DULCES, POSTRES Y DEMÁS REPOSTERIA

@Anita1991 , a ver si estos consejos te pueden ser de ayuda

Saludos :)

QUÉ DEBES SABER PARA NO CONVERTIR TU BIZCOCHO EN UN LADRILLO


Ligeros y sabrosos




Si conoces los procesos físicos y químicos que se producen en el el bizocho será mucho más fácil que te salga bien. O al menos, que entiendas por qué te sale mal.



MIRIAM GARCÍA

A todos nos ha pasado: ves una receta de bizcocho con buenísima pinta o te pasa tu vecina esa fórmula de bizcocho que hace ella que nunca falla, te pones a la faena con toda tu ilusión y se te hunde, o te queda como un ladrillo o crudo o qué sé yo… “¿Por qué no me ha quedado como a ella/él?” te preguntas mientras buscas con frenesí el frasco de las sales. Pues no te desanimes, que aquí llega el Servicio Público Comidista al rescate.

Nadie nace sabiendo, y en cuestión de elaborar bizcochos conviene conocer unos cuantos intríngulis, porque obtener un ejemplar perfecto no es como montar en triciclo (pero tampoco imposible, ni muchísimo menos). Vosotros podréis con los sabios consejos que os proporcionamos a continuación: un motivo de peso para incluirnos en vuestros testamentos.


¿Cómo funciona un bizcocho?
Empecemos por el principio para comprender un poquito lo que ocurre en un bizcocho -prometo no haceros daño-, porque entonces nos costará menos entender en qué podemos fallar. El aireado de la masa es uno de los factores principales, que lo mismo hará que nos saquen a hombros que sufrir un estrepitoso fracaso. La masa de un bizcocho se airea para obtener esa esponjosidad que tanto nos gusta, porque si no la aireamos obtendremos un turrón. Las microburbujitas que introducimos se hinchan con el calor del horno y esponjan la masa, mientras los huevos coagulan y el gluten establece sus redes para mantener la estructura del bizcocho cocido. Este aireado con burbujitas de gas se consigue de diversas maneras:

  • Batiendo los huevos, bien completos, bien solo las claras (hay incluso bizcochos en que montas yemas y claras por separado; qué lujuria), junto con el azúcar en muchas ocasiones porque ayuda a estabilizar la espuma formada (estabilizar=evitar que se desinfle en un abrir y cerrar de ojos). Porque eso es lo que hacemos al batir/montar: hacer espuma.
  • Batiendo la mantequilla del bizcocho (si la lleva) con el azúcar, hasta que esponje y blanquee (no hay que temer a esta frasecilla).
  • Con levadura o impulsor químico, la levadura Royal de toda la vida, que genera burbujitas de gas (dióxido de carbono) al añadir los líquidos y posteriormente con el calor del horno. Sí hay recetas que llevan montado de huevos o mantequilla y además levadura. Correcto, el que redactó la receta tenía poca confianza en que el montado y la mezcla fueran adecuados, y decidió incluir ese seguro de accidentes que es la levadura.

El misterio principal de un bizcocho reside, pues, en lo siguiente:
  • Generar en cantidad adecuada ese gas que va a esponjar nuestra masa,
  • No desinflar la masa llena de burbujitas al mezclar los ingredientes -no aplica al caso del uso de la levadura- para no perder el gas formado.
  • Y cocer el bizcocho a la temperatura justa y mantenerla estable a lo largo de toda la cocción.

Alguno dirá: oyes, que el misterio también está en una receta de bizcocho bien formulada, con las cantidades justas de grasa, harina y azúcar. Sin duda, pero eso lo damos por descontado si sigues cualquier receta de fiar.


Leer antes de cocer

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Con chocolate y plátano. MIRIAM GARCÍA



