estamos analizando multitud de sustancias y herramientas, pero las posibilidades son inmensas”.


Entre los enigmas que plantea el lugar figura el hallazgo del enterramiento de una mujer, Didibastet, con seis vasos canopos. En esos recipientes, presentes en todo enterramiento de cierto nivel, se guardaban, bajo la advocación cada uno de un genio protector (los hijos de Horus) y una diosa, los órganos internos de los difuntos, extraídos al inicio del proceso de momificación y lavados y embalsamados. Pero tradicionalmente siempre eran solo cuatro: para hígado, pulmones, intestinos y estómago (el corazón se mantenía en el cuerpo y los riñones, para los que no hay palabra egipcia específica, a veces se dejaban y otras se descartaban; el cerebro se extraía y no se conservaba). Está por dilucidar qué hay en los otros dos vasos, pero si resulta que había muertos a los que se les conservaban seis vísceras sería un cambio notable en lo que se sabe sobre las prácticas funerarias egipcias y se estaría ante una forma de entierro no vista hasta ahora. “Estamos estudiando si hay paralelos, en algunas épocas encontramos cierta flexibilidad a la hora de conservar los órganos y de qué manera, pero aún no hemos identificado lo que hay en los vasos extra, es algo muy extraño”.



Aspecto del exterior de la excavación en Saqqara.


Aspecto del exterior de la excavación en Saqqara.MINISTERIO DE TURISMO Y ANTIGÜEDADES DE EGIPTO



Los investigadores han podido observar que el taller era una verdadera industria. “Era un lugar a la vez muy práctico y religioso”, explica Ikram. “La primera fase de la momificación, con la extracción de órganos debía ser bastante sangrienta, no muy agradable de ver; la segunda, con el cadáver ya conservado se centraba mucho más en lo ritual”. Por el papiro Hawara, llamado “el archivo del embalsamador”, sabemos que quienes se ocupaban de momificar eran profesionales que mantenían el conocimiento en gremios familiares. “Habría un staff de sacerdotes embalsamadores y luego trabajadores manuales”. La egiptóloga señala que es difícil de calcular cuántos difuntos podía procesar la instalación, seguramente muchos. “La gente no llegaba al mismo tiempo, claro, pero calculo que se podían momificar cuatro o cinco cuerpos a la vez”. Se momificaba de diferentes maneras según el tipo de cliente. Había distintos estilos —la evisceración de calidad era mediante incisión en el abdomen y la menos fina por el pasaje anal— y sin duda tarifas, dependiendo de la capacidad adquisitiva del fallecido y sus parientes. Vamos que te podían momificar de lujo o less style.

En ese sentido, el responsable de las excavaciones y director del proyecto Tumbas Saítas de Saqqara, Ramadan Badry Hussein, profesor de la Universidad de Tubinga, y al que ya se empieza a ver por su capacidad de comunicar y su carisma como un nuevo Zahi Hawass, señala en su estudio que “la evidencia muestra que los embalsamadores tenían un buen olfato empresarial” y se adaptaban a las necesidades y posibilidades del cliente, con incluso packs de entierros de bajo presupuesto. Así que había jerarquías y clases también en la muerte. El taller de momificación y el complejo de tumbas anexo, “una verdadera mina de información”, pertenecen al período saíta persa (664-404 antes de Cristo) y se excavan desde 2018 en Saqqara, en la zona al sur de la pirámide de Unas.

Canales para drenar sangre y líquidos
El taller subterráneo era un espacio rectangular de ladrillos de barro, bloques de piedra caliza y techo alto. Tenía diversas zonas que corresponderían a los distintos pasos del proceso de momificación, que empezaba cuatro días después de la muerte y finalizaba con el vendaje —que incluía la colocación de amuletos y oraciones escritas— y el depósito en la tumba, 70 días después de la entrada del cuerpo en las instalaciones. En una de esas áreas han aparecido dos grandes cuencos que podrían ser para las vendas de lino o acaso para el natrón, la sal usada en el desecado de los cadáveres. En el taller se han hallado también canales tallados en la roca que debían servir para drenar sangre y líquidos de los cadáveres, cantidad de vasijas y cuencos para productos —resina de pistacho y de cedro, cera de abeja, grasa animal, aceite de oliva...— empleados en la momificación, así como copas de medir.

El taller posee canales de ventilación para que circule el aire purificado mediante un quemador de incienso. Cabe imaginar el ambiente que habría en las salas de evisceración en verano. “Había que mover el aire para eliminar los insectos, que se acumularían con los cadáveres”, añade Ikram. La instalación está en conexión con un profundo pozo de 30 metros utilizado como lugar de enterramiento comunal, aunque con marcadas diferencias entre unos difuntos y otros, y que incluye diversas cámaras talladas en la roca. En esas cámaras han aparecido ataúdes de madera y sarcófagos de piedra y medio centenar de momias. Una de ellas portaba una excepcional máscara de plata de enorme pureza —la primera que se encuentra en Egipto desde 1939, cuando Montet halló en Tanis la del faraón Psusenes I—, material valiosísimo en el país del Nilo donde era más escaso que el oro. La momia era de una sacerdotisa de Mut y de Niut-Shaes, una rara forma de Mut con aspecto de serpiente. Que haya en el complejo otras dos momias también de sacerdotes de esa extraña divinidad indica un culto hasta ahora desconocido. Otras dos de las momias son madre e hijo, según atestiguan las inscripciones.



La máscara de plata hallada en las excavaciones en Saqqara.


La máscara de plata hallada en las excavaciones en Saqqara.MINISTERIO DE TURISMO Y ANTIGÜEDADES DE EGIPTO



Los enterramientos muestran como la casa se adaptaba a lo que le pedían: opciones de primera —momificación cuidada, buen equipamiento funerario, cámara privada— y de segunda —con los difuntos juntos y con materiales peores—. Los muertos con más posibles, según el estudio, eran enterrados a mayor profundidad, lo que brindaba mayor protección (una cámara estaba escondida tras una falsa pared) y los acercaba al mundo de ultratumba. Hay evidencias de reutilización de cámaras y ataúdes para maximizar la capacidad y rentabilidad del complejo. Los investigadores creen que en otras necrópolis existirían instalaciones parecidas.

El martes, National Geographic (NG), que ha patrocinado la investigación, estrena en EE UU (luego llegará a 142 países) una serie documental en cuatro partes, Kingdom of the mummies, que muestra la excavación y los descubrimientos. Las imágenes incluyen una impresionante reconstrucción en 3D de todo el complejo. En España, El reino de las momias se emitirá el 7 de junio a las 16.00 en el canal de NG.



Sarcófago con momia hallado en el complejo funerario en Saqqara.


Sarcófago con momia hallado en el complejo funerario en Saqqara.FOX


 
Qué ocurre tras la muerte, según los egipcios

La pregunta es fundamental, y las reacciones culturales e individuales a la misma son de una diversidad sorprendente. El Antiguo Egipto desarrolló una de las ideologías más ricas ante la cuestión



Ataúd y momia de Jnumhotep, del Reino Medio, dinastía XII, hacia 1981–1802 a.E.c. Metropolitan Museum of Art, New York.


Ataúd y momia de Jnumhotep, del Reino Medio, dinastía XII, hacia 1981–1802 a.E.c. Metropolitan Museum of Art, New York. ROGERS FUND, 1912



CARLOS GRACIA ZAMACONA
Twitter
Alcalá de Henares 20 AGO 2020



“¿Qué ocurre tras la muerte?”. Es la pregunta que sustenta la condición humana: la que nos hace la única especie consciente de su propio fin; y quizás también, como pensaba Martin Heidegger, la pregunta generadora de toda cultura humana. Por muy única que sea la pregunta, las reacciones culturales (e individuales) a la misma son de una diversidad sorprendente.

La cultura del antiguo Egipto desarrolló una de las ideologías más ricas y asombrosas como reacción a esa cuestión: no tanto la creencia en una vida post-mortem, que comparte con otras muchas culturas, sino más bien la especificidad de esa existencia post-mortem.