No parece tan difícil, ¿no creéis? Entonces, antes de preparar un bizcocho, unos consejos de sentido común:
  1. Una cuestión que se suele obviar: si nunca has hecho un bizcocho en tu vida, empieza por una receta fácil, alma de cántaro, y progresa partiendo de ella. Preferiblemente una fórmula que solo use levadura química para esponjar. Sin claras montadas, huevos batidos y demás artificios que no deberías acometer a palo seco y sin un mínimo de experiencia en la cocina ("pues yo hice un bizcocho con montado y me quedó fetén sin tener ni idea y mimimimí"… no lo dudo, pero repítelo, si te atreves).
  2. Elige una receta que sea de fiar, de alguien que sepa mínimamente de qué habla. Esto no es cosa menor, es cosa mayor.
  3. Lee la receta de cabo a rabo antes de meterte en harina para asegurarte de que tienes todos los ingredientes y los utensilios que necesitas. Los profesionales hacen lo que llaman mise en place -que significa literalmente "puesto en su lugar" en francés-, que consiste en dejar medidos y a mano todos los ingredientes necesarios, y también todos los artilugios que precises como batidoras, boles, bandejas de horno, etc. Créeme, cuando tienes poca experiencia bizcochil, esto da mucha seguridad. Ah, y usa una báscula de cocina, que ya la usaba mi abuela.
  4. Otra cosita de Perogrullo: haz caso a la receta, gaznápiro, no improvises ni cambies ingredientes y cantidades a la buena de dios si no dominas el arte del bizcocho.
  5. Si ya pasaste la pantalla anterior y quieres complicarte la vida preparando bizcochos de los que esponjan gracias a claras, huevos o mantequillas aireados por diversos métodos -destripe: son los más ricos-, agénciate una batidora con varillas o robot mínimamente decente. Hoy día los hay a precios razonables y te garantizan un montado perfecto; hay muchas batidoras de mano con accesorio intercambiable de varillas que dan un resultado estupendo sin ser muy potentes. No llevo comisión.
  6. Fíjate en los puntos de montado de claras, huevos y mantequilla que tienes que conseguir; encontrarás cientos de tutoriales en Internet con los que comprobar el punto. Que además después viene lo de mezclar los sólidos con movimientos suaves y envolventes para no desinflar el montado, y ahí es donde tenemos muchas papeletas para pifiarla.
  7. Al hilo del anterior punto y de la necesidad de tener un mínimo de equipamiento -seas novato o no-, hazte con alguna espátula de silicona para rebañar y mezclar. Esto sí es imprescindible y las hay tiradas de precio.
  8. Un buen molde de bizcocho tampoco está de más; cada cual tiene sus preferencias, pero yo prefiero los moldes metálicos a los de silicona (por mucho que estos faciliten algo el desmoldado), absorben y transmiten notablemente mejor el calor a la masa, y más si son de color oscuro o bien gruesos. Y esto ayuda a que el bizcocho suba como es debido.
  9. Los bizcochos se suelen cocer con calor solamente radiante, sin el aire de convección, porque este tiende a secarlos demasiado. Este secado además puede contribuir a que se forme la corteza demasiado pronto y no crezcan adecuadamente (a ver, que es posible cocer con aire, pero no da el mejor resultado posible). Requieren un buen golpe de calor en la parte inferior para que suban bien, por ello se indica que se cuezan con calor arriba y abajo del horno, pero en el tercio inferior del horno como dicen las recetas clásicas, que por algo son clásicas: porque sirven.
  10. Calienta el horno como es debido, a la temperatura justa, antes de meter el bizcocho. Más adelante te cuento esto en detalle.
  11. Concéntrate y estate a lo que estás, no entres/salgas continuamente de esa app donde estás siempre, repámpanos. Presta atención o se te hundirá-quemará-evaporará el bizcocho. Hombreyá.

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Con manzanas y mucho amor. MIRIAM GARCÍA



Posibles causas de hundimientos, crudeces o quemazones
Cuando un bizcocho se hunde, una causa muy habitual es un horno que no estaba suficientemente caliente; no solemos tener la paciencia necesaria para que un horno doméstico se caliente del todo, así que te recomiendo que dejes el horno calentar por lo menos 30-45 minutos antes de meter el bizcocho para asegurarte de que está a la temperatura fetén o, también y este es el método más pofesioná, que te agencies un termómetro independiente para comprobar a ciencia cierta que la temperatura es la que tiene que ser. Los hornos domésticos dan lo que dan y con frecuencia, por mucho que el termostato te diga que está calentando a 180° (temperatura muy habitual para un bizcocho), igual no llega. Con un termómetro independiente siempre sabrás dónde estás y nunca meterás la pata por introducir la masa en un horno frío o demasiado caliente.
  • Relacionado con la temperatura adecuada de cocción, no se te ocurra abrir del todo la puerta del horno antes de que lleves por lo menos el 80% del tiempo de cocción indicado. Bajará la temperatura abruptamente y tienes todas las papeletas para que se te hunda el invento.
  • Cuando ya puedas abrir la puerta, comprueba siempre con una brocheta que el bizcocho esté perfectamente cocido -que no salga pringada con masa fluida al pinchar en el centro- antes de sacarlo, porque si está algo crudo se te puede hundir también. Si aún no está cocido por completo no pasa nada por dejarlo 5-10 minutos más de lo que te dice la receta, que no está grabada en piedra. Cada horno es un mundo y hay que aprender su comportamiento con la práctica.
  • Como he dicho anteriormente, si el bizcocho llevaba claras o huevos montados -también en el caso de mantequilla montada con azúcar, aunque se nota menos- es fundamental no perder ese gas que hemos incorporado a la masa o perderlo lo menos posible, por lo que no hay que mezclar los sólidos con el montado de cualquier manera: hay que hacerlo con una espátula con delicadeza, con movimientos suaves y envolventes hasta homogeneizar. Si no tenemos cuidado al mezclar y perdemos una buena parte del gas, posiblemente obtengamos un bizcocho poco esponjado, compacto.
  • Si el bizcocho te ha subido, pero se te quema por arriba es probable que hayas colocado el molde a un nivel demasiado alto; los bizcochos conviene cocerlos, como hemos dicho, en el tercio inferior del horno. Otra razón es que tu horno sea pequeñico y la parte superior le quede demasiado cerca; entonces puedes tapar el bizcocho con un papel de aluminio solo en el último tramo de cocción. Y una última razón enlaza con el control de la temperatura del horno: quizá tu horno calienta más de lo que dice el termostato.
  • Otro temita que ocasiona disgustos es el agarrado del bizcocho al molde cual garrapata una vez cocido. Si engrasas y enharinas perfectamente el molde -siempre que éste no sea un truño infame- no debería ocurrirte. También existen en el mercado sprays antiadherentes que dan un resultado maravilloso, te ahorran el enharinado y llevan sustancias perfectamente normales como aceite de girasol; los recomiendo encarecidamente. Y en el caso de moldes rectangulares, tipo plum cake, aconsejo forrar con papel de horno, aquí puedes ver cómo.
Alguno pensará: «pero Miriam, ¿de verdad hacen falta tantos cacharracos? Pues mi abuela hacía bizcochos sin tanta parafernalia». Ya, pero tu abuela tenía una práctica en la cocina con la que tú no has soñado en tu vida y además te diré un secreto: ella no sabía por qué le salían bien los bizcochos y nosotros ahora podemos permitirnos el lujo, que antes no tenían en los hogares, de conocer por qué el hacer las cosas de esta o aquella manera, y el usar este o aquel utensilio tienen una influencia importante en el resultado y emplearla a nuestro favor.
Solo me queda deciros que ahora ya no tenéis excusa para no convertiros en los amos del bizcocherío, con algo de práctica, eso sí, y dejar ojiplática a vuestra vecindad y cuñados. Que lo estáis deseando.

 
Bizcocho de café con almendras

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Ingredientes
  • 350 g de harina de repostería
  • 200 g de azúcar o panela
  • 3 huevos
  • 100 ml de leche entera
  • 100 g de almendras picadas
  • 2 cucharaditas del café soluble de vuestra marca preferida
  • 150 g de mantequilla
  • Unas gotas de esencia de vainilla
  • 15 g. de levadura química
  • Para decorar: Dos o tres onzas de chocolate para fundir
Preparación
  1. Juntamos en un bol los huevos y el azúcar. Montamos con la ayuda de una batidora de varillas hasta que crecen y toman un color blanquecino (unos 10 minutos).
  2. En un vaso, disolvemos el café soluble en leche. Añadimos la leche con el café al bol, junto con un chorro de esencia de vainilla y los 150 gramos de mantequilla. Seguimos mezclando todo muy bien.
  3. Incorporamos las almendras picadas y removemos con la ayuda de una espátula.
  4. Tamizamos la harina sobre el resto de ingredientes. Añadimos el sobre de levadura y mezclamos con la espátula hasta tener una mezcla homogénea.
  5. Engrasamos un molde de bizcocho y lo llenamos hasta la mitad con la mezcla.
  6. Horneamos 45 minutos a 180º C con calor arriba y abajo, con aire caliente. Mejor en la bandeja del medio del horno
  7. Mientras el bizcocho está en el horno derretimos el chocolate para fundir con un chorrito de esencia de vainilla y un poco de café disuelto en leche.
  8. Se lo añadimos al bizcocho cuando haya salido del horno y esté tibio. Mejor que lo dejéis reposar unos minutos antes de cortar
https://www.recetasderechupete.com/receta-de-bizcocho-de-cafe-con-almendras/750/
 
DIEZ DULCES MONACALES A LOS QUE ENTREGARSE ESTA SEMANA SANTA


Estas yemas son divinas



Para compensar la abstinencia de carne durante la Cuaresma, en muchos conventos se empezaron a fabricar dulces como las alpisteras, los pestiños, las yemas de Santa Teresa o los huevos moles.



La Semana Santa es una época de penitencia, bien lo saben quienes por prescripción médica tienen prohibido el azúcar. Aunque a partir del Miércoles de Ceniza se supone que comienza el recogimiento, la vigilia y el dolor cristiano, los escaparates de las pastelerías están más alegres y tentadores que nunca. Precisamente por la tradición de hacer vigilia y no comer carne determinados días –antes esto era un drama, sobre todo en zonas de interior donde el pescado que llegaba no era de calidad–, había que compensar la pena dándole al cuerpo alegría y cosa buena sin enfadar al Santísimo. Así que los manjares que quitaba Dios por un lado, los compensó el ingenio humano por otro.

Concretamente de las sartenes de los conventos brotaron recetas de lo más resultonas con ingredientes sencillísimos: básicamente huevos, harina, aceite y azúcar, que ligados de diferentes formas conformaron un catálogo de dulces que se ha ido manteniendo y renovando a lo largo de los siglos. La sencillez y popularidad de estas recetas conventuales ha permitido que muchas se puedan reproducir en casa, en los hornos tradicionales o en los propios restaurantes, como es el caso de las torrijas, la leche frita, o los buñuelos.