Mantener la identidad tras la muerte
Esa especificidad se manifiesta de muchas maneras, todas ellas relacionadas entre sí. La conservación del cadáver a través de la momificación; la construcción de una tumba personal; la redacción de textos inscritos en dicha tumba (ya sea en sus muros, ataúdes, sarcófagos o papiros dentro del ataúd); la fabricación de un ajuar propio del difunto (ataúdes y sarcófagos, máscara funeraria, objetos domésticos, estatuillas de sirvientes); la realización de estelas en la zona de contacto de la tumba con los vivos, a manera de documento perenne de intercomunicación entre vivos y muertos.
Todos estos elementos se refieren al mantenimiento de la identidad del difunto. Todos abordan una cuestión ontológica: ¿quién es el muerto y cómo identificarlo con el vivo que fue? Esta cuestión se reduce, en último término, a la cuestión de cómo se mantiene la continuidad ontológica entre la vida y la muerte.

Gran parte de la información de que disponemos procede del material escrito sobre todo en el interior de los ataúdes y sarcófagos del reino medio

Para la mentalidad egipcia, esta cuestión es eminentemente práctica y social: el egipcio forma parte de un grupo social o no es. Esta solidaridad entre individuos debe mantenerse para que la existencia permanezca. Por ello, es fundamental conservar la identidad de cada individuo, de manera que sus asociados lo puedan reconocer y contactar.

Esos asociados son, por supuesto, su familia; pero no sólo ella, sino también las “partes psíquicas” (a falta de un término adecuado) en las que el individuo se divide cuando muere: ante todo, el ka (o “doble”), que reside en la tumba y cuya función es recibir las ofrendas de los vivos, y el ba, que transita de la tumba al mundo de los vivos en forma de pájaro, cada día; pero también, la sombra y el nombre del difunto.

Por muy complejos que estos procesos puedan parecernos, se ajustan a una lógica de solidaridad social e identidad individual dentro del grupo. Pero al difunto le afectan otros dos procesos en el antiguo Egipto: su cambio en una entidad distinta (llamada aj) que triunfa sobre la muerte; y una serie de cambios en otras entidades (animales, plantas, dioses). Estos dos procesos son distintos por lo que significan y por cómo se hacen.





Fragmento del ataúd de Khety, del Reino Medio, ca. 1919–1800 a.E.c. The Metropolitan Museum of Art.



Transfiguración en un ‘aj’
El difunto resulta “transfigurado” en un aj mediante la realización de unos ritos, llamados saj (“transfiguración”, literalmente “hacer un aj”), por parte de un oficiante, prototípicamente el primogénito del difunto. Una vez convertido en aj, el difunto se convierte en una entidad “brillante” y “eficaz” (es lo que significa aj), viviendo en el horizonte, divinizado, y actuando a favor de sus asociados en la tierra. La transfiguración parece ser un proceso de uno a uno: es decir, que el difunto mantiene su identidad después de la transfiguración.

Gran parte de la información de que disponemos procede del material escrito sobre todo en el interior de los ataúdes y sarcófagos del reino medio del antiguo Egipto (hacia 2000-1500 a.e.C.), y que se conoce como Textos de los Ataúdes: 50 capítulos (o “fórmulas” como los egiptólogos las suelen llamar) de ese corpus se refieren a ese proceso.



Estela del mayordomo Mentuwoser. Reino Medio, ca. 1944 B.C. Metropolitan Museum of Art, New York.


Estela del mayordomo Mentuwoser. Reino Medio, ca. 1944 B.C. Metropolitan Museum of Art, New York. DONACIÓN DE EDWARD S. HARKNESS, 1912



Las transformaciones del difunto
Por otro lado, el difunto sufre una serie de transformaciones post-mortem. Aparentemente, nadie se las causa, sino que le ocurren. Estas transformaciones, tal y como se describen en 85 capítulos de los Textos de los Ataúdes, son de una gran diversidad y complejidad: el difunto se transforma en animales como una golondrina, un toro, halcones (incluido un halcón “humano”) o una pulga, plantas como el trigo del delta, cosas como viento o la llama, dioses como el rey del cielo, o bas de dioses.