Pero los dulces de Semana Santa son muchos más de los que piensas y no tienes que pasarte las fiestas en la cocina para poder disfrutarlos, hay monjas por toda España que todavía los hacen (y muy bien) para ti. Así que si quieres aprovechar tu escapada de Semana Santa para hacer acopio de repostería de los obradores de los conventos, aquí van algunas ideas:

Torrija: tengo la teoría de que la primera persona del mundo que pronunció “con qué poquito soy feliz” lo dijo cuando comía torrijas. Pocos dulces son tan fáciles de hacer, baratos y tan aclamados como éste. Pan, que ni siquiera tiene que ser del día, azúcar, aceite, huevo, leche (o vino) y ya. Encima se pueden versionar sin que se desate el apocalipsis guerracivilista, como ocurre con otras recetas patrias. Y hay una buena noticia más: el Teletorrija existe -esto no es nuevo- y puedes pedir torrijas a través de hechoenelconvento.com, una web donde varios conventos de Sevilla venden sus productos al resto del mundo. Si pides torrijas a través de esta página, las hermanas dominicas del Monasterio de Santa María la Real te las hacen y te las llevan a casa (ellas no, el mensajero).



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Esta maravilla puede llegarte a casa. HECHOENELCONVENTO.COM



Leche frita: "Alacena de las monjas / que te dan gloria bendita / pastelillos de toronja y dulce de leche frita" dice el estribillo de una copla de Carlos Cano. La leche frita era tan venerada en el norte que varios lugares se atribuyen su origen. Valladolid, Palencia, Cantabria, alguna zona del País Vasco y Galicia son los lugares donde parece ser que se popularizóantes de extenderse al resto del país. Como pasa con la torrija, también se hace leche frita de sabores: de coco, de limón, con chocolate y de caramelo. Pero la preferida por la mayoría es la tradicional, la que lleva como ingredientes principales la leche, maicena, canela, azúcar y cáscara de limón. Como es un dulce un poco delicadillo para mantener y manipular, los conventos que la tienen hacen poca cantidad para vender en el mismo día, así que va casi por encargo.

Flores fritas (o de sartén): así se llaman en La Mancha, pero reciben diferentes nombres según la comunidad autónoma en la que las compres. En Castilla y León, por ejemplo, se las conoce como florones segovianos. En Extremadura son flores extremeñas o de carnaval y en Granada, flores hojuelas. Son flores de una masa frita, finísima y quebradiza que va cubierta con azúcar o miel. Lo único especial que hay que tener para hacerlas es un poco de tiempo y el molde de flor con el que darles la forma. Así que podríamos decir que la dificultad de este dulce está en transportarlo sin que las flores pasen a ser confeti. Puedes encontrar flores hojuelas en el Monasterio de la Encarnación, en Granada.



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Delicadas flores fritas. WIKIMEDIA COMMONS



Pestiños: aunque son muy populares, son el hijo feo y sosainas de los dulces de la Semana Santa. Tampoco ponen ellos mucho de su parte, ya que tienen un aspecto menos gracioso que golpearte con la pata de la cama cuando vas descalza. Los pestiños son una masa de harina frita, anisada y dura en forma de lámina doblada. Están bañados en miel o azúcar, y quizá de esa pereza que da pringarte viene la expresión “ser un pestiño”. Como me están dando un poco de pena, en su defensa diré que tienen un sabor más interesante que el que promete su apariencia, y en Marruecos tienen los chebakia, el equivalente a nuestros pestiños, para reponer fuerzas después del ayuno del ramadán. Puedes comprar pestiños en prácticamente todos los conventos (y muchos hornos tradicionales). En el convento de las monjas jerónimas (Constantina, Sevilla) los tienen con miel. Y en el de la Purísima Concepción de Marchena, también en la provincia de Sevilla, hacen los pestiños borrachuelos que tienen forma de rosquillita.



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Los pestiños borrachuelos que te conquistarán. INMA GARRIDO


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Gracias por este momento, monjas jerónimas. INMA GARRIDO



Buñuelos de Cuaresma: a veces los encontramos como pequeñas rosquillas y otras en forma de bolita. Son una masa hueca y frita, por lo que tienen el peligro de que te los comes con tanta alegría que cuando te das cuenta llevas medio kilo. Y no, aunque también se les llama “buñuelos de viento”, no es precisamente aire lo que te acabas de meter pal cuerpo. Son tan populares que se hacen en varias épocas del año así que, aunque son tradicionales de la festividad de Todos los Santos y Cuaresma, cada vez hay más gente para la que este dulce no tienen horario ni fecha en el calendario. Las monjas dominicas de Palencia los hacen buenísimos y, si quieres, también te los envían a casa.


Yemas: aunque en algunos conventos sí es un dulce exclusivo de la Semana Santa, las yemas -de Santa Teresa, eso sí- son tan populares en Ávila que se encuentran todo el año y recuerdan al tocino de cielo típico de Jerez pero en versión seca. Son un bocado de intenso sabor a huevo -lógico- y muy dulces. Las puedes encontrar, junto al tocino de cielo, en los conventos del marco de los vinos de Jerez, puesto que el origen de este dulce está muy ligado a la producción de este tipo de vino: surgieron cuando se usaban las claras de huevo para clarificar los jereces, así que se donaban las yemas sobrantes a los conventos. Fuera de Andalucía, en el convento de la Purísima Concepción de Siruela(Badajoz) las yemas de santa Clara son uno de los productos estrella. Y, la verdad, no me extraña.