Un asunto de esencial importancia que hay que dirimir precisamente es si las transformaciones le ocurren al difunto o a una parte del mismo (en particular, a su ba). En cualquier caso, no parece ser que estén relacionadas con la entidad aj. Complicada es también su interpretación: si la transfiguración en aj parece asegurar el triunfo del difunto sobre la muerte, ¿para que servían entonces las transformaciones?


Sobre transfiguraciones y transformaciones
Por ello, la pregunta fundamental que queda por responder es cuál es la relación entre ambos procesos (transfiguración y transformaciones), si es que la hay. El proyecto Mortexvar (Earlier Egyptian Mortuary Text Variability) plantea por vez primera un estudio conjunto de ambos procesos (transfiguraciones y transformaciones) a partir del material de los Textos de los Ataúdes. El estudio gira en torno al concepto de variabilidad en ese corpus. Se analizarán variaciones de muy distinto tipo (lingüísticas, de escritura, textuales, religiosas) que puedan ser relevantes para entender esos dos grupos de textos en su dispersión geográfica y temporal, así como en su colocación dentro de cada uno de los documentos en que aparecen.

Carlos Gracia Zamacona, es investigador, Egiptología y Lingüística, Universidad de Alcalá


 
Y PUEDE HABER MÁS
Hallan en Egipto 13 sarcófagos sellados en perfecto estado de conservación
Todavía están sellados y se espera encontrar dentro mucha información sobre las personas fallecidas



Foto: Detalle de dos de los ataúdes encontrados. Foto: Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto


Detalle de dos de los ataúdes encontrados. Foto: Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto


AUTOR
EL CONFIDENCIAL
08/09/2020



Arqueólogos egipcios han descubierto al menos 13 sarcófagos de madera de 2.500 años de antigüedad en la necrópolis del desierto de Saqqara, en Egipto. Lo más destacado es que se encuentran en perfectas condiciones y todavía están sellados.
Según el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto, los ataúdes se encontraron en un pozo a 11 metros bajo tierra, apilados unos sobre otros. En esa misma fosa funeraria se han encontrado otros tres nichos sellados, por lo que no se descarta que se encuentren nuevos ataúdes.

Su estado de conservación es tan bueno, que algunos de los colores con los que fue decorada la madera están aún intactos. Un análisis inicial ha encontrado que los ataúdes probablemente permanecen sellados desde que fueron enterrados.


Saqqara, la necrópolis
Se cree que Saqqara sirvió como la necrópolis de Memphis, que antiguamente fue la capital del antiguo Egipto. Durante unos 3.000 años, los egipcios enterraron a sus muertos allí y, de esa manera, se ha convertido en un lugar de mucho interés arqueológico.




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Khaled El-Enany

@KhaledElEnany6

شعور لا يقارن كلما تشهد كشف اثري جديد، انتظروا الاعلان عن كشف اثري جديد بسقارة، شكرا لزملائي بالوزارة. An indescribable feeling when you witness a new archeological
discovery. Stay tuned for the announcement of a new discovery in Saqqara Thank you to my colleagues in the ministry




Los nombres e identidades de las personas enterradas en los sarcófagos aún no han sido descubiertos. Pero, como el trabajo de excavación en el sitio continúa, se espera que esta información se descubra pronto, así como el número total de ataúdes enterrados en el pozo.

Lo sorprendente, y positivo, es que las tumbas no hayan sido saqueadas

Según publica Science Alert, se sospecha que las personas enterradas son, principalmente, de la nobleza de alto rango y funcionarios, con sus ajuares, sus animales momificados y sus tumbas ricamente decoradas. No obstante, anteriores excavaciones también han descubierto entierros a personas más sencillas.



Apertura de uno de los sarcófagos. Foto: Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto


Apertura de uno de los sarcófagos. Foto: Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto




Lo que llama la atención de este nuevo hallazgo es que las tumbas no hayan sido saqueadas, por lo que las posibilidades de encontrar bienes funerarios intactos en su interior son más elevadas.