Mona de Pascua: en la actualidad estos dulces tienen tal grado de sofisticación que ya solo les falta que les metan petardos y se conviertan en fallas. La mona tradicional es una torta abizcochada, de masa muy similar a la del roscón de reyes y con un huevo cocido en el centro. Esta receta proviene del s.XV, por lo que en sus inicios no incluía chocolate ya que el cacao llegó a España en el s.XVI. La mona es un dulce muy típico en las regiones del levante español, sobre todo en Cataluña, y es el chinpún de la Semana Santa. En esta región, los niños la reciben como regalo de su padrino el lunes de Pascua y la tradición decía que el número de huevos de la mona indica la edad del niño, llegando al máximo de doce. Si el padrino es muy enrollado, a veces estira la ofrenda algunos años más, aunque hay que decir que es comprensible que no se quiera atener a esta prórroga puesto que según de qué mona hablemos, barata no es que salga la tradición. Hoy lo normal es que lleven mucho chocolate y que sean pequeñas estatuillas hechas por maestros pasteleros. Tal complejidad las ha sacado de los conventos, ya que este tipo de elaboraciones no son las que las religiosas llevan a cabo.

Lo que sí podemos encontrar en algunos conventos como el de las adoratrices perpetuas de Berga (Barcelona) son los tradicionales huevos de Pascua. Estas monjas son especialistas en dulces con chocolate y lo trabajan de maravilla. Y en las carmelitas descalzas de la Purísima Concepción en Úbeda (Jaén) hacen por estas fechas el hornazo de Semana Santa, que es el equivalente a la mona tradicional, la de la torta con el huevo cocido en el centro.

Alpisteras de Sanlúcar: aunque son tradicionales de la localidad de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y no son uno de los dulces más conocidos de la Semana Santa en el resto del país, las alpisteras tienen su reconocimiento en los pueblos de alrededor y en la literatura de Richard Ford. Tras su paso por esta localidad gaditana, el escritor londinense alabó en Manual de viajeros por España y lectores en casa el buen maridaje que hacían estos dulces de harina y matalauva con el vino manzanilla. En Jerez de la Frontera se hacen en Semana Santa y las puedes encontrar en el convento de Nuestra Señora de Gracia.

Bienmesabe antequerano: en este caso no se trata de cazón en adobo sino de un dulce de origen árabe que se hace en el convento de Belén de Antequera (Málaga) desde 1645. No es que las propuestas de este post sean ligeritas que digamos, pero podríamos decir que el bienmesabe es la bomba calórica que nos faltaba para rematar. No le falta detalle: huevos, almendra, aceite, azúcar, canela, cabello de ángel y soletillas. De postre, pídete un Almax. Aunque es típico de Antequera podemos encontrarlo en otras zonas de Andalucía, Murcia y Canarias.

Huevos moles: es un dulce popular en Tenerife, donde se comen todo el año, y en algunas zonas de Jaén, más típicos por Semana Santa. Se trata de una crema hecha con yemas de huevo ligadas con almíbar y emulsionadas que los andaluces rematan con canela y los canarios con gofio. La nomenclatura también varía: si estamos en la península, los podemos encontrar como huevos nevados o moles, y si nos habla de ellos un tinerfeño, puede hacerlo como huevos moles o chimbos. Lo más curioso de esta receta es que se encuentra también en países de Latinoamérica como Cuba, Chile, Guatemala, Bolivia, Venezuela y Paraguay. En Portugal existen los ovos moles, pero en este caso es un dulce más similar a las yemas de santa Teresa cubiertos con una oblea o pan de ángel.

La existencia de estos dulces en la geografía en la que se encuentran no es pura casualidad y podría explicarse a través de la colonización española de las islas Canarias y Latinoamérica. Cuando Colón llegó a América en 1492, Tenerife aún estaba únicamente habitada por guanches (aborígenes canarios), ya que la conquista de esta isla fue posterior, en 1496. Aunque no fueron los mismos individuos quienes estuvieron en una conquista y otra, sí que a partir de 1520 aproximadamente muchos barcos que salían de Sevilla a Latinoamérica hacían parada en las Canarias y de ahí cruzaban el Atlántico. Algunas familias se quedaron en las islas y más tarde daban el salto a América, por lo que podría ubicarse esta receta en aquellos años.
Antes, si querías darte el gusto de comerlos, podías comprarlos en el convento de las religiosas Capuchinas de san Antón (Granada), pero desde hace unos años ya no los tienen porque falleció la hermana que los hacía. La religiosa con la que hablamos nos dice que actualmente el obrador se está renovando y están aprendiendo nuevas recetas, “quizá en un futuro volvamos a hacerlos”, dice. Ojalá.