Estos bienes no sólo podrán revelar quién fue enterrado, sino su importancia en la época y ayuda a arrojar luz sobre las antiguas costumbres funerarias egipcias.




















https://twitter.com/KhaledElEnany6/...cofagos-egipto-perfecta-conservacion_2739459/
 
Descubrimiento histórico en Egipto: 59 ataúdes con más de 2.600 años de antigüedad
Los 59 sarcófagos han sido encontrados en tres pozos de la necrópolis de Saqqara, cerca de la famosa pirámide del rey Djoser


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Descubrimiento de 59 ataúdes de más de 2.600 años (EFE)

EUROPA PRESS
03/10/2020 17:22



El Gobierno egipcio ha anunciado este sábado el descubrimiento de una gran colección de ataúdes intactos y bien conservados que datan de hace 2.600 años en una importante necrópolis cerca de El Cairo.

El ministro de Turismo y Antigüedades, Jaled al Anani, ha informado que los 59 sarcófagos han sido encontrados en tres pozos de la necrópolis de Saqqara, cerca de la famosa pirámide del rey Djoser. Los ataúdes descubiertos están en muy buenas condiciones y conservan incluso sus colores originales, ha asegurado.

"He sido testigo de la apertura de uno de los ataúdes, y parece como si el cuerpo hubiera sido momificado ayer", ha declarado este sábado el conservador, quien añadió que el proceso todavía no ha terminado porque aún quedan capas de sarcófagos que desenterrar.

Lo que contienen los ataúdes
En principio se cree que estos ataúdes albergan los restos mortales de un grupo de sacerdotes y altos funcionarios del Período Tardío del antiguo Egipto. También han sido desenterradas decenas de estatuillas, incluida una de bronce para el dios Nefertum, y amuletos.

La colección se exhibirá en el Gran Museo Egipcio, que se construirá junto a las pirámides de Giza, junto con otros tres ataúdes de madera de 3.500 años de antigüedad desenterrados de la necrópolis de Al Asasif, en la ciudad de Luxor, según el ministro.

 
Un equipo de arqueólogos encuentra 59 sarcófagos de hace 2.600 años en Egipto
Los expertos también recuperaron 28 estatuillas del dios de los muertos, así como una estatua de bronce enjoyada de la diosa Nefertum


Foto: Momento de la apertura del sarcófago por las autoridades egipcias. Foto: EFE EPA KHALED ELFIQI


Momento de la apertura del sarcófago por las autoridades egipcias. Foto: EFE EPA KHALED ELFIQI



06/10/2020






 
Encuentran en Egipto un sarcófago de un alto sacerdote de las 26 Dinastía
En el lugar hallaron también una colección de amuletos y estatuillas de escarabajos de diferentes formas y tamaños

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El sarcófago milenario - Ministerio de Turismo y Antigüedades

ABC
Actualizado:17/10/2020 00:37h


Un sarcófago de la 26 dinastía del dios Djehuti (688-525 aC) y una colección de estatuillas se han encontrado en un pozo a cinco metros de profundidad en el enclave arqueológico de Al-Ghoreifa, que se encuentra en el Alto Egipto, según informa «Ahram».


Mostafa Waziri, del Consejo Supremo de Antigüedades, ha explicado que el sarcófago pertenecía a Djehuty Imhotep, un sumo sacerdote del dios Djehuty, que también ocupaba el puesto de supervisor de los tronos. En el área se han encontrado muchas tumbas comunales pertenecientes a sacerdotes dios Djehuty y otros funcionarios, según relata «Archeology.org».


El sarcófago contenía amuletos y estatuillas de escarabajos. Algunos de los amuletos tienen forma de corazón, mientras que otros tienen la forma de la cabeza de la diosa Hathor y los cuatro hijos del dios Horus, explicó Waziri.


La misión en el yacimiento comenzó en 2018 y desde entonces ha descubierto muchas tumbas comunales pertenecientes a los sumos sacerdotes del dios Djehuty y altos funcionarios. De hecho, ya se habían desenterrado 19 tumbas con 70 sarcófagos de piedra de varios tamaños y formas, así como colecciones funerarias.

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