 
Banana bread
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INGREDIENTES
290 gr plátanos maduros ( lo que vienen a ser 2 plátanos grandes o 2 y medio medianos)
150 gr. harina integral
1 cucharadita de bicarbonato
30 gr. cacao puro
pellizco de sal
1 cucharada de vinagre
2 cucharadas soperas de melaza de arroz ( se puede utilizar azúcar moreno si lo prefieres, unos 60-70 gr. )
esencia de vainilla
75 ml. aceite de semillas (o de oliva)
80 ml. bebida vegetal (en mi caso, avena)
70 gr. chocolate puro

ELABORACIÓN
Trocear los plátanos en un bol y machacarlos con un tenedor hasta conseguir una consistencia de puré.
Añadir la melaza de arroz, el vinagre, el aceite y la esencia de vainilla y remover bien hasta que se integre todo.
En otro bol mezclar la harina, el bicarbonato, el cacao puro y el pellizco de sal. Remover.
Verter la mezcla de plátano sobre la de harina y remover bien con una espátula hasta que se integre todo y quede como una masa algo espesa.
Añadir la bebida vegetal y remover de nuevo.
Trocear el chocolate puro, que queden trocitos como pepitas de chocolate. Verter como 3/4 partes en la mezcla y remover.
Volcar la mezcla en un molde de plum cake forrado con papel de hornear y colocar el resto de chocolate por encima.
Hornear durante 1 hora. La primera media hora a 165-170º y la segunda media hora a 150º (para que el chocolate no se queme)
https://minutosdecocina.com/2020/04/03/banana-bread/
 
Suspiros de novicia: la torrija de emergencia en aislamiento
Una versión de la torrija que no te esperas. Cierto es que está en nuestro recetario tradicional, pero su suave textura es una experiencia que nunca antes habías vivido


Foto: Foto: iStock.



Por Álvaro Hermida
09/04/2020



Que la pandemia de Covid-19 nos ha complicado la vida sobremanera no es ningún misterio. Nuestro estilo de vida se ha visto completamente modificado y cualquier cosa que pueda subirnos un poco la moral será más que bienvenida en estas semanas que nos quedan de confinamiento.
Ahora, para más inri (nunca mejor dicho), es Semana Santa y lo más típico de estas fechas es ponerse una tarde a hacer unas buenas y completas torrijas. No son pocas las recetas de este dulce tan adorado: tradicionales, con leche, con miel, borrachas o, incluso, de chocolate. Sea cual sea la receta que pretendamos llevar a cabo, nos va a ocupar buena parte de la tarde. Esto no significa que sean complicadas de elaborar, pero sí son laboriosas (como mucho de tres en tres a la sartén, diferentes platos, esperar a que el pan se ponga duro...). Por suerte, para los que somos más impacientes, hay otra receta de Semana Santa, prácticamente idéntica a las torrijas, pero que nos llevará muchísimo menos tiempo, se puede hacer en cantidades más pequeñas y está (aunque esto es discutible) más rica que las torrijas: los suspiros de novicia.


Ingredientes


Azúcar
Miel
Leche
Canela
Pan (que no esté duro)
Dos huevos
Aceite para freír

Elaboración
  1. Templar la leche y diluir en ella el azúcar, añadir una pizca de canela.
  2. Sacar del pan la miga, bañarla en la leche y estrujarla hasta escurrirla del todo.
  3. Cortar un trozo, moldearlo en una bolita, pasarla por los huevos batidos y meterlos en la sartén con el aceite bien caliente.
  4. Una vez doradas, sacarlas y bañarlas en miel.

El truco final
En el caso de que bañarlas en miel no sea nuestra opción preferida (o directamente no tengamos), al igual que las torrijas, podremos espolvorearlas con azúcar.

 
Yo como todos los años hare rosca de pascua, como si no fuera poca la ingesta de hidratos que vengo arrastrando. queria preguntarles si alguna hizo alguna vez huevos de pascua. estoy evaluando si vale la pena, el chocolate tampoco es tan barato y quizas entre las fallas y el desperdicio tampoco es negocio.
 
Yo como todos los años hare rosca de pascua, como si no fuera poca la ingesta de hidratos que vengo arrastrando. queria preguntarles si alguna hizo alguna vez huevos de pascua. estoy evaluando si vale la pena, el chocolate tampoco es tan barato y quizas entre las fallas y el desperdicio tampoco es negocio.

Hola @Poupee , los huevos de pascua , yo los suelo comprar. Por supuesto, hacerlos en casa nos saldrá más barato. Aquí te dejo varias ideas sobre como hacerlos en casa, con y sin molde. Espero que te sea de utilidad. Saludos :)


3 maneras fáciles para hacer huevos de Pascua caseros

3 maneras fáciles para hacer huevos de Pascua caseros


Los huevos de chocolate son un punto fuerte de la Pascua, y hacerlos es mucho más fácil de lo que te puedes imaginar. Hoy te enseñaremos tres maneras fáciles de preparar huevos de Pascua caseros para que este año lo tengas más fácil que nunca. ¿Te apuntas a hacerlos? Seguro que te quedan genial con cualquiera de los tres métodos.


Ingredientes para 4 personas:

500 gr. de Chocolate para fundir / 1 molde para Huevos de Chocolate / 1 limón / Un poco de aceite de oliva / 1 bolsa de Globos de agua

Preparación:
1.Para hacer huevos de chocolate para Pascua existen diferentes métodos que podemos utilizar. Y en este Post te enseñaremos 3 maneras fáciles para hacer huevos de Pascua caseros y además te dejaremos unos vídeos para que sigas el paso a paso. ¡Son súper fáciles!

2.El primer método es el más sencillo y rápido. Compramos un molde para hacer huevos de chocolate y lo bañamos con chocolate fundido al baño María. Le damos una primera capa y lo dejamos secar.

3.Posteriormente le damos una segunda capa y una vez esté todo seco, los desmoldamos. A continuación con un poco de chocolate fundido pintaremos los bordes de las dos partes del huevo para poder pegarlos. ¡Y listo, una forma súper rápida y sencilla para hacer huevos de Pascua caseros!







El segundo método es un poco más complicado, pero no tenemos necesidad de gastar nada de dinero. En este caso utilizaremos un limón, que vaciaremos con ayuda de una cuchara y limpiaremos bien. Después rellenaremos el limón con chocolate fundido al baño María y lo dejamos secar.

6.Posteriormente, con ayuda de una espátula o de nuestros dedos, retiraremos con mucho cuidado el huevo del molde hecho con el limón. A continuación pintamos los bordes de las dos partes del huevo y las juntamos para hacer un precioso huevo de Pascua de chocolate. ¡Es súper fácil!







El tercer método es quizás el más complicado pero el más divertido. ¡Haremos huevos de chocolate para Pascua con globos! El método es muy sencillo, inflamos un globo y lo barnizamos con un poco de aceite para que no se quede pegado el chocolate y luego sea más fácil de desmoldar. A continuación pinchamos la punta del globo, por encima del nudo, con una brocheta y hundimos nuestro globo en el chocolate.

9.Dejamos enfríar el globo en la nevera, y posteriormente aplicamos una segunda capa para que el sea más fácil de desmoldar el huevo después. Finalmente, pincharemos el globo con ayuda de unas tijeras o una brocheta y lo retiraremos. Aplicamos un poco de chocolate en la punta de nuestro huevo y ya está. ¡Tenemos un delicioso y bonito huevo de Pascua para preparar súper fácil!.






 
Hola @Poupee , los huevos de pascua , yo los suelo comprar. Por supuesto, hacerlos en casa nos saldrá más barato. Aquí te dejo varias ideas sobre como hacerlos en casa, con y sin molde. Espero que te sea de utilidad. Saludos :)


3 maneras fáciles para hacer huevos de Pascua caseros

3 maneras fáciles para hacer huevos de Pascua caseros


Los huevos de chocolate son un punto fuerte de la Pascua, y hacerlos es mucho más fácil de lo que te puedes imaginar. Hoy te enseñaremos tres maneras fáciles de preparar huevos de Pascua caseros para que este año lo tengas más fácil que nunca. ¿Te apuntas a hacerlos? Seguro que te quedan genial con cualquiera de los tres métodos.


Ingredientes para 4 personas:

500 gr. de Chocolate para fundir / 1 molde para Huevos de Chocolate / 1 limón / Un poco de aceite de oliva / 1 bolsa de Globos de agua

Preparación:
1.Para hacer huevos de chocolate para Pascua existen diferentes métodos que podemos utilizar. Y en este Post te enseñaremos 3 maneras fáciles para hacer huevos de Pascua caseros y además te dejaremos unos vídeos para que sigas el paso a paso. ¡Son súper fáciles!

2.El primer método es el más sencillo y rápido. Compramos un molde para hacer huevos de chocolate y lo bañamos con chocolate fundido al baño María. Le damos una primera capa y lo dejamos secar.

3.Posteriormente le damos una segunda capa y una vez esté todo seco, los desmoldamos. A continuación con un poco de chocolate fundido pintaremos los bordes de las dos partes del huevo para poder pegarlos. ¡Y listo, una forma súper rápida y sencilla para hacer huevos de Pascua caseros!







El segundo método es un poco más complicado, pero no tenemos necesidad de gastar nada de dinero. En este caso utilizaremos un limón, que vaciaremos con ayuda de una cuchara y limpiaremos bien. Después rellenaremos el limón con chocolate fundido al baño María y lo dejamos secar.

6.Posteriormente, con ayuda de una espátula o de nuestros dedos, retiraremos con mucho cuidado el huevo del molde hecho con el limón. A continuación pintamos los bordes de las dos partes del huevo y las juntamos para hacer un precioso huevo de Pascua de chocolate. ¡Es súper fácil!







El tercer método es quizás el más complicado pero el más divertido. ¡Haremos huevos de chocolate para Pascua con globos! El método es muy sencillo, inflamos un globo y lo barnizamos con un poco de aceite para que no se quede pegado el chocolate y luego sea más fácil de desmoldar. A continuación pinchamos la punta del globo, por encima del nudo, con una brocheta y hundimos nuestro globo en el chocolate.

9.Dejamos enfríar el globo en la nevera, y posteriormente aplicamos una segunda capa para que el sea más fácil de desmoldar el huevo después. Finalmente, pincharemos el globo con ayuda de unas tijeras o una brocheta y lo retiraremos. Aplicamos un poco de chocolate en la punta de nuestro huevo y ya está. ¡Tenemos un delicioso y bonito huevo de Pascua para preparar súper fácil!.







Gracias Pilou, voy a ver que consigo cuando salga a la civilizacion. tengo un par de cotillones cerca, ni idea si estan abiertos.
 
Bizcocho de Yogur con Ganache de Chocolate con Leche


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Ingredientes:
3 Huevos L
2 Medidas de azúcar (utilizamos el envase del yogur para las medidas)
1 yogur de limón o natural
1 Medida de aceite de oliva suave o de girasol
Ralladura de limón
3 Medidas de harina de repostería
1 Sobre de levadura Royal

Para la cobertura:
200 gr de chocolate con leche postres
100 gr de nata para montar

Preparación:
Batimos en la batidora eléctrica el azúcar con los huevos, hasta que blanqueen. Añadimos el aceite, el yogur y la ralladura de limón, seguimos batiendo.añadimos poco a poco la harina tamizada junto a la levadura.
Cuando este todo bien integrado, ponemos la masa en el molde y lo ponemos el el horno precalentado a 180ºc 35 minutos (calor arriba y abajo). Probamos si está bien echo, pinchando con un palito.
Cobertura: Calentamos la nata sin que llegue a hervir, y le agregamos el chocolate partido en trozos, lo dejamos unos minutos lo removemos bien y le agregamos la mantequilla , que debe estar a temperatura ambiente. removemos bien.
Sacamos el bizcocho del horno y lo dejamos templar sobre una rejilla.
Le ponemos la cobertura de chocolate. Yo le he puesto también unos lacasitos para adornarlo ( eso es opcional).
http://dulcestentacionesdemarlen.blogspot.com/2020/03/bizcocho-de-yogur-con-ganache-de.html
 
Receta de bizcocho imperial casero - Bizcocho de mantequilla - Mantecado de Avilés



Los mejores platos de Pascua para niños




En hermandad, así vivimos los avilesinos la celebración de la Pascua, y como todos los momentos que se precien de importantes en nuestras vidas, la festejamos en torno a una gigantesca mesa que ocupa toda La Villa del Adelantado. Engalanamos las calles con nuestras mejores galas y llenamos esa enorme mesa con nuestras mejores viandas y entre ellas no podía faltar “El Bollo”. Cuenta la historia que tiene su nacimiento a finales del siglo XVII, cuando los barcos que navegaban hacía la “Ruta de las Américas” entre sus provisiones llevaban un pan muy dulce en forma de trébol de cuatro hojas con propiedades para no endurecerse y conservarse largo tiempo sin enmohecer. Hoy quiero extender como cada año, esta preciosa tradición a todos los que navegáis por mi web, animaos y venid a visitar a esta gran familia que es Avilés, seréis Bienvenidos.

Ingredientes:

Para la masa

5 huevos medianos
294 gr. de harina
294 gr. de azúcar
294 gr. de manteca cocida (o mantequilla previamente derretida)

Para el glaseado
200 gr. de azúcar glas
1 clara de huevo

Elaboración:

masa:


Comenzamos por batir con las varillas eléctricas los huevos y el azúcar hasta que queden bien mezclados y doblen su tamaño. Se agrega entonces la harina y se sigue batiendo hasta que quede bien integrada en la masa. Por último, añadimos la manteca cocida o en su defecto mantequilla derretida y batimos hasta formar una masa homogénea. Se vierte la masa en el molde previamente enmantequillado y enharinado y horneamos a 180 grados 45 o 60 minutos o hasta que veamos que al pinchar con una aguja ésta sale limpia, señal de que la masa está cocida. * Los primeros 45 minutos, no abráis el horno, esto es muy importante para que el bollo no quede crudo por dentro.

Desmoldamos y decoramos con el glaseado de azúcar.

Glaseado de azúcar

Batimos el azúcar glas junto con la clara de huevo a máxima potencia y vertemos el resultado sobre el bollo caliente (el contraste de temperaturas hará que el azúcar solidifique).


 
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Panecillos de leche DULCES supertiernos

Como preparar unos deliciosos panecillos de leche. La receta es muy fácil de preparar y resultan perfectos para el desayuno o para tomar en la merienda con un chocolate.

Ingredientes:
560 gr. de harina de trigo
100 gr. de azúcar
250 ml. de leche
6 gr. de levadura seca o 18 de levadura fresca
1/2 cucharadita de sal
70 gr. de mantequilla derretida
1 cucharadita de vainilla
2 huevos
1 cucharada de miel
Coco rallado (opcional)


 
